Re: No leais periodicos liberales
http://www.laopinion.es/2c/2009/05/18/casticismo-espanol-precedente-nazismo/220076.html
La Opinión
El casticismo español es un preCedente del nazismo
Alejandro Baer Mieses (1970) es doctor en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, con formación en Comunicación y Antropología Social en las Universidades de Leipzig (Alemania) y de California en San Diego (EEUU). Actualmente ejerce su labor docente en el departamento de Sociología IV (Métodos de Investigación y Teoría de la Comunicación) de la Universidad Complutense de Madrid. Sus investigaciones se centran en los campos de la metodología de investigación, la sociología de la comunicación y de la cultura. Es coautor de los libros Medios de comunicación, consumo informativo y actitudes políticas en España y El estigma imborrable: reflexiones sobre el nuevo antisemitismo, entre otros.
EDUARDO GARCÍA ROJAS - Al parecer Simon Wiesenthal dijo que la expulsión de los judíos de España fue un antecedente del Holocausto. ¿Qué piensa de ello?
- No lo fue tanto la expulsión, como la persecución y discriminación de los conversos. Por primera vez se pasaba de un antisemitismo religioso a uno de tipo racial ya que los conversos se habían convertido al cristianismo y eran discriminados en función de los "estatutos de limpieza de sangre". El casticismo español es un precedente del nazismo porque propugna la construcción estatal en base a un ideal étnico.
- En España la comunidad judía no es demasiado grande en la actualidad, sin embargo a qué cree que se debe que los españoles los sigan mirando con cierto recelo.
- Yo reformularía su pregunta ya que sugiere que la presencia de comunidades judías en una sociedad desencadena automáticamente prejuicios antisemitas. El fenómeno antisemita puede darse en sociedades en las que no hay judíos. A diferencia del racismo anti-árabe, negrófobo o islamófobo, o de la xenofobia en términos generales, las actitudes y opiniones sobre los judíos no tienen por qué desprenderse de situaciones de convivencia o del choque cultural. Quienes en España dice tener una opinión desfavorable de los judíos tiene en la cabeza a un judío imaginario. Y en España ese judío imaginario proviene de un arraigado sustrato de estereotipos de orden religioso, racial y político.
- Y en este aspecto, ¿qué papel cree que ha jugado la Iglesia Católica?
- La iglesia ha sido un activador medular de hostilidad antijudía desde la Reconquista. La identidad entre religión y Estado consolida una cultura de exclusión en la que lo judío queda grabado en el inconsciente colectivo como sinónimo de todo tipo de males y amenazas. Su origen es religioso -los judíos al no reconocer a Jesús como Mesías serán una piedra en el zapato de la Iglesia. Esta tiene una responsabilidad fundamental. Hoy, tras el concilio Vaticano II, las cosas han cambiado pero el daño está hecho. No se borra de un plumazo siglos de cultura antisemita.
- ¿Cree que ha cambiado la visión sobre los judíos tras finaliza la II Guerra Mundial?
- Lo que ha cambiado en cualquier caso es que tras la II Guerra Mundial el antisemitismo recibe una condena explícita en amplios sectores de la población europea por la vergüenza del Holocausto. Sin embargo, en España, aunque se atenúa la retórica antisemita oficial del franquismo, perviven los prejuicios de tipo religioso por varias décadas. Todavía sufrimos sus resabios. A esto se suma la ausencia de cultura del Holocausto en España, que bloquea el conocimiento y la sensibilidad hacia la realidad judía contemporánea. La memoria del Holocausto es percibida en España como un asunto que no nos concierne, algo "de judíos y alemanes".
- Usted ha estudiado la imagen de Israel que se tiene en España a través de los medios de comunicación. La pregunta es: ¿qué imagen piensa que se refleja de Israel?
- Hay un conjunto de factores que han conformado una específica presentación de las noticias provenientes del Estado de Israel en España a lo largo del último medio siglo. Responden a variables histórico-políticas y culturales como, por ejemplo, los lazos de amistad -e interés estratégico- con los países árabes (una herencia del franquismo), la confluencia de anti-americanismo y retórica anti-sionista, la mencionada ausencia de cultura del Holocausto y, en general, el vacío y desconocimiento sobre lo judío en España. También la pervivencia o latencia de un antisemitismo sociológico enraizado. Estos factores explican que la imagen de Israel que reflejan los medios españoles sea mucho más negativa que la de otros medios europeos.
