Un yacimiento arqueológico único en la Comunidad Valenciana
- La obra del gaseoducto de la Vega Baja saca a la luz una cámara funeraria del siglo III a.C.
- Cultura insta al arqueólogo a parar la excavación y recubrirlo de tierra especial
Escaleras subterráneas talladas en roca que van a un habitáculo funerario. Varias piezas recuperadas. EL MUNDOFinales del año 2012. Las obras del proyecto del gaseoducto de la Vega Baja llega al tramo Rojales-Guardamar del Segura. A la altura del Cabezo del Lucero, en Guardamar, la maquinaria se topa con lo que al principio se creía era un simple basurero donde había restos ibéros y púnicos con huesos de animales o un silo o depósito de cereales rellenado con escombros, cerámica y huesos de época íbera.
Bienvenido Mas Belén, el arqueólogo que supervisa los trabajos, en previsión de la aparición de restos históricos, se pone manos a la obra. Comienza la excavación arqueológica y poco a poco se va extrayendo tierra mezclada con cerámicas y parte de una escultura fragmentada antropomorfa pertenecientes a la cultura ibéra de los siglos IV-III antes de Cristo (a.C.). La expectación por lo hallado alcanza niveles inimaginables cuando comienzan a aflorar escalones subterráneos tallados en la roca.
Aparecen uno tras otro hasta comprobar que se trata de un ‘dromos’, un pasillo de acceso escalonado, curvado e inclinado que antecede a dos tramos abovedados de una cavidad artificial. La expectación da paso a un hallazgo arqueológico posiblemente único en la Comunidad Valenciana y Murcia: una galería subterránea funerarias. “Un hipogeo de tipología fenicio-púnica de entre los siglos VIII-IV a.C.”, según Mas.
Estructuras arqueológicas de este tipo sólo se han hallado en diferentes yacimientos de Baleares, Almería y Málaga por lo que lo descubierto en Guardamar “es excepcional”, según el arqueólogo.
El hallazgo se pone en conocimiento del responsable del Museo Arqueológico de Guardamar, Antonio García, así como a los responsables de la Consellería de Cultura. Los técnicos de esta última administración visitan el lugar del hallazgo y debido a la singularidad de lo encontrado prosigue la excavación y ordenan incluso la modificación del trazado del gaseoducto.
La actuación arqueológica además de restos materiales (platos, tazas o ánforas ibéricas, y púnicas entre otros) sacan a la luz nueve escalones y dos tramos abovedados con una longitud total de seis metros. Pendiente está de comprobar si existe una o más cámaras funerarias, según Bienvenido Mas.
En plena actuación e investigación la empresa constructora del gaseoducto alega ante la Consellería de Cultura que carece de medios técnicos para garantizar la seguridad de los trabajadores que excavan el hallazgo subterráneo argumentando que no son especialistas en excavaciones en cuevas. Poco después la Consellería de Cultura insta al arqueólogo a paralizar la investigación y recubrir el hipogeo de tierra especial.
Y todo ello sin haberse adentrado en el último habitáculo. Este tipo de construcción, según otros paralelismos, se utilizó en la antigüedad para el enterramiento de una o varios personajes de la sociedad fenicia o púnica de entonces que habitaba en la zona. Por lo que en la parte sin excavar podría estar el sarcófago o sarcófagos de los allí enterrados.
La túnica de Neso | Departamento de Latín IES La Senda Quart de Poblet
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