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Ave Cor Mariae
Estimados todos: Es la primera vez que escribo en este importante y noble foro.
Adelanto mis felicitaciones a quienes lo dirigen como así también a todos aquellos que expresan sus ideas, que a mas de informar ayudan a pensar.
Me referiré a la cuestión que se viene debatiendo desde antiguo sobre “Judíos, ¿Hermanos mayores?”.
La piedra angular de nuestra religión se sustenta en el misterio insondable de la Santísima Trinidad.
Para los judíos, la creencia en un Dios uno y Trino es inaceptable.
Precisamente esta es una de las diferencias esenciales entre el judaísmo y el Cristianismo.
Otro elemento de vital significación es la Encarnación del Verbo. Para el judío esto es una aberración. El mesías que ellos esperan en modo alguno puede ser el Dios que se encarna.
Obviamente que tampoco pueden aceptar la crucifixión; ni la Resurrección.
Tampoco para ellos es concebible el nacimiento de Dios por intermedio de la Santísima Virgen María.
Desde el punto de vista católico, con la institución de la Santa Iglesia la sinagoga caduca y pierde su razón de ser.
Consecuentemente, hablar de los judíos como “hermanos mayores” es un grave error teológico
Conviene recordar el “Incidente de Antioquia” en el que se nos cuenta que San Pablo al ver que nuestro primer Papa “no caminaba rectamente según las verdad del Evangelio”, le dijo delante de todos “ Porqué obligas a los gentiles a judaizar?” (Gal. 2:14).
Cómo señala san Juan Jesús “Vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron” (Jn 1,11). También dijo “…Temían a los judíos, pues ya estos habían convenido en que si alguno le confesaba Mesías, fuera expulsado de la singagoga…” (Jn 9,22); “Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a Mí, porque yo he salido y vengo de Dios… vosotros tenéis por padre al diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. El es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, porque la verdad no estaba en él” (Jn 8,42-44).
“Los judíos perseguían a Jesús por haber hecho esto un sábado; pero El les
respondió: -“Mi Padre sigue obrando todavía y por eso obro Yo también”. Por eso los judíos buscaban con mas ahínco matarle, pues no solo quebrantaba el sábado sino que decía a Dios su Padre, haciéndose igual a Dios” (Jn, 5, 17-19).
Fueron los príncipes de los sacerdotes y el Sumo Pontífice Caifás quienes “tomaron la resolución de matarle” (Jn 11,53).
Como comentan los Evangelios, Pilato trató por todos los medios de salvar a Jesús, pero siempre se encontró con la contumaz insistencia de los judíos en que lo matara. Es más, cuando propone liberarlo por Barrabás, los judíos se oponen al grito de “Crucifícale!”.
Pilato responde a la muchedumbre -“Yo soy inocente de esta sangre; vosotros veáis. Y todo el pueblo contesto diciendo -“caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos” (Mt. 27,24-25).
Se ha de recordar que los judíos persiguieron implacablemente a los primeros Cristianos. Basta con ver el ejemplo de San Pablo hasta su conversión.
Es clara la respuesta que da el protomártir San Esteban: “Duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros siempre habéis resistido al Espíritu Santo. Como vuestros padres, así también vosotros. A qué profetas no persiguieron vuestros padres? Dieron muerte a los que anunciaban la venida del Justo, a quién vosotros habéis ahora traicionado y crucificado; vosotros, que recibisteis por ministerio de los ángeles la ley y no la guardasteis. Al oír estas cosas se llenaron de rabia sus corazones y rechinaban los dientes contra el”. (Hechos 7,51-54).
No he de agotar la paciencia con mas citas Evangélicas, que las hay por montones.
La Encarnación del Verbo implica la abolición del judaísmo.
Los rabinos cultos o sabios sostienen categóricamente que el dios de ellos, Jehová no es el de los Cristianos (Trinitario). De allí que sostengan que “ambas deidades son enteramente irreconciliables y ninguna clase de recurso de un pensamiento casuístico puede conseguir una identidad entre ambas. La doctrina Trinitaria del Cristianismo es diametralmente opuesta a la gloriosa y perfecta unidad del Dios de Israel, que es un atributo indispensable de la fe judía… nuestra torah no podrá ser cambiada, ni habrá de aparecer otra torah o enseñanza, de parte del creador bendito sea su nombre”.
Aquí también hay numerosos ejemplos que se podrían citar de autores judíos.
Como decía San Ignacio de Antioquía “No es el Cristianismo el que ha debido creer en el judaísmo, sino el judaísmo en el Cristianismo”..
Así las cosas no podemos ser “hermanos menores” de los judíos. No habiendo un mismo Padre, una misma Madre, una misma Doctrina, una misma Fuente de Cultura, mal puede decirse que los judíos son nuestros hermanos mayores. Conviene recordar que los Santos Padres fueron griegos o romanos. En el misterio de la providencia, y la teología de la historia se ha de pensar que ante la defección y traición voluntaria del pueblo elegido, se prepararon otras fuentes (greco-romanas) de los llamados “Cristianos antes de Cristo”. No es por casualidad, sino por causalidad que San Pedro y San Pablo se sitúen en Roma y que a partir de allí la Roca se encuentre en esa ciudad Santa y fundada por Rómulo sacramente.
Por otra parte, el hermano mayor tiene una gracia especial en la familia y un mayorazgo sobre los menores; cuestión que de aceptarlo caeríamos en esa peligrosísima novedad modernista post-conciliar del llamado “judeo-cristianismo” (¿???).
Las cosas han de ser claras y no oscuras o ambiguas. Precisamente el arma más temible del enemigo en estos tiempos crepusculares es el reino de la confusión, que exige la lumbre esperanzadora y alegre de La Verdad, El Camino y La Vida.
El judaísmo es una religión y el catolicismo es otra muy distinta.
Y esto no tiene nada que ver con el antisemitismo; que a mas de no ser católico; abarca a un mundo mucho mas grande que la grey judía; vgr.: los árabes, fenicios, etc.
También entiendo que se debe el considerar a Nuestro Señor Jesucristo como judío. En primer lugar porque fue engendrado por el Espíritu Santo y, además, no es bueno circunscribirlo a una raza en particular.
En este sentido, el Evangelio es claro cuando deja sentado que a partir de la trascendental Encarnación, desde el punto de vista religioso, ya no hay mas judíos, griegos o gentiles.
Nuevamente pido disculpas por lo extenso de mi comentario sobre esta apasionante temática.
Un gran saludo para todos y desde ya quedo a vuestra disposición.
Juan Vergara
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