Re: Até sempre! - Hasta siempre!
Sigo en contacto con nuestro compañero a través de Facebook, y me confirma que su decisión es definitiva. Considera que los "descontrolados" siempre van a existir y él no está muy dispuesto a soportar insultos a Portugal o a su persona. También piensa que si su salida da lugar a un cierto debate sobre la cuestión de la moderación, algo se habrá ganado. Personalmente le he pedido que lo reconsidere y creo que es una pérdida importante para nosotros.
Respecto a la labor de moderación, lo cierto es que difícilmente se puede hacer nada sin unas mínimas herramientas para ello. Yo las tengo en el Foro de Ciencia y si hay que usarlas se hace sin problema alguno, aunque no es la labor que más me gusta, pero alguien tiene que hacerlo si no queremos que esto se convierta en un caos, o que se te obligue como administrador a estar pendiente de todo. Cada uno tenemos nuestra vida personal y no se puede estar conectado todo el día y vigilando el sitio como un gendarme.
¿Solución? dos o tres moderadores que actúen colegiadamente y, según carácter personal, que se pongan de acuerdo cuando haya que actuar, así si yo soy vehemente otra deberá haber que sea mucho más pausado, no es más que un sistema de contrapesos y de ese modo se evita la posibilidad de abusos, o de que haya individuos buscando pelea para hacer perder los papeles en algún momento. Si no es así, al final lo que uno hace es auto-moderarse para no saltar.
¿Qué ámbitos deben estar bajo moderación que no sea necesariamente la del administrador? Pues todos los foros comunes en los que hay más gente, dejando quizás alguno que otro que por su naturaleza o tipo de contenidos deban quedar en manos de la administración exclusivamente.
¿Qué herramientas han de estar disponibles para los moderadores? Las propias de cualquier moderador quedando las decisiones finales para la administración.
Otro modo de proceder al final se convierte en una especie de chivateo que a nadie le gusta. En mi opinión, los grandes problemas deben de ser materia exclusiva del administrador, mientras que los "rifi-rafes", o los líos que buscan los "alborotadores" e "incontrolados" deben ser tarea de los moderadores, pero con herramientas reales, no a modo de los antiguos "bobies" de Londres que llevaban un silbato. Advertir que se está dando un aviso de moderación escribiendo un breve mensaje en rojo y nada más no tiene sentido.
Tal vez así, siendo colegiadamente, es posible que pueda haber dos o tres moderadores que, en efecto, sepan exactamente qué es y para qué sirve cada herramienta de moderación. También se puede abrir un sub-foro de acceso exclusivo en el que comentar todas las incidencias con la administración.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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