- ¿Contribuyen, de alguna manera, a normalizar esa imagen o más bien a radicalizarla? ¿Por qué?
- Los grandes medios en España tienen una tendencia al posicionamiento acrítico. Podemos decir que son mayoritariamente pro-palestinos aunque también hay algunos medios que toman partido por el Estado de Israel. Ambas posturas son el reflejo de un mismo y lamentable fenómeno, que de alguna manera convierte la opinión sobre el conflicto de Oriente Medio en rehén del debate partidista español, de izquierdas y derechas. Los medios afines al gobierno son pro-palestinos y algunos medios afines a la oposición defienden a Israel. La compleja realidad del conflicto no puede ser encasillada de una forma tan maniquea y estereotipada.
- Al margen de los medios, ¿qué visión cree que tienen los españoles de los judíos?
- No podemos desligar tan fácilmente una cosa de otra. Según una encuesta reciente de la Antidifamation Leage (ADL) el 36% de los españoles afirma que su opinión de los judíos se deriva de las acciones del Estado Israel y, de estos últimos, el 74% afirma que su opinión de los judíos ha empeorado. En ambos casos es el porcentaje más alto de 7 países europeos. Estos datos encierran en realidad dos preguntas ¿Por qué el Estado de Israel convoca en España, en mayor medida que en otros países europeos, las opiniones y actitudes hacia los judíos? Y en segundo lugar, ¿por qué - también a diferencia de otros Estados - estas son claramente negativas? La respuesta en ambos casos está en la representación de Israel en los medios de comunicación.
- ¿Y qué diferencias ha detectado con la de otros países europeos?
- Según la mayoría de las encuestas comparativas a nivel europeo España destaca como el país con niveles de antisemitismo más altos. El Estudio Pew Global Attitudes Project de 2008 indica que el 46% de los españoles tienen una opinión desfavorable de los judíos (frente a un 34% de rusos y un 26% de polacos). En los estudios de la Anti-Defamation League (ADL) en los que se pregunta a los entrevistados por su grado de acuerdo con una serie de enunciados antijudíos, España también destaca, en casi todos, por encima de los demás países. Hay numerosas objeciones metodológicas a semejantes instrumentos para medir opiniones y actitudes tan complejas como las antisemitas, pero sí son indicadores de la persistencia de un antisemitismo básico en el que coinciden y se combinan prejuicios del antijudaísmo religioso y moderno, una percepción paranoica sobre la relación entre Israel y los Estados Unidos y las múltiples modalidades de retórica antisionista.
- ¿Y en la América hispana?
- Los estudios revelan patrones similares en América Latina a España. Esto confirmaría la hipótesis de los factores culturales mencionados: la presencia del sustrato antisemita de larga data y origen religioso y un posicionamiento similar con respecto al conflicto israelí-palestino.
- ¿Cuál era la visión de la II República?
- La II Republica se caracteriza por una actitud positiva hacia los judíos, y no sólo porque la nueva constitución incluyó cambios que garantizaban la igualdad de derechos a todas las confesiones, sino en general por un estrechamiento de los lazos con las comunidades judías de España, Marruecos y los Balcanes. Esta actitud favorable alimentó a su vez los estereotipos y mitos políticos antisemitas y da lugar a acusaciones conspiratorias (como el famoso contubernio "judeomasónico") en los enemigos de la República.
- ¿A qué intereses obedece esa leyenda negra en torno a los judíos en Europa?, ¿por qué se pretende manipular a la opinión pública a través del libelos como Los protocolos de los sabios de Sión y otros volúmenes similares?
- Su raíz, como decía antes, está en la teología cristiana. Pero en realidad las diferencias religiosas han servido más bien como pretexto. Se ha recurrido a la designación de los judíos como enemigos, cuerpos extraños capaces de todo tipo de infamias, crímenes y complots, cuando era necesario cerrar filas dentro de la mayoría. Han sido los chivos expiatorios ante epidemias, guerras, debacles económicas o conflictos políticos. Los protocolos son la expresión más radical de una tradición cultural que atribuye a los judíos una tendencia irrefrenable a la conspiración. Esta no ha desaparecido porque, precisamente, ante la complejidad de los problemas sociales una clave explicativa de estas características es tan tranquilizadora para las masas como útil para el poder.
