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Tema: Serie: A Vueltas con la Fe Cristiana

  1. #1
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    Serie: A Vueltas con la Fe Cristiana

    1ª.- Parte: FUNDAMENTOS DE LA FE.



    Una acusación común hacia los cristianos es: ¡Los cristianos me enferman, todo lo que tienen es una fe ciega!
    Insinuando que el acusador piensa que para ser cristiano hay que cometer un suicidio intelectual. Negar toda razón. Personalmente pienso que la creencia involucra el corazón, la mente, la voluntad y las emociones de cada uno.



    La fe cristiana está basada en la evidencia. Es una fe que aunque va más allá de lo razonable no va contra la razón. Fe es la certidumbre del corazón en lo adecuado de la evidencia.


    La FE CRISTIANA es una FE OBJETIVA, debe tener un objeto.
    El concepto cristiano de “fe salvadora” establecen una relación de uno con Cristo (el objeto) y se opone al uso filosófico del término. El cristiano debe rechazar la expresión corriente de “no importa lo que uno crea, siempre que crea”.
    Es así porque el valor de la fe cristiana no está en el que cree, sino en el objeto de su fe, así si se pudiera demostrar que Criston no resucitó de entre los muertos no tendría sentido seguir manteniendo la fe cristiana.
    La FE CRISTIANA es FE EN CRISTO y su valor no está en el que cree sino en aquél en el cual se cree. No en el que confía, sino en aquél en cual se confía.


    Los musulmanes (o budistas; etc.) suelen decir que tienen más fe en Mahoma que los cristianos en Cristo. Puede ser, pero el cristiano está salvo pues no importa cuanta fe tenga uno sino más bien cuál es el objeto de su fe. Eso es lo importante en la perspectiva cristiana de la fe.
    Sería un error imaginar que las características de una religión histórica se mantendrían si el Cristo de los teólogos estuviera divorciado del Jesús histórico.


    Los redactores del Nuevo Testamento fueron testigos oculares, directos de los hechos, o recogieron los testimonios de primera mano de testigos presenciales. Conocían perfectamente la diferencia entre mito, leyenda y realidad.


    Hay una gran diferencia entre la mitología (griega, por ejemplo) y los eventos de la vida de Jesús (nacimiento virginal, resurrección, etc.).
    Los hechos y eventos aplicados a la mitología NO se refieren a seres reales de carne y hueso sino seres de leyenda.
    Mientras que los eventos y hechos aplicados a Cristo se refieren a una persona a la que los redactores conocieron en la historia dimensional de tiempo y espacio, un personaje histórico que conocieron real y personalmente.


    Los redactores del Nuevo Testamento apelaron a conocimientos de primera mano que tenían sus lectores y oyentes respecto a la evidencia y los hechos de la persona de Cristo. Los redactores no dijero solamente: “escuchen, nosotros vimos esto o escuchamos aquello ...” sino que se expusieron ante sus más grandes críticos y adversarios diciendo: “vosotros también sabéis estas cosas y también las habéis visto y oído personalmente


    Los apóstoles fueron testigos de la vida de Jesús resucitado (Lucas 24:48; Juan 15:27; Hechos 1:8; 2:32; 3:15; 4:33; 5:32; 10:39; 10:41; 13:31; 1 Corintios 15:4-9; 1 Corintios 15:15; 1 Juan 1:2; Hechos 22:15; Hechos 23:11; Hechos 26:16).






    LOS PREJUICIOS HISTÓRICOS.
    Algunos afirman que si se pretende estudiar históricamente la vida de Cristo nos encontraríamos con un hombre notable, pero no con el Hijo de Dios. Es decir, siguiendo el método histórico jamás podría descubrirse la resurrección.
    Pero ¿Es esto cierto?
    Muchos estudiosos de la historia están convencidos de que no hay Dios, que los milagros no son posibles, que vivimos en un sistema cerrado y no hay vida sobrenatural.
    Cargados de prejuicios inician su investigación “crítica, abierta y honesta” de la historia.
    Así cuando estudian a la vida de Cristo y leen respecto de sus milagros o la resurrección concluyen que no hubo tal milagro o resurrección pues sabemos (filosóficamente, no históricamente) que no hay Dios ni milagros. Por tanto tales cosas no pueden ser posibles. Así se eliminan la resurrección, los milagros, la vida sobrenatural antes siquiera de haber iniciado la investigación histórica.
    Pero estas presuposiciones no son referencias ni estudios históricos, son simples prejuicios filosóficos. Su manera de ver la historia se basa en la “presuposición racionalista” de que Cristo no pudo levantarse de entre los muertos. En vez de acudir a datos históricos simplemente eliminan esa posibilidad por una especulación metafísica, nada científica ni histórica.


    El hecho de la resurrección o los milagros no pueden desdeñarse, a priori, sobre bases filosóficas racionalistas. Los milagros o la resurrección sólo son imposibles si se definen de esa manera, pero tal definición excluye la adecuada investigación histórica.

    Kant demostró que todos los argumentos y sistemas comienzan con presuposiciones, pero esto no significa que todas las presuposiciones sean igualmente deseables.
    Es mejor empezar con presuposiciones de método (que nos llevarán a la verdad) que con proposiciones de contenido substantivo (que ya suponen que hay un cuerpo de verdad).
    En el mundo moderno hemos descubierto que las presuposiciones del método empírico cumplen mejor esta condición; pero hay que notar que estamos operando, únicamente, con las presuposiciones del método científico, no con las presuposiciones racionalistas del cientificismo.


    El argumento más fuerte contra el escepticismo histórico es que el hombre que duda de la posibilidad de una correcta evidencia y tradición histórica no puede, por la misma razón, aceptar su propia evidencia, juicio e interpretación. Tal persona no podría limitar su duda a su crítica histórica, debe operarla en todas las facetas de su vida. Al hacerlo descubrirá que le falta la evidencia conclusiva en todos los aspectos de su vida, incluso los que había considerdo garantizados, porque ya no tendrá ningún tipo de evidencia sobre nada. Se vería forzado a aceptar un escepticismo filosófico general que va aparejado con su escepticismo histórico.
    Así el escepticismo filosófico general es un juego intelectual que puede ser interesante, pero nadi podría vivir con él.


    Hogaño hay una fe cristiana muy extendida que considera las afirmaciones de la fe cristiana como declaraciones confesionales que los individuos aceptan en calidad de miembros de la comunidad creyente. Sin dependencia de la razón o la evidencia. Estas personas no admiten que la investigación histórica tenga algo que decir sobre la singularidad de Jesús. Se muestran escépticos sobre la posibilidad de conocer algo que tenga que ver con el Jesús histórico.
    Yo pienso que la revelación histórica de Dios en Jesús de Nazareth debe ser la piedra angular de cualquier fe cristiana. Cualquier interrogante histórico sobre el genuino Jesús que vivió en Palestina hace 20 siglos es fundamental.


    Los eventos históricos son únicos y la prueba de su autenticidad puede ser únicamente el método documental aceptado que seguimos. Ningún historiador tiene derecho a usar un sistema cerrado de causales.
    ¿Qué nos ocurre, como historiadores, cuando encontramos sorpresas que contradicen nuestras expectativas, incluso nuestras convicciones e incluso la totalidad de la comprensión de la verdad de nuestra época?


    La labor del historiador no es construir una historia de nociones preconcebidas, ajustándolas a su gusto, sino reproducirla a partir de la mejor evidenciay dejar que ella hable por sí misma.


    Es muy útil para comprender los prejuicios de la gente al entrar en contacto con la historia. Es decir, el que niega la existencia de Dios no está entre los que creen e la Biblia. De igual modo que un musulmán convencido de que Dios no puede engendrar no aceptará como Palabra de Dios un libro que enseñe que Cristo es el unigénito de Dios.


    Unos creen que Dios no es una persona, que “solo” es la causa Última, el Fundamento del Ser, estos estarán predispuestos a rechazar la Biblia como la autorevelación personal de Dios. Se basan en la premisa de que la Biblia no puede ser la palabra personal de YO SOY EL QUE SOY (Ex. 3:14).


    Otros rechazan lo sobrenatural y no quieren dar crédito al libro que enseña que Cristo se levantó de entre los muertos.


    Aquellos sostienen que Dios no puede comunicar su verdad sin distorsión a través de hombres pecaminosos, por tanto, para ellos la Biblia, al menos en parte, es una obra simplemente humana.






    DEFINICIÓN BÁSICA DE LA HISTORIA.
    Un conocimiento del pasado basado en testimonios.
    Y aunque muchos dicen no estar de acuerdo, aceptan y creen en Cristobal Colón, pero hoy, ahora, no hay nadie que le haya conocido personalmente.
    Por tanto la única manera de saberlo es mediante el testimonio.
    Pero hay que tomar una cautela, vigilar y contrastar la veracidad de los testigos.




    PROBANDO LA EXISTENCIA DE DIOS.
    Es frecuente acusar al cristiano de dar un salto en la obscuridad.


    Según Hume la evidencia histórica no tiene valor por cuanto no puede establecer la verdad absoluta. Y según John W. Montgomery estamos en desventaja para hacer elecciones significativas a priori.


    La resurrección de Cristo nos prové de una base en la PROBABILIDAD HISTÓRICA para poner a prueba la fe cristiana. Admitimos que la base es únicamente la probabilidad, algo que no es seguro 100%. Pero la probabilidad es, sin embargo, la única base sobre la que los seres humanos (finitos) podemos tomar nuestras decsiones.
    Solamente en la lógica deductiva y en las matemáticas puras se encuentra la “certidumbre convincente” pues ellas se derivan de axiomas formales que tienen su propia evidencia (por ejemplo la tautología si A, luego A) pero no involucran un asunto de hecho.


