Gesaleico y Amalarico
El mismo año 507, en que murió Alarico, fue elegido rey Gesaleico, hijo natural del anterior monarca. De Gesaleico dice San Isidoro que era de lo más vil por su origen, y de una incapacidad y desacierto extremos[1]. Las fuentes, en efecto, están inconformes en atribuirle tristes cualidades personales. La elección se hizo en Narbona. Alarico había dejado también un hijo legítimo, Amalarico, nieto por línea materna del ostro godo Teodorico.
Sólo contaba Amalarico unos cinco años, y a pesar de ello Teodorico, su abuelo, pretendió desde el primer momento que fuese reconocido rey, en realidad sin pleno derecho, ya que entre los visigodos no existía sucesión hereditaria al trono. No debe, pues considerarse en modo alguno a Gesaleico como usurpador.
Las discrepancias interiores debieron contribuir poderosamente a que la derrota del campo Vogladense diese por resultado la pérdida para los visigodos de toda la Galia, salvo la pequeña región de la Septimania y la Provenza. Los francos y Borgoñones se apoderaron en el curso de los años 507 y 508 de todo el reino galovisigótico. De una parte, la Auvernia fue sometida por Teodorico, hijo de Clodoveo, y por el rey Borgoñon; de otra, el propio Clodoveo conquistó Burdeos, y ya en el 508 se apoderó de Tolosa, sin resistencia, y, en esta ciudad, de parte -algo parece ser que qué se había trasladado a carcasona- del tesoro de Alarico.
Poco después cae Angulema en su poder. En realidad, esta campaña de los francos fue, mejor que una conquista, una ocupación pacífica, pues las más de las veces las ciudades les abrían con regocijo sus puertas. Hubo, sin embargo, casos de resistencia enérgica, como sucedió en algunas ciudades de la Auvernia y en Angulema.
Campaña de los francoborgoñones contra los dominios visigodos. Intervención de Teodorico, rey de los ostrogodos.
Gesaleico debía estar organizando en cierto sentido su reino en Narbona, al propio tiempo que Teodorico el ostrogodo se preparaba en Italia para lograr sentar en el trono a su nieto y salvar a la vez, en lucha contra los Borgoñones y los francos, la vida misma del reino visigodo. Los visigodos conservaban aún en las Galias las regiones de la narbonense que formaron la Septimania y la Provenza, cuyas ciudades más importantes eran Narbona, Arles y Marsella, respectivamente.
Borgoñones y francos desearon también apoderarse de estas regiones, y Gundebaldo el Borgoñon sitió a Narbona, en donde estaba Gesaleico, y provisionalmente puede decirse, la corte visigoda. La ciudad fue conquistada por el Borgoñon, aunque no parece exacto que Gesaleico la abandonase en el primer momento. Pérdida Narbona, como nos dice San Isidoro con gran vergüenza para Gesaleico y gran matanza de sus hombres, el rey visigodo se trasladó a Barcelona.
El ejército franco Borgoñon se dirige después al Ródano y sitia la ciudad de Arles, que a pesar de la falta de todo auxilio visigodo, resiste extraordinariamente, no obstante los intentos de entrega a traición a los francos, intentos que se atribuían unas veces al obispo católico San Cesáreo y otras a los judíos. Difícilmente hubiese podido resistir tanto la ciudad sin la intervención del ostrogodo Teodorico. Pero no creemos -como a veces se dice- que la intervención del ostrogodo se debiese a un acuerdo ya existente entre Gesaleico y Clodoveo, en virtud del cual éste se comprometió a ayudar a aquel a la conservación de su reino de España, a cambio de la renuncia de toda la Galia. Teodorico intervino contra Gesaleico, y desarrolló una campaña contra los francos y Borgoñones, no porque si hubiera realizado ese acuerdo, sino porque tanto el uno como el otro arrebataban lo que él creía derechos de su nieto Amalarico.
El ejército ostrogodo, mandado por el duque Ibbas, diestramente elegido por Teodorico, ya que no sólo tenía grandes condiciones militares, sino que era católico, logró derrotar al ejército francoborgoñon, liberando a Arles. También Clodoveo levantó el sitio de Carcasona.
Sucedían estos hechos en el año 510. Logró Ibbas recuperar Narbona y en realidad las regiones Septimana y provenzal, antes citadas, que de momento siguieron siendo visigodas, bien que por una confusión explicable, dado el gobierno que hemos de ver ejerció Teodorico en España, la Provenza pasó a ser ostrogoda. Lograda la paz con los francos y Borgoñones, Ibbas se dirigió hacia Barcelona contra Gesaleico, el cual debía comportarse con gran ineptitud política, habiendo incluso dado muerte a Goerico -sin duda el famoso Goyarico de la corte de Alarico II- en su propio palacio de Barcelona, como nos dice la Chronica Caesaraugustana.
