¿Quién fue el autor de esta crónica?
El Patriarca Tubal o Iubal, hijo de Iafet, nieto de Noe, tio de Nenrod, que era nieto de Cam, vino a poblar a España, a los ciento y quarenta y dos años del diluvio, de la creacion del mundo a los mil y setecientos y noventa y ocho, a los dos mil y ciento y sesenta y tres antes del Nacimiento. Fue el primer Rey o Gobernador de España, y por él se llamó Tubalia o Iubalia, y reynó ciento y cincuenta y cinco años. Enseñó a los españoles la ley de naturaleza, dioles leyes en coplas, repartióles el año en doce meses, en trescientos y sesenta y cinco dias y seis horas, conforme al movimiento propio del sol, y a la vuelta que da por el Zodiaco, como se guardaba en Caldea.
El segundo Rey, o Gobernador, o Señor de España, fue Ibero, hijo de Tubal, de quien se llamó la Provincia Iberia, Iberio el rio Ebro, y un lugar en Navarra, cerca de Pamplona.
Sucedióle Idubeda, que dio nombre a los muy celebrados montes Idubedas, que son los montes Doca.
A Idubeda sucedió Brigo su hijo, Autor de muchas poblaciones, que por él se llamaron Brigas.
Tras él cuentan a Tago su hijo, y llaman a España Taga, y al río Tajo Tago.
Beto dicen que fue el sexto Rey o Gobernador de España, de quien dan nombre al rio Betis, que es Guadalquivir, y de Betis se llamó Betica la tierra que baña. Escriben que se acabó en él la línea de su quarto abuelo Tubal, y que ocupó la segunda línea Real de España Gerion, llamado así porque era extrangero, que eso dice la lengua Caldea, de que entonces se usaba en España.
En tiempo de este Gerion, un competidor suyo llamado Osyris Dionysio, natural de Egypto, introduxo en España la idolatria. Tuvieron los Autores a Gerion por fundador de la Ciudad de Girona, en el Principado de Cataluña, y de la primera batalla que hubo en España, y danle por sucesores a sus tres hijos los Geriones. A los quales mató uno a uno Hércules, que refieren haber sido décimo Rey de España, y cabeza de la tercera línea en esta sucesión Real. Tomó del nombre el estrecho de mar que se hace entre Africa y España, y los montes Abila y Calpe, que le causan, a quien llama el vulgo las colunas de Hércules.
Luego ponen por Rey de España a Hispalo, haciéndole fundador de Sevilla.
Luego a su hijo Hispan, por el qual España hasta hoy se llama de este nombre.
Hispan tuvo por nieto a otro Hércules, el que quieren haya fundado a Toledo, a Urgel en Cataluña, a Tarazona en Aragón, y otras ciudades; acabóse con él la tercera línea real de España.
Sucedió a Hispan el rey Hespero, por el qual algunos llaman Hesperia o Hespérida a España.
Tuvo un hermano que se llamó Atlante, que le sucedió.
A Atlante sucedió Sicoro su hijo, de quien quedó el nombre al rio Segre, que solia dividir a Aragon y a Cataluña.
A Sicoro sucedió Sicano, por quien se llamo Ana el rio Guadiana, y Sicania la Isla de Sicilia.
A Sicano, Siceleo; a Siceleo, Luso, que dio nombre a la Provincia Lusitana; y a Luso, Siculo, de quien se llamo Sicilia Siculia, y remato la quarta línea Real de España, y empezó la quinta en Testa Triton.
Era Testa Africano, y en su tiempo vinieron a España Griegos de la Isla Zazinto, que es el Zante, y poblaron a Zazinto, que despues se llamó Sagunto, y hoy Murvedre, en el Reyno de Valencia: la del adagio, Fames Saguntina, contra el sitio de los cartagineses. Estos griegos del Zante edificaron el famoso Templo de Diana en Denia, del mismo Reyno de Valencia, y con esta ocasión tomó mas pie en España la idolatría.
Romo, hijo de Testa, vigésimosegundo Rey de España, fundó la Ciudad de Valencia, llamada por él Roma. Los Romanos le quitaron el nombre, en honra de su Ciudad, y la llamaron Valencia, que eso dice Roma en lenguage griego.
En tiempo de este Rey Romo vinieron Griegos a España, y fundaron en Andalucía, cerca de Sevilla, a Nebrissa o Lebrija; a Iaca en las faldas de los Pyrineos.
Palatuo, su hijo, y sucesor, fundó a Palencia, en la ribera del rio Carrion, y fue despojado por Licinio Cacos, el primero que se dio a buscar minas de fierro.
En tiempo de la tiranía de este Licinio, se escribe que un Caballero Griego llamado Ferecio, pobló la Ciudad de Toledo, y que se llamó Ferezola, y que aportó a España la nao Argos.
Despues reinó Eritreo, llamado así, por ser natural de la Isla Eritrea, que es Cadiz. Era pariente de Palatuo, y acabóse en él la quinta línea Real de los Reyes de España.
Gargoris vigésimoquinto Rey de España, comenzó la sexta y última línea Real de estos primeros Reyes: y en su tiempo vinieron a esta region muchos Griegos, de los que se hallaron en la destruicion de Troya. Teucro, hijo de Telamon Rey de Egina, fundó la ciudad de Cartagena, y la llamó Teveria. Anfiloco a Anfiloquia, que es la de Orense, en Galicia. Diómedes, hijo de Tideo, en la misma Galicia, a la ribera de Miño, a Tuy, Ulises, Rey de Itaca, en la del Tajo, a Lisboa, llamada por él Ulisipo. Menesteo el Puerto de Santa María.
Los Griegos de Lacedemonia comunicaron a Españoles el llorar los difuntos, en que fueron muy largos y pesados, aunque cortos en hablar y escribir.
A Gargoris sucedió su nieto Abidis, el que fue echado en un monte a las fieras, a los perros, a la mar: peligros de que escapó dándole leche una cierva a las orillas. Dióse a andar por los montes, y cayó en un lazo de donde fue llevado a su abuelo, y túvole por sucesor. Enseñó a a sus súbditos sembrar el trigo, plantar, y engerir los árboles, y dióles leyes generales y particulares. Murió el año de mil y setenta y uno antes del Nacimiento. Con él fueron veinte y seis Reyes, y veinte y siete contando a Licinio, desde Tubal, por espacio de mil y noventa y dos años.
Acabóse cuando murió Abidis la tercera edad del mundo, y en la quarta y quinta, hasta la sexta no hubo Reyes en España, como se entenderá de los discursos siguientes.
¿Quién fue el autor de esta crónica?
Es la genealogía típica sobre los orígenes de España, propia de la historiografía hispánica desde el Renacimiento en adelante, hasta la Ilustración.
Esta concretamente, por lo que compruebo, es un resumen mínimo de esos reinados míticos tal como constan en la Historia del padre Mariana (quien por cierto, solo se muestra crítico con respecto al caso de Tubal, los demás los da por buenos).
Es una pena que estos textos tan interesantes hayan sido desterrados, de dos siglos acá, de todo tipo de tratados históricos, y no se informe de estas historiografías ni aun por curiosidad.
Sí, es una pena. Aunque su valor historiográfico sea escaso, no dejan de ser interesantes y simpáticas estas genealogías.
Después de la muerte del Rey Abidis, a vuelta del año de mil y treinta antes del nacimiento, comenzó a haber en España tan grande falta de lluvias, que causaron una notable sequedad y esterilidad. No pongo, ni quito en los veinte y seis años que dicen muchos Autores que duró.
Con esta ocasión se despobló toda esta Provincia: y quando empezó a llover y fertilizarse, vinieron a poblar en ella diversas naciones. Vino el Poeta Homero: los Almonuces o Almonides, que dicen poblaron a Toledo, en el sitio llano que tiene esta ciudad, a quien constituyeron cabeza y Metrópoli de España. Tambien se dice fundaron a Itálica, que es Sevilla la vieja, a Córdova, Pamplona y Sigüenza. Esta opinion reprueban muchos autores, y la siguen pocos.
