Re: Crítica del evolucionismo católico
Es peculiar que yo, que también fui instruido en la literalidad del evolucionismo, nunca tuve esas dudas de fe y existenciales. Quizás porque desde muy jovencito percibí perfectamente que una cosa era la religión, la fe, y otra la actividad científica. No sé, debí tener mucha suerte y me dí cuenta muy pronto que el evolucionismo no era "la" explicación, como el literalismo general del Génesis era alegórico, está expresado en el lenguaje y para la mentalidad de los judíos de los tiempos de Moisés, o sea, hablando de memoria, unos 46, 48 ó 50 siglos atrás. Si entre mis padres y yo hay diferencias en el modo de entender el mundo, es decir, la cosmovisión personal, si entre ellos y las gentes del s. XIX también son palpables las diferencias de mentalidad, si entre éstos y los habitantes del mundo de hace mil años, o las de entre éstos últimos y los de hace dos mil, ¿qué no es entre el hoy, el presente, y la mentalidad, la cosmovisión, del hombre de hace 5000 años?
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores