Muchas gracias Hyeronimus!!!
Tratare de conseguir el libro.
Muchas gracias Hyeronimus!!!
Tratare de conseguir el libro.
Última edición por juan vergara; 24/03/2014 a las 17:06
No pude asistir a la conferencia, y tampoco tengo el gusto de conocer al profesor Marvizón., aunque sí conocía al padre Loring, tuve alguna correspondencia con él y hasta le hice una traducción.
Ediciones Giralda, que ha publicado sus dos libros sobre la Sábana Santa, es una editorial pequeña y no creo que tenga mucha difusión fuera de España. Pero puedes pedirlo a Casa del Libro, que es una cadena de librerías que está en las principales ciudades de España, y suele encontrarse mucha variedad. En vez de tener varios locales, sus tiendas son edificios enteros de varios pisos con muchas secciones. Aquí en Sevilla tenemos uno. De todos modos, Julio Marvizón no es exactamente el padre Loring. Tiene otra forma de presentar las cosas, pero defiende que la Sábana es en efecto el retrato auténtico de Cristo.
Esta es la dirección de Casa del Libro para pedirlo:
LA SÁBANA SANTA DE TURIN - JULIO MARVIZON PRENEY, comprar el libro en tu librería online Casa del Libro
Otra vez gracias Hyeronimus.
El Libro que publico el padre Jorge Loring, "La Sabana Santa dos mil años después", lo he leído y es muy bueno.
En su biografía -entre otros- menciona al primer libro de Julio Marvizón.
Lo que me llama la atención es lo que dice con relación al nombre Jesús de Nazaret escrito en le Santo Sudario.
Ya se demostró que tal sábana es del siglo XIII o XIV. ¿Por qué seguir con la farsa?
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
![]()
La Síndone de Turín
Tras visionar, ya por enésima vez, el testimonio que el físico Nicolás Dietl ofreció sobre la Sábana Santa de Turín en el programa Sin tapujos, que a la sazón presentaba Eduardo García Serrano en la hoy casi desaparecida Intereconomía TV, me revelo incapaz de sustraerme al pugnaz afán de escribir unas pocas líneas sobre ello y volcar sobre el papel las muchas emociones que tan sentida intervención me suscitó. Y es que el discurso del señor Dietl es, amén de lúcido, elegante y esclarecedor, en extremo atinente a los días trastabillados que sobrevolamos.
En la coda de su intervención —casi una suerte de brillante epitafio que, a la postre y a pesar de su obviedad, habrá de resonar en las meninges de quien lo escuche—, y tras disertar largamente sobre los muchos trampantojos que se urdieron con el único y vesánico fin de ocultar lo cierto, el físico asegura que el manto de cerril escepticismo que se cierne sobre la sagrada reliquia —el sintagma un tanto cursi es mío, no del eximio experto— no proviene de un sesudo ejercicio de discernimiento científico ni de la inadvertida deglución de tantas descabelladas teorías que se han tejido en torno a ella, sino a la insoslayable trascendencia del personaje al que remite y al ineluctable compromiso al que tal circunstancia, de asumir lo evidente, nos obliga.
La nuestra es una sociedad descabezada, amenazada de derrumbe o en ciernes de demolición; pues los vetos y tabúes que ponían freno a los excesos han ido cayendo de uno en uno, abatidos por la modernidad y por el más rampante materialismo. La fe católica que nos servía de argamasa, hace ya tiempo que se ve achacosa o malbaratada por los alifafes, impedida para servirnos como de cuadernas y así aguantar los embates que sufrimos. Pero estos males de la salud no provienen de la senectud que los ávidos de remozamientos puedan ver en la Iglesia, sino de las oprobiosas delicuescencias relativistas en que nos refocilamos y de los impedimentos que una moral recia nos presenta para el sostenimiento de esa ética acomodaticia que tanto deseamos. Hoy, somos una sociedad enferma; una sociedad que dimite de los preceptos que la constituyeron, que se refugia en caprichosas veleidades y eleva a trascendente lo que no es sino efímero y baladí; una sociedad que, como enviscada en una suerte de légamo o de cochina porquería —y discúlpeseme el abundamiento escatológico—, solo ansía dar cumplida satisfacción a sus afanes crematísticos, mundanos o sexuales, y arrasar las lindes morales antaño topografiadas.