    Es cuando entramos en el campo de los hechos es cuando dependemos, totalmente, de la probabilidad. Puede parecernos poco afortunado, pero es inevitable.


    John W. Motgomery dice en sus artículos, sobre historia y el cristianismo: “de demostrar que el peso de la probabilidad histórica yace del lado de la validez de las declaraciones de Jesús de ser el Dios encarnado, el Salvador de la humanidad, y el Juez venidero del mundo. Si en efecto la probabilidad apoya estas declaraciones (¿y pueden negarse si se estudian las evidencias?) entonces debemos actuar a favor de ellas.






    EXCUSAS INTELECTUALES.
    El rechazo de Cristo, generalmente, no es una cuestión de la mente sino más bien de la VOLUNTAD. No suele tratarse de un “no puedo” sino de un “NO QUIERO”.


    Muchos exponen excusas intelectuales, pero realmente muy pocos con PROBLEMAS intelectuales. La inmensa mayoría de las veces son simples excusas que encubren multitud de razones.


    Tenemos gran respeto por el que se ha tomado el trabajo de investigar las aseveraciones de Cristo y honestamente concluye que no puede creer. Estamos en armonía con el que sabe por que no puede creer (basado en hechos y la historia) pues nosotros sabemos por qué creemos (basados en los hechos y la historia) por lo que tenemos una base común si bien llegamos a conclusiones diferentes.


    La mayoría rechazan a Cristo por una de las siguientes razones: Ignorancia, Orgullo, y/o problema moral.


    Es frecuente el caso de los que afirman tener un problema intelectual para no creer en Cristo. Al preguntarles ¿por qué no puedes creer? Responden el Nuevo Testamento no es digno de confianza.
    Pero si se les repregunta: Si te demostrara que el Nuevo Testamento es una de las obras más dignas de confianza ¿creerías?
    Replican con un rotundo NO
    Entonces queda demostrado que el problema no es intelectual ni de la mente, es de VOLUNTAD.


    Igual ocurre cuando se les pregunta: si te demostrara, sin sombra de duda, que Cristo resucitó de entre los muertos y es Hijo de Dios ¿Lo aceptarías como tu Salvador?
    La respuesta suele ser un NO enfático.

    Pongamos de ejemplo a dos ateos célebres: Aldous Huxley y Bertrand Russell.



    Huxley admitió sus propios prejuicios (End and Means, pg. 270) cuando dice: “yo tenía motivos para no desear que el mundo tuviera un significado; en consecuencia supuse que no lo tenía y pude hallar sin dificultad razones satisfactorias para dicha suposición. El filósofo que no halla significado en el mundo no está preocupado simplemente por con un problema de metafísica pura, sino que su preocupación también será probar que no hay razón valedera por la cual él no debiera hacer como desea hacer … En lo que a mí concierne, la filosofía de la falta de significado fue esencialmente un instrumento de liberación sexual y política”.
    Russell es un ateo inteligente que sin embargo no hizo un examen cuidadoso de las evidencias del cristianismo.


    En su ensayo Porqué no soy cristiano, ni siquiera consideró la evidencia de y para la resurrección de Jesús y, por sus propias declaraciones es dudoso que siquiera hubiera leído el Nuevo Testamento.

    Es inconcebible que alguien no tome en cuenta la resurrección en lo que vale siendo el fundamento del cristianismo.

  2. #2
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    Re: Serie: A Vueltas con la Fe Cristiana

    2ª Parte.- LA BIBLIA.



    La característica que mejor describe La Biblia es que es un libro ÚNICO.
    Único como lo describía Webster: 1.- uno y especial. Singular, solo. 2.- diferente de todos los otros; sin igual o semejante.


    Según el profesor M. Montiero-Willians, ex profesor de Sánscrito que pasó 42 años estudiando los libros de Oriente, dijo, al compararlos con la Biblia: “apílelos, si quiere, al lado izquierdo de su mesa, pero coloque la Biblia en el derecho, sola, y con un amplio espacio entre ambos lados porque hay un abismo entre ella y los así llamados libros sagrados del Oriente, abismo que separa a ésta de los otros en forma total, sin esperanza, y para siempre … un abismo tan profundo que no puede ser traspasado por ninguna ciencia de pensamiento religioso”.


    La Biblia es un libro único en muchas formas de los demaś, entre otras porque:




    Única en su Continuidad:
    Es un libro escrito a lo largo de unos 1.600 años, durante 60 generaciones, por más de 40 autores diferentes de toda clase social (reyes, campesinos, filósofos, pescadores, poetas, estadistas, eruditos, …).
    Escrito en diferentes lugares: desierto, en la cárcel, en un palacio, mientras viajaba, en la isla de Patmos, en medio de campañas militares, etc.
    Escrito en diferentes épocas, en guerra y en paz.
    Escrito desde muy diferentes estados de ánimo: entusiasmados de gozo o desde la tristeza más profunda y la desesperación.
    Escrito en tres continentes: Asia, África y Europa.
    Escrito en tres idiomas: hebreo (idioma del Antiguo Testamento), arameo (lengua franca del VI al IV a.d.C) y griego (idioma internacional en época de Cristo).
    Abarca, en su material, cientos de casos y asuntos de controversia (que generan discusiones y opiniones contrarias). Pese a todo, sus autores hablaron sobre cientos de estos asuntos con armonía y continuidad, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Siempre con una única historia en desarrollo: “la redención humana efectuada por Dios”.


