Tema: "La ocasión de oro para que la derecha pierda el monopolio de los símbolos de España"

Iniciado por Nuevo Mundo

La ocasión de oro para que la derecha pierda el monopolio de los símbolos de España y de la idea de patria - Burbuja.info - Foro de economía

Interesante análisis de como Podemos podrá recuperar el discurso y los símbolos patrios que el Partido Popular ha tomado después de Franco y que ahora esta en su estado mas pútrido, y por su puesto los tradicionalistas durmiéndose en los laureles.

Sí, es interesante el análisis que hacen en el foro de economía de Burbuja.info. Ese es un foro que descubrí hace un par de meses, cuando dejé de entrar tan asiduamente a éste como lo hacía hasta ese momento por razones que no vienen al caso en este momento.

Gracias por traernos un debate tan interesante. El iniciador de ese hilo tiene mucha razón en algunas cosas. Y es que, como él mismo también dice: "Quienes estuvimos en la izquierda olemos al kilómetro quién es quién. Esta gente no es necia, no es zapaterismo, no es el progretariado frívolo". En eso, y en otras cosas de las que ha dicho, le doy toda la razón a este forero (aunque discrepo también en otras)

Ahora bien, lo que yo me pregunto es qué realmente es ese engendro de "PODEMOS". ¿Quién o quienes están detrás de ellos y por qué gozan de un espacio tan privilegiado en los medios de comunicación que otras fuerzas políticas NO tenemos?. Y tampoco olvidemos que Pablo Iglesias comenzó su andadura televisiva de la mano de 13TV e Intereconomía... eso tampoco lo olvidemos (que parece ser que últimamente a algunos se les olvida).

Un saludo

http://www.burbuja.info/inmobiliaria...433-post1.html

"...TIENEN LA OCASIÓN DE ORO PARA DESPOSEER DEL MONOPOLIO DE TODOS LOS SÍMBOLOS NACIONALES Y DE LA IDEA DE ESPAÑA A ESTA BASURA DERECHISTA QUE PADECEMOS DESDE TIEMPOS DE LA RESTAURACIÓN, Y EXCUSO DECIR A LA EXTREMA DERECHA, HOY ALEJADA INCLUSO DE ESPAÑA Y OBSESIONADA POR LA RAZA Y POR PARECERSE A LOS BRITÁNICOS Y ALEMANES".

Pablemos ha hablado alguna vez del ridículo hecho por el comunismo por el constante ataque a los símbolos del estado, pero a renglón seguido aparece en un mitín acompañado del traidor David Fernández de las CUP y de etarras y nacionalistas gallegos.
Él tiene claro que tiene que apoderarse de esos símbolos para movilizar España, pero como instrumento, su objetivo es acabar con ellos, porque él es peor que todos estos soplagaitas juntos.

Iniciado por sjl

Pablemos ha hablado alguna vez del ridículo hecho por el comunismo por el constante ataque a los símbolos del estado, pero a renglón seguido aparece en un mitín acompañado del traidor David Fernández de las CUP y de etarras y nacionalistas gallegos.
Él tiene claro que tiene que apoderarse de esos símbolos para movilizar España, pero como instrumento, su objetivo es acabar con ellos, porque él es peor que todos estos soplagaitas juntos.

A mi, sinceramente, me asusta bastante este individuo (Pablemos). No sé qué, o quienes, se esconden detrás de esa marca.

Su congreso fundacional ha aguado el partido bastante más de lo aguado que ya estaba. Han llegado a su propio Suresnes antes incluso de empezar.

Todos los trostkistas de Izquierda Anticapitalista fueron derrotados.

A día de hoy, no me siento amenazado por prácticamente nada de lo que dice Pablo Iglesias (de lo que dice realmente, no lo que los medios de derecha dicen que dice). Mientras que diariamente sí me amenazan las cosas que hace y dice el PP.

