El Mosaico de los Amores, una joya comparable a los Guerreros de Terracota ¡y está en Linares!
Hay 67 profesionales trabajando junto a 450 voluntarios. Este verano van a excavar lo que se cree que fue una antigua judería. /José Manuel Pedrosa
Debajo de un metro y medio de tierra, cascotes, escombros y piedras asomó la cara de una anciana. Apenas lo vieron, los arqueólogos fueron conscientes de que habían desenterrado un mosaico extraordinario. En un rostro de tres palmos había teselas de 28 colores distintos, que dibujaban la vejez con precisión, con mil matices. Había vidrios y piedras extraordinarias, imposibles de hallar sin viajar a cientos o incluso miles de kilómetros del Cástulo romano, a cinco kilómetros de la actual Linares (Jaén). Poco a poco fueron apareciendo el resto de escenas. Paris, Selene, cazadores, la primavera y las otras estaciones, animales… El descubrimiento asombró a los científicos. En 2012 National Geographic lo incluyó como uno de los 10 hallazgos arqueológicos más importantes del mundo. El Mosaico de los Amores, lo llamaron. Habla de amor pero esconde una historia de muerte, intrigas y dominio. Y ha sido capaz de levantar la estima de toda una ciudad hundida en una crisis industrial y de identidad. Los linarenses miran ahora a Cástulo, a sus raíces, con esperanza. El Mosaico de los Amores ha obrado el milagro: el yacimiento arqueológico pasó de languidecer con 1.700 visitantes en 2010 a bullir con más de 40.000 en el último año. Una vez que se vuelva a descubrir el mosaico (sus 72 metros cuadrados se taparon en invierno con grava y ahora se le está haciendo una cubierta) se espera una nueva avalancha.
«En junio de 2012, durante la segunda fase de excavaciones en el foro romano de la antigua ciudad ibero-romana de Cástulo, en Linares, un equipo de arqueólogos, del Proyecto Fórum MMX, sacó a la luz un mosaico romano de comienzos o mediados del siglo II, que presenta un vivo colorido y un magnífico estado de conservación», explica National Geographic en un artículo que sitúa a Cástulo a la altura de otras maravillas como el mausoleo de los guerreros de Xian (China), las Momias ‘Frankenstein’, (en la isla escocesa de South Uist), el templo del sol nocturno en El Zoct (Guatemala), la fortificación de La Bastida en Totana (Murcia), el templo Mayor en Ciudad de México o el asentamiento prehistórico de Solnusata en Bulgaria. Y aún había más. En 2013 otro bombazo: los arqueólogos desenterraron un gran león ibero-romano que guardaba una puerta, un hallazgo excepcional que propició que National Geographic incluyese a Linares, por segundo año consecutivo, entre los yacimientos más importantes del mundo. La fiebre de Cástulo ya está desatada.
«Lo que se ha excavado hasta ahora es una mínima parte», aseguran los arqueólogos. «Ahora estamos descubriendo la verdadera importancia de Cástulo», asegura el alcalde de Linares, Juan Fernández. Tras el cierre de la única fábrica de automóviles de Andalucía, Santana Motor, y con una tasa de paro de casi el 50%, la ciudad necesita un revulsivo. Y se aferra a su remoto pasado. «Todo lo relacionado con Cástulo tiene una repercusión inmediata en la economía, el empleo y el turismo», apunta Fernández.
Chapas de refresco
A pesar de que los científicos sabían desde al menos 1969 que estaban ante un yacimiento de primer nivel mundial, el abandono era tal que la única defensa contra los furtivos y los cazatesoros durante años fue sembrar el terreno de chapas de refrescos, para volver locos a los detectores de metales. Hasta 2003 no había ni una valla. Ahora hay interés. El Gobierno andaluz invertirá más de 450.000 euros en el yacimiento. En torno a Cástulo se ha generado un movimiento formidable. Más de 40.000 visitantes en un año, cifra que multiplica por veinte a la de tres años antes. Hay 67 profesionales trabajando allí. Y más de 450 voluntarios. El equipo de fútbol local luce un león en sus camisetas. Una marca de vino ha etiquetado uno de sus productos con un detalle del mosaico. Dos empresas ofrecen visitas teatralizadas. Alumnos de los institutos de Linares trabajan Cástulo como asignatura, y representan obras de teatro allí. El yacimiento suscita orgullo. Y fe en el futuro. Este verano se va a excavar lo que se cree fue una antigua judería. Y todo comenzó con la cara de una anciana perfilada piedra a piedra. Un detalle de un gran mosaico que tiene como escenas centrales dos historias de amor universales. Una es el Juicio de Paris, el príncipe troyano que raptó a Helena, origen mítico de la Guerra de Troya. En la otra escena, la diosa Selene recorre la noche en el carro de la Luna por encima del pastor Endimión, que duerme. Un amor eterno pero también trágico.
El mosaico, explica Marcelo Castro, director de la excavación, estaba en la sala principal de un edificio dedicado al culto imperial, al poder. Un asesinato y una maldición deciden el destino del edificio y del mosaico. Un crimen de Estado en Roma. El 18 de septiembre del año 96 de nuestra era, el emperador Domiciano, el último flavio en cuyo honor se levantó el edificio donde se hizo el mosaico, es apuñalado en una intriga cortesana. Nerva toma el poder. Inmediatamente, el Senado –en una decisión que se tomó solo un par de veces más– lanzó una maldición: la ‘damnatio memoriae’. La condena de la memoria: las monedas de Domiciano fueron fundidas, se borró hasta su nombre de los registros públicos. Todo lo relacionado con él debía ser destruido. Incluso su edificio en Cástulo.
«Hemos encontrado evidencias de que tras la ‘damnatio memoriae’ desmontaron la techumbre, y se demolió uno de los muros de la sala del mosaico. El muro cayó sobre el suelo, y protegió el mosaico durante siglos», explica Marcelo Castro. Durante el resto de la dominación romana, el edificio permaneció en ruinas, en pleno centro de una de las ciudades más importantes de la Oretania hispana, con casi 40.000 almas. Solo un mensaje en piedra: ‘Así acaban quienes desafían al pueblo romano’. El olvido se adueña de Cástulo durante casi 1.500 años, hasta que Úbeda y Baeza, ciudades renacentistas Patrimonio de la Humanidad, emergen. Los obispos y los nobles necesitan piedras, columnas y capiteles para sus palacios de inspiración clásica. Y tienen Cástulo a un paso. La que fue una ciudad importante queda convertida en una meseta yerma. El expolio continuó durante siglos.
En 1968 se hicieron las primeras excavaciones científicas, pero Cástulo no renace hasta 2011. El arqueólogo Marcelo Castro sonríe cuando comenta que pese a su éxito ellos también han pagado su precio: «En sentido estricto la excavación es un fracaso, porque lo que buscábamos era el foro de la ciudad, y no lo hemos encontrado», explica. A cambio han roto una maldición de 2.000 años. Ya se puede decir aquello de Veni, vidi… Cástulo.
La túnica de Neso | Departamento de Latín IES La Senda Quart de Poblet
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