    A primera vista la Biblia parece ser una colección de literatura, principalmente judaica, pero no es una simple antología, mantiene una unidad en su conjunto y la Biblia carece de antologista que recopilara todo el material.




    Única en su Circulación:
    La Biblia ha sido leída y publicada más que cualquier otro libro. Ningún libro ha generado tantas copias, totales o parciales en toda la historia.
    Solamente la Sociedad Bíblica Británica debe, para satisfacer su demanda, producir una cada tres segundos, día y noche, todos los días del año que despacha a varias partes del mundo en 4.583 bultos que pesan unas 490 toneladas.
    Todo esto, evidentemente, no prueba que la Biblia sea la palabra de Dios, pero sí que es un libro único.




    Única en su Traducción:
    Es el primer libro que se tradujo: La Septuaginta (traducción griega del A.T. Hebreo, unos 250 años antes de Cristo).
    La Biblia ha sido traducida, vuelta a traducir y parafraseada más que ninguna otra obra del mundo.
    Según la Enciclopedia Británica, en 1996, la Biblia entera estaba editada en 240 idiomas y dialectos. Uno o más libros completos de la Biblia en 739 idiomas adicionales, es decir, en total, en más de 1.280 idiomas.
    Entre 1950-1960 trabajaban más de 3.000 traductores bíblicos.




    Única en Supervivencia:


    RESISTENCIA TEMPORAL:
    Escrita en materiales perecederos, teniendo que ser copiada y recopiada durante cientos de años antes de la invención de la imprenta. Pero ello no perjudicó ni su estilo, ni su corrección ni su existencia.
    La Biblia comparada con cualquier otro escrito antiguo tiene más evidencia manuscrita que diez piezas cualesquiera de escritura clásica juntas.


    Según A.T. Robertson (autor de la gramática más completa del N.T. Griego) escribió: “existen, al menos, unos 8.000 manuscritos de la Vulgata Latina, y cuando menos otros 1.000 de otras versiones primitivas, a los que hay que añadir unos 4.000 manuscritos griegos. A parte de ello gram parte del N.T. Puede reproducirse de las citas de los escritores cristianos primitivos”.


    John W. Montgomery (History and Christianity) dice: “mostrarse escéptico respecto del texto resultante del Nuevo Testamento equivale a olvidarnos de todos los clásicos de la antigüedad porque ningún del período antiguo tiene tal respaldo bibliográfico como el N.T


    Los judíos preservaron la obra como ningún otro manuscrito ha sido preservado jamás. Con su masora (parva, magna y finalis) llevando la cuenta de cada letra, sílaba, palabra y párrafo. Había especialistas con la misión exclusiva de preservar y transmitir estos documentos con suma fidelidad, prácticamente perfecta. ¿Quién contó jamás las letras o sílabas o palabras de Cicerón, Séneca, Platón o Aristóteles?
    Sobre el N.T. Hay cerca de 13.000 manuscritos, completos e incompletos, en griego y otros idiomas que han sobrevivido desde la antigüedad. Ninguna obra clásica antigua cuenta con tal respaldo.


    John Lea (The Greatest Book in the World) comparó la Biblia con las obras de Shakespeare. Sorprende que las obras de Shakespeare en unas décadas se hayan corrompido y sea más incierto que la Biblia con diez veces más de existencia y que durante 15 siglos sólo estuvo en forma manuscrita.
    Salvo unas 15 excepciones el texto de cada versículo del Nuevo Testamento puede decirse que está de tal modo establecido por el consenso general de los eruditos que cualquier en cuanto a sus lecturas debe atribuirse más a la interpetación que a cualquier duda del texto.
    Sin embargo, en cada una de las 37 obras teatrales de Shakespeare hay probablemente un centenar de lecturas aún en disputa, una gra porción de las cuales afecta el significado de los pasajes en que ocurren.


    RESISTENCIA A LA PERSECUCIÓN:
    La Biblia ha soportado más ataques malintencionados de sus enemigos que cualquier otra obra y durante más tiempo. La han quemado, prohibido, ilegalizarla (desde el Imperio Romano o los regímenes comunistas).


    Voltaire, el incrédulo francés que murió en 1778 dijo: “cien años tras mi época el cristianismo sería borrado de la existencia y pasaría a la historia”, pero el que pasó a la historia fue Voltaire mientras la circulación de la Biblia siguió creciendo en prácticamente todo el mundo. Tan sólo 50 años tras la desaparición de Voltaire, la Sociedad Bíblica de Génova usó la misma casa e imprenta que Voltaire usara para producir montones de Biblias. Ironías de la Historia.