Atacado en este mismo año 510 por Ibbas, abandonó Gesaleico su reino, marchando a la corte vándala para pedir ayuda con que recuperar su trono.
La España en visigoda quedó bajo el gobierno de Teodorico a nombre de su nieto, y sin duda, los partidarios de Gesaleico hubieron de intentar su reposición en el trono[2].
A una sublevación de este estilo debe referirse la muerte del conde Veila en Barcelona, de que nos dan noticia la Chronica Caesaraugustana en el año 510.
En este mismo año 510[3] debió regresar de África Gesaleico, que según San Isidoro, pretendió únicamente, por temor a Teodorico que se le concediese la Aquitania. Después de estar oculto en ésta parte de las Galias durante un año no completo -acaso hasta después de la primavera del 511- intentó con eventual apoyo de Clodoveo, recuperar su trono; pero fue derrotado por Ibbas, a 12 millas de Barcelona, y puesto en fuga y capturado, y, al fin muerto junto al río Drucucio en las Galias. Sucedió su muerte algunos meses antes de la de Clodoveo, acaecida el 27 de noviembre del 511. El que podemos llamar epitafio de Gesaleico por San Isidoro es bien triste: sicque prius honorem, postea vitam amisit, y así perdió primero el honor y después la vida. No queremos, ya lo hemos dicho, que deba considerarse en modo alguno a Gesaleico como usurpador. El mismo San Isidoro, que tan duramente lo trata parece reconocer su legitimidad ya que sólo desde su muerte comienza a contar los años de reinado de Teodorico en nombre de su nieto Amalarico. Probablemente la muerte de Gesaleico no fue como dice Dahn, en marzo o abril, sino más avanzado el año, ya que Teodorico el 26 de agosto del 526 estaba en el décimo quinto año de su gobierno en nombre de su nieto, según nos dice San Isidoro.
También en la Chronica Caesaraugustana se lee que gobernó quince años.
La llamada regencia de Teodorico (511- 526).
Muerto Gesaleico, y también Clodoveo, los visigodos recuperaron algunas ciudades de la Galias fronterizas de los territorios que aún conservaban. Se sabe, en concreto, que antes del 515 fue recuperado Ródez, y se conocen también, por las firmas de Concilios, los nombres de algunas ciudades visigodas en estas regiones. Fuera de estos encuentros fronterizos, la que podemos llamar regencia de Teodorico fue completamente pacífica. Dada la confusión ostrogoda entre el monarca y el reino, se comprende la situación que se creó con esta regencia. Teodorico reinó como verdadero rey, y aún el tesoro visigótico fue transportado a Rávena, y sólo a la muerte de Teodorico vuelto a España.
El duque Ibbas debió ser el primer representante de Teodorico en nuestra península, gobernada por altos funcionarios ostrogodos que asumían las más elevadas funciones militares y financieras. Además de Ibbas, se conocen posteriormente los nombres de Ampelio, Leuvirito -más exacto que Liberio- y Teudis, el que posteriormente habría de ser rey, como sucesor de Amalarico.
Algunas cartas contenidas en las Variae, de Casiodoro, nos dan noticia de los esfuerzos de Teodorico para la organización del reino y principalmente de su hacienda. Son esas cartas de gran interés para conocer la administración e instituciones del estado visigótico; pero algún autor, como Fernández Guerra, queriendo reflejar una visión clara de esta regencia, llega a detalles que no encuentran apoyo en las fuentes.
Durante la regencia de Teodorico, la región católica y su clero no sufrieron persecuciones de ninguna especie. Se podían reunir concilios -bien los de Valencia y Lérida, atribuidos con frecuencia al año 524, tal vez no se celebraron hasta el 546-, y los metropolitanos se comunicaban libremente con el Papa.
El reinado de Amalarico (526- 531). Pérdida definitiva de la Provenza.
Aún cuando se afirma a veces en que ya desde el año 522 Amalarico era rey en plenitud de derecho -y ciertamente en esa fecha debía tener 20 años-, es lo cierto que San Isidoro, y antes la Chronica Caesaraugustana, nos dicen que después de la muerte de Teodorico reinó cinco años. Como Teodorico murió el 26 de agosto del 526, es acertado colocar, como hace el P. Fidel Fita, el comienzo del verdadero reinado de Amalarico en dicho año, y aún en el mes de septiembre. Sin embargo, como Teudis, su sucesor, no comenzó a reinar hasta el cuatro de diciembre del 531, hemos de suponer que el comienzo del verdadero reinado de Amalarico se retrasó, o que hubo un interregno a la muerte de Amalarico. Así tiene que ser; pues si suponemos que Amalarico murió en el 531, después de septiembre, ya estaba en el sexto año de su reinado. El principio del reinado independiente de Amalarico marca la pérdida de la Provenza, que paso a definitivo y pleno poder de los ostrogodos.
