EL CARLISMO, CONTINUACIÓN DEL ESPÍRITU DE LA RECONQUISTA
El término de Reconquista constituye un campo de batalla en la historiografía actual, y esto se debe a las posibles concurrencias de términos en lo que a la actualidad al momento señalado se refiere. No obstante, es preciso señalar la validez del término en varias coordenadas, que a su vez iremos desarrollando a continuación. Una vez hecho esto, veremos si es correcta la asimilación con el carlismo, como movimiento reaccionario.
- La Reconquista, como término
Como antes mencionamos, a modo de introducción, al hablar de la Reconquista como término es posible que de las tendencias historiográficas que a él se han referido, algunas se muestren reacias a emplearlo debido a que argumentan ser una construcción ideológica propia de una victoria asegurada. En otras palabras, los enemigos del término Reconquista sostienen que sería una construcción como elemento legitimador de las guerras itinerantes entre 711 y 1492. Pues bien, los nuevos avances historiográficos han descubierto la existencia de textos y documentos de la época medieval hispánica donde se emplean los términos siguientes: la pérdida de España. Esto tiene una serie de consecuencias fundamentales en lo que al estudio de la Historia se refiere, pues la pérdida implica la eliminación de un objeto que existía con anterioridad. A su vez, ese ente anterior se encuentra en contraposición con el régimen político islámico (independientemente de sus etapas: emirato, califato, amiríes, taifas, beréberes…), es por ello que la comunidad política previa al islam es concebida por los contemporáneos como algo opuesto al mahometismo. Por tanto, tenemos un elemento distinto de la estructura islámica, que existía con anterioridad. La consecuencia de un pueblo identificado con España (perdida) frente a las estructuras mahometanas es nítida: necesidad de recuperar España.
Es ahí donde reside la naturaleza del término Reconquista, por tanto, no es sólo correcto su uso, sino que se corresponde a la actualización del pueblo hispánico en varios órdenes:
- Geográfico: Pues encontramos un territorio antes perteneciente a la Fe y que el islam ha arrebatado.
- Político: Entendido como la restauración de la monarquía católica (este elemento estará a la base de fundación de los reinos hispánicos).
- Religioso: Pues la Reconquista estuvo revestida como una auténtica Cruzada
Es por ello que en lo que al término se refiere, podemos definir a la Reconquista como el conjunto de guerras acaecidas entre 722 y 1492, con el fin de restaurar la Fe católica en los territorios hispánicos peninsulares.
2. El espíritu de la Reconquista
Una vez aceptados los términos, procedamos a escudriñar su naturaleza. La Reconquista tiene indudablemente una esencia religiosa, por tanto, una dimensión espiritual. Corrientes historiográficas con tendencias al nacionalismo han querido ver en el espíritu de la Reconquista un elemento de primacía española frente a tendencias extranjerizantes, que se materializaría en la expulsión de los mahometanos. Nada más lejos de la realidad. La Reconquista no se puede estudiar desde una defensa del territorio propio frente al ajeno, sino una defensa de la Fe y la Tradición que han sido suplantadas. Es este el verdadero elemento constitutivo de la Reconquista: la restauración de la Fe y la Tradición hispánica como contraposición, no ya al islam, sino a toda estructura ajena a estos dos pilares esenciales de la civilización hispana.
3. Carlismo y Reconquista
Es posible que el lector no termine de ver la relación entre el carlismo y la Reconquista. Veamos primero qué es el carlismo y cómo encaja en el espíritu de la Reconquista. Como sabemos, el carlismo es un movimiento político surgido en el s. XIX a raíz de la usurpación del trono a don Carlos de Borbón. Pero entender el carlismo como un mero pleito dinástico sería un reduccionismo que corre el riesgo de obviar gran parte del significado del objeto en cuestión. Por ello, el carlismo tiene varios elementos constitutivos:
- Religioso: La entrada de una ideología contraria a la Fe católica en España implicaría una reacción con el fin de restaurar los derechos de Dios en el reino.
- Político: El sistema político liberal es ajeno a la comunidad política natural y por tanto, presenta un grave desorden ante el cual se produce una reacción. A su vez, el carlismo tendrá un fuerte elemento renovador (1) del Antiguo Régimen dado que en el momento en que surgió este atravesaba una profunda crisis.
- Dinástico: Esa Tradición hispana que se pretende restaurar debe hacerse material en una figura o cabeza. La figura del rey legítimo en el carlismo forma parte de la naturaleza del mismo. Tan es así que la ausencia de dicha figura, que encarna la legitimidad, implica un cambio substancial o lo que es lo mismo, una profunda alteración.
Hecho este bosquejo tremendamente general del carlismo, veamos ahora su vinculación con la Reconquista. Siendo la Reconquista el levantamiento o reacción de un pueblo católico frente a los enemigos de su Fe, y que plantea como solución la restauración de la Tradición hispana, el carlismo se encuentra en perfecta sintonía con el espíritu de la Reconquista. Pues ante el peligro de la Fe (ya sea acechada por el islam o por el liberalismo), se desarrolla una reacción de rebeldía que está en sintonía con la esencia de la propia España.
Por ello, el carlismo es el movimiento político por excelencia que mantiene viva esa llama reconquistada frente a los enemigos de la Fe y la Tradición.
4. Conclusión
Así, la vinculación espiritual hispana nos llama a continuar ese esfuerzo de mantener y avivar la llama de la Reconquista, aquella que esconde la esencia de España. Carecería de sentido querer establecer nexos con la Reconquista y movimientos liberales, que pese a ser más o menos tímidos siguen estando injertados en la matriz liberal. No, cadena de los siglos hispánica que integra eslabones gloriosos como Alfonso VIII, Fernando III, Alfonso X, Jaime I, Isabel y Fernando, Felipe II… y muchos otros, es la cadena del tradicionalismo político, restaurador y reconquistador de la naturaleza hispánica.
Ramiro León
Bibliografía
(1) SUÁREZ VERDEGUER, F.: La crisis política del Antiguo Régimen en España, Rialp, Madrid, 1988
https://circulohispalense.wordpress....a-reconquista/
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