A los españoles no nos gusta la globalización y creemos que el Gobierno debería intervenir más en la economía. Ésa es la conclusión que se extrae del sondeo realizado por la empresa estadounidense de estudios demoscópicos Harris, en colaboración con el diario británico Financial Times, acerca de la actitud de la opinión pública de seis países industrializados de Occidente -España, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia- acerca de la economía mundial. El estudio fue publicado de forma resumida por el Financial Times, pero su texto completo revela que, a pesar del fuerte crecimiento económico de la última década y de la internacionalización de las empresas españolas, a los habitantes de la piel de toro nos sigue tirando el intervencionismo.
En primer lugar, el informe revela que España es uno de los países cuyos habitantes creen que la globalización les ha beneficiado menos. Apenas un 17% opina que ese fenómeno ha sido positivo para la economía nacional. Aunque ése es exactamente el mismo porcentaje que el de Estados Unidos, un país que habitualmente es descrito como el paraíso del libre mercado, y es dos puntos superior al del Reino Unido, cuya economía liberalizada y abierta al mundo se cita a menudo como un ejemplo para la Europa continental. Una Europa continental en la que se encuentran países como Alemania e Italia que, paradójicamente, son los más favorables al fenómeno de la globalización.
No obstante, hay que dejar claro que el sondeo señala que, por más que las lumbreras universitarias, de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y del FMI (Fondo Monetario Internacional) insistan en los beneficios de la apertura de mercados, las opiniones públicas no quieren ni oír hablar de eso. Incluso en Alemania, el país cuyos habitantes tienen una actitud más favorable respecto al fenómeno de la globalización, el 42% de los encuestados cree que la mundialización ha tenido consecuencias negativas, frente a tan sólo el 36% que cree que ha sido beneficiosa.
Donde los españoles más destacamos en la defensa de la intervención estatal es en la economía. Un 62% de los encuestados en España está a favor de que el Estado limite la compensación de los directivos de las empresas, apenas un punto menos de la opinión de los ciudadanos de Francia y dos por encima de los habitantes de Italia, el país que encabeza este ranking. Los españoles creemos también que el sistema impositivo no es lo suficientemente progresivo. De hecho, un 66% de los encuestados en España cree que "las personas con ingresos más altos deberían tener impuestos mayores", el porcentaje más alto de todos los países, según el mencionado sondeo.
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