Alain de Benoist sobre el esoterismo en el ambiente identitario*:
(Alain de Benoist, Ultimo anno, pág. 76-77)"El gusto por el esoterismo, tal como florece en ciertos ambientes de derecha me deja sumamente contrariado. Durante casi un cuarto de siglo he leído con paciencia una importante cantidad de autores que pretendían revelar, bajo diferentes formas, verdades ‘escondidas’. Sacando alguna rara excepción (quizás Abellio), mi conclusión es que son todas charlatanerías y nada más que eso. Una vez aceptado esto, voy a decir que entiendo muy bien las razones de un tal éxito en tales ambientes. El esoterismo cristaliza en ellos una serie de tendencias: el elitismo, la fascinación por el Orden (con mayúscula), la creencia en una “historia secreta”, la idea de que las cosas no son nunca lo que parecen (y puesto que siempre existe un demiurgo malo, la lógica del chivo expiatorio nunca se aleja de todo esto), la convicción de que existen ‘iniciados’ que conservan secretos antiquísimos. Una literatura aburrida, puramente especulativa, que fastidia por su pretensión de ser vehículo de certezas ‘indiscutibles’. Sobre todo una literatura de compensación para todos aquellos que han resultado ineptos ante la vida real y creen de poder tomarse una revancha respecto de un mundo que desprecian imaginándose ser los depositarios de algún Grial invisible. Lamentablemente aun las ideas de Julius Evola entran en este contexto. Su difusión me parece que ha producido efectos positivos y negativos en igual medida. El ‘tradicionalismo’ es una escuela de falta de realismo. En realidad el verdadero secreto es finalmente que no hay secretos."
*Texto no publicado en castellano, gentileza del prof. Marcos Ghio.
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