LEGIÓN DE SAN MIGUEL
ARCÁNGEL E HISPANISMO




Estimados Compatriotas; antes que nada me gustaría que leyesen el prólogo que les expongo para centrar más aún la temática que me dispongo a exponer; la cual advierto aína de subjetivismo; pero creo que no voy mal encaminado del todo :



“ LOS LEGIONARIOS RUMANOS MOTZA Y MARIN CAÍDOS POR DIOS Y POR ESPAÑA


PRÓLOGO



Cuando el Conde José de Maistre compuso, con su última sangre contrarrevolucionaria, el Tratado sobre el sacrificio, no podía sospechar siquiera que la Unidad Cristiana de la Europa, cuya agonía le apesadumbraba el ánimo, iba a revivir cien años después con el sacrificio de una generación y de unos hombres providenciales. Cada revolución nacional contemporánea, perfilando entre sí el contorno juvenil y unitaria del mundo que vuelve a convertirse unánimemente en un universo, ha necesitado la oblación de sus paladines o de sus más vaticinantes partidarios ante la muerte, la inmolación y el holocausto. Ungiéndose así de poderes sobrenaturales, han transmitido esta energía, como si fuera una arcangélica gracia, a su país y a su gente, a la masa total y espiritualizada de su pueblo.


La muerte ha vuelto, pues, a recuperar su prestigio y su influencia, fenecido durante el tiempo apocado y confortable de la hegemonía anglosajona, ya que mientras Inglaterra conservaba sus instintos violentos de bucanera y de alimaña feudal, corroía el temple y la moral aristocrática de las demás naciones con lágrimas ante el verdugo, sensiblería en los folletines, opio para los chinos y anestesia para todos los dolores entrañables y germinativos de la Cristiandad, esta época se espantaba, se avergonzaba de la muerte heroica como de un pecado tan morboso, como de un vicio tan infame, que era menester la hecatombe impersonalizada de la guerra para que de cuando en vez se satisfacieran y aplacasen las virtudes militares y generosas del alma humana. Aunque esta coyuntura genérica para la expiación y para el duelo mortal, que nos salva a los hombres, perdía el albedrío de su sentido voluntario al ser todos reclutas al ser todos soldados y combatientes dentro de un servicio impuesto y obligatorio. Morir en la batalla era como vacunarse contra la viruela o recoger la cédula de vecindad de cada uno, actos poco espontáneos y transmutadores.



La transmutación, la subversión creadora de nuestro tiempo se debe a la libérrima actitud de las juventudes actuales, resucitando, gracias a sus genios telúricos, a sus estirpes y a sus antiguas castas, la importancia individual y colectiva de la muerte para plasmar una vida nueva, si la queremos con la volición más honda de nuestro ser.



Hay un linaje entre las soleras de la Europa juvenil que, obedeciendo las palabras del emperador Juliano sobre los dacios de la Edad Clásica, “apréstanse a la muerte con más gozo que para ningún otro viaje”. Me refiero a la Dacia moderna, a la Rumanía, donde la progenie dacio-romana se había esclavizado; pero donde el esclavismo, seductor y enervador, no ha roto la vetérrima fiereza de Decébalo.



Si contempláis la columna trajana en el Foro de nuestro Emperador, aquellos dacios vencidos en el siglo II aún alientan, recobrando con la supervivencia su altiva dignidad, encima de la Rumanía Legionaria. Porque no le temieron a la muerte aun no han muerto, ni morirán jamás. Y aquí se nos presentan con sus cándidas camisas galanas y sus facies con un fervor íntimo y fuerte como Ion Motza, Vasile Marín o el mismo Codreanu, quienes ya habían esperado pétreamente en el Foro Nuevo el retorno primaveral de ese viaje hacia el sacrificio de su sangre.



Aunque Ion Motza no es sólo el campesino dacio-romano cumpliendo desde el canon de la indumentaria hasta las minucias de la conducta, todas las tradiciones de su tierra y de su estirpe, sino también como educado junto a su padre, el protopope Ion, y sus abuelos paterno y materno, los popes ortodoxos Juan y Nicolás, o sea en una atmósfera litúrgica, ritual y eclesiástica, era un alma mística y teológica dentro de un cuerpo, que se asemejaba muchísimo en su rostro, apasionado, y puro, a San Juan Evangelista pintado por el Greco. La existencia entera de Ion Motza fue una preparación y una realización de la Apocalipsis, clamando y reclamando en la Rumanía de los judíos, de los agiotistas y de los cortesanos, un juicio final, un castigo eterno y una eterna y gloriosa salvación para cuantos impávidamente seguían su Buna Vestire; es decir, su Evangelio.



