No son guerras homologables.
La principal diferencia que se observa entre ellas es que la guerra carlista tenía un matiz absolutamente urgente, irrenunciable y sagrado de defensa de los principios religiosos católicos, principios que se echaban a perder con la llegada del liberalismo y que desvertebraban absolutamente el fundamento ya no sólo de la legitimidad del poder, sino que destruían los fundamentos seculares de la sociedad española como tal (y la historia demostró que estaban en lo cierto).
Desde la derrota del carlismo en 1840 y de lo que aquella derrota representó, España y los españoles, literalmente, no saben ya ni lo que son ni lo que han sido, ni en qué consistió su pasada grandeza, ni por qué están unidos..
Frente a ello, la derrota de los comuneros por el emperador solamente era la constatación del avance del poder de la omnipotencia del Monarca, de su poder legislativo y material; fenómeno que despuntaba ya también en Francia y en Inglaterra.
Ahora bien; en tanto que aquel monarca (y aquella monarquía) eran absolutamente católicos la lucha entre Carlos I y los comuneros digamos que tenía un mero carácter accesorio, de lucha entre estamentos de poder, no de subversión de valores ni de principios.
Luchas y conflictos de ese tipo fueron frecuentísimas entre los estamentos de poder medievales (rey, nobleza, concejos, clero) situándose cada protagonista haciendo causa común contra otros indistintamente según las circunstancias.
Y cabe disculpar la actuación “absolutista” de Carlos I si se quiere comprender que los tiempos en el siglo XVI precisaban de un poder fuerte y libre de trabas internas para hacer frente tanto a la Conquista de América contra potencias rivales como a la guerra contra los Protestantes.
Otra cosa es que no fuera muy disculpable la llegada de nobles flamencos para gobernar Castilla.
Los comuneros fueron los últimos defensores de un modelo concreto de Castilla medieval derrotado en lucha contra un nuevo modelo de modernidad.
Pero lo decisivo es que aquella guerra comunera sería sólo accidental conforme a los principios tradicionales.
Quiero decir que tanto los comuneros como las tropas de Carlos I hubieran hecho causa común con los carlistas contra la bestia liberal decimonónica.
Y que, al contrario, aquellos carlistas, imaginariamente trasladados al siglo XVI hubieran simpatizado indistintamente con alguno de ambos bandos: unos con los comuneros y otros con el Emperador.
Con un ejemplo se ve más claro; la guerra de los comuneros contra el Emperador sería como el conflicto de dos propietarios de una comunidad de vecinos; pero la de los carlistas contra los liberales sería como el de los vecinos de una comunidad de propietarios contra una cuadrilla de okupas que se quisiera quedar con su edificio por las buenas o por las malas.
La guerra comunera no tuvo el carácter subversivo de ataque a los principios fundamentales de ordenación de la sociedad como el liberalismo que la revolución Francesa trajo a España en el Siglo XIX, y contra lo que el carlismo luchó.
No se si el movimiento comunero castellano de hoy en dia esta desfasado de lo que fue y a dia hoy ya esta convertido en un pseudonacionalismo
¿¿"Comuneros" en el siglo XXI ??
Payasada anacrónica, envidiosa de que “Castilla” no tenga hoy algo parecido al “maravilloso” modelo catalán de “nacionalidad” de la Constitución de 1978.
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