No me puedo contener. Eso que tú llamas ley, en realidad no lo es tal, es una aberración. Fue tan ilegíitma como ilegal. Nació de un perjurio y de un engaño. Unas Cortes no constituyentes, he ahí la ilegalidad, proclamaron algo que fue vendido arteramente a eso que tú llamas pueblo español.
Y es una aberración, porque si amparadas en ese ordenamiento supremo que se llama Constitución, son promulgadas leyes que van, no ya contra el Derecho Divino, sino contra el Natural y la recta razón, la ley deja de ser ley y no sólo hay que incumplirla, sino combatirla.
La ley suprema del Estado español es (porque lo otro no es, sino una usurpación) la de Cristo, Rey, y está refrendada por Su Preciosísima Sangre en el madero de la Cruz.
Vale.
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