Si en el lenguaje y en la narración de las parábolas evangélicas, Marta y María representan dos tipos de feminidad delante de Dios, también Vasile Marin e Ion Motza son un par de deberes y de caracteres diferentes sirviendo al unísono la idéntica liberación y restauración rumanas. No en vano el primer maestro de Marin fue Maurras, con sus silogismos nacionales y exactos, mientras que Motza se inspiró en mensajes divinos a través de San Miguel Arcángel - el icono de la cárcel de Vacaresti -, San Antonio de Portugal, la bizantina Santa Paraschiva o en la palabra del Capitán sin mácula y sin tacha. Vasile Marin es un intelectual, que por la compresión casi matemática de nuestro tiempo descubre la verdad tremenda de la Guardia de Hierro, mientras que Ion Motza fue siempre un legionario, un vanguardista de la Dacia de Ulpio Trajano y de Miguel el Bravo, porque sus razones polémicas no le venían de la inteligencia, sino que eran sentimentales, fanáticas, religiosas.



Los dos comandantes de la Legión, Ion, el dacio de Orastie, y Vasili Marin, más refinado por la estética y por la vida urbana de Bucuresti, aunque hermanados por la vital coyunda de la generación, hubieron de coincidir en el augurio de que el porvenir de la Rumania legionaria dependerá de su intervención y óbito en la guerra española. Experimentalmente se habían sutilizado sus sentidos y las potencias de su ánima para la percepción de esta verdad futura. Durante muchos años Ion Motza fue el adalid de los estudiantes de las cuatro universidades del Reino Rumano, contrastando en la lucha y en la prisión la supremacía de la acción predicada amorosa, pero férreamente, por Corneliu Zelea Codreanu. Marín fue en la política de la Corte y de los Ministerios, en la burocracia administrativa de la Gran Rumania, purulenta por los masones y los afrancesados, donde comprendió el valor supremo del Credo Legionario, cuyo éxito venidero no se conseguiría comicialmente, sino por las armas y merced a la sangre lustral de los mártires y profetas.



Dentro de la Rumanía, que contorneaban el Nistro y el Ponto Euxino, como fronteras frente al Asia de los Soviets, y al aniquilamiento oriental y catastrófico transmitido en el Anábasis de Jenofonte, en la Rumania de la Dobrogea y de Ardeal, del Banato y de los Cárpatos, donde la Moldavia y la Valaquia medievales eran un corazón más albo que las camisas aldeanas, se habían agotado las razones para que la Legión del Arcángel San Miguel ejemplarizara con sus sacrificios porque ya cuanto era posible para la Legión, se había consumado y opuesto al rey.



Mas en el Occidente de Europa se guerreaba contra el ocaso de esta misma civilización, que se llamaba occidental, o mediterránea, o cristiana, abrazando más bien con la magnanimidad de la Cruz las tierras levantinas y orientales, donde nace el sol y nuestras tierras del postrero crepúsculo o de su tramonto. Esto quiere decir que desde Rumanía hasta España y en medio de ambas extremidades, se levanta una Cruz y hay un camino, que no es estelar, cual la Vía Láctea, ni tampoco el astral camino de Trajano o nuestro Camino de Santiago, sino su itinerario encima de los montes y de las llanuras, de los valles y de los precipicios para ir y venir, para el trajín y el tránsito de las Legiones, de los peregrinos y de los Santos.



