EL FASCISMO, ¿UNA ALTERNATIVA?


Publicado el julio 9, 2019porcirculohispalense


Todo este lamentable conjunto de irreverencias y de violencias se verificaron con una tal intervención de miembros e insignias de partido, con tal unanimidad de un cabo a otro de Italia, y con tal condescendencia de las autoridades y de las fuerzas de seguridad pública, que era ya preciso pensar necesariamente en disposiciones venidas de arriba (Pío XI).

Quisiera, dada la ambigüedad del título de este artículo, comenzar con esta frase de Pío XI para despejar las dudas que pudieran presentarse sobre la legitimidad del fascismo como ideología. Numerosos son aquellos que, asqueados por el sistema vigente, van a sofocar su sed de verdad y justicia en las pantanosas fuentes fascistas. Quisiera pues señalar algunos breves apuntes sobre el tema para clarificar esta situación.

Bases ideológicas del fascismo

El fascismo es una ideología, es decir, una interpretación sesgada y equívoca de la realidad en base a unos presupuestos previos. El surgimiento del fascismo como tal hay que estudiarlo en el contexto histórico en el cual se desarrolla. El llamado período entreguerras se caracterizó por un incontestable orgullo liberal y una descarnada soberbia de la potencias vencedoras. Ante la situación de crisis total surgen unos núcleos de respuesta al sistema, erigiéndose como opuestos al sistema liberal. No obstante, estos núcleos de resistencias tienen una característica principal, y es la preocupación por las masas populares (fuertemente azotadas por el conflicto). Ello no les llevará a ser engullidos por el gigante rojo que representa el marxismo soviético, sino a plantear un sistema diferente (luego veremos que la conformación del fascismo en ningún momento se mantiene totalmente ajena a estas ideologías).

Debemos remontarnos a un pensador fundamental en la historia del surgimiento del fascismo, sin el cual no comprenderemos absolutamente nada: Hegel. Sin duda en Hegel vemos gran cantidad de la matriz filosófica que opera en el fascismo. Hegel es el padre de la dialéctica, la cual él sostiene que mediante la conformación de la antítesis como reacción a la tesis, surge del enfrentamiento entre ambas la síntesis, materializándose así el progreso de la sociedad. Este fenómeno es el que subyace en el desarrollo del pensamiento fascista, donde la tesis quedaría identificada con el liberalismo clásico, la antítesis marxista surgiría como reacción y sería la síntesis fascista la que emergería de las ruinas del enfrentamiento entre ambas. Así es perfectamente apreciable que el fascismo no es más que una transformación del pensamiento moderno (1), el cual mediante la esencia revolucionaria de la Modernidad, resurgiría como el régimen libertador de lo precedente.

Una vez plasmada la base filosófica del fascismo vayamos ahora a un aspecto que, siendo ideológico, tiene clarísimas repercusiones políticas: el nacionalismo. No es casualidad que Italia y Alemania albergaran estos regímenes tan particulares, siendo potencias cuya formación es más o menos pareja. Y es que en el proceso de unificación y conformación de ambas, el nacionalismo se utilizó como un instrumento que garantizara el éxito del proceso. El nacionalismo, al tener la voluntad de sustantivar a la propia nación, pretende la búsqueda de los elementos propios y característicos como pueden ser lengua, raza, costumbres … Una vez sustantivada, el nacionalismo llevará a cabo la sublimación de la nación, conviertiéndose en una sustancia que puede absorber y anular individuos (2). Vemos pues que el individuo, una vez configurada la nación no tiene un peso considerable en la misma, siendo ahora la nación sustancial y permanente (3). A lo largo de la Edad Moderna la conformación del Estado moderno y su paulatina absorción del poder de los reyes, el Estado y la nación se entremezclaron originando un espinoso concepto. Cuando se sublime en el nacionalismo a la nación, su asimilación moderna con el Estado llevará a un Estado absoluto: “Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado” (4).

En lo que a economía se refiere, parten, con el fin del ataque al capitalismo liberal, del análisis del marxismo. De hecho, el elemento socialista se mantiene latente en el propio fascismo: Socialismo significa la elevación y purificación de la conciencia individual, y su implantanción será el resultado de una larga serie de esfuerzos. Todos, en realidad, desde el profesional al obrero, pueden poner una piedra en este edificio, realizando un acto socialista todos los días y preparando así el derrocamiento de la sociedad existente (5). Si bien es cierto que no comparten el marxismo de forma total, sí gran parte de su análisis económico. Ello es una incorrección debido a que Marx lleva a cabo la dialéctica hegeliana, pero desde una óptica materialista (al contrario que Hegel, que la orientaba al Espíritu). La interpretación materialista, por dejar el ámbito sobrenatural a un lado carece de una similitud con la realidad aceptable.