    Ya en el 303 Diocleciano expidió un edicto para destruir a los cristianos y sus libros sagrados. En todas partes se promulgó una carta imperial obligando la demolición de las iglesias y las Escrituras arrojadas al fuego, retirando los cargos públicos y derechos civiles a los cristianos que los detentasen y privar a todo cristiano de libertad.
    25 años más tarde, Constantino, el Emperador que sucedió a Diocleciano comisionó a Eusebio para que preparara 50 copias de la Escritura a expensas del Gobierno.


    La Biblia es única en supervivencia, lo que no prueba que sea la palabra de Dios, pero sí que es única, que permanece sola entre los libros.


    CUALQUIERA QUE BUSQUE HONESTAMENTE LA VERDAD DEBERÍA CONSIDERAR UN LIBRO CON TALES CARACTERÍSTICAS ÚNICAS.


    RESISTENCIA A LA CRÍTICA:
    Por más que los incrédulos han atacado e intentado refutar el libro sin denuedo hogaño permanece tan sólido como una roca. Su circulación aumenta y es más amado, leído y querido que nunca antes.
    Cuando un monarca francés propuso perseguir a los cristianos un anciano estadista y soldado le recordó: “Señor, la Iglesia de Dios es un yunque contra el que se han roto y gastado muchos martillos mientras el yunque permanece”

    Si este libro único no fuera el libro de Dios, hace siglos que los hombres lo habrían destruído. Emperadores y Papas, reyes y sacerdotes, prícipes y gobernantes, todos han probado su mano contra él pero mientras ellos han pasado el libro sigue.
    Más de mil veces las campanas han anunciado la muerte de la Biblia, se ha formado la procesión fúnebre, se escribieron las esquelas y lápida mortuoria, se ha leído el oficio, pero … de manera inexplicable, el cadáver nunca ha aparecido.


    Ningún otro libro ha sido tan molido, acuchillado, cernido, escudriñado, vilipendiado, … ¿qué otro libro, de filosofía, religión, artes, clásico o moderno, ha sufrido un ataque tan masivo y severo como el de la Biblia? ¿con igual rencor y escepticismo? ¿con tal perfección y erudición? ¿sobre cada capítulo, línea y declaración?
    Pero la Biblia aún es amada, leída, estudiada y querida por millones.


    Hubo un tiempo en que se hablaba de los resultados confirmados de la “alta crítica” pero ahora los más altos críticos caen en el camino. Así, por ejemplo, la Hipótesis Documentaria: según ella el Pentateuco no pudo ser escrito por Moisés. Los resultados confirmados de la “alta crítica” demostraron que la escritura era desconocida en ese tiempo de Moisés. Obviamente el autor tenía que ser, forzosamente, más reciente. Las mentes de los críticos empezaron a funcionar y los escritores: J, D, P, X, L reunieron todo el material, dividieron hasta un mismo versículo en tres autores diferentes, construyeron grandes estructuras de crítica muy científicas.
    Fue entonces cuando otros individuos descubrieron el “código negro”, caracteres cuneiformes con la ley de Hamurabi, pero ¡caramba!, era no solo anterior a Moisés sino a Abraham, antecedía a Moisés en tres siglos, un Moisés al que consideraron, de forma muy científica un primitivo carente de alfabeto.
    Irónicamente la Hipótesis Documentaria aún sigue enseñándose si bien su base original (los resultados científicos confirmados de la alta crítica) tuvo que ser erradicada al comprobar su falsedad.


    Los críticos dijeron, enfáticamente, que los muros de Jericó no pudieron desplomarse. Pero sabemos que estaban, otra vez equivocados, se desplomaron.
    Una vez más los resultados “confirmados” de la “alta crítica” negaron que hubieran existido los hititas (la única referencia que se tenía de ellos era la del Antiguo Testamento, no figuraban en ningún otro registro, ni había indicio alguno de su existencia).
    Pero la arqueología hoy ha cubierto, con centenares de referencias, unos 1.200 años de civilización hitita.




    Única en sus Enseñanzas:


    PROFECÍAS:
    La Biblia es el único texto humano en el que pueden encontrarse un gran cuerpo de profecías relativas a naciones en forma individual, Israel, a todos los pueblos de la tierra, a ciertas ciudades y a la venida de Uno que sería el Mesías. El mundo antiguo tuvo muchas formas diferentes de determinar el futuro (adivinación) pero en toda la literatura griega y latina no hallaremos verdaderas profecías específicas sobre un gran hecho histórico a suceder en un futuro distante, ni profecía sobre ningún Salvador que saldría de entre los hombres, y eso a que en dicha literaturas se empleaban las palabras profecía y profeta.


    El mahometanismo no puede señalar ni una profecía sobre la venida de Mahoma expresada siglos antes de su nacimiento. Ni los fundadores de ningún culto identificar algún texto antiguo que preanunciara específicamente su aparición.




