Re: ¿Abstención permanente o búsqueda de un cambio?
Hace casi dos años abrí este hilo proponiendo que el voto debería ser obligatorio, tal como las leyes de muchos Estados mandan. Por supuesto, se trata de reflexiones inútiles ya que no hay apoyo social a esa propuesta. Pero hoy le voy a dar la vuelta al calcetín y voy a razonar porque si el voto no va a ser obligatorio en España -no mientras dure este putrefacto régimen, y que no venga otro aún peor o podemita al estilo venezolano-, la abstención ha de ser tenida muy en cuenta y es que los extremos se tocan y hasta sería posible que un abstencionismo muy extenso acabase con esta anomalía histórica que está padeciendo nuestro país.
RAZONES PARA ABSTENERSE.
1.- Se afirma con mucha frecuencia que la abstención no sirve para nada, entre otras razones porque sólo se cuentan los votos.
Pues este argumento tiene una sencilla respuesta: por definición si el voto es voluntario, la abstención es una opción alternativa. Admitida esta idea tan simple como evidente es fácil asumir que uno se puede abstener y con ello se rechaza lo que se nos presenta.
2.- La abstención tiene una parte que es lo que se conoce como abstención técnica, que representa a aquellos hipotéticos votantes que no acudieron a las urnas por alguna de las diversas variables que se pueden dar: desde el fallecimiento del propio votante hasta cualquier imprevisto de muy diversa naturaleza (por ejemplo, ¿quién iría a votar si la vispera le tocaron millones de euros en algún premio?) Pero pongamos las cosas en su sitio, la abstención técnica se sabe que representa alrededor de un 10% de quienes se abstienen, al menos así la consideran los propios partidos políticos, luego, la abstención real, la que no quiere ni oír hablar de esos mismos partidajos y sus politiqueros, es el 90% de los que se abstienen, y ese es un dato importantísimo a la hora de evaluar lo que pasa y los resultados reales en cualquiera de los comicios convocados.
3.- Se afirma que quien no vota no tiene derecho a opinar después. Craso error, porque ¿alguien sabe si los abstencionistas dejan de pagar impuestos, ya sean directos o indirectos? No, ¿verdad?, es decir, quien no vota sigue siendo un paganini, un pechero, igual que si hubiese votado. Pues bien, asumamos de una vez que quien paga, exige. Y es que el abstencionista, aunque estaría encantado de que ni un sólo de sus céntimos de euro fueran destinados a financiar esa banda de los políticos, ni al sostenimiento de sus guaridas, etc., hay que reconocer que no van parejas la abstención política con la obligación fiscal , y eso repugna aún más.
4.- Pero la verdad es que la abstención suele estar formada por muchos millones de contribuyentes. ¿Sería lógico y hasta estaría más que justificado que dicha abstención que paga impuestos tuviese alguna forma de representatividad? Creo que sería lógico y justo y así deberían contemplarlo las leyes de un Estado que se defina como verdaderamente democrático y no sea la fanfarria de un circo. ¿Y eso cómo se haría?
5.- En un régimen con representación real y directa, la abstención debería tener el derecho al escaño vacío. Imaginemos al Congreso de los Diputad@s con un 30% de abstención representada en sus 350 escaños: 105 escaños vacíos durante 4 años
6.- Lo cierto es que cuando se deposita el voto en la urna se está regalando un cheque en blanco a unas siglas para los siguientes cuatro años. ¿Y cómo se controla dicha inversión? Verdaderamente hay que estar muy chiflado para ir a una empresa, banco, o al vecino de arriba con un talón conformado indicándole al receptor que puede hacer lo que le dé la gana con el dinero indicado en dicho talón, ¿a qué nadie hace eso? ¿porqué, entonces, se pone semejante extrema confianza en manos de unas siglas para que los políticos que están bajo las mismas hagan lo que les dé la gana sin control alguno durante ese periodo de tiempo? ¿acaso alguien dejaría parte de sus activos para ser manejados durante esos años sin control de ninguna clase?
Todas las respuestas son evidentes, así que porque no imaginar qué pasaría si el parlamento nacional, los autonómicos o los municipales, tuviesen grandes lagunas de asientos vacíos, de asientos que estarían recordando permanentemente a esos políticos y sus partidos que están siendo vigilados y que a la mínima los asientos vacíos podrían aumentar escandalosamente. Imaginemos una situación en la que la representación de la indiferencia superase el 50 %.
7.- La representación ausente (pero que observa desde la calle y los medios), los escaños vacíos pero vociferantes con sus permanentes silencios, tienen otra gran ventaja: son gratuitos, no hay que pagar sueldos ni incentivos, ni presencia en comisiones, no hay que dotar de despachos ni secretarias, ni tampoco dan derecho alguno a pensiones futuras, ni se regalan ordenadores portátiles, ni se pagan desplazamientos, ni hoteles o apartamentos, en resumen, representa un coste cero para el bolsillo.
Pues por increíble que parezca esta puede ser la gran reivindicación de los que se abstienen, sólo hace falta que reflexionen sobre ello y lo acepten, porque su propaganda también es gratuita.
Última edición por Valmadian; 05/04/2018 a las 02:01
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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