Unión de las casas reales de visigótica y franca. La muerte de Amalarico.
Con Amalarico se unen las casas reales franca y visigótica, pues con un manifiesto acierto político casó con Clotilde, hija de Clodoveo y hermana de Khildeberto, rey a la sazón de los francos en París. Sin embargo, por motivos religiosos -y a pesar de que Amalarico no persiguió a los católicos- sufrió Clotilde constantes malos tratos de la parte de su esposo, los cuales habían de dar lugar -por ruegos de la princesa a su hermano- a una guerra entre visigodos y francos.
Debe advertirse que alguna fuente, como la vida de San Dalmacio de Ródez, no sólo no presenta a Amalarico como feroz e intransigente arriano, sino incluso como próximo a una conversión al catolicismo. La vida de San Droctoveo nos da noticias de las discrepancias entre Amalarico y Clotilde. Pero la fuente más conocida -es llena de detalles de pintoresco colorido que los historiadores repiten con fruición- es la historia de los francos, de Gregorio de Tours[4]. La relación de este texto con el más sobrio de la vida de San Droctoveo es íntima.
Lo importante es que, por instigación de Clotilde, se produjo en el año 531 una guerra entre el franco Khilderico, rey de París, y Amalarico. Junto a Narbona se dio una batalla en que Amalarico fue derrotado. El rey visigodo huyó a Barcelona, y allí murió herido con un puñal (augone) por un franco de nombre Besson, según el texto de la Chronica Caesaraugustana, de más valor que el de San Isidoro, que de él procede y en el que se dice que Amalarico muere a manos de sus propios soldados, que es lo que aceptaron Dahn y, con él, la mayoría de los historiadores españoles.
Teudis y Teudisclo. La elección y el reinado de Teudis (531).
En la fecha del comienzo del reinado de Teudis no hay verdadera discrepancia. Dahn la colocó ya en diciembre del 531; Fita, en los últimos días de diciembre. Es exacto que hubo de ser después del cuatro de diciembre del 531 y antes del 20 de febrero del 532, como dice Zeumer; y como Amalarico murió en 531, es desde luego lo normal que se aproxime a la fecha que señala Fita. Tal vez -lo veremos luego- entre el 5 y 18 de diciembre.
Teudis no era visigodo. Alto funcionario de Teodorico en España, su relación con Amalarico era tan estrecha que Jordanes le llama tutor eodem regno; frase que, interpretada por algunos erróneamente, ha hecho suponer que Teudis fuese el tutor de Amalarico.
Teudis había casado con una opulentísima hispano romana. Procopio transmite noticias sobre las extensas propiedades agrarias de esta española y sobre el número de colonos y clientes que podía poner en armas, noticias que no están testimoniadas por ninguna otra fuente.
Teudis fue rey por elección, según los principios constitucionales visigótico es de la época. Así consta por el testimonio de San Isidoro y de Gregorio de Tours[5].
En el orden político militar encontramos en el reinado de Teudis dos hechos interesantes: sus contiendas contra los francos invasores de las regiones del norte de España y su expedición al África, tan desdichadamente concluida en Ceuta.
[1] San Isidoro, 37 “sicut genere vilissimus, ita infelicitate et ignavia summus.”
[2]La bibliografía general para ésta época se reduce a las obras ya citadas, de Dahn y de Fernández Guerra y De la Rada y Delgado. Para los problemas de las muchas veces discutida y confusa cronología real son de gran interés, superando a Dahn, los estudios epigráficos del P. Fita que se encuentra en los vols. Sucesivos del Bol. Acad. Hist., y también el trabajo magistral de Zeumer (K) Die Chronologie der Westgothenkonige des Reiches von Kunde, vol. XXVII,1902, constantemente olvidado entre nosotros, aún en los estudios más modernos. Toledo, Neues Archiv d………
[3] Según la crónica Caesaraugustana, no regresó del África Gesaleico hasta el año 513; pero la fecha está sin duda equivocada, ya que, indudablemente, Gesaleico murió, antes que Clodoveo, en el año 511. Esta crónica le atribuye siete años de reinado (debiendo morir a fines del 513 o en el 514), en lugar de cuatro, que son los exactos, según puede comprobarse por el número de años de reinado y de vida que, a partir de la muerte de Gesaleico, atribuye San Isidoro a Teodorico.
[4] Gregorio de Tours, Hist. Franc., III, 1,10.
[5] San Isidoro que fue creado rey, o, mejor, “creatur in regnum”. Gregorio de Tours escribe: “Post Amalaricum vero Theuda rex ordinatus est in Hisppaniis.”
Menendez Pidal R. Historia de España, España Visigoda. (1940) Edit. Espasa Calpe. Madrid. Págs. 87 a 92
Continúo hasta la muerte de Leovigildo;
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