    HISTORIA:

    Desde Samuel a Crónicas se cubre la historia de Israel durante 500 años. El A.T. Es el texto histórico más antiguo conocido.

    Es una narración histórica sin parangón en cualquier otra nación, o tribu. Ni en Egipto o Babilonia, ni en Asiria o Fenicia, ni en Grecia o en Roma podemos encontrar algo comparable. No hay nada similar en la tradición de los pueblos germánicos, ni en la India ni en la China hay nada similar. Ningún otro pueblo guarda memoria de sus ancestros, tal vez los que más se acercan, distando mucho, son los antiguos escritor hindús (Puranas) o los asirios que reconocían que sus primeros gobernantes (de los que sólo se sabe sus nombres) moraron en carpas pero hacía mucho tiempo que habían olvidado sus orígenes.



    PERSONALIDADES:
    La Biblia no es la clase de texto que el hombre escribiría si pudiera o que podría escribir de querer hacerlo.
    La Biblia es crudamente franca cuando trata los pecados e injusticias de sus personajes. No trata de encubrir defectos, cuenta las cosas como son, relata los pecados del pueblo, de los gobernantes, y no escapan los propios evangelistas que narran sus propias faltas y los errores de los apóstoles.
    La Biblia no se ahorra capítulos, tiene el hábito de contar las cosas como son.




    Única en la Influencia Sobre la Literatura Circundante:
    Si se destruyera la Biblia de todas las ciudades podría restaurarse en todas sus partes esenciales por las innumerables citas de ella que sugen de cada biblioteca pública de cada ciudad.
    Casi todos los grandes escritores literarios tienen obras en las que explican la enorme influencia que ha ejercido la Biblia sobre ellos.


    Como dice el historiador Philip Schaff (The Person of Christ): “este Jesús de Nazareth, sin dinero ni armas, conquistó más millones de hombres que Alejandro, César, Napoleón o Mahoma.
    Sin ciencia ni erudicción arrojó más luz sobre las cosas, divinas y humanas, que todos los filósofos juntos.
    Sin la elocuencia de las escuelas habló tales palabras de vida como nunca antes, ni después, fueron dichas y produjo efectos más allá del alcance del orador o el poeta.
    Sin escribir una sola línea puso en movimiento más plumas y proporcionó más temas para oraciones y sermones, discusiones, volúmenes de erudicción, obras de arte, cánticos de alabanza que el ejército completo de los más grandes hombres
    antiguos y modernos.



    Hay complejidades de estudios bibliográficos sin paralelo en ninguna otra ciencia o rama del saber humano. Partiendo de los Padres Apostólicos (año 95) hasta hoy hay un gran río literario inspirado por la Biblia: diccionarios bíblicos, atlas bíblicos, léxicos bíblicos, enciclopedias bíblicas, geografías de la Biblia, que pueden considerarse el punto de partida, luego la vasta bibliografía sobre teología, educación religiosa, himnología, misiones, idiomas bíblicos, historia de la Iglesia, biografía religiosa, obras devocionales, comentarios, filosofía de la religión, evidencias, apologética, etc. es un venero inacabable.


    Una evidencia de su importancia y el efecto que ha tenido en la historia, y del desconcertante misterio de su ser, es el hecho de que nadie que haya vivido sobre este planeta ha evocado una tan gran cantidad de literatura entre tantos pueblos, épocas e idiomas, y que lejos de menguar el río continua creciendo.


    Lo anterior no es una prueba de que la Biblia sea cierta, pero desde luego es una prueba irrefutable de su singularidad.


    Cualquier persona inteligente que busque la verdad leerá el libro que ha atraído la atención mucho más que los demás.

  3. #3
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    Re: Serie: A Vueltas con la Fe Cristiana



    3ª Parte.- EL CANON.



    El término “canon” viene de una raíz que significa caña (ganeh en hebreo, y Kanon en griego). La caña se usó para medir y eventualmente tenía el significado de norma.
    Originalmente se usó la palabra canon para expresar lo que denominamos la regla de la fe, la norma con la que medir y evaluar, sería más tarde cuando adquirió el significado de lista o índice.
    Aplicada a las Escrituras significa una lista (índice) de libros aceptados oficialmente.
    Pero hay que recordar que NO fue la Iglesia la que creó el canon ni tampoco fue la Iglesia la que incluyó los libros que componen las Escrituras.
    La Iglesia simplemente reconoció los libros que fueron escritos inspirados por Dios desde su comienzo.




    PRUEBAS A LAS QUE SE SOMETÍAN LOS LIBROS PARA INCLUIRLOS EN EL CANON:

    Normalmente había cinco principios guías para determinar si un libro era o no canónigo (de la Escritura):
    1º.- ¿Tiene autoridad?: ¿Proviene de la mano de Dios? (tiene un divino “así dice el Señor”).
    2º.- ¿Es Profético?: ¿Fue escrito por un hombre de Dios?.
    3º.- ¿Es Auténtico?: Los Padres de la Iglesia seguían la política de “ante la duda se desecha”.
    4º.- ¿Es Dinámico?: ¿Tiene el poder de Dios para transformar las vidas?
    5º.- ¿Fue Recibido, Reunido, Leído y Usado?: ¿Fue aceptado por el pueblo de Dios?






