Respuesta: Quizás debiera impugnarse el nuevo Padrenuestro
Lo que yo escuché en su día, es que se trataba de un ajuste más fiel al texto originario. Supuse que el original fue enseñado en arameo, lengua que habitualmente usaba Jesucristo y, dado que no tengo ni el más mínimo conocimiento sobre dicha lengua, pues me tuve que conformar con la explicación.
Aun así, con las palabras "...perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores...", tuve alguna que otra vez, ocasión de escuchar el chiste, o la humorada, de que los banqueros y los usureros no podían rezar El Padrenuestro sin incurrir en mentira. Y, recuerdo que, en tal sentido, pensé: "se acabó el chistecito".
En cuanto a la expresión "Dios de los ejércitos", es algo que siempre me llamó la atención y me planteó muchas dudas. Me parece mucho más acorde con la naturaleza de Dios el serlo del Universo, es decir, su Creador entre otros atributos, y es que es algo infinitamente superior al concepto de "ejércitos". Además, en el Credo, por ejemplo, no se habla de éstos y si se hace hincapié en la condición de Creador: "Credo in unnum Deum, Patrem omnipotentem, factorem caeli et terrae, visibilium omnium et invisibilium..."
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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