Nuevas evidencias sobre la derrota de Cartago en la Batalla de Baécula
- El enfrentamiento sucedió en el 208 a.C y marcó un punto de inflexión en la II Guerra Púnica
- El Instituto Universitario de Arqueología Ibérica terminó en septiembre el trabajo de campo
Moneda Hispano-Cartaginesa | Instituto Universitario de Arqueología IbéricaEn el año 208 a.C. una batalla por el control del mediterráneo enfrentó a los dos grandes imperios del momento: Cartago y Roma en la actual Santo Tomé, en la provincia de Jaén. No era la primera ni la última vez que los dos ejércitos se verían las caras, pero la derrota de Cartago fue crucial y supondría la entrada de Roma en el Valle del Guadalquivir, el último de los territorios que controlaban en la Península y de una importancia estratégica fundamental como medio de abastecimiento de sus ejércitos, tal y como explica Juan Pedro Bellón, director del proyecto arqueológico sobre la Batalla de Baécula. Además obligaría a Asdrúbal a marchar a Italia para ayudar en la batalla contra Roma a su hermano Aníbal Barca, empresa en la que le costó la vida.
La batalla se enmarca dentro de la Segunda Guerra Púnica y según Juan Pedro Bellón, director del proyecto, “supone la entrada de Roma en el Valle del Guadalquivir, el último territorio controlado por Cartago y de una importancia estratégica fundamental como medio de abastecimiento de sus ejércitos”.
Un hallazgo de magnitudes ingentes
Según los expertos que han trabajado en el proyecto, los hallazgos no pueden ser más impactantes. Se han encontrado numerosas armas y monedas fechadas en el año 210 aC. y más de 3000 piezas que han ayudado a perfilar “el corpus de elementos que definen un campo de batalla de la Segunda Guerra Púnica”, apunta Juan Pedro Bellón. Asimismo, cree que este hallazgo “será un referente para cualquier investigación o descubrimiento futuro”.
Tanto es así que Juan Pedro Bellón se atreve a afirmar que “son los restos arqueológicos más completos, contextualizados y coherentes de una batalla de la antigüedad que conocemos en toda Europa“.
Estos hallazgos son el culmen del trabajo de más de una década. El Instituto Universitario de Arqueología Ibérica (IAI) decidió en 2006 iniciar un proyecto de investigación sobre la Batalla de Baécula. El trabajo de campo ha sido ingente y en él han confluido muchas disciplinas, “desde la numismática hasta la arqueometría”, señala el director del proyecto.
La primera fase de este proyecto permitió localizar el escenario exacto de la lucha entre cartagineses y romanos y la ubicación de los campamentos militares de los dos ejércitos. Si bien existía controversia respecto al lugar exacto al que hacía alusión el término Baécula, las evidencias indican que tuvo lugar en Santo Tomé por “la topografía del sitio, similar a la descrita por las fuentes romanas y el conjunto de elementos (más de 3000) que, sin lugar a dudas, pertenecen a un contexto bélico de la Segunda Guerra Púnica”, apunta Juan Pedro Bellón.
La segunda fase se ha enfocado más hacia los detalles del desarrollo de la Batalla de Baécula y hacia el análisis de los descubrimientos previos, sus conclusiones finales se presentarán en unas jornadas en la Universidad de Jaén el 13 y 14 de noviembre que contarán con la presencia de expertos nacionales e internacionales.
Restos de cerámica ibérica destruida en el contexto de la batalla. Tanto cartagineses como romanos saqueaban los almacenes ibéricos para abastecer al ejércitoEn la actualidad el Instituto Universitario de Arqueología Ibérica negocia la posibilidad de iniciar la investigación de la Batalla de Zama en Túnez -que supuso la derrota de Aníbal y el fin de la Segunda Guerra Púnica y abrió la puerta a la creación del Imperio Romano-. Asimismo, se ha iniciado un proyecto similar en Iliturgi (Mengíbar).
Dos grandes imperios que anhelaban el Mediterráneo
Como en enfrentamientos anteriores entre Roma y Cartago, el motivo de la lucha era el control del Mediterráneo, una empresa nada desdeñable en la que las dos potencias del momento desplegaron todo su ingenio y destreza para salir victoriosas.
El hermano de Aníbal, Asdrúbal Barca , lideraba el ejército cartaginés, mientras que a las órdenes del batallón romano estaba Escipión “El Africano”. Fue finalmente Roma quien se impuso militarmente y se alzó con la victoria.
“Escipión recorría sus filas y enseñas y les hacía ver cómo el enemigo, renunciando de antemano a la posibilidad de luchar en campo abierto, buscaba las alturas y estaba allí a la vista confiado en la posición y no en el valor y las armas; pero murallas más altas tenía Cartagena, y los soldados romanos las habían escalado; ni las alturas, ni la ciudadela, ni siquiera el mar habían resistido a sus armas. Las alturas que habían buscado les iban a servir al enemigo para escapar saltando por precipicios y despeñaderos, y él les iba a cortar también la huida por allí”, escribió Tito Livio.
Bastante pronto, se percibió que los romanos ganarían aquella batalla, hecho que no pasó desapercibido a Asdrúbal. Una vez que éste vio que sus fuerzas estaban siendo derrotadas, decidió tomar su dinero y marcharse.
Batalla de BaéculaAsí lo cuenta Polibio: “Escipión no creyó oportuno acosar de cerca de los hombres de Asdrúbal, ya que él mismo temía el ataque de los otros dos generales, por lo que envió a sus soldados a saquear el campamento enemigo. Al día siguiente reunió a todos los prisioneros,unos diez mil soldados de infantería y más de dos mil jinetes, y dispuso personalmente de ellos. Los iberos que, en las regiones citadas, anteriormente habían sido aliados de los cartagineses, fueron y se entregaron a la lealtad de los romanos; a medida que se iban encontrando con Escipión, lo llamaban rey“.
La túnica de Neso | Departamento de Latín IES La Senda Quart de Poblet
Sumamente interesante los hallazgos de la batalla de Baécula.
Siempre me ha interesado el enfrentamiento político-metafísico entre Romanos y Cartagineses, que perdura en la actualidad, con el triunfo generalizado de los neocartagineses.
Aunque los Romanos aún resistimos en las catacumbas.
Inaccesibles al desaliento seguimos firmes en la búsqueda de Perseo, Eneas y Romulo, nuestros héroes paradigmáticos, que no mueren, y que como el Cid ganan batallas después de "muertos".
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