    CANON DEL ANTIGUO TESTAMENTO.


    LA NECESIDAD DEL CANON DEL ANTIGUO TESTAMENTO.
    En el año 70 el poder de Roma destruyó el Templo y esparció a los judíos que se vieron en la necesidad de determinar qué libros constituían la autorizada palabra de Dios ante la existencia de muchos escritos extra Escriturales y la descentralización.
    En esas fechas el cristianismo empezaba a forecer y también sus escritos. Los judíos precisaban ponerlos en evidencia y excluir sus libros de los usados en las sinagogas. Había que ser muy cuidadoso para separar el canon hebreo de las Escrituras, de la variedad de literatura religiosa.


    El Canon Hebreo:
    El canon judaico divide el Antiguo Testamento en:
    La Ley (Torah): 1.- Génesis. 2.- Éxodo. 3.- Levítico. 4.- Números. 5.- Deuteromonio.


    Los Profetas (Nebhiim):
    A) Profetas Anteriores: 1.- Josué. 2.- Jueces. 3.- Samuel. 4.- Reyes.
    B) Profetas Posteriores: 1.- Isaías. 2.- Jeremías. 3.- Ezequiel. 4.- Los Doce.


    Las Escrituras (Ketubim):
    A) Libros Proféticos: 1.- Salmos. 2.- Proverbios. 3.- Job.
    B) Cinco Rollos (Megilloth): 1.- Cantar de los Cantares. 2.- Rut. 3.- Lamentaciones. 4.- Ester. 5.- Eclesiastés.
    C) Libros Históricos: 1.- Daniel. 2.- Esdrás-Nehemías. 3.- Crónicas.


    Aunque los cristianos tienen el mismo canon del A.T. El número de libros varía pues dividen algunos (Samuel, Crónicas, Reyes, etc.) en otros dos cada uno y los judíos también consideran a los Profetas Menores como un solo libro.

    También hay diferencias en el orden de los libros, los protestantes siguen un orden tópico en vez de uno oficial.


    EL TESTAMENTO DE CRISTO RESPECTO DEL CANON DEL ANTIGUO TESTAMENTO.
    Lucas 24:44: Jesús dijo a sus discípulos: “era preciso que se cumpliera todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos”
    Así indicó las tres partes en que estaba dividida la Biblia hebrea: (La Ley, Los Profetas, y Los Escritos que llamamos Salmos porque este libro es el primero y más extenso de esta tercera sección).


    Juan 10:31-36. Jesús no estaba de acuerdo con las tradiciones orales de los fariseos (Marcos 7, Mateo 15) pero sí lo estaba con su concepto del canon hebreo pues no hay evidencia alguna de disputas entre ellos por la cononicidad de algún libro del A.T.


    Lucas 11:51 y Mateo 23:35 … desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías. Jesús confirma así su testimonio sobre todo el canon del A.T. (Abel fue el primer mártir (Génesis 4:8), Zacarías el último que se menciona con el orden del A.T. hebreo (2 Crónicas 24:21)). Génesis es el primer libro del canon hebreo, Crónicas el último.
    Jesús dijo desde Génesis hasta Crónicas (o según nuestro orden desde Génesis hasta Malaquías).




    TESTIMONIOS DE ESCRITORES EXTRA BÍBLICOS:

    libro Eclesiástico (130 adC), es el registro más antiguo sobre la triple división del A.T. se halla en el prólogo escrito por el nieto del autor dice: “La Ley y los Profetas y los otros libros”.


    Josefo (finales del I) en Contra Apion I.


    El Talmud.


    Meliton, obispo de Sardis, autor de la lista más antigua del canon de la que hay noticia (año 170), Eusebio guardó el registro de sus comentarios. Meliton dice haber conseguido la lista en un viaje a Siria.


    Testimonios del N.T. respecto del A.T. como un todo: Mateo (21:42, 22:29, 26:54, 56). Lucas (24). Juan, y otros.


    El Concilio de Jamnia, aunque muchos creen que el canon fue un acuerdo tomado (más o menos arbitrariamente) en un concilio es del todo FALSO.
    Según F.F. Bruce (The Book and the Parchments, Fleming H. Revell, 1963): “la principal razón para inquirir si los “Escritos” estaban completos en el tiempo de nuestro Señor es que se conservan registros de discusiones que se suscitaron entre los rabinos tras la caída de Jerusalén (año 70). Con la destrucción de la ciudad y del Templo inminentes, un gran rabino, Yochanan ben Zakkai, de la escuela farisaica de Hillel, obtuvo permiso de los romanos para reconstruir el Sanhedrin sobre una base puramente espiritual, en Jabneh o Jamnia.
    Algunas de las discusiones fueron mantenidas por transmisión oral y luego registradas en registros rabínicos. Entre los debates figura si se les debía conceder reconocimiento canónico a los libros de Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares y Ester. Contra estos libros se habían presentado objeciones por diversos motivos (por ejemplo en el de Ester no figuraba el nombre de Dios, etc.).
    Finalmente en Jamnia se dio el reconocimiento a todos ellos como Santa Escritura.


