Es curiosos que últimamente, jugadores de fútbol o presidentes de fútbol con nóminas millonarias están dando cancha al secesionismo más rancio e insolidario. Tal vez, todo sea que ya están buscándose una salida profesional cuando se les acabe el chollo de la pelota.
De todas maneras, no le daría más importancia al tema, pues me temo que con lumbreras como Gabri el micronacionalismo no pasa de una postura snob. Es más, me parecen que son niñatos bien consentidos, que de la realidad política y social no tienen ni idea. ¿Alguna vez han molestado en solidarizarse con los trabajadores catalanes despedidos de SEAT o Philips?
Pan y circo.
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