La responsable directa, desde mi punto de vista, es esta sociedad podrida, decadente, asqueada de la vida sin haber vivido, descerebrada, ridícula y patética, satanizada sin Dios, es un asco, es la naúsea

Así, si vemos el spot de TELEMADRID sobre la recogida de fotografías del pasado de la ciudad, aparece una... no sé cómo calificarla, en la Gran Vía, desgañitándose mientras destroza la canción "My way" de Frank Sinatra, con aspecto de "hembra de Conan": ropajes semitransparentes de malla, minifalda y debajo una especie de medias negras sobrepuestas con otras también de malla, pero rotas aquí y allá, con unos zapatos de tacón de aguja, mientras los pelos parecen electrificados, como si se hubiese peinado metiendo los dedos en un enchufe. Y esta pobre "individua", lanzando alaridos ( y no exagero), además desafina como si tuviese un puesto de pollos vivos en la garganta, mientras afirma al final quién fué ella, y nos muestra un cochecito de bebé. ¡¡¡ Qué pena !!! ¿Alguien se imagina a este esperpento feminoide como madre ?

Y más, una bestia inmunda asesina a su hija de 15 meses, ¡¡¡ 15 meses !!!, a golpes, y ya le había roto una pierna con anterioridad. ¡Qué macho!, ¡qué hombre!, ¡NO! ¡qué repugnante sub-humano!. Qué pena que ya no existan los trabajos forzados, y ¡de por vida! A este individuo deberían aplicarle el aborto retroactivo.
Mientras, un ucraniano de "18 añitos", mata con una maza al "novio" de su madre. El sumatorio de barbaridades sin cuento, no tiene fin. Sería imposible relatar los de un sólo día.


Por otra parte, no deberíamos limitarnos a psiquiatras y psicólogos, ni pensar que sólo los hay nefastos. Un buen psiquiatra es Víctor Frankl, de la Escuela de Viena, La presencia ignorada de Dios es un texto suyo muy recomendable. Muchísima responsabilidad la tienen las Instituciones y quienes las están manipulando, de tantos mal llamados pedagogos, que son cualquier cosa menos verdaderos educadores. Pero los principales enemigos de la sociedad cristiana, son los políticos, esos personajes si niestros, mentirosos, siempre de doble cara y rasero, al fin y al cabo surgen de las cloacas de esta sociedad.

La paciencia es una virtud, pero todo tiene un límite, y cuando se rebasa ese límite, cuando se pisotean todos los valores, cuando éstos son considerados como un lastre, es llegada la hora de la ira.