    LITERATURA APÓCRIFA DEL ANTIGUO TESTAMENTO.
    Apócrifo es un término que significa escondido, oculto (apokrufos)


    ¿Por qué no son canónicos?Por no reunir los requisitos de la canonicidad y por otras razones como:
    · abundan en inexactitudes y anacronismos históricos y geográficos.
    · enseñan doctrinas falsas y/o fomentan prácticas en desacuerdo con la Escritura inspirada.
    · recurren a tipos literarios y despliegan artificialidad en las materias y estilo que no guardan relación con la Escritura inspirada.
    · carecen de los elementos genuinos que dan a la Escritura inspirada su carácter divino: poder profético, poético y el sentimiento religioso.




    Testimonios Históricos Para Su Exclusión:
    · Filón, filósofo judío de Alejandría (20 adC a 40 dC) citó abundantemente el A.T. y aún reconoció la triple división, pero nunca citó los apócrifos como inspirados.
    · Josefo, historiador judío (30 a 100) excluye explícitamente los apócrifos y deja en 22 el número de libros del A.T.
    · Jesús y los escritores del N.T. Nunca citaron a los apócrifos, en cambio hay centenares de citas y referencias a casi todos los libros canónicos del A.T.
    · los eruditos judíos de Jamnia no reconocieron los apócrifos.
    · ningún canon o concilio de la Iglesia cristiana de los primeros cuatro siglos reconoció los apócrifos como inspirados.
    · muchos de los grandes Padres de la Iglesia primitiva hablaron contra los apócrifos (Orígenes, Cirilo, Atanasio, etc.).
    · Jerónimo, el gran erudito y traductor de la Vulgata (340-420) rechazó del canon a los apócrifos.
    · muchos eruditos católicos rechazaron los apócrifos durante la Reforma.
    · Lutero y los reformadores también rechazaron la canonicidad de los apócrifos.
    EL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO.


    PRUEBAS A QUE SE SOMETÍA UN LIBRO PARA INCLUIRLO EN EL CANON DEL N. T.:

    El factor básico para determinar la canonicidad del N.T. fue la inspiración divina y su prueba principal su calidad apostólica.


    LOS LIBROS CANÓNICOS DEL NUEVO TESTAMENTO:

    Hubo tres razones principales para determinar la canonicidad del Nuevo Testamento:
    · Marción (año 140), era un hereje muy rico que decidió elaborar su propio canon y propagarlo. La Iglesia precisaba anular su influencia determinando el canon auténtico de las Escrituras del N.T.
    · Las iglesias orientales muchas de las cuales estaban usando en sus servicios libros que eran espúreos, se requería una decisión sobre el canon.

    · El Edicto de Diocleciano (año 303) que declaraba la destrucción de los libros sagrados cristianos ¿Quién deseaba morir por un simple libro? Era vital saber con seguridad cuál era auténtico.


    Es Atanasio (Alejandría, año 367) quien da el primer canon de libros del N.T. que cuadra perfectamente con el actual. Se encontró en una de sus cartas.


    Poco después de Atanasio, dos escritores: Jerónimo y Agustín, definen el canon de 27 libros.


    Policarpo (año 115), Clemente y otros se refieren a los libros del A.T. y N.T. con la frase “como se ha dicho en estas Escrituras”.


    Justino, mártir, (año 100-165) al referirse a la eucaristía escribe la fórmula: “está escrito” cuando cita a los Evangelios, tanto él como Trifón (con el que se escribía) sabían qué significa “está escrito”.


    Iréneo (año 180) discípulo de Policarpo (Obispo Lyons en la Galia) en sus escritos se confirma el reconocimiento canónico de los Cuatro Evangelios; los Hechos; Romanos; 1 y 2 de Corintios; Gálatas; Efesios; Filipenses; Colosenses; 1 y 2 de Tesalonicenses; 1 y 2 de Timoteo; Tito; 1 Pedro; 1 Juan; y Apocalipsis.


    Es evidente que ya en el año 180 la idea del Evangelio con sus cuatro distintas narraciones era ya axiomático en toda la cristiandad siendo un hecho establecido.


    LOS CONCILIOS DE LA IGLESIA:
    Fue una situación similar a la del A.T., cuando por fin un Concilio de la Iglesia: el Sínodo de Hipona (año 393) confecciona una lista de los veintisiete libros del N.T., no les confiere ninguna autoridad que éstos no tuvieran ya, simplemente RