Arnau, comprendo y comparto tu justificadísimo enojo, y hay bastante de cierto en lo que dices, pero maldecir a todos los extremeños me parece excesivo. Para eso podíamos maldecir a todos los españoles por tantas cosas como están pasando en España, y sería injusto y excesivo. Yo no puedo maldecir a mi patria, ni siquiera una parte de ella. Tampoco creo que ninguno haya reaccionado. Seguro que algunos extremeños lo han hecho, aunque sea de palabra, o escribiendo cartas al director, se hayan publicado o no. ¿Y cuántos de ellos no estarán haciendo reparaciones al Señor por esa barbaridad entre las paredes de los conventos o en su casa sin que lo sepamos? En todo caso, mejor recemos por que se conviertan y cambien los culpables y los cobardes, no para que se vayan al infierno, que mientras hay vida hay esperanza, aunque no sea mucha. Y por supuesto, demos todos la cara defendiendo la Verdad y defendiendo al Señor y a nuestra religión.