EUGENESIA.
( De eu- y el gr. génmesis, engendramiento. ) f. Biol. [ Estudio de los factores capaces de modificar las cualidades raciales de las generaciones futuras a fin de conseguir un perfeccionamiento biológico de la raza humana ].
Biol. La práctica de medidas con clara finalidad eugenética ya fue llevada a cabo en algunas sociedades antiguas ; así, en Atenas se privaba de los cuidados más elementales a los recién nacidos que presentaban taras físicas, y en Esparta eran eliminados directamente ; no obstante, esto no supuso una clara hegemonia de estos pueblos. Por otra parte, conviene citar aquí que el tabú del incesto, una norma instituida sin motivaciones relacionadas con el mejoramiento de la raza humana, ha tenido una influencia decisiva en la limitación de las taras hereditarias.
La eugenesia, tal como se entiende en la actualidad, fue formulada por Francis Galton en 1904 ; este investigador elaboró su doctrina basándonse sobre todo en las nacientes teorías evolucionistas ( Darwin, y donde Marx era un gran admirador de sus teorías evolucionistas -no científicas, ya que las teorías de Darwin nunca han sido probadas científicamente- ) [1] ; postulaba la mejora de la raza humana mediante la selección controlada racionalmente. Las conclusiones de Galton adolecieron de falta de precisión debido a que en su tiempo la genética era desconocida. Sin embargo, el desarrollo de esta nueva disciplina ha vuelto muy escépticos a los hombres de ciencia en cuanto a las posibilidades de actuar sobre los mecanismos que rigen el potencial genético de una población.
Sostener hoy día la posibilidad de conseguir una superespecie humana mediante programas de eugenesia positiva no es más que un puro y simple fraude. En efecto, es imposible decidir con certeza qué es lo mejor del hombre, entre otras muchas razones porque existen caracteres transmitidos genéticamente útiles en determinados ambientes e indiferentes o nocivos en otros ; además, cada individuo posee una enorme cantidad de genes. ¿ Cómo podrá efectuarse un balance global de su carga genética para decidir si es procedente o no que tenga mucha descendencia ? Se ha pretendido justificar la eugenesia positiva estableciendo paralelismos entre ella y la crianza selectiva de animales, pero resulta del todo evidente que la problemática entre uno y otro cometido es básicamente destinta : considerando sólo los aspectos biológicos, con la crianza selectiva se pretende únicamente la mejora de un carácter genético ( índice de conversión en carne, cantidad de secreción láctea, etc. ), y su éxito, precisamente, deriva de este hecho.
La eugenesia negativa propone la aplicación de medidas radicales ( esterilización, castración ) para impedir que se reproduzcan los individuos considerados minusválidos. Es posible obtener buenos resultados cuando se trata de taras que se transmiten con carácter dominante ( el portador de las mismas las padece siempre ), pero estas enfermedades son muy poco frecuentes, y el diagnóstico de una de las menos raras, la corea de Huntington, no suele poder establecerse hasta después del período de reproducción. De hecho, la mayoría de los genes perjudiciales únicamente manifiestan sus efectos cuando se hallan en combinación homocigótica ( herencia recesiva ) ; en ese caso es insignificante la eficacia de las medidas eugenéticas para modificar la constitución genética de una población. En efecto, según la ley de Hardy-Weinberg, para un gen recesivo cuya frecuencia sea de 1 por cada 20.000 habitantes ( el albinismo, p. ej. ) existen por cada enfermo 276 individuos portadores que son clínicamente normales y que resultan imposibles de identificar. Si se supone que mediante programas drásticos se conseguiría la eliminación de todos los albinos, serían necesarias 59 generaciones ( unos 1.800 años ) para que la frecuencia del albinismo se redujera a la mitad. Pero ni siquiera estas cifras responden a la realidad, ya que la frecuencia de las enfermedades hereditarias depende también de la aparición de nuevos genes por mutación. No hay que olvidar, por último, que las enfermedades hereditarias son poco frecuentes y que muchas de ellas pueden ser tratadas eficazmente.
Hasta este momento el balance de los resultados conseguidos mediante programas autoritarios de eugenesia, positiva o negativa, no puede ser más pobre. Sin duda, el rasgo más destacable es que, desgraciadamente, han servido en demasiadas ocasiones de soporte teórico a las ideologías racistas. ( Teorías a las que Hitler estaba en contra, y donde el aborto estaba tipificado como delito contra la estirpe antes y durante la Alemania nazi, véase la introducción y la alusión a las teorías no científicas como son las de Darwin [ La Masonería ] ). [1]
Nuevas perspectivas. La mayor parte de los investigadores están de acuerdo en afirmar que durante este último siglo se ha operado un notable mejoramiento en los individuos de las sociedades industrializadas, y está claro que el cambio se ha debido a la modificación de los factores ambientales ( médicos e higiénicos ), y no a la de los factores genéticos. Por otra parte, los programas que en la actualidad se consideraban más aptos para limitar el número de taras congénitas son los que se dirigen a combatir o limitar aquellos factores que han demostrado su capacidad de influir manifiestamente sobre el aumento de tales enfermedades, y que son :
a) Casamientos consanguíneos. El coeficiente de consanguinidad constituye el factor decisivo.
b ) Enfermedades congénitas. Se deben casi siempre a enfermedades infecciosas de los padres ( sífilis, toxoplasmosis, etc. ) o a incompatibilidades Rh fetomaterna.
c) Agentes teratógenos. Son todos aquellos capaces de provocar embriopatías ; los más activos y peligrosos son las radiaciones ionizantes, ciertas infecciones víricas ( en especial la rubeóla ) y determinados medicamentos administrados a la madre durante el embarazo.
La eugenesia no puede, por tanto, continuar planteándose a nivel individual : cualquier programa de eugenesia debe tener en cuenta en primer lugar el estado higiénico-sanitario de la comunidad y el saneamiento del medio ambiente.
En realidad, las mejoras obtenidas mediante la aplicación de programas eugenésicos autoritarios resultan irrisorias si se comparan con el número de malformaciones que han aparecido como consecuencia de la administración de fármacos teratógenos ( el caso más conocido es el de la talidomida, en 1958 ) o por el aumento de exposición a las radiaciones ionizantes consecutivas a las pruebas atómicas. [ J. M. ]
( Puede haber algún error ortográfico o -fe de erratas- )
Bibliografía
Sutter, J. : L´eugénique. Problémes, méthodes, résultats, - Paris, - 1950.
[ Sólo una fuente consultada para la temática ].
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