Vinieron los Celtas de la Provincia de Narbona en Francia, llamados Bracatos, por las bracas, o bragas de que usaron, y son tenidos por fundadores de la ciudad de Segorve, en el Reyno de Valencia, y de Segovia en el de Castilla, y de otros muchos lugares.
Los de Rodas fundaron a Rosas, en las marinas de Cataluña, y traxeron el uso de los molinos de trigo.
Vinieron los de Frigia en Asia: y con esto España fue alzando cabeza, y reparándose del daño recibido.
El año de ochocientos y ochenta, antes del Nacimiento, fue el incendio de los Pyrineos, causado por unos Pastores. Escríbese que fue tan grande, que se alcanzó a ver desde muchas partes de España y Francia, y que se derritieron tanto los mineros de metales, que corrieron arroyos de plata. Tras esto a la fama de estas riquezas vinieron los de Tyro y Sidon, en la Fenicia, trayendo por su Capitan a Sicheo Arceva, marido de Elisa Dido: y volvieron tan ricos, que llevaban en los navíos las áncoras de plata.
Despues vino Pigmalion, hermano de Dido, que dexaba muerto a su cuñado, por robarle los tesoros que llevaba de España. Estos fenices labraron el solemne Templo de Hércules en Cadiz, que fue de los mas insignes que tuvo la Gentilidad.
Tarraco Rey de Egypto fundó la ciudad de Tarragona.
El año de setecientos y ochenta y dos los Fenices que vivian cerca de Cadiz, eligieron por su Capitan y Gobernador a Argantonio, en edad de sesenta años, y gobernó ochenta.
El año de quinientos y noventa y seis, antes del nacimiento, Nabucodonosor el segundo Rey de Caldea, habiendo destruido a Jerusalen, y llevado preso al Rey Sedechias, vino con su armada, y discurriendo por las costas de España hasta el estrecho de Hércules, llevó muchas riquezas, y dexó algunas de las gentes que le acompañaron. De éstas los Caldeos poblaron a Sevilla, los Persas en Córdoba. Cortesía será creello.
El año de quinientos y quarenta y siete vinieron los Griegos de Phocia de la Provincia de Jonia, en Asia, y fundaron la Ciudad de Empurias en Cataluña.
El de quinientos y diez y seis vinieron los Cartagineses en favor de los Fenices, que andaban muy revueltos en guerras con los Tartesios o Andaluces, y se comenzaron a hacer muy poderosos.
El año trescientos y ocho los Galos Celtas poblaron a Santarem a la ribera del rio Tajo, a Coimbra, Oporto, Braga y Guimaraes, en Portugal. Juntándose con ellos los Griegos que residian en Galicia, llamaron a aquella provincia Galogrecia.
El año de doscientos y setenta y nueve los Astirios fundaron a Astorga, y dieron nombre a las Asturias. Aunque otros dicen le tomaron las Asturias, de un Capitan Griego, de los de la Guerra de Troya, que se llamó Astur, que vino a España.
El año de doscientos y setenta los Celtíberos fundaron la ciudad de Numancia, terror del Imperio Romano.
El año de doscientos y treinta fundaron los Cartagineses la ciudad de Barcelona, llamada de este nombre, por los Barcinos, cabeza de bando de Cartago, contra los Edos.
El año de doscientos y veinte y cinco Hasdrubal Barcino, Capitan de Cartago, y Gobernador de España, pobló la ciudad de Cartagena, en memoria de la suya, y es la Teucria, de quien ya hablamos.
¿Eran los vascos descendientes de Noé?: la extraña creencia de Felipe II que le hacía venerarlos
El cronista del monarca español defendía que el euskera llegó a la Península Ibérica de la mano de Túbal, nieto de Noé.
29 octubre, 2019 03:03
Julen Berrueta @idaztenNoticias relacionadas
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Hubo un tiempo en el que los vascos eran considerados la esencia misma de la españolidad. Las altas clases y la monarquía relacionaba al vasco con la pureza de sangre y la hidalguía y, tal y como escribió el historiador Manuel de Larramendi en el siglo XVIII, "todo guipuzcoano siempre ha sido noble, siempre lo es y siempre lo será". Defendía, no sin atisbos de xenofobia y clasismo, que "esta nobleza de sangre les viene por herencia" puesto que nunca se mezclaron con ninguna de las naciones que vinieron de fuera.
De hecho, existían incontables leyendas que pretendían ensalzar la figura vasca como inherente a la española. En Historia del racismo en España (Almuzara), el escritor santanderino José María del Olmo describe cómo la monarquía española amparó y apoyó tesis que dotaban al pueblo vasco un origen bíblico. Esta idea surgió del historiador vasco Esteban de Garibay, quien había estudiado en la Universidad de Oñate y participó en la política local antes de dar el salto a Madrid —intentó, entre otras cosas, recuperar la condición de Reino para la Provincia de Guipúzcoa—.
Garibay se convirtió en cronista de Felipe II en el año 1592 y, según relataba el hombre de la corte, "el vascuence habría nacido en la división lingüística de Babel, y sus primeros hablantes acaudillados por Túbal, hijo de Jafet —y a la vez nieto de Noé—, habrían llegado a la Península Ibérica". Una vez en la actual España habrían fundado un reino antes de que cualquier otro pueblo hubiese puesto sus pies en ella. De esta manera, Túbal trajo a la península el monoteísmo, las costumbres y el euskera. Esta tesis, ratificada por la propia corona, fue extendida a lo largo del siglo XVII a través de diferentes historiadores españoles.
Esteban de Garibay y Zamalloa.
Bien conocía Miguel de Unamuno el sentimiento vasco y español en el que, sin dejar de amar a su "Vizcaya mía", afirmaba que por ser vasco era "doblemente español". Por lo tanto, los problemas nacionalistas actuales, eclipsados por el auge del independentismo catalán de los últimos años, no concuerdan con la españolidad del pasado. Este mensaje de separatismo respecto a España se conformó a finales del siglo XIX en consecuencia de los postulados del bilbaíno Sabino Arana Goiri.
El nacionalismo de Sabino Arana
Para entender la ruptura entre el sentimiento vasco y español hay que retrotraerse a la crisis de los antiguos privilegios forales, los cuales fueron abolidos por un Estado liberal "que basaba su proyecto nacional en la equiparación legal de todos los ciudadanos y en la imposición de una homogeneización cultural castellanizadora".
A partir de la desaparición de la autonomía foral vascongada aparecieron diversos diarios que invocaban a ese patriotismo vasco-navarro que ahora rechazaba "a los partidos políticos de allende el Ebro". En ese momento, relata del Olmo, se desarrolló "un puente evolutivo" que desembarcaría en la reclamación independentista. En esta época de reclamación política se produjo una revitalización de la cultura vasca, donde se recuperaron antiguos símbolos como el lau-buru.
El combate de Mañaria, cerca de Bilbao (1872).
Poco a poco, suscitado por la xenofobia de Sabino Arana, fundador del PNV, y por los supuestos orígenes raciales de los vascos, el nacionalismo vasco fundamentó sus bases en la defensa de una sociedad que combatía las presiones del centralismo madrileño, la industrialización, la inmigración, el liberalismo y el socialismo: "Sabino Arana centra su doctrina en cuatro aspectos; dios-raza-lengua-independencia.
"El bizkaíno es laborioso; el español, perezoso y vago", escribía el político vasco en el semanario Baserritarra. Incluso hubo estudios pseudocientíficos, como son los casos de Nicasio Landa o José Miguel de Barandiarán, que trataban de explicar la existencia de una raza vasca desde la craneología o la antropología.
Los elementos raciales y biologicistas del nacionalismo vasco han desaparecido aunque el independentismo sigue estando en la agenda política vasca. Sin embargo, hubo un tiempo, durante el reinado de Felipe II, donde los vascos eran la máxima expresión del español.
https://www.elespanol.com/cultura/hi...0206827_0.html
«¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
𝕽𝖆𝖒𝖎𝖗𝖔 𝕷𝖊𝖉𝖊𝖘𝖒𝖆 𝕽𝖆𝖒𝖔𝖘
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