Tema: La última detención franquista de Mauricio de Sivatte

Fuente: D. Mauricio de Sivatte. Una biografía política (1901-1980), César Alcalá, Scire/Balmes, Barcelona, 2001, páginas 186 – 189.




En el Aplec de Montserrat, celebrado el 12 de Mayo de 1974, Sivatte, que a la sazón tenía setenta y tres años, fue detenido y condenado por haber atentado, con sus palabras, al orden público. Su personalidad y su entereza le hizo pronunciar palabras que, desde siempre, había considerado verdaderas. Hemos visto, a lo largo de estos capítulos, cómo Sivatte afrontó siempre, con la cara descubierta, todos los problemas, y no guardó silencio ante sucesos o situaciones contrarias al Carlismo. Un año antes de la muerte de Franco, seguía defendiendo los mismos ideales y la misma cruzada que en los años cuarenta, cincuenta y sesenta.

En su discurso denunció la traición que el Régimen de Franco había provocado a la memoria de los muertos de la Cruzada, al romperse la unidad católica de España y por dictarse una Ley de Educación «socializante». Acusó, también, al General Franco de ser el enemigo número uno del Carlismo y de España.

La sentencia que se cursó contra Don Mauricio de Sivatte decía así:

JEFATURA SUPERIOR DE POLICÍA DE BARCELONA. Negociado de Multas. Nº 1.175.– En virtud del Expediente seguido contra Vd., y comprobando los hechos que lo motivaron, el Excmo. Sr. Gobernador Civil ha decretado:

En uso de las facultades que me confieren los artículos 18 y 19 de la Ley 45/1959, de 30 de Julio (Ley de Orden Público), modificada por la 36/1971, de 21 de Julio, he resuelto imponer, e impongo, la sanción de CINCUENTA MIL PESETAS a D. Mauricio de SIVATTE y BOBADILLA, nacido en Arenys de Mar (Barcelona), el día 1-3-1901, hijo de Manuel y Margarita, viudo, abogado, y con domicilio en Villafranca de Navarra (Navarra), C/ Martínez Arizala, nº 18, y accidentalmente en esta capital, C/ Avión Plus Ultra, nº 30, como comprendido en el art. 2º, letras a), f) ó i) de la mencionada Ley, por haber pronunciado un discurso el pasado 12 en Montserrat, en los actos organizados por el «Partido Carlista Rama Sivattista o de la Regencia de Estella», sobre las 12´15 horas, y ante unas 120 personas, criticando el actual Gobierno en diversos aspectos, y al que acusó de ilegítimo, manifestando, textualmente, «FRANCO ES EL ENEMIGO NÚMERO UNO DEL CARLISMO Y DE LA PATRIA», justificando el asesinato del Almirante Don Luis Carrero Blanco en el sentido de «QUE ERA LÓGICO E INEVITABLE, DEBIDO A SUS ACTIVIDADES POLÍTICAS ANTES DE SER NOMBRADO PRESIDENTE DEL GOBIERNO», y que «EL QUE SIEMBRA VIENTOS, RECOGE TEMPESTADES», comentando, asimismo, el hecho de haber sido nombrado Presidente del actual Gobierno D. Carlos Arias Navarro, cuando, por el contrario, debería exigírsele responsabilidades como encargado del mantenimiento del Orden Público en el momento de ser asesinado el anterior Presidente.

Barcelona, 18 de Mayo de 1974.

El Pensamiento Navarro y El Correo Catalán, escribieron sendas editoriales dando cuenta de la detención de Don Mauricio de Sivatte.

[…]

El Correo Catalán, 15 de Mayo de 1974:

Fuentes bien informadas próximas a la Audiencia indican que en las próximas horas se espera que pase a disposición del Juzgado de Guardia, por parte de la Policía, el señor Mauricio de Sivatte y de Bobadilla, que fue detenido a raíz de un acto celebrado en Montserrat el pasado Domingo, acto en el que el señor Sivatte hizo uso de la palabra.