Errores del fascismo

Muy brevemente quisiera centrar el estudio ahora en los errores más significativos del propio fascismo para clarificar el asunto:


  1. Aceptación del Estado moderno, siendo este sublimado al recurrir al nacionalismo.




  1. Dinámica revolucionaria, contraria al desarrollo de la Tradición y a la reacción (cuyo fin es la restauración natural y sobrenatural).
  2. Aceptación del principio de soberanía moderna. La problemática de ello ya ha sido explicada previamente (6).
  3. Ruptura del concepto clásico de política, quedando esta monopolizada por el partido.
  4. Ataque al principio de subsidiariedad al propugnarse el estatismo, de forma implícita o explícita. Debemos recordar que el principio de subsidiariedad es uno de los pilares de la Doctrina Social de la Iglesia.
  5. Concepción nacionalista de la comunidad política, contraria al orden natural patriótico (sustituyendo la importancia del fin de la comunidad por su origen y esencia (7)).
  6. Voluntarismo liberador. Para el fascismo, el Estado es concebido como un ente que en el ejercicio de la voluntad otorga un elemento de liberación al pueblo (muy relacionado con el culto al líder).
  7. Cesaropapismo. La Iglesia queda relegada del papel que le corresponde en la sociedad (potestad indirecta en el plano temporal), siendo pues sometida a las directrices del Estado (8).
  8. Religión subordinada a la propia nación. El lugar que corresponde a Dios, a la Iglesia y al orden natural pasa a ocuparlo lo que surge espontáneamente de la colectividad humana sustantivada (9).
  9. Resquicios vitalistas en el culto a la fuerza, la juventud, la pasión…

Comprendo que la brevedad de este artículo no me permite seguir enumerando, por lo que dejaremos la enumeración por aquí.

Conclusión

Como conclusión es preciso recordar que todo intento de negación y combate contra el mundo moderno debe realizarse, obviamente, desde premisas doctrinales ajenas a la propia Modernidad. Así, la respuesta al mundo moderno pasa necesariamente por la Tradición, entendida en su dimensión total y vinculante. Pues, como decía el profesor Rafael Gambra (refiriéndose al fascismo), al remontarse a tradiciones lejanas (Imperio Romano, Reyes Católicos…) pierden el deber de transmisión de la misma (10). Por ello, remontarse a la Tradición implica su directa restauración allí donde fue usurpada, es decir, en la monarquía tradicional y representativa.
Miguel Quesada

BIBLIOGRAFÍA


  1. Pues Hegel se encuentra en la base de su desarrollo ideológico, siendo Hegel un intéprete en orden filosófico de toda la teología protestante. Sobre esto véase CASTELLANO, D.:

B Martín Lutero, el canto del gallo de la Modernidad,Marcial Pons, 2016.
  1. GAMBRA, J. M.: La sociedad tradicional y sus enemigos, Guillermo Escolar, Madrid, 2019, pp. 122-124.
  2. A este respecto véase la frase de José Antonio Primo de Rivera: “España es irrevocable. Los españoles podrán decidir acerca de cosas secundarias; pero acerca de la esencia misma de España no tienen nada que decidir”. Citado en GAMBRA, J. M.: La sociedad tradicional y sus enemigos, Guillermo Escolar, Madrid, 2019, pág. 127. El mismo profesor Gambra advierte de que aunque esto fuera una solución al proceso independentista, su presentación como doctrina es peligrosa.
  3. MUSSOLINI, B.: Discurso de la Ascensión, 26/05/1927.
  4. MUSSOLINI, B.: Opera Omnia II, pág. 5.
  5. JAVIER FS: Soberanía y endiosamiento, Círculo Hispalense, 15/05/2019.
  6. GAMBRA, J. M.: La sociedad tradicional y sus enemigos, Guillermo Escolar, Madrid, 2019, pp. 120-121.
  7. PÍO XI, Non abbiamo bisogno, 1931.
  8. GAMBRA, J. M.: La sociedad tradicional y sus enemigos, Guillermo Escolar, Madrid, 2019, pág. 127.
  9. Cf. GAMBRA CIUDAD, R.: Tradición o mimetismo. La encrucijada política del presente, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1975.

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