Es un resumen excelente. Voy ponerlo fijo en el foro.
¿RELIGION DE ESTADO?
¿Que papel tendría que jugar el Estado para proteger o promover la religión Católica? Cualquier Católico que sabe que el Catolicismo es la única verdadera religión del único verdadero Dios puede contestar únicamente que el Estado, siendo también una criatura de ese Dios, está obligado a servir lo mejor que pueda a Su única verdadera religión. Por otro lado cualquier liberal que cree que no le incumbe al Estado decir cual es la verdadera religión porque, por ejemplo, la religión es en todo caso asunto de cada individuo, contestará que el Estado debe proteger el derecho de todos sus ciudadanos a practicar la religión de su elección, o ninguna. Veamos los argumentos Católicos.
El hombre viene de Dios. Su naturaleza viene de Dios. El hombre es por naturaleza un ser social, por eso su carácter sociable viene de Dios. Pero el hombre en su totalidad, y no solamente una parte de él (Primer Mandamiento), debe rendir culto a Dios. La sociabilidad del hombre, pues, debe rendir culto a Dios. Pero el Estado no es otra cosa que la sociedad formada por la sociabilidad de todos sus ciudadanos que se reúnen juntos en su cuerpo político. Por consiguiente, el Estado debe rendir culto a Dios. Pero entre todos los diferentes cultos que necesariamente se contradicen el uno al otro (de otra manera no serían diferentes), todos pueden ser mas omenos falsos, perono puede haber mas que uno que sea totalmente verdadero. De tal manera que si existe tal culto, totalmente verdadero y reconocible como tal, entonces ese es el culto que cada Estado, como Estado, le debe a Dios. Ahora bien, el Catolicismo es tal culto. Por consiguiente todo Estado, como Estado, debe rendir el culto Católico a Dios, ¡incluyendo aún la Inglaterra de hoy, o Israel o Arabia Saudita!
Pero una parte esencial del culto es rendirle a Dios el servicio del cual uno es capaz. ¿De qué servicio es capaz el Estado? ¡De un gran servicio! El hombre siendo social por naturaleza, su sociedad tiene una gran influencia sobre la manera como él siente, piensa y cree. Y las leyes de un Estado tienen una influencia decisiva para moldear la sociedad de sus ciudadanos. Por ejemplo, si el aborto o la pornografía están legalizados, muchos ciudadanos terminarán por pensar que tienen poco o nada de malo. Por consiguiente cada Estado tiene en principio el deber de proteger y promover por sus leyes la fe y la moral Católicas.
Así de claro está el principio. Pero, ¿será que ese principio significa que todos los no-Católicos deberían ser arriados por la policía y quemados en la hoguera? Claro que no, porque el objetivo del culto y del servicio a Dios es darle gloria y salvar las almas. Ahora bien, una acción desconsiderada por parte del Estado tendrá el efecto contrario, expresamente de desacreditar al Catolicismo y de alejar a las almas. Por ello la Iglesia enseña que incluso un Estado Católico tiene el derecho de abstenerse en la práctica de actuar contra una falsa religión cuando tal acción pueda causar un mal mayor o impedir un bien mayor. Pero el principio del deber de cada Estado de proteger la fe y la moral Católicas permanece intacto.
¿Significa eso imponer el Catolicismo alos ciudadanos ? No, en absoluto, porque la creencia Católica no es algo que pueda ser forzado –“Nadie cree contra su voluntad” (San Agustín). Lo que sí significa es que en un Estado Católico la práctica pública de todas las religiones que no sean el Catolicismo puede o tendría que ser prohibida ahí donde tal acción puede o tendría que no ser contra-producente. Esta conclusión lógica fue denegada por el Vaticano II, porque aquel Concilio fue liberal. Sin embargo ha sido una práctica común en los Estados Católicos antes del Concilio, y habrá ayudado a salvar muchisimas almas.
Kyrie eleison.
http://www.dinoscopus.org/index.html
Última edición por Donoso; 26/11/2011 a las 20:21
Es un resumen excelente. Voy ponerlo fijo en el foro.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
Sí, muy buen resumen.
“Es ésta nuestra finalidad, nuestro gran ideal. Caminamos para la civilización católica que podrá nacer de los escombros del mundo de hoy, como de los escombros del mundo romano nació la civilización medieval. Caminamos para la conquista de este ideal, con el coraje, la perseverancia, la resolución de enfrentar y vencer todos los obstáculos, con que los Cruzados marcharon sobre Jerusalén. Porque si nuestros mayores supieron morir para reconquistar el Sepulcro de Cristo, ¿cómo no vamos a querer nosotros —hijos de la Iglesia como ellos— luchar y morir para restaurar algo que vale infinitamente más que el preciosísimo Sepulcro del Salvador, es decir, su reinado sobre las almas y sobre la sociedad, que Él creó y salvó para amarlo eternamente?”.
Plinio Corrêa de Oliveira.
RELIGION DE ESTADO ? II
Según la religión del liberalismo – no se puede repetir lo suficiente que el liberalismo sirve de un sucedáneo de religión-- es una absoluta herejía declarar que cada Estado sobre la tierra tendría que apoyar y proteger la religión Católica. Sin embargo, si Dios existe, si Jesucristo es Dios, si cualquier sociedad natural de seres humanos, como el Estado, es una criatura de Dios, y si Jesucristo fundó la Iglesia Católica como su único y sólo instrumento para salvar a los hombres de los fuegos eternos del Infierno, entonces a menos que un Estado quiera ser un enemigo de la especie humana, está obligado a favorecer y proteger la Iglesia Católica. Pero existen objeciones a esta conclusión. Consideremos tres entrelas mas habituales:--
Primera objeción: Nuestro Señor El mismo dijo a Poncio Pilato (Jn. XVIII,36) que su Reino no era de este mundo. Pero el Estado es de este mundo. Por consiguiente el Estado no tendría nada que hacer con su Reino o con su Iglesia.
Solución: Nuestro Señor le estaba diciendo a Pilato que su Reino y el Estado son distintos pero no estaba diciendo que tendrían que estar separados. El alma de un hombre es distinta de su cuerpo, pero separarlos es la muerte del hombre. Los padres son distintos de sus niños, pero separarlos (como las Agencias de la Niñez están hoy alentadas a hacerlo) es la muerte de la familia. La Iglesia y el Estado son tan distintos uno de otro como la vida sobre la tierra es distinta de la vida eterna, pero separarlos es poner un abismo entre la primera y la segunda, y es aumentar mucho el número de los ciudadanos que caerán en el Infierno.
Segunda objeción: La religión Católica es verdadera. Pero la Verdad es lo bastante fuertecomo para hacer su propio camino. Por consiguiente la religión Católica no necesita de un poder coercitivo del Estado para ayudarla, tal como la supresión de la practica publicade las otras religiones.
Solución: En sí misma, en verdad “La verdad es poderosa y prevalecerá”, como decían los Latinos, pero entre nosotros los hombres no prevalecerá fácilmente, a causa del pecado original. Si todos los seres humanos (con la excepción de Nuestro Señor y de Nuestra Señora) no hubieren sufrido jamás, desde la Caída, de las cuatro heridas de Ignorancia, Malicia, Debilidad e Concupiscencia , entonces le hubiera costado mucho menos a la Verdad prevalecer, y Thomas Jefferson hubiera tenido razón al proclamar que la verdad necesita únicamente ser expuesta en la plaza del mercado para prevalecer. Pero los Católicos saben lo que la Iglesia enseña, a saber que el hombre permanece sujeto, aún despues del bautismo, a ser arrastrado hacia abajo por el pecado original, de tal manera que para encontrar esta verdad, sin la cual él no puede salvar su alma, necesita toda la ayuda razonable de su Estado. Esta ayuda razonable excluye todo esfuerzo del Estado paraobligar a cualquiera a ser Católico, pero incluye que el Estado mantenga las peligrosas anti-verdades afuera de la plaza del mercado de Jefferson.
Tercera objeción: Un gran poder puede ser grandemente mal usado. Ahora la unión de la Iglesia y del Estado es muy poderosa para los dos. Por consiguiente puede provocar un gran daño –véase a que punto la Iglesia Conciliar y el Nuevo Orden Mundia secular se están potencializando mutuamente!
Solución: “El mal uso no puede parar el uso”, decían los Latinos. ¿Acaso Nuestro Señor no hubiera tenido que darnos la Santa Eucaristía por el hecho de que puede ser gravemente mal usada? La Iglesia Conciliar reuniéndose con el Estado liberal es un poderoso mal uso de la unión de la Iglesia y del Estado, pero prueba el error del liberalismo, no el error de la unión del Estado Católico con la Iglesia Católica.
Kyrie eleison.
Bishop Williamson's Eleison Comments Homepage
Yo he leído que, a diferencia de los “Dioses” Paganos, nuestro Dios, además de fijar las normas entre los hombres y Dios (como los paganos) también fijo las normas que deben regir entre los hombres, y es por eso que existe el derecho de unir religión y Estado.
¿RELIGIÓN DE ESTADO? (III)
Proclamar que los Estados no necesitan profesar o proteger la religión Católica es un error liberal clásico y uno de los mayores errores del Vaticano II. El liberalismo ha dicho, por assí* decir, “No ataquemos al Catolicismo frontalmente, pero dividamos para reinar. Dividamos al hombre individual de la sociedad aduciendo que el hombre no es un animal social, y entonces podremos pretender que la religión es un asunto puramente individual. Esto nos permitirá adueñarnos de la sociedad y una vez que la hayamos vuelto liberal, haremos de ella un arma poderosa contra el individuo para volverle a él también liberal, porque claro, ¡el hombre es un animal social! Y entonces si algún individuo no quiere ser liberal, tendrá grandes dificultades para resistir a su sociedad que nosotros habremos vuelto liberal”. ¿No es así*? ¡Miren a su alrededor ! Contestemos entonces a tres nuevas objeciones a la doctrina según la cual, para la salvación de las almas, cada Estado tendrá que ser Católico.
Excelencia, Nuestro Señor El mismo ha dicho “Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt.XXII, 21). Aquí Nuestro Señor separa claramente la Iglesia del Estado. Así* que ningún Estado deberá involucrarse en el Catolicismo o en cualquier otra religión.
Respuesta: No, ¡Nuestro Señor aquí* no está separando la Iglesia del Estado! Hace la distinción de sentido común entre lo que el individuo debe al Estado (impuestos, etc.) y lo que debe a Dios (culto). De ninguna manera Nuestro Señor dice que el Estado temporal no le debe nada al Dios eterno. De hecho, el Estado, siendo la autoridad colectiva temporal de un conjunto de seres humanos, le debe a Dios en sus actos de autoridad lo que estos seres humanos deben a Dios por ser seres sociales, es decir la observancia de su ley natural y, en lo que se refiere a la Iglesia que la razón natural por si misma puede dar por verdadera, el Estado le debe reconocimiento social y promoción, en la medida que actuando así* no enajene las almas en lugar de ajudar a salvarlas.
Pero discernir cual es la verdadera religión es algo que le toca hacer al individuo, ¿cómo entonces el Estado como Estado puede estar obligado por principio a ser Católico?
Respuesta: El Estado no es más que la asociación moral (es decir inmaterial) en cuerpo político de un mayor o menor número de seres humanos fí*sicos (es decir materiales). Pero cada uno de estos seres humanos, con el solo uso correcto de su razón natural, tenga o no tenga la virtud sobrenatural de la Fe, es capaz de discernir que Dios existe, que Jesucristo es Dios y que la Iglesia Católica es la única Iglesia fundada por Jesucristo. Si entonces un Estado dado no discierne que ella es la verdadera religión, no es porque sus ciudadanos no pueden discernirla, sino porque por diversas razones no lo hacen o no lo quieren hacer, negándose así* a hacer buen uso de la razón natural que Dios les ha dado. En realidad ellos si que podrán discernirla, y delante de Dios todos tendrán una mayor o menor responsabilidad, perfectamente medida por El según las condiciones que les son propias, por no haberlo hecho.
Pero, Excelencia, si usted insiste en la obligación de cada Estado de ser Católico, usted solamente generará una reacción de muchas almas contra la buena doctrina.
Respuesta: Es por la gloria de Dios y la salvación de las almas por lo que cada Estado tendrá que ser Católico. Así*, a los hombres demasiado ignorantes o corrompidos a quienes esta verdad no hará más que alienarlos, uno puede, sin menoscabo del principio, dudar de proclamarlo, pero esto no lo hace menos verdadero. Los verdaderos principios no son menos verdaderos cuando a veces en la práctica se requiere una cierta medida de prudencia en la manera con la cual deben ser afirmados. ¡Seguro que a los lectores de este “Comentario” se les puede decir toda la verdad!
Kyrie eleison.
Este hilo es blandito, pongamos algo más seco y rotundo: dirigido a reafirmar al que ya está convencido.
No me resisto a publicar una sublime página del profesor Don Álvaro D’Ors (1915-2004) que resume en doce preceptos el orden jurídico tradicional de la Ciudad Católica (al que se refería San Pío X en 'Notre Charge Apostolique')
Principios todos ellos en oposición rotunda a los del mundo político contemporáneo y de la moderna jerarquía católica... (No podría ser de otra forma, en buena lógica, dado que esos poderes están ocupados simple y llanamente por delincuentes. Y en esa medida, el propio D’Ors justificaría su derrocamiento por fuerzas legítimas).
Principios que resumen el orden político-jurídico en que el Creador quiso situar la vida social de la persona humana redimida por Cristo.
Aunque ahora pueden sonar a ciencia-ficción, tesis parecidas estaban en la base de la formación jurídica de Estados cristianos como la España de Franco o la de Salazar en Portugal (o en todo caso, ellos hubieran asentido a cualquiera de esta tesis).
Se encierra tantísimo en frases (aparentemente) tan sencillas, que el jugo que encierran está en proporción a los conocimientos jurídico-filosóficos que se tienen. Pero en esa proporción, a todos deleitan.
Y con la seguridad de que no contradice en nada a la doctrina católica tradicional.
Principios jurídicos del orden político de la Cristiandad
I “No puede haber, después de la Redención, una potestad legítima que no se reconozca como delegación divina, de Cristo Rey, a quien compete la única soberanía de este mundo.
Las otras potestades sólo merecen una obediencia provisional y relativa.”
II “En todo caso, los actos concretos de la potestad no obligan moralmente mas que cuando no contradicen los preceptos morales que sabemos impuestos por Dios, pues hay que obedecer a Dios más que a los hombres”
III “Toda organización política del mundo debe partir de la pluralidad política como algo querido por Dios, a diferencia de la unidad de su Iglesia.
Toda pretensión de unificar el gobierno del mundo, sea declaradamente, en forma de Estado universal u otra forma de organización con potestad única sobre todos los pueblos, sea de manera oculta a modo de Sinarquía económica, es contraria a la voluntad de Dios y no merece ser acatada como poder constituido”
IV “Las organizaciones políticas de ámbito territorial deben abandonar la pretensión de constituir Estados en el sentido moderno de atribución de soberanía”.
V “Toda potestad que es incapaz de mantener por sí misma un orden, deja de ser potestad para convertirse en pura fuerza, contra la que toda subversión violenta con posibilidad humana de éxito es lícita.
La impunidad generalizada de los criminales denota ya una incapacidad para mantener un orden”
VI
“Contra todo orden injusto establemente constituido, la subversión violenta queda legitimada por el éxito.”
VII “La guerra, como legítima defensa de los pueblos, debe considerarse lícita en los términos de la Moral y del Derecho de Guerra.
El terrorismo debe ser combatido militarmente, como beligerancia, y no judicialmente, como criminalidad.”
VIII “Todo orden político debe amparar y respetar la libertad de las personas y de los grupos inferiores, conforme al principio de subsidiariedad.”
IX “La potestad debe quedar siempre limitada, no por una división artificial de poderes, sino por la constitución institucional de instancias de pura autoridad, es decir, órganos que no aspiren a recabar una parte de poder.
Corresponde a la autoridad la declaración sobre la legitimidad del poder y sobre la actual existencia o no de un orden”.
X “La Iglesia debe ser universalmente reconocida como intérprete auténtica del derecho natural.
De su autoridad depende la obligación moral de acatar el poder constituido.”
XI La Economía debe ser concebida y estudiada como la ciencia de administrar bien la pobreza, y no de aumentar incesantemente la riqueza.”
XII “El Derecho debe ser concebido como el orden del servicio personal judicialmente exigible, y no como uno de potestades individuales o derechos subjetivos”
Tomado de Álvaro D’Ors (“La violencia y el orden”, 1983)
Última edición por Donoso; 15/11/2012 a las 17:56
ESto es sencillamente falso. No sé, ni lo conozco, si alguna corriente liberal en el siglo XVIII o en el XIX, han propugnado que el Liberalismo sea una religión pero en la actualidad es algo que ningún liberal hace; estaría bien que antes de hablar de algo lo conociéramos minimamente.
Lo que sí es cierto es que, desde una perspectiva liberal, el Estado no pinta nada en la religión, dicho de otra forma: El Estado debe estar apartado de la religión, por completo, como afirma la historia de la Iglesia en su intento permanente por escapar de lainjerencia del Estado. Perp es que, además, me gustaría citar un párrafo de Santo Tomás Moro, en su obra Utopía, que puede arrojar luz sobre esta cuestión:
"(...) en el supuesto de que únicamente existiese una religión verdadera y el resto fuesen falsas, previó que la fuerza misma de la verdad fácilmente terminaría despuntando e imponiéndose de por sí, siempre que se actuase con sentido común y discreción. Por el contrario, si se combatiese a mano armada y con alboroto, dado que los peores son las gentes más pertinaces, el resultado sería que la más excelsa y santa de las religiones correría el riesgo -en medio de supersticiones a cual de ellas más huera- de ser asfixiada entre espinas y maleza".
Resulta difícil creer que un Estado confesional que impusiera a los ciudadanos la profesión de catolicidad bajo amenaza sea moralmente aceptable, no ya por el papado por cualquier católico. La unión entre el Estado y la Iglesia ya hizo, y hace, mucho daño al papado. La Iglesia se liberó del cesaropapismo hace muchos siglos.
"La paciencia consiste en tolerar todos los males ajenos con ánimo tranquilo, y en no tener ningún resentimiento con el que nos los causa."
San Gregorio Magno
No se trata de imponer la catolicidad bajo amenaza. Cada uno es libre en su fuero interno y dará cuenta a Dios de lo que haga o crea. No se impone, se enseña para formar buenos católicos. La unión entre Estado e Iglesia no puede sino hacer bien a la sociedad. No quiere decir que la Iglesia dicte las leyes ni gobierne. Para eso existen los gobiernos y las autoridades civiles. Sin embargo, Cristo es Rey, el Rey por antonomasia, y la sociedad se sujeta a Él, los legisladores tienen en cuenta a Dios y no prescinden de Él, y por eso elaboran leyes justas. Cuando los reinos han tenido en cuenta a Dios, las sociedades han sido justas. Cuando prescinden de Él, van a la deriva y la ruina. No me vale la cita de Santo Tomás Moro porque aquí nadie está hablando de "combatir a mano armada y con alboroto" y además es un libro que estuvo mucho tiempo en el Índice. Santo Tomás Moro no es santo por sus escritos, que no son palabra de Dios. Es santo por su martirio, porque prefirió morir a obrar injustamente y contra Dios, pero la Utopía es un libro que contiene cosas extrañas y no recomendables, y desde luego afirmar "en el supuesto de que únicamente existiese una religión verdadera y el resto fueran falsas" ya peca de liberalismo al considerar que no hay una verdad sino que todas están más o menos equiparadas o pueden ser ciertas en alguna medida.
En ese caso me alegro. Lo que no entiendo es cómo deriva de que los hijos de Dios son libres para elegir a que la unión del Estado y la Iglesia es buena para la sociedad. Si aceptamos postulados utilitaristas podría serlo olvidando que con amenazas y coacción no hay verdader catolicismo, en cambio si no compartimos el utilitarismo y aceptamos la doctrina católica sobre la violencia y la fé me cuesta suponer qué mejoras se derivarían de que el Estado y la Iglesia estén unidos.
Porque una cosa es que los servidores del Estado se inspiren en el catolicismo réctamente entendido, con sujección a la Doctrina y al Magisterio, y otra que el Estado y la Iglesia tengan que ser uno, no termino de comprenderlo. Sin duda se derivarían múltiples ventajas para todos de lo primero, pero de lo segundo no lo tengo tan claro.
Respecto a Santo Tomás Moro aclaro que no lo cito por ser un libro que forme parte del Dogma, sin duda, lo cito porque tiene un gran valor al venir de un Santo y expresar un modo de entender las relaciones entre los Hijos de Dios, el Estado y la religión que muchos compartimos.
Un saludo.
"La paciencia consiste en tolerar todos los males ajenos con ánimo tranquilo, y en no tener ningún resentimiento con el que nos los causa."
San Gregorio Magno
Eso precisamente es lo que he querido decir, "que los servidores del Estado se inspiren en el catolicismo rectamente entendido, con sujeción a la Doctrina y al Magisterio", no "que el Estado y la Iglesia tengan que ser uno". Perdón si no me expresé con claridad.
El Estado de por sí, apartado de la Religión, no genera más que ateísmo e irreligión y a medio y largo plazo, persecuciones (directas o indirectas) contra la Iglesia.
Eso sin contar con que los propios católicos (clero incluido) acaban asumiendo los postulados de irreligión de ese Estado, por mimetismo del entorno ateo y por ley de supervivencia, para no ser considerados apestados y fuera de la realidad. El ejemplo moderno de separación Iglesia-Estado lo demuestra sobradamente.
La cita de Tomás Moro que Vd trae es la opinión de él mismo y no tiene ninguna validez confrontada con el Magisterio Pontificio (Pío IX, León XIII, San Pío X, sobre todo) que desde el siglo XIX condenó ex-cátedra la separación Iglesia-Estado, así como al liberalismo, del que dicha perniciosa doctrina provenía.
Aquellos Papas por supuesto que conocían la Historia de la Iglesia y además tenían la suficiente perspicacia para conocer los daños que de tal separación provenían.
Ningún Estado católico ha impuesto a sus súbditos la "profesión de catolicidad" (al menos en los últimos tres siglos). Confunde Vd la obligación externa del legislador católico (dar leyes católicas a la sociedad católica), perfectamente lícita y necesaria, con la invasión por esa ley católica del ámbito de conciencia del súbdito a-católico (que no está constreñido moralmente por ella).
Son cosas completamente distintas, pero de su tergiversación en unos y mala comprensión en otros surge el prejuicio, del que se aprovecha el liberalismo campante.
Y contando con que la Ley del legislador católico se basa en el Derecho natural y jamás puede contradecirlo, ¿cuál es el problema si la mayoría de esa población es católica?
En todo caso, bajo un Estado confesionalmente católico, el disidente debe saber que siempre está amparado por el Derecho Natural.
Última edición por ALACRAN; 15/11/2012 a las 13:18
"... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)
Permítaseme exponer mi más sincera opinión: Yo creo que si el Estado es Cristiano, el Estado forma parte de la Iglesia, en realidad, si el Estado es Cristiano es el Estado quien está dentro de la Iglesia y no a la inversa.
Se habla de dar al César pero lo que se olvidan muchos de los fanáticos de la separación Iglesia y Estado es que cuando nuestro Señor dijo eso fue en una época cuando el Estado no era Cristiano y no formaba parte de la Iglesia. También se dejan afuera las palabras que le siguen: "dar a Dios". Por eso yo creo en el Dogma Católico respecto a este particular, el ciudadano civil da al César pero si el Ciudadano Civil forma parte de la Iglesia pues debe dar a Dios.
Un Estado Cristiano forma parte de La Iglesia y forma parte de su Cuerpo Universal. El legislador debe dejarse guiar por el líder de la Iglesia y no es el Legislador quien debe decirle al líder de la Iglesia como liderar.
Hay que entender que la separación de los Dos Poderes no tiene nada que ver con separación Iglesia y Estado.
La Iglesia administra en lo temporal y espiritual sus propiedades y el Estado solo administra en lo temporal.
El Estado se encarga de aquello tocante a la felicidad temporal del Ciudadano y la Iglesia se encarga de aquello tocante a la felicidad eterna del Ciudadano. Es una separación de naturaleza y no antagónica. El Estado Cristiano forma parte de la Iglesia y como Miembro del Cuerpo Universal de Cristo debe comportarse.
Última edición por Michael; 12/07/2014 a las 05:41
La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.
Antonio Aparisi
Ya no se encuentra la publicación a que refiere del enlace; quería saber si se trataba de la publicación original. Ya hacía un par de años que había leído este post pero ahora debido a la militancia en varios grupos hispanistas donde muchos plantean una "reunificación de las Españas" considero importante difundir las ideas expresadas en esta publicación.
¡Viva la Nueva España! ¡Viva la madre patria Española! ¡Viva la santísima virgen de Guadalupe!
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