La regla d’Hondt es por esencia partitocrática y contraria a la definición de democracia.-La 'regla d'Hondt' es el procedimiento que se aplica actualmente en España, en las elecciones para el Congreso de Diputados y para los Parlamentos de todas las Comunidades Autónomas, para decidir a qué candidatura corresponde cada escaño. El procedimiento se aplica a cada circunscripción independientemente, para atribuir los escaños que le correspondan entre las candidaturas que se hayan presentado en ella.
Es una regla creada desde el punto de vista de los partidos (o sea del representante) pero no de los electores (o sea no del representado)
En vez de elegir representantes (esencia de la verdadera democracia) se trata de que la gente subaste y elija partidos políticos (que solo se representan a ellos mismos).
La consecuencia de ello es que la provincia (que es la circunscripcion electoral en España) queda en el parlamento sin representación propia, pues los elegidos pasan a asignarse a su partido concreto no a la provincia que los eligió.
Además es imposible que la provincia (o sea, los electores de esa provincia) tenga voz propia, dado que se eligen diputados de partidos contrarios (que es lo que sucede).
Si se suman peras (PSOE) con manzanas (PP) ¿cuál será la voz de esos electores provinciales? Imposible. Por eso, las manzanas se juntan en el congreso con las manzanas y las peras con las peras (partitocracia)
Entonces la voz de esa provincia, de ese territorio, de esos representados concretos ¿¿cuál es??
En tal caso, ¿qué democracia hay?
Es como si en una Comunidad de vecinos, el Presidente elegido por los vecinos no fuera de la propia Comunidad, sino que fuera elegido entre dos, tres o más empresas suministradoras de Presidentes de comunidades.
Y que, ademas, no fuera elegido por cada comunidad de vecinos un solo presidente, ¡¡sino dos, tres o más "presidentes" (según votos de propietarios del edificio) y correspondientes a empresas distintas!!
...Y que una vez elegidos dichos presidentes, pasaran a tratar, reunidos con otros presidentes, sobre generalidades de comunidades de vecinos, leyes de propiedad horizontal, "el género" en la propiedad horizontal, etc....en vez de tratar de que tal edificio necesitaba un sólo presidente para que se arreglaran las goteras o para pintar la escalera.
Pues tal mismo es el disparate actual en materia de democracia en España.
Pero ¿a qué electores provinciales va a dar cuenta de su gestión el diputado elegido, si es en realidad un mero número del PP o del PSOE? (que, además suele ser jefe de tal partido en tal provincia?)
No solo eso, sino que ese diputado elegido, (que debería ser el que llevara la voz de la provincia al Parlamento), TRABAJA AL REVES: es el que da las directrices desde las Cortes a la cúpula y a las bases de cada provincia.
¿¿Es eso democracia??
Por ello la Ley d´Hondt no es democrática en absoluto.
Ejemplo:
Véase un ejemplo, en una provincia con ocho escaños a repartir y diez candidaturas, en la que se hubieran emitido 526.000 votos válidos, distribuidos del siguiente modo:
Partido A: 168.000 votos
Partido B: 104.000 votos
Partido C: 72.000 votos
Partido D: 64.000 votos
Partido E: 36.000 votos
Partido F: 31.000 votos
Partido G: 14.000 votos
Partido H: 12.000 votos
Partido I: 10.000 votos
Partido J: 8.000 votos
Votos en blanco: 7.000 votos
El 3 % de los votos válidos son 15.780; por consiguiente no se tomarán en cuenta en la distribución de escaños los Partidos G, H, I y J. Con los otros seis se aplica la regla, calculando los resultados de dividir su número de votos por 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, y 8. Se obtienen los siguientes cocientes:
Votos - Votos /2 - Votos /3 - Votos /4 - Votos /5 - Votos /6 - Votos /7- Votos /8
PartidoA
168.000 / 84.000 / 56.000 / 42.000 / 33.600 / 28.000 / 24.000 / 21.000
Partido B
104.000 / 52.000 / 34.666 / 26.000 / 20.800 / 17.333 / 14.857 / 13.000
Partido C
