Fuente: España en tiempo de Felipe II, por el P. Luis Fernández y Fernández de Retama, Redentoristas. Espasa-Calpe, Vol. I, páginas 407-408. (Con censura eclesiástica).

Tomado de: Cruzado Español, Número 422, 15 de Octubre de 1975, página 1.



FELIPE II EN LUCHA CON PABLO IV


Hay que reconocer, con todos los historiadores, que antes de resolverse (Felipe II) a cruzar las armas con el Padre común de los fieles, quiso asegurar bien su conciencia y resolvió asesorarse de los teólogos y Universidades católicas.

Nuestro autorizado Tomás Walsh dice, con mucha razón, que el parecer de las Universidades y de los teólogos no tenía verdad definitiva en materias de fe, y así es; pero todo cristiano de recta conciencia, antes de obrar en materias dudosas, debe buscar en personas autorizadas la doctrina y el parecer corriente de la Iglesia en asuntos morales, y así lo hizo Felipe, consultando a la Universidad de Lovaina, a las de Salamanca y Alcalá, y al gran teólogo de la época, Melchor Cano.

Todos coincidieron, en sustancia, en la respuesta: que en el Papa había dos personas, en cierto modo diferentes: una, la del Padre espiritual de los fieles, y otra, la del Señor temporal; en la primera era intangible para un cristiano, pero en lo temporal estaba sujeto a las leyes de las naciones y en el mismo nivel que los demás monarcas. Y si, abusando de su poder espiritual, se saliese de su órbita propia para atentar a los derechos inalienables del monarca español, éste no sólo podía hacerle la guerra para salvar su honor y su prestigio injustamente vilipendiado, sino que era obligación defender sus estados, y sería tratado de vil si no lo hiciese.