Esa es una actitud tanto exagerada como incorrecta. El iberismo no es anti-hispanista (aunque si haya iberistas que lo sean), ni en esencia ni en forma, mas bien es un movimiento paralelo que difiere en muchos aspectos, pero igual comparte otros muchos. No es constructivo tener una actitud de hostilidad hacia otros proyectos solo porque sean divergentes en ciertos aspectos. Con marcar las diferencias puntuales es suficiente. El neo-islamismo andalusí sería un ejemplo de un movimiento antihispanista, e igual la izquierda anti-tradicionalista o la derecha agringada.
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