Las mismas fuentes indican que el señor Sivatte está, en el momento de redactar esta noticia, en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía. Parece se le acusa de frases ofensivas al Estado.

La Secretaría Nacional de las Juntas Carlistas de Defensa dio a conocer, el 15 de Mayo de 1974, la siguiente Nota:

En el Aplech Nacional Carlista de Montserrat, celebrado el 12 de Mayo de 1974, Don Mauricio de Sivatte y de Bobadilla –cofundador del laureado Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat– defendió los principios del Carlismo, que llevaron a la Cruzada un crecido número de voluntarios.

Consideró que los muertos de la Cruzada habían sido traicionados al romperse la unidad católica de España y al dictarse una ley socializante para la enseñanza.

El señor Sivatte y de Bobadilla fue detenido el Lunes a mediodía, pasando el Martes, a las diez de la noche, a los calabozos de la Audiencia.

Le ha sido impuesta una multa de 50.000 pesetas por el Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento de Barcelona, y su atestado ha pasado al Tribunal de Orden Público de Madrid.

Se le ha concedido la «libertad provisional».

El 25 y 28 de Junio de 1974 los diarios Informaciones y Diario de Barcelona publicaron la noticia.

Fuente: ¿Qué Pasa?, 1 de Junio de 1974, página 3.



Cuando menos, extraño

(Reproducimos de «El Pensamiento Navarro», 18-V-1974)


Situemos los hechos bajo su verdadera luz. Es cierto que el Carlismo ha sufrido en los últimos años dos golpes de primera magnitud, de los cuales actualmente convalece, y de los que sólo podrá ir saliendo en virtud de su propio peso histórico y por la razón que los hechos mismos le van otorgando.

Uno de esos golpes ha procedido de la llamada Iglesia progresista o «postconciliar», con su «evolución política» hacia posiciones democrático-liberales y aun socialistas, de acuerdo con el espíritu de la antigua herejía modernista.

Otro ha sido la defección tradicionalista del presunto heredero de la Legitimidad Dinástica, Don Carlos Hugo, hacia derroteros análogos, abiertamente socialistas y marxistas.

Uno y otro golpe –que tienen una raíz común– han creado en el Carlismo una situación de desconcierto y fragmentación. Son varias las diferencias internas que separan en grupos a los carlistas que han permanecido sin desmayo en su fe, librándose de pasarse al enemigo, sea por vía pseudo-eclesiástica, o por vía de pseudo-legitimismo y disciplina política. Esas diferencias nacen del difícil restablecimiento de una sola autoridad, o se deben a pluralidad de opiniones tácticas en la acción doctrinal y política frente al confusísimo mundo que les rodea.

Sin embargo, estas diferencias circunstanciales y tácticas –puramente internas– no impiden que los carlistas leales a su fe se reconozcan entre sí y se sientan en comunión espiritual, sea frente al progresismo religioso, sea frente al liberalismo democrático, sea frente al socialismo o el marxismo.

Esta profunda comunión de fe y de espíritu hace, por ejemplo, que un carlista leal y consciente no acuda hoy al acto –adulterado y pervertido– de Montejurra. Sí, en cambio, asistiría gustoso –pasando por encima de aquellas diferencias internas o episódicas– al gran Aplech o concentración anual de Montserrat, donde se reza y se habla en auténtico carlista.

Y por esta misma comunión profunda se alza hoy nuestra protesta por la detención del benemérito jefe del grupo carlista catalán que organiza ese acto, figura venerable y octogenaria que ha dedicado su vida a la Causa que justificó e hizo posible la gran Cruzada de Liberación Nacional.

Cuando en España se celebran (con una u otra cobertura) mil actos diarios de propaganda marxista; cuando todas las sectas y religiones se predican libremente; cuando de la edición y exportación de libros marxistas en lengua castellana se ha hecho una industria nacional; cuando en el país se propaga la inconsciencia «aperturista» hacia un desenlace portugués, resulta extraño que el único detenido (fuera de terroristas activos) sea un anciano jefe del Carlismo…