Lo que ocurre es que si, como parece, PODEMOS no es más que una nueva marca creada por el régimen del 78 para canalizar el descontento de un sector de la población que por fin se ha dado cuenta de lo que es el PSOE (un partido creado y controlado por la CIA y las oligarquías extranjeras) tendremos mucho más de lo mismo durante los próximos diez o veinte años. Y eso es lo que a mi más me asusta de este personaje (Pablemos); que sea otro traidor como en su día lo fué Felipe González. Si Felipe González desindustrializó el país obedeciendo a intereses extranjeros, y comenzó la desintegración moral de la nación (labores continuadas luego por el PP), ¿qué podremos esperar a partir de este momento de este tipo de la coleta?.

A mi no me asustan todavía los trotskistas de "Izquierda Capitalista" porque sé positivamente que no van a llegar a tocar poder en España. Esos, por el momento, aún no han tenido ocasión de dejar a España tan arruinada económica y moralmente como ya la han dejado el PPSOE y los partidos nacionalistas. A mi lo que me preocupa es que Pablemos sea una nueva reencarnación de Felipito González, esta vez con coleta. Solo así se explicaría el apoyo mediático que desde todos los masmierda han tendido desde hace ya algún tiempo.

De todas formas este mismo debate ya se está manteniendo también en diversos medios de comunicación alternativos de la izquierda, como el del Colectivo Burbuja. Por poner algún ejemplo, esta misma noche he podido escuchar un programa en una radio de internet. Y observo que el tema se está tratando, muy felizmente para mí, de una manera que me gusta.

Por poner un ejemplo, se está reconociendo que los gobiernos de Franco (al que llaman simplemente "el dictador") fueron "infinitamente" (sic) más honrados a la hora de firmar acuerdos internacionales que lo han sido toda esta caterva de canallas venida tras la transición. Y tengo que reconocer que me alegra escuchar desde un medio de comunicación de izquierda alternativa bastante próximo a PODEMOS algunas de las cosas que yo siempre he dicho.

Podemos y la soberanía económica - Economía Directa 18-11-2014 en mp3 (18/11 a las 19:09:52) 01:15:41 3751541 - iVoox (escuchar particularmente a partir del minuto 16')

Yes, we podemos



Yes, we podemos

20 NOVIEMBRE, 2014

Pablo Iglesias

Hace falta un grado elevado de ingenuidad para creer en la espontaneidad de los indignados del 15 de marzo. También hace falta para creer que los mandatarios de la democracia hayan representado, alguna vez, los intereses del electorado o para pensar que el poder omnímodo que confiere la Constitución a los partidos iba a verse libre de la corrupción. Eso no quita un ápice de razón a las protestas de marzo del 2011: lo que se llama crisis, como si fuera fruto del azar de la que nadie es culpable —cosa harto dudosa— ha sido aprovechada para sumir a muchos en la miseria y para que bancos y poderosos se enriquezcan todavía más. La denominada corrupción política no ha hecho más que hacer patente el lado del que se colocan los supuestos representantes del pueblo. Se considere bajo el prisma democrático o desde la simple moral natural, ni el latrocinio, ni la usura tienen posible defensa y, por consiguiente, es perfectamente razonable el enfado de los que se manifestaron en marzo.

Aquellas algaradas no llegaron a plasmarse en nada de momento. Los que ya formaban parte del establishment político hicieron algún débil intento de utilizar aquel movimiento, pero, como era de esperar, nada lograron. En cambio una serie de jóvenes profesores, de inclinación comunista, vieron en la fuerza revolucionaria de los indignados la posibilidad de meterse en el lucrativo negocio de la política democrática, sin necesidad de hacer el largo y humillante período de meritoriaje que exigen los partidos dominantes. Evidentemente la apuesta, que suponía destruir el principio fáctico del bipartidismo, tenía inmensas dificultades. Primero tenían que lograr presentarse como parte del movimiento de protesta, cuando ellos difícilmente podían contarse entre los más desfavorecidos. Habían dedicado un largo número de años a obtener licenciaturas, doctorados y costosos «másteres», signo inequívoco de un cierto poder económico. Por mucho que la crisis nos haya empobrecido a todos, ellos no podían presentarse como gente abocada a la miseria extrema. Por otra parte, el movimiento se calificaba a sí mismo como antisistema y negaba que el método mismo de representación tuviera legitimidad, lo cual exigía que su oferta contuviera unos cambios lo suficientemente profundos como para hacerse acreedores de ese calificativo y para adjudicarse el papel representativo que se negaba a las autoridades elegidas conforme al sistema vigente.

Ambos retos los ha resuelto la cúpula de Podemos, si no con imaginación, sí con una técnica extremadamente eficaz. Para ello ha aprovechado dos de los elementos irracionales enraizados en la mentalidad del español actual. El primero se refleja en el estilo de su propaganda, que entronca con el gusto yanqui que tanto lastra hoy nuestra conciencia y obnubila nuestra capacidad crítica. Incluye un número indeterminado de actitudes, usadas por Iglesias hasta la náusea, como el recurso, no a la retórica, sino a una dialéctica insultante plagada de alusiones personales; así como la faceta, no escasa, del histrionismo político que, por ejemplo, involucra al auditorio con interpelaciones contra sus críticos, para lograr el aplauso de sus propias gracias e ironías, y se suma luego a los aplausos, quizás para aplaudir que aplauden cuando deben hacerlo. Y otras muchas muletillas de political showman que no vale la pena considerar. Porque lo más importante es el propio «podemos», tomado de Barack Obama, que, como todos saben, usó repetidamente el slogan «Yes, we can» en sus campañas. Ese «podemos», convertido en tema central de la campaña, deja en la indeterminación a qué se refiere y a la postre, carece de sentido completo alguno. Pero su forma de primera persona del plural tiene dos importantes funciones. De una parte, asimila al orador con el auditorio y obliga a reconocerle como uno de los suyos, como uno de los indignados que el régimen ha perjudicado injustamente, cuando eso no es verdad. De otra parte, sirve para que los oyentes se sientan protagonistas de unos proyectos elaborados por una colección de tecnócratas en sus despachos. Pero eso también es falso. Tan falso como el «hemos ganado» de los hinchas futbolísticos, que han asistido a la victoria de su equipo, aunque, en realidad, ellos han perdido unos cuantos euros y los jugadores se los han embolsado.

El segundo elemento irracional configura la mentalidad española de manera mucho más profunda. Un siglo de absolutismo ilustrado, otro de tiranía democrática y corrupta, con breves espasmos de anarquía republicana y de regímenes dictatoriales, seguidos, tras la guerra, por la verticalidad del régimen franquista y una nueva época de despotismo constitucional igualmente deshonesto. Todo ello ha apagado por completo cualquier idea acertada de auténtica participación de la sociedad en los mecanismos de gobierno y ha configurado una mentalidad de servilismo político, por completo desconocida en otras épocas. Desde el momento que se ofrece cualquier asunto que ataña al bien común, cualquiera sea la respuesta que un español dé, se verá invariablemente precedida por un impersonal «se debería hacer o prohibir…» o por un «el Gobierno debería…», que vienen a ser lo mismo. La idea de que el actor de la decisión pudiera ser distinto del ejecutivo no se le pasa a nadie por la cabeza.

El carácter antisistema de las protestas de marzo incluía un oscuro atisbo de la auténtica representación, que no consiste sino en ocupar el lugar de los representados, recogiendo sus propuestas y defendiendo sus intereses a la hora de tomar decisiones comunes. Pero, gracias a los buenos oficios de la cúpula de Podemos, esa exigencia perfectamente justa y natural, quedó reducida a otra cosa completamente diferente. Apelando subrepticiamente a la mente políticamente servil unánimemente fomentada, desde ángulos diversos, en los últimos siglos, la representación se ha convertido en el representante, que aclamado como encarnación de la voluntad popular, sustituye con sus propias decisiones las que hubieran podido tomar aquéllos a quienes dicen representar. Pablo Iglesias declara que «aquí se puede discutir de todo», pero quien le recuerde las penalidades que pasan los venezolanos es expulsado por los gorilas que le acompañan; si hay un grupo que disiente de sus propuestas, se las arregla para que no tenga cargo alguno en la cúpula del partido; si un periódico desfavorable quiere asistir a sus actos públicos, entran de nuevo en juego los gorilas.

Una vez identificados sus sostenedores y votantes con la persona misma de Pablo Iglesias, gracias al recurso oratorio del «podemos» y, dada la incapacidad que hoy padecen los españoles para concebir con claridad el sistema de representación real, no les ha sido difícil a los próceres del partido dirigir el cambio de sistema hacia una dirección diametralmente opuesta a la que propugna recoger y apoyar las preocupaciones reales de la gente en las instancias más altas del poder. El cambio antisistema, en vez de acortar las distancias entre el ciudadano y el parlamentario, promete convertirse en otro sistema despótico donde el gobernante, una vez elegido, hará de su capa un sayo. Y ese sayo, por voluntad de Iglesias, será una dictadura, del proletariado, pero dictadura. A fin de cuentas lo ha dicho el mismo. Ha prometido hospitales, enseñanza universal, acabar con el paro, acelerar la economía y otras mil maravillas. De todo ello puede prescindirse, como denominador común a la campaña de cualquier partido. De lo que no cabe prescindir es de cómo piensa hacerlo. Porque pretende hacer saltar lo que él llama «candado» de la Constitución. Sí, de esa misma Constitución que es «paraguas de la libertad» para los demócratas. Y lo piensa hacer, no desde luego para acrecentar las pocas y engañosas garantías reales que contiene, sino para poder hacer una política «de fuerte intervención estatal». Más claro, agua: las decisiones las tomará el partido único, es decir él mismo.

Es notable que desde los partidos establecidos, las voces de alarma que se están dando contra Podemos pretendan asustar a los españoles diciéndoles que una victoria electoral de Iglesias y Cía. traería deterioro económico, más paro, concesiones al terrorismo, descrédito internacional… Es decir, exactamente lo mismo que ha traído la última victoria (es un decir) electoral del Partido Popular. Parecería que, en el fondo, los reconociesen como de los suyos, y su única objeción es que no quieren repartir el pastel.

Podemos dice haber recogido la antorcha del 15 de marzo y con ello ha hecho desaparecer cuanto podía haber de sentido común y sana racionalidad en todo aquello. Siempre me ha maravillado la pervivencia de esos comerciales que vienen a casa, muy serios, para proponernos, por ejemplo, novísimos sistemas de calefacción. Si perduran será porque su cháchara logra ganar la confianza de algunos, que acaban por poner en sus manos el asunto, sin ejercer la menor crítica ni comparación. Como esos sacamuelas predican la importancia del aislamiento, la importancia del impacto medioambiental, y ponderan la transcendencia de ahorro que se logrará si se les entrega el proyecto, así Iglesias pinta con tintes dramáticos la situación de la patria en peligro y, a fin de cuentas, viene a decir que él merece una confianza de la que no se hacen merecedores otros. ¡Y funciona! Ya se ha olvidado la unción con que —hace nada— se miró a Felipe González o a Rodríguez Zapatero (no digo a Rajoy, porque eso sería demasiado).

Y, sin embargo, es posible un sistema de representación verdadera que no exige entregarse en cuerpo y alma a quienquiera que sea ni, menos aún, concederle la carta blanca de universal alcance que pide Iglesias. Pero de eso, otro día.

José Miguel Gambra


Yes, we podemos « Comunión Tradicionalista

¡Vaya! parece que he puesto el mismo artículo de D. José Miguel Gambra abriendo un hilo específico. Y coincido con él desde sus primeras palabras: "Hace falta un grado elevado de ingenuidad...", pero mi frase completa sería "en creer las intenciones de la nueva Troika" establecida en PODEMOS. En primer lugar, el Sr. Iglesias nunca será un traidor, pues para serlo hay que ser antes un patriota y dudo mucho que alguien que define a España como "país de países" pueda serlo. Y lo dudo, porque esos términos se pueden aplicar al antiguo Imperio Austrohúngaro, al Imperio Ruso o Soviético después, más aún a la Commonwealth, ¿pero España?. Además, ¿acaso no fue definida por los "constitucionalistas" como "nación de naciones"?

En segundo término, no resulta creíble que la Cía haya creado el PSOE, por cuanto éste fue fundado cuando la otra no estaba ni en el pensamiento de sus autores y éstos, a su vez, en el de sus padres. O sea, no, el PSOE no es hijo putativo de la Cía.

En tercer puesto, y no por razón de importancia, la desmoralización de España empezó con el afrancesamiento en el Siglo XVIII, gracias a la influencia de algunas de nueestras plumas de entonces encandiladas con La Ilustración. Eso y las nefastas revolución en Francia así como la implantación del ilustrado pseudo-rey José I, con sus "luces" megalomaníacas, más el surgimiento de las logias masónicas y unas falsas Cortes de Cádiz aprobando una Constitución votada por una ridícula minoría -ya se dirá que otra cosa fue en una ciudad sitiada y en la que no estaban ni un tercio de los próceres-, pero aplaudida desde entonces por toda la "picatostería" de "los 540 golfos por cada 100.000 gilipollas" -soberbia definición, escueta y certera-, de Arturo Pérez Reverte en "Tuiter", que es expresión palpable e infumable, de la situación agónica en la que se encuentra España. Rematemos el asunto con un monarca absolutista que dejó heredera liberaloide en ideas y conducta con 3 años, en claro expolio de los derechos de su hermano, y tenemos un cuadro completo de la catástrofe que dio lugar a cuatro guerras civiles y la consiguiente tragedia más drama, que viene padeciendo nuestra patria desde entonces.

Ya en cuarto lugar lo que tenemos son las últimas consecuencias de todo ese proceso. Pero la nueva Troika no es nada nuevo. Han surgido de los conciliábulos de la cafetería de la Facultad de CC Políticas, de las charlas del planchado de parterres en los días de dulces primaveras, en algunos despachos de ciertos departamentos en los que sus titulares en lugar de enseñar se dedican a adoctrinar, vamos que cobran por un trabajo que no está en sus contratos. Y es que la Facultad de CC Políticas y Económicas creada durante el Régimen de Franco (Caudillo, General, Dictador, Autócrata..., etc., y al gusto de cada cual), se hizo con la intención de formar cuadros de altos funcionarios de carrera. Pero la astuta inteligencia izquierdista mundial con sede en Moscú, pronto comprendió que aquello era ocasión de meter un zorro en el gallinero y así se hizo. Tímida y disimuladamente al comienzo, pero cada vez más descaradamente, la Facultad se fue convirtiendo en un centro de subversión teórica, en un núcleo de la izquierda más radical que podía imaginarse. Esta ultraizquierda dejaba en pañales a la de la Facultad de Filosofía Y Letras, pues en Políticas se aunaban las ideas utópicas con el conocimiento teórico de la Economía y la estructura del Estado.

Y así, estos elementos se fueron convirtiendo en CASTA. Eran y son, la CASTA de una Facultad con un promedio de 6.000 alumnos matriculados, de los que ellos son un diez por ciento, pero controlando la Facultad, quien entra, quien sale, a qué corriente ideológica se adscribe cada docente, todo. Y cuando llegan las elecciones caustrales, son ellos los casi exclusivos representantes del alumnado, pues para eso son la CASTA de la Facultad. Pero no contentos con ello, mientras que para cualquiera las tasas universitarias son casi una hipoteca cara al futuro de cada licenciado que sale de esas aulas, para ellos no hay más que becas. Y es que parafraseando al "Señorito Iglesias" "cuando hay uno que tiene es que le falta a otro", a muchos les faltan o faltaron becas, porque los de esta CASTA se las llevaban ellos.

Por último, y ya en quinto lugar, todo el Sistema (internacional), y todo el régimen con todas sus estructuras públicas y privadas ( el orden político que tenemos en España), son la misma porquería, la misma decadencia. Los partidos, los sindicatos, los bancos, las grandes empresas, la prensa en general, son la misma mierda. ¿Y PODEMOS? pues como decía aquél "más de lo mismo" pero con otra vitola, aparente descubrimiento de la consecuencia lógica que, de momento, ha caído de ese lado, al menos hasta que sea noticia en lugar de un "bombón con coleta", un "cachas con gorra de plato y bigotito cuadrado", porque a este paso hacia ese futuro caminamos si Dios en su infinita Misericordia no lo remedia.

Me ha gustado tu aportación, Valmadian. Únicamente hacer una pequeña puntualización con respecto al PSOE de Suresnes, el joven Isidoro, los servicios secretos de Carrero, los dineros del SPD Alemán ...y la CIA. Que aquella "refundación" fué diseñada en los despachos de la CIA y hasta en ella colaboraron los servicios secretos españoles es algo que está ya muy documentado. No creo que haga falta recordar aquí el libro de Grimaldos, ampliamente comentado en otros hilos de este mismo foro en otros tiempos. Hasta Trevijano ha llegado a contar en La Clave cómo la policía franquista protegía al niñito Isidorito (el que marchó escoltado por el SECED hasta la frontera francesa para participar en el Congreso de Suresnes).

No es de recibo discutir ahora algo que ya es casi de dominio público. Por lo que, parafraseando tu magnífica intervencion te he de responder: "O sea, sí, el PSOE de Felipe González y compañía sí es el hijo putativo de la Cía".

Ahora bien, en líneas generales, de acuerdo con tu excelente exposición.

Un saludo

Iniciado por Tropo

Me ha gustado tu aportación, Valmadian. Únicamente hacer una pequeña puntualización con respecto al PSOE de Suresnes, el joven Isidoro, los servicios secretos de Carrero, los dineros del SPD Alemán ...y la CIA. Que aquella "refundación" fué diseñada en los despachos de la CIA y hasta en ella colaboraron los servicios secretos españoles es algo que está ya muy documentado. No creo que haga falta recordar aquí el libro de Grimaldos, ampliamente comentado en otros hilos de este mismo foro en otros tiempos. Hasta Trevijano ha llegado a contar en La Clave cómo la policía franquista protegía al niñito Isidorito (el que marchó escoltado por el SECED hasta la frontera francesa para participar en el Congreso de Suresnes).

No es de recibo discutir ahora algo que ya es casi de dominio público. Por lo que, parafraseando tu magnífica intervencion te he de responder: "O sea, sí, el PSOE de Felipe González y compañía sí es el hijo putativo de la Cía".

Ahora bien, en líneas generales, de acuerdo con tu excelente exposición.

Un saludo

Aclarado, te había entendido que el PSOE desde sus comienzos fue fundado bajo la sombra de la Cía. Y para suerte de nuestros ancestros del XIX dicha siniestra organización no existía. Ironías aparte, creo que entiendes que pueda ser criticón cuando se hacen ciertas afirmaciones. En realidad creo que dabas por sentado que se entendía lo de Suresnes, pero como hoy en día hablamos de "reptilianos", "alienígenas de varias razas entre nosotros", así como "conspiraciones de íncubos y súcubos" y otras historias para no pegar ojo durante la noche esperando que amanezca, es normal que se acabe confundiendo todo. Si, el N.O.M. es pasado, presente y futuro, y por si alguien pudiese dudarlo, a tal escéptico le resultaría muy útil leerse los discursos del "preclaro" George BUSH Junior, alias Jr.