Estimado Nacionalsindical, las cuestiones que planteas son complejas, pero fiel al estilo "lacónico" y "militar" que tanto le gustaba a Jose Antonio intentaré ser lo más claro posible; por ponerte en antecedentes yo también pertenecí a las juventudes de FE JONS en los 90 durante la adolescencia, y después a cosas como "AÚN" del otrora patriota Sáenz de Ynestrillas (graves errores en ambos casos). Mi peregrinación en el desierto, terminó dando mi voto al PP siendo un veinteañero hasta que decidí, después de tanta miseria y mixtificación, retornar al camino tradicionalista de algunos de mis ancestros (que pertenecían a una de las ramas de carlismo); también pertenezco por otro lado, a una familia de tradición militar-franquista.
1) El concepto de patria como algo solamente "metafísico", es una grave reducción que proviene del idealismo romántico y utópico que la falange quiso adoptar en los años 30. La patria, además de una idea de hermandad entre las familias de un mismo pueblo, y de la historia y cultura que nos une, es una tierra que nos proporciona sustento, unas instituciones seculares que heredamos y no podemos olvidar, y, ante todo una REALIDAD de esfuerzos humanos que es garantía de supervivencia FÍSICA de nuestros descendientes y de nosotros mismos. Con este tipo de cosas es necesario siempre un sano realismo propio del Tomismo, si no queremos caer en reduccionismos realmente peligrosísimos.
2) El carlismo no sólo se opone al capitalismo, sino a todo liberalismo, en conjunción con la Doctrina Católica que lo condenó desde el primer momento (Syllabus, Pío IX), al tratarse de una ideología protestante, voluntarista y absolutamente individualista. El capitalismo es lo contrario de la propiedad, pues concentra la riqueza en unas pocas manos y en el sistema financiero, sin redistribuirla eficazmente al conjunto de la sociedad.
3) En efecto, la Falange plantea un sistema inspirado hasta cierto punto en el carlista (por influencia de Vázquez de Mella, pensador conocido por Jose Antonio), que al renegar de la representación a través de los partidos políticos, busca la misma a través de la Familia, el Municipio y el Sindicato; de la misma forma que el tradicionalismo siempre buscó el organicismo y la representación gremial al margen del partidismo. Es decir, ambos intentan claramente puentear la creación artificial y cainita de los partidos políticos, a la hora de conceder representación política a la sociedad.
4) El concepto de Estado en el Nacional-sindicalismo, es una contradicción, en tanto en cuanto el número 6 de los Puntos Programáticos de la Falange afirma:
"Nuestro Estado será un instrumento TOTALITARIO al servicio de la integridad patria......."
Un Estado Totalitario no está al servicio de nada ni de nadie que no sea él mismo; al ser totalitario alcanza todas las dimensiones de la individualidad y de la sociedad en su conjunto y es soberano por sí mismo. No hay espacio para la libertad individual ni grupal, desde la religión a la economía familiar todo ha de estar planificado y controlado por él, las personas están al servicio del Estado. Esto es justo al contrario de lo que debe ser un Estado Cristiano, que es un conjunto de Instituciones al servicio de la Nación y no al revés; es decir, no es más que un instrumento decididamente al servicio de las personas.
5) La Monarquía Española como institución no puede morir pues no es una persona; esa es otra deformación idealista que contempla a las instituciones como individuos humanos, cuando no con rasgos incluso divinos. Hay reyes mejores y peores, pero sobre todo hay leyes divinas y humanas que delimitan las funciones y el poder de la monarquía. En una Monarquía Cristiana siempre existe unidad de mando, pero dentro de esa unidad existe limitaciones en su uso dictadas por la moral, la racionalidad y la tradición (que está basada en la experiencia acumulada y por tanto en la sabiduría). La Monarquía Cristiana divide el poder, y evita una acumulación excesiva en manos del gobierno o el resto de instituciones; tiene poder de veto cuando el comportamiento del gobierno es abusivo o las leyes nuevas no son justas, y gobierna dentro de unos límites marcados que no puede sobrepasar.
PD: El Nacional-sindicalismo fue un intento de conjugar el pensamiento tradicional hispánico, con determinadas corrientes revolucionarias modernas que existieron en Europa en el período de entreguerras. Aunque se hizo con buena intención, y los falangistas fueron por lo general patriotas y católicos sinceros, no se dieron cuenta de determinadas contradicciones en las que de entrada caía su nueva ideología; el totalitarismo estatal, el idealismo, el romanticismo filosófico, el republicanismo etc, son elementos extranjerizantes por completo ajenos al hispanismo y a la tradición política de España.
Marcadores