Santo Domingo de Guzmán estuvo en Transilvania, y esta visita se la devolvieron, al cabo de centurias y siglos, Ion Motza y Vasile Marin, George Clime, Alecu Cantacuzino, el Pope Dumitrescu, Banica Dobre y Nicola Totu. Los siete legionarios que llegaban según la confesión providencialista de Ionel,
«en defensa de la Ley Tradicional, por la felicidad de la patria, por su resurrección, por la reconstrucción que le trae el capitán Corneliu Zelea Codreanu«. Aquí se incorporaron en la Compañía Veintiuna de la VI Bandera del Tercio, para dar señales de vida y de muerte, de presencia y de transfiguración, luminosa y perenne, delante de los suyos. Necesitaban sucumbir para que la Cruz continuase erguida y la estirpe daciorromana no se extinguiera nunca. Sobre todo Ion Motza y Vasile Marin eran los predestinados a perecer en Majadahonda el 13 de enero de 1937, que había de ser el año de la mayor sublimación legionaria. En adelante y después del juramento de la pureza de la Legión en honor de Vasile e Ionel, la sangre de estas víctimas expiatorias, propiciatorias será un Grial y una argamasa para la Restauración de la Cristiana Rumanía.


Los mismos enemigos de Majadahonda asesinaron con pólvora homicida a Alejandro Cantacuzino Nicolás Totu, Jorge Clime y Banica Dobre en la Rumanía, sanguinaria de madame Lupescu. Cruento destino el de nuestra generación, que ha rehabilitado la efusión de la sangre en beneficio de sus patrias para que nuestros muertos sean la infantería imperial de una España Resurrecta para que la Rumanía de Trajano y Codreanu sea indestructible, porque Ion Motza, y Vasile Marin exigieron que los sepultaran junto a sus cimientos.



JUAN APARICIO



Si bien no concuerdo al 100 %; y por ejemplo con aquello de la “ predestinación “ ( Sin juzgar pues una supuesta mala intención del autor ) me resulta interesantísimo el enlace místico-histórico que se hace entre la España y la Rumanía.

Resulta que uno no es “ fascista “; ni tampoco “ antifascista “; pero, dentro del maremagnum que sumió a la Vieja Europa a comienzos del siglo XX, hay movimientos que me resultan más o menos interesantes.

Dentro de esa corriente “ fascista “; por ejemplo, señalaría a los social-cristianos austriacos, si bien más inspirados en el fascismo por estética, fanáticos corporativistas, seguidores de las doctrinas de la Acción Católica, de las encíclicas de alto contenido social de San Pío X, Benedicto XV o Pío XI. Engelbert Dollfuss acabó asesinado por los nazis al oponerse vehementemente al pangermanismo. Dollfuss lo que defendía es que la idea de Sacro Imperio se había roto con el luteranismo, que el alma mater de esos estados alemanes no sería otra que Austria, y que ésta había salido como nación heredera del Imperio Austro-Húngaro, al cual tanto odiaban los pangermanistas. Por la otra, si bien pudo tener connivencias con Mussolini, al Duce le venía mejor que mejor para campar a sus anchas por sus ansias nacionalistas sobre el Tirol. Muy trágico lo que tuvo que vivir este movimiento patriótico austriaco.

El Rexismo de la Walonia tuvo unos inicios harto interesantes, con una mística católica muy radical; pero, por un lado, sus problemas con ciertas jerarquías y, a posteriori, su inclusión en la Guerra Mundial, y la fascinación acrítica/inexplicable de su líder León Degrelle hacia el nacionalsocialismo, terminaron alejándolo de los postulados más tradicionales.


En la España, la corriente fascista no tuvo nunca gran peso popular y tampoco pudo desarrollar una lógica continuidad histórica. José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, un joven abogado, había ingresado en el año de 1931 en la liberaloide Unión Monárquica Nacional. Decir solía que su entrada en política se debía sobre todo a defender la memoria de su padre, el dictador, el General Miguel Primo de Rivera y Orbaneja. José Antonio cambiaría para mejor, fundando un par de años más tarde la Falange Española, que fusionarse habría con las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalistas. Por aquella época, el carlismo, aún era una viva fuerza popular, pero su resurrección y expansión por las distintas regiones españolas se había debido mayormente a una política integrista, quizá descuidando la honda obra sociopolítica desarrollada teórica y prácticamente por genios, tales como en el Principado de Asturias Juan Vázquez de Mella y Fanjul, y en el Reino de Valencia Antonio Aparisi i Guijarro. Si bien Dios, la Patria, los Fueros y el Rey eran la más preciada premisa; en el Reino de Sevilla entraría más estéticamente, ante el fervor mariano, Dios y la Patria. Las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalistas surgieron hacia el norte celtibérico; y sus dos cabezas visibles eran leoneses que se creían castellanos : Ramiro Ledesma Ramos y Onésimo Redondo Ortega ( En su juventud ligado a la Acción Católica ). Ligados al sindicalismo remolachero; fusionaron la idea atractiva estética del antiguo anarcosindicalismo enlazado con la vieja tradición gremial, y una idea nacional muy radical. Onésimo más imbuido de la mística católica, y Ramiro embadurnado de totalitarismo. Onésimo incluso llegaba a reclamar una supuesta castellanidad de los pueblos andaluces…..Sin mala intención, presumo; pero ideas frágiles que se caían por su propio peso. Los análisis pseudohistóricos de José Antonio en su Germánicos contra bereberes constituye más de lo mismo. José Antonio, por su lenguaje poetizante, pasa por ser más quizá eso mismo antes que un mero político.