Así, entregados a un decurso tan deletéreo y pernicioso, fortificamos nuestras satisfechas posiciones y nos alejamos de rutas más salvíficas; asumimos que la vida es un jolgorio que hemos de prolongar sin recato y arrumbamos en el cuartucho de la desmemoria, con asombrosa inconsciencia, aquellos dogmas que trazaban nuestro camino. Finalmente, enceguecidos por el deseo, y por ello renuentes a dejarlo atrás, terminamos por dimitir de Dios. A la postre, importa poco qué se nos cuente o las muchas certidumbres que se nos planten ante nuestros ojos —hogaño casi ciegos—; y por mucho que se nos haga evidente la presencia de Dios habrá siempre quien la niegue sin desmayo, quien ciña un manto sobre la verdad y la oculte a los demás.
Así, no hay modo alguno, en la actualidad, de reproducir la impronta que tantos siglos han contemplado ni de urdir tan verosímil y complejo embeleco. No había, por supuesto, en la antigüedad, los conocimientos necesarios para transcribir en el lienzo las para mí abstrusas complejidades del sistema circulatorio que se observan en él, ni mente de tan conspicua clarividencia que fuese quien de imaginar las innumerables pruebas a las que hemos sometido el lienzo a fin de constatar su autenticidad —más bien, de demostrar su falsedad, pues no es éste sino el motivo que ha movido a muchos—. No hay, asimismo, rastro alguno que nos indique que lo que en la síndone se contempla pueda haber sido realizada por el hombre. Así pues, ¿a qué tanta duda?
Es cierto que el resplandor de la verdad es en extremo fúlgido —y quizás por ello muchos renuncien a mirarla, por temor a verse lastimados en sus erráticas convicciones—, pero el deslumbramiento que provoca —tal vez debiera decir alumbramiento—no propicia sino una esclarecedora apertura de miras, una tan límpida que nos permite disfrutar de lo que en realidad importa y nos libra de esas escorias guarras que se nos han ido adhiriendo a la piel.
Si, por fin —y pongo ya término a tan extenuante digresión—, levantamos el cerril manto de escepticismo al que antes aludía, nos hallaremos con la certeza de la Resurrección y, por ende, con la divinidad de nuestro Señor Jesucristo; y si así obramos, tal certidumbre nos golpeará en esos nuestros cimientos febles, ya destartalados o achacosos, sobre los que hemos construido esta vacua sociedad en que nos remejemos. Llegará luego, de resultas de lo anterior, un hombre nuevo, mucho mejor que el anterior, que trocará su vida como líquida por otra más atinada y guarnecida, como en intrincada y admirable urdimbre con aquello que realmente somos. Basta, tan solo, levantar ese velo aturdidor, observar cuanto se nos muestra y aceptar las evidencias. Apenas nada, si se quiere.
Gervasio López
[Nota de Adelante la Fe. Enlazamos a continuación el programa al que hace mención el autor]
La Síndone de Turín | Adelante la Fe
Última edición por Hyeronimus; 22/11/2014 a las 12:37
Esto no es cierto, realmente lo que falló fué la prueba de C14, pero teniendo encuenta que sufrió un incendio el resultado no es concluyente.
Frente al C14 (que falló por diversas razones) hay innumerables pruebas forenses, palinológicas, documentales, numismáticas y un larguísimo etcetera. El tema se ha tratado a fondo, y no sólo aquí. Después del asunto del C14 se han celebrado bastantes congresos científicos sobre el tema. Es absurdo seguir dándole vueltas al tema.
Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)
Marcadores