Este gobierno no para, después del "putimonio", ahora ésto:

Dura crítica de la Iglesia contra las reformas al Código Civil

La Iglesia criticó ayer con dureza aspectos del anteproyecto de reforma al Código Civil. Entre otras cosas, consideró que fomenta “la creación de hijos huérfanos”, al proponer la legalización de donación post mortem de gametos, y que “resulta agraviante a la dignidad de las mujeres y los niños”, al pretender incorporar la figura del alquiler de vientres. Además, cuestionó que no se promueva la estabilidad del matrimonio, sino que se favorezcan uniones alternativas, y advirtió que aquel “se vaciaría de contenido” si el nuevo ordenamiento legal no exige –como surge del texto– “los deberes como la fidelidad y la cohabitación”.

La crítica está contenida en un documento de ocho carillas titulado “Reflexiones y aportes sobre algunos temas vinculados a la reforma del Código Civil”, que los obispos difundieron en el marco de su primer plenario del año, que realizaron esta semana en la casa de retiros espirituales El Cenáculo, de Pilar.

La declaración fue presentada durante una conferencia de prensa que ofreció el presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, quien estaba acompañado por el vicepresidente segundo, monseñor Mario Cargnello, y el vocero del Episcopado, presbítero Jorge Oesterheld.

El anteproyecto de reforma al Código Civil fue elaborado por una comisión de juristas encabezados por el titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, y presentado en el mes de marzo en la Casa Rosada por la presidenta Cristina Kirchner.

Los obispos centran su preocupación en los criterios que aspectos referidos a la fecundación asistida, el matrimonio y el derecho de los menores. “Nos sorprendió”, admitió Arancedo y agregó que, ante esta situación, el Episcopado tiene el deber de pronunciarse. “La Iglesia, que es parte integrante de la sociedad, siente la obligación moral de hacer oír su voz”, señaló. Con todo, Cargnello explicó que la Iglesia “no busca imponer” su visión, sino “invitar a la reflexión”.

El documento dice que “no todo lo que es técnicamente posible y deseado en el manejo de la vida es necesariamente ético y respeta la dignidad”. En una implícita alusión a quienes dicen que el anteproyecto regula lo que hoy pasa, señala que “la ley no es una mera fotografía de lo que ocurre, sino una orientación de lo que se espera y desea que ocurra”. Y que “el legislador no puede limitarse a constatar que algo existe en la realidad, o puede existir, para darle valor legal (…) sin un previo juicio de valor”.

Tras señalar que un embrión es una vida humana y valorar que en el anteproyecto los que están implantados son considerados personas, objeta que “se les niegue ese status básico a los concebidos fuera del seno materno, antes de su implantación”.

Critica, en fin, que en materia de fecundación artificial “se privilegia un supuesto ‘derecho al hijo’ por sobre los derechos de los hijos”. Y señala que “los niños tienen derecho a conocer a sus padres y, en lo posible, ser criados por ellos”. También, expresan, “se niega a los niños concebidos mediante técnicas de fecundación artificial el acceso al establecimiento del vínculo filiatorio biológico, mientras que sí se lo permite en otras filiaciones”.
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