14 de abril día de la ignominia
Hoy en diversas sedes municipales, la principal la del ayuntamiento "okupado" de Valencia, los terroristas marxistas leninistas han colocado el colgajo republicano. Colgajo ilegal, anticonstitucional mal que les pese, y representativo de la república golpista y genocida declarada en 1931.
Lo cierto, lo real, es que hoy debería ser conmemorado el día de la ignominia. Día para el recuerdo emocionado de los asesinados por la chusma revolucionaria de dicha republicaca, día en el que debería haberse derogado esa infame ley, salida de la mente de un personaje enfermizo y anormal, salido de unos urnas absurdas en un régimen que jamás debió comenzar a existir, el actual.
Hoy los verdaderos españoles sólo pueden rememorar a los 11.705 asesinados en las 225 checas madrileñas, la ignominia más grande echada sobre Madrid en toda su historia. Hoy es preciso rememorar en silencio y con oraciones por todos los asesinados en los barcos de la muerte, tanto de Bilbao, como de Santander. Hoy es el día propicio para rememorar a todos los Caídos por Dios y por España.
¡¡¡Muerte a la II República!!! y ¡¡¡maldita sea su memoria por toda la Historia!!!
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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