Los “ fascistas “ de acá tuvieron una oportunidad histórica de rescatar las ideas sociales del tradicionalismo; pero quizá se desviaron más hacia las ideas de Ortega y Gasset, hacia la idea del “ estado español “ y “ Castilla como la médula de España “; falsificación frente a Las Españas Forales y a la Hispanidad como Espíritu ( Esto último bien entendiólo Ramiro de Maeztu ); la Hispanidad como consecuencia de la impresión católica desde los Concilios Hispanogodos de Toledo, luz de la Reconquista y del Imperio. José Antonio fue cambiando, y tras los ataques a las ideas monárquicas, los monárquicos derechones que poco lo financiaban lo abandonaron, siendo más bien abanderado de Mussolini. El “ fascismo “ español no llegó a alcanzar un diputado, no pasó más bien del ámbito urbanoide; sus líderes fueron muertos, y su batuta tomada por el régimen franquista, más por manipulación estética que por otra cosa. Fue un corto y trágico periodo.


En cambio, ¿ qué pasó en la Rumanía ?

Ante una nación frágil, surgida de los escombros del Imperio Austro-Húngaro, dominada por la judeomasonería y una “ monarquía “ de pacotilla, un grupo de valientes hombres, acaudillados por Corneliu Zelea Codreanu, crean todo un movimiento original basado en valores inmutables. Fue la carrera de la tradición de la Cristiandad dacio-romana analizando en la práctica una política actual. Algunos popes, estudiantes y campesinos nutrieron las filas de la incipiente Legión de San Miguel Arcángel Arcángel; con la que empezó Codreanu solo con su bandera; la fuerza de la llamada Guardia de Hierro, que en las penurias carceleras gestaron Todo por la Tierra. Estos patriotas rumanos entendieron que su mística, basada en la idea de Legión ( Como los carlistas recuperaron la Borgoñona Cruz de San Andrés y la idea del Tercio frente al afrancesado “ regimiento “ ), impresa en el “ nacionalismo integral “; entendieron que la tierra era la base de la Patria, donde más y mejor florecen los valores eternos cristianos; ellos al gusto helénico “ ortodoxo “ más bien; aunque también había católicos de rito bizantino allá, a los que Horia Sima apoyó. Y es curioso, pues el carlismo ha sido definido como “ movimiento de frailes y campesinos “…..Autosuficiencia en el valor del trabajo, en el campo, en los hospitales, en los comedores….Teoría desarrolla Codreanu, y más en su Manual del Jefe ( Donde su genialidad le hace combinar la precisión del aforismo con la luz asceta ); combinada con ejemplos prácticos; destronando a la usura y demostrando el valor del trabajo. Un nuevo estilo basado en viejas tradiciones. Así de claro.


Y así, cuando Corneliu Zelea Codreanu se encontró con Julius Evola, le dijo que, mientras el fascismo se basaba en el principio estatalista rescatado quizá de la antigua República Romana ( En Hispania se desarrollaría más por nuestra idiosincrasia a partir de la política municipalista; cosa que harto reivindicaba el insigne Marcelino Menéndez y Pelayo ), y el nacionalsocialismo en el radicalismo racista; su idea de Rumanía era, por encima de todo, espiritual. Como espiritual ha de ser por lógica, historia y justicia la idea hispanista.


