Bastante blasfemo


Si San Pablo Apóstol proclama que la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo es piedra angular de la fe cristiana, las corrientes heterodoxas que han conformado el pensamiento anticristiano desde el paganismo a la postmodernidad se han empeñado en negar el hecho histórico de la Resurrección con una insistencia que sólo se puede calificar como diabólica. Siendo Satanás el 'padre de la mentira', esta es una de sus peores falsías, una especialmente satánica sugestión.

Pero lo diabólico no es tan evidente, si no sería fácil detectarlo. La serpiente no es un animal eminente, que se vea venir de lejos, sino que su peligrosa cercanía se advierte sólo cuando ya esta próxima, a punto para morder y envenenar. Así sucede muchas veces.

La página de JM Vidal, Religión Digital, es, formalmente, la mejor de todas las del género de información-opinión religiosa que se publican desde España. He dicho 'formalmente' porque me refiero a su valoración meramente material, en cuanto tal web. Se nota que quien la dirige es un profesional, un periodista, competente, con recursos, con ideas. Lo que pasa es que sus ideas son malas, como las de casi todos sus colaboradores, bloggers y artistas invitados; apenas se salvan un par, siendo el resto uno de los mayores concentrados de des-catolicismo y mini-cristianismo que jamàs se ha juntado. La lista de inculpados pone los vellos de punta, desde Castillo a Aradillas pasando por Pikaza, Pagola, González-Faus, Raguer, Arregui y la Caram. Una galería de horrores.

El monstruo fanfarrón picolargo del nido, que pegaba en esa jungla como estrambote sui géneris, se mudó a mejores pagos, por la paga. Los católicos conscientes (que los hubo) se fueron retirando sin ruído. Y los pocos católicos que quedan son una especie de coartada de muestrario, que no se sabe bien cómo resisten en ese medio adverso.

Entre todos los participantes y comparecientes no brilla ni sobresale el que aparece segundo en el escalafón de la web, J. Bastante. Mantiene un blog y publica algunas noticias y graba algunas entrevistas. Nada especial, ni sobresaliente, ni con tirón, nunca. Se entera de algo por los mentideros, mete cuchara donde le dejan, y se precia de compartir una aberrante simpatía con el fanfarrón del nido, que presume también de aberración y compadre, como dos personajes de fábula, la zorra y el otro bicho que se invitan a comer etc. etc. etc. Dos tipos de fábula, ya digo.

Pues ha sido que J. Bastante ha escrito un novelucho, una blasfema fabulación sobre la Resurrección del Señor, seguramente suponiendo su derecho a imaginar lo que le de la gana, y reclamando, seguramente, libérrima actividad de pluma y prensa, que para eso España está en la Europa post-cristiana y esto no es el Irán de Jomeini, ni él es Salman Rushdie.

El libruco tiene que ser indigesto y malucho, porque ese Bastante no da para más. Pero, volviendo a las serpientes, recuérdese que son bestias astutas, sagaces, que saben bien de qué parte soplan los vientos, cuáles son las modas y qué se cotiza en el mercado. Dentro de sus límites reptantes, las serpientes saben moverse sobre el polvo, entre el polvo, con habilidad.

De todas maneras un tostón novelado, inventado y falseado, ¿a quién le puede interesar, quién se lo va a comprar, quién lo va a leer? Yo imagino que poca gente de muy mal gusto. Pero después me paro y recuerdo que hay gente que disfruta viendo el granhermano, gente que a la que le gusta el cine español del 2000, gente a la que le gusta escuchar los monólogos de los actorzuelos de 3ª clase, gente que se divierte acampado un mes en la Puerta del Sol. Y gente que lee y aplaude a Castillo y a Pagola, a Arregui y a Raguer, gente que es devota de la Caram. Gente así.

A esa gente puede que les guste leer el delirio tragicómico-fumado del Bastante, cosas como esta:

"...soplaba una ligera brisa cuando abrí los ojos y desperté. Parecía como si hubiera dormido durante años, tal vez por eso no estoy cansado. La boca un tanto entumecida, como los huesos. Y es que en este lugar sólo se respira humedad. Y silencio. No había nadie cuando abrí los ojos."
Disfrazarse de Dios, es un peligro. Primero porque se banaliza a Dios, que es Dios y siempre es Dios y nunca deja de ser Dios y no hay más Dios que Dios. Segundo, porque, como dice gravemente el Apóstol, Deus non irridetur, de Dios nadie se rie.

Pero, ¿se trata de Dios, de jugar a inventarse una experiencia meta-psíquica con Dios como personaje-pretexto? Yo diría que no, que el juguete literario de Bastante es , 'solamente', Jesús de Nazareth, el hombre, el personaje, el pretexto tan al alcance de la mano, tan devaluado, tan desposeído de misterio que ya se atreve un cualquiera a ponerse en su papel, asumiendo su no-misterio para contarlo monologueando, como un divertimento de no-fe que se revuelve en su vómito descreído, como el perro aquel de la 2ªPe.

Unos, sin fe, despojan al misterio, y otros, después, montan una farsa con los despojos, una doble profanación en secuencia causa-efecto. Pseudo-teología y pseudo-literatura made in Serpiente & cía.

Espero (deseo) que venda (bastante) poco.

Y que se arrepienta, si le queda alma al infeliz.


+T.

EX ORBE