Representantes de Convergencia i Unió de Cataluña (CiU) i del Bloc se reunieron ayer en Valencia para preparar futuras estrategias electorales, para los comicios europeos y futuros municipales, autonómicos y generales en esta Comunidad.

CiU es un aliado natural del PP, que ha prestado siempre votos al partido centralista de la derecha para poder gobernar, a cambio de cuantiosas sumas millonarias y de monedas de cambio sustanciosas como la Lengua Valenciana servida en bandeja a la impuesta por los catalanes Academia Valenciana de la Lengua, institución que defiende que nuestra lengua autóctona es catalana, contrariando la historia, tradición, verdad científica y sentimiento mayoritariamente unánime de los valencianos.

Las órdenes de Mariano Rajoy son ser amables y dialogantes con los nacionalistas, con el fin de preparar y abonar el terreno de futuros pactos electorales, con lo que el PP se entregará en un futuro próximo en manos del Bloc, empujado y presionado por CiU, partidos éstos que le impondrán como obligación que se catalanice al máximo, más de lo que ya lo están, las políticas culturales y lingüísticas de la Generalitat Valenciana, hoy en manos del PP.

El PP no tiene por su derecha a ningún partido político con el que pactar, porque pulverizó con malas artes Unión Valenciana y Coalición Valenciana, con la finalidad de no tener competencia y poder recoger en el cesto de las elecciones los votos del valencianismo político.

Al impedir su desarrollo y despegue, al cercenar todo atisbo de valencianismo, lo mismo que ha intentado hacer con este periódico, el PP se ha quedado sólo en el camino electoral teniendo como compañeros de viaje a los catalanistas del Bloc en la Comunidad Valenciana, y a los del CiU en la política nacional, por lo que no tendrá más remedio que comulgar con las ruedas de molino del catalanismo, si quiere gobernar cuando le falte, por desgaste o ley política, el bocado electoral que le lleve a alcanzar los votos necesarios en que apoyarse para poder gobernar.

El egoísmo del PP de hacer desaparecer del espectro político el valencianismo le va a conducir a dejarse atar y encadenar por los partidos catalanistas, que le pasarán una fuerte factura por sus préstamos y alquileres, siendo la ya bastante esquilmada lengua Valenciana, la que volverá a ser sacrificada y sufrirá el mayor peso del impuesto revolucionario del catalanismo.

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