Mientras que quizá Onésimo se mostraba sin ambages al respecto, José Antonio hablaba del “ sentido católico “ y acuñaba aquello de “ las persecuciones religiosas han terminado….”; sin aclarar del todo su significado….Codreanu es claro : No se puede separar a Dios de lo meramente político; porque la misión a desarrollar es precisamente enarbolar su bandera. Los cristeros de Méjico ( Antiguo Virreinato de la Nueva España ) ya regaron su tierra con su sangre ante la furibunda masonería por la defensa del Reinado Social de Cristo, tal y como se imprime en encíclicas como la Qvas Primas. El carlista Federico Ferrando Roda dice que no se trata de secuestrar a Dios para conveniencia propia, sino, simplemente de ser consecuente, y de estar dispuesto a un hermanamiento con los grupos que lo defiendan como lo que él nos legó : Camino, Verdad, Vida; la Luz al fin y al cabo. Los carlistas dicen aquello de “ Nada sin Dios “ ; algunos falangistas también. El propio Santo Padre Benedicto XVI habla de la Catolicidad ante la “ vida pública “; de no reducir lo religioso a lo puramente “ intimista “; de defender por encima de las circunstancia esos valores. Si somos cristianos, ¿ por qué no defenderlo en todos los ámbitos ? Así lo entendió Codreanu.


Y la verdad; ¿ qué sentido tiene el españolismo sin la defensa de Dios por encima de todo; si España es una Patria lo es a raíz de la calor del altar ?. Y es que Codreanu, a pesar de apelar a la Antigüedad ( Como podemos hacer nosotros, con tartessos, iberos, celtas, vascones, etc.; así como con el legado clásico grecolatino ), entiende que esa construcción nacional ha de basarse por y para el servicio a la Espiritualidad Cristiana.


Y es que es la Moral Católica la mejor base irrefutable ante los desmanes del constitucionalismo liberal. El cuerpo, la Tradición que nos protege por encima del relativismo, del materialismo, del odio. La mejor protección por la unidad e integridad de la Patria. ¿ Cómo, si no, ha de haber ligazón entre el hispanismo y la reclamación de un Estado Confesional ? Es nuestra esencia viva; lo que nos ha unido y hecho grandes; lo que nos recuerda que, a pesar de tanta adversidad, merece la pena seguir luchando. Por la Fe y por las Obras se sabrá de nosotros. Por la verdadera concepción del trabajo y la libertad; aquello que ya nos unió a partir de los resquicios hispanogodos y que en su recuperación ardorosamente luchamos por nuestra Reconquista; aquello que nos hizo codo con codo con el Papado Romano expandir la Misión y la Conquista por todo un Nuevo Mundo; mientras que el Reino Portugués hacia lo propio, también por el África y por el Asia; y una asignatura pendiente nos quedó tras los protectorados de Aragón y las conquistas de Portugal : Los resquicios del Tratado de Monteagudo; Castilla, León, Aragón y el Papado : Por la Reconquista para una África Cristiana, donde el pueblo beréber ha sido masacrado en pro del salvajismo mahometano y de su alianza con la judería. No sólo ello, pues desde la Hispania Romana y Goda legítimamente nos pertenecían tierras de allá. “ Una España hasta el Atlas “ fue defendida por Carlos de Borbón y Austria-Este. Y pensar que de allá era San Agustín; y pensar que fue una perita en dulce de la Cristiandad Romana, desde el Atlántico Mauritano hasta el helenizante Egipto; hasta el Líbano y la Tierra Santa….Por todo ello, siendo hispanistas tradicionales, la conciencia y las miras hacia el destino no pueden ser más claras…..



Por todo ello;¿ será el entronque a partir de la antiquísima Devotio Iberica; para luego cristalizar en el vascón Jaungoikoa eta Lege Zaharra que ya refiere el insigne castellano Francisco de Quevedo y Villegas….? ¿ Será por la Rethorica Christiana transmitida por el Barroco a las Américas; principalmente desde el Puerto de Sevilla y el Condado de Niebla ? ¿ Será por, como observó el ya mencionado Degrelle, por la fatigosa insistencia de los cofrades penitentes que van desde Sevilla hasta Lorca ? ¿ Será el ser de santuarios y romerías que señalaba el portugués António Sardinha ? ¿ Será por la aventura misionera que se desarrolló a través del Guayrá y de los valles del Alto Paraná hasta el Uruguay ? ¿ Será por la aventura californiana ? ¿ Será por nuestra tridentina luminosidad abocada hacia los pantanos de Flandes y cerrando a la barbarie mahometana turcoide las puertas de Viena, Roma y defendiendo hasta los Balcanes….? ¿ Será por los marinos onubenses que bautizaron la Oceanía-Australia del Espíritu Santo- en honor a la habsbúrgica causa, cabeza visible de la Imperialidad Austro-Hispana ?¿ Será por la afirmación del viejo pueblo visigodo en nuestro suelo en base a la Eterna Roma y sus valores….?


O igual por ser tierra de olivares y naranjos, de encinas y robles, de jarosas y lagos, de amplias y bellas costas, de sol ardiente y lluvias, de huertos y ferias…Por ser una tierra donde la complejidad encumbra al misterio a través de sus rutas. Por una tierra de monasterios y complicada orografía; por una tierra patrocinadora de Cruzados; ligada en cuerpo y alma al sueño del Reino de Jerusalén la Celeste.


No sé, veo curiosas coincidencias, con todos los matices que poner queramos. No pretendo pues imponer mi criterio, sino más bien incitar al debate y a la reflexión. Porque, por encima de querellas dinásticas, si algo defendieron las Carlistadas fue precisamente la autenticidad del ser español, logrando en teoría ( Aunque se dio poco a conocer, fallo de su día; y fallo es que, tras Carlos VII, no se desarrollara en el siglo XX por ejemplo una política foral autóctona según qué regiones, como por ejemplo el Reino de Sevilla ) y en práctica un movimiento que, por desgracia, no alcanzó el poder. Pero es curioso como, cuando uno ha tenido el placer de acudir a manifestaciones con carlistas, aun queda mucha gente que le cae simpática la cosa. Aquí en el sur pasa igual. Recuerdo que eso mismo le escuché a mi abuelo materno, un camisa vieja falangista.


Sea como fuere, yo abogo porque, con todos los matices y con todos los gustos, sea la Legión de San Miguel Arcángel un ejemplo más o menos coetáneo ante los embates de la “ Modernidad “. Porque yo lo que aprecio es que encierra grandes ejemplos para el Hispanismo que viene. Eso sin desmerecer pues la Defensa de la Hispanidad del vascongado Maeztu, junto con la Acción Española, la filosofía del Padre Antoni Torró, el tradicionalismo catalán hispanista de los Padres Jacint Verdaguer i Santaló y Josep Torràs i Bagés, los estudios de Marcelino Menéndez Pelayo y Ramón Menéndez Pidal; los orígenes integralistas en la Corona Portuguesa ( Por ejemplo con António Sardinha; o la misma conversión lógica de Rolâo Preto ); o una de las mejores banderas del tomismo del Cono Sur : El Padre Julio de Meinvielle……Y claro está, todo lo que el carlismo nos ha legado, nos lega y legará : Carlos V, Carlos VI, Carlos VII, el General Tomás Antonio de Zumalakarregi, el General Cabrera, el Cura Merino, el General Gómez, Xuan María Acebal, José María de Iparagirre Balerdi, Juan Vázquez de Mella y Fanjul, Antonio Aparisi i Guijarro, el Capitán Enrique Barrau Salado, Manuel Fal Conde, Francisco Elías de Tejada, Luis María de Ruschi, Álvaro Pacheco Seré, Carlos Ibáñez Quintana, Miguel Ayuso, Rafael Gambra, Federico Ferrando Roda, Santiago Arellano Hernández, Félix Della Costa….. Y en las Dos Sicilias, podríamos empezar con un Maurizio di Giovane o con un Lorenzo Degli Innocenti….

Y es que también Rumanía sabía lo que era pelear contra el islamismo-turco en su caso-y se encontraba aún con el nefando secuestro judeomasónico. Son luchas que vienen de hace mucho. ¿ Cómo, si no, habrían de morir en esta tierra, peleando heroicamente contra el odio marxista, Ion Motza y Vasile Marin…? Así fue la cosa, de los Montes Cárpatos a Lisboa…..


San Miguel Arcángel protegiendo los iconos bizantinos; mientras que San Andrés coronaba nuestra nacionalidad y Santiago Apóstol nuestras huestes…..


¡¡¡ HISPANIDAD ES ESPÍRITU !!!


REITERO :

LAS ESPAÑAS : UNA FE, UNA PATRIA, UN IMPERIO.