- Usted ha estudiado en su libro El testimonio audiovisual. Imagen y memoria del Holocausto de quienes se han encargado de la memoria del Holocausto, ¿podría hablarnos de esta obra?, ¿qué encontrará el lector en su lecturas?
- El Holocausto es hoy un paradigma del mal, un referente del crimen de Estado que es objeto no sólo de investigación histórica, sino de conmemoración cívica más allá de las comunidades judías. Los medios han elementos centrales en la gestación de esta memoria globalizada del Holocausto y esto a su vez da lugar a debates intensos sobre el recuerdo legítimo, digno y veraz. Se entrecruzan discusiones de orden político, epistemológico, pedagógico y estético. Estos temas trato en el libro que usted ha citado y en Holocausto. Recuerdo y representación.
- En El estigma imborrable: reflexiones sobre el nuevo antisemitismo podría explicarnos qué es lo que usted califica como nuevo antisemitismo. ¿Y sus claves?
- Las expresiones "nuevo antisemitismo" y "nueva judeofobia" se han hecho frecuentes para definir una renaciente hostilidad hacia los judíos motivada, o que toma como pretexto, el conflicto de Oriente Próximo. La novedad radica en que sus promotores generalmente no se reconocen como antisemitas sino en antisionistas, y en su carácter velado en forma de crítica política. Esto no tiene nada que ver con condenas a acciones o políticas del Estado de Israel, que obviamente son legítimas. Pero la demonización, el doble rasero o la negación de derecho de existencia de dicho Estado suelen ser indicadores de antisemitismo. También son expresiones inequívocas de antisemitismo las críticas a Israel que reciclan tradicionales estereotipos antijudíos, por ejemplo, el ánimo vengativo, la arrogancia o exclusividad religiosa y los rasgos fisonómicos estereotipados.
- ¿Cree posible un rebrote de partidos radicalmente antijudíos en Europa?
- En Europa hay un repunte en general de la xenofobia, el racismo y el antisemitismo. Y hay partidos que en el contexto de la crisis económica comienza a dirigir su propaganda a buscar "culpables". Es preocupante en cualquier caso.
- Y de una nueva oleada de revisionismo histórico.
- En la actualidad el problema no es tanto la negación del Holocausto sino su uso como arma arrojadiza mediante comparaciones y acusaciones disparatadas. Hay una serie de motivos asociados a la memoria del Holocausto, muy presentes en España, que son tan difamantes como el negacionismo neonazi: atribuir a las comunidades judías un victimismo interesado, culparlas de eclipsar otros sufrimientos, o el igualar las políticas del Estado de Israel con el nazismo, la recurrente acusación del "genocidio palestino".
- Es autor de un artículo donde aborda cómo el humorismo gráfico ha tratado al estado judío de Israel. ¿Se puede hablar de racismo en estas viñetas?
- Las caricaturas o viñetas y la lógica del antisemitismo comparten una característica común que convierte al humor gráfico en idóneo medio para la difamación: ambos operan con clichés, generalizaciones y simplificaciones. Más allá de la sana crítica política, numerosas viñetas y caricaturas que tomaron como motivo al Estado de Israel y que aparecieron en la prensa española en los últimos años han recurrido al patrimonio histórico de estereotipos, tópicos y libelos demonizadores de los judíos. Por ejemplo, aquellas que muestran a un niño palestino crucificado a una estrella de David.
- ¿El conflicto palestino ha alentado la judeofobia?
- El conflicto en sí no alienta la judeofobia, por muy equivocadas que pudieran considerarse las acciones del Estado de Israel. Podemos decir, por un lado, que la representación del conflicto provoca la judeofobia en la medida que se confunde y diluye el umbral entre Israel y lo judío y, por otro, que inevitablemente vemos al Estado de Israel -y su visibilidad está en relación a la intensidad del conflicto- a través de un prisma cultural cargado todavía de prejuicios antisemitas.
Última edición por Carolus V; 21/06/2016 a las 11:46
Todo el mundo moderno se divide en progresistas y en conservadores. La labor de los progresistas es ir cometiendo errores. La labor de los conservadores es evitar que esos errores sean arreglados. (G.K.Cherleston)
Marcadores