72.000 / 36.000 / 24.000 / 18.000 / 14.400
12.000 / 10.285 / 9.000
Partido D
64.000 / 32.000 / 21.333 / 16.000 / 12.800 / 10.666 / 9.142 / 8.000
Partido E
36.000 / 18.000 / 12.000 / 9.000 / 7.200 / 6.000 / 5.143 / 4.500
Partido F
31.000 / 15.500 / 10.333 / 7.750 / 6.200 / 5.166 / 4.428 / 3.875
El primer escaño corresponde al Partido A, por la cifra de sus votos dividida por 1 (168.000), que es la más alta. El segundo escaño, al Partido B, también por la cifra de sus votos dividida por 1 (104.000), porque es la cifra más alta después de la anterior. El tercer escaño corresponde de nuevo al Partido A, que con la cifra de sus votos dividida entre 2 (84.000) presenta la tercera cifra más alta. El cuarto escaño, al Partido C (72.000); el quinto al Partido D (64.000); el sexto es de nuevo para el Partido A, que con sus votos divididos por 3 tiene la siguiente cifra más alta (56.000); el séptimo es para el Partido B, por la cifra de sus votos dividida por dos (52.000); y el octavo y último es para el Partido A, por la cifra de sus votos dividida por 4 (42.000).
Es decir, que con el sistema actual (Ley d´Hondt) A tendría 4 escaños, B tendría 2; C :1 y D, 1
O sea:4 manzanas, 2 peras, 1 ciruela y 1 cereza. Luego, pasa a juntarse cada fruta con las suyas en el cesto.
¿Y la voz de la provincia (y de esos electores concretos) donde queda? ¿A quien rinden cuentas los diputados?
¿Y quien representa al conjunto de electores de esa provincia?
Porque una de dos:
Si no se concede a la provincia personalidad política tras el resultado de las elecciones ¿por qué se la hace base electoral?
Y si la representación que se pretende y que se obtiene es ideológica, y no territorial, lo más lógico sería hacer una circunscripción única para todo el país y que los escaños se distribuyeran proporcionalmente entre los partidos.
Y es que las candidaturas (incluyan uno, cinco, diez o cien miembros) deben elegirse al modo de los presidentes de una comunidad de vecinos, de un club de fútbol o del presidente de una república, que aunque no se les haya votado por todos los electores, representan a todos porque son la representación de ese territorio.
En el caso concreto del ejemplo, la lógica de la democracia conllevaría que debería representar a tal provincia la candidatura con el mayor número de votos; y como ninguna tendría mayoría absoluta debería haber una segunda vuelta entre el Partido A: 168.000 votos y el Partido B: 104.000 votos.
Dando otra oportunidad a que eligieran representante aquellos que hubieran votado las candidaturas derrotadas: la C, D, E y F.
Y tras esa segunda vuelta, representaría a tal provincia p. ej la candidatura A que habría obtenido, pongamos, el 54% de los votos.
Y esa candidatura debería llevarse íntegramente los 8 escaños, y representaría íntegramente a tal provincia y a todos sus electores (independientemente de que no la hubieran votado).
Y esos diputados lo serían principalmente de tal provincia y secundariamente de tal partido. (Al contrario de lo que sucede ahora; que son diputados de tal partido –partitocracia- y secundariamente, de tal provincia -)
Pero la opción más lógica, en tal caso, sería dividir la provincia en 8 distritos electorales distintos y que en cada uno de ellos se eligiera un diputado concreto, a doble vuelta en su caso.
Y tal es el sistema francés.
Además, siendo las elecciones a doble vuelta, se salva el voto en conciencia en la primera vuelta, y a continuación, el voto del candidato menos malo en la segunda vuelta.
Y no hay necesidad de votar a un candidato a priori rechazable por el elector, como los que votan PP aun a disgusto, y como mal menor.
Sólo así se podría hablar de democracia, cuando el representante lo es de un electorado concreto e identificado con una voz única concreta de su distrito.
Lo demás es fraude y partitocracia.
Última edición por el cura y el barbero; 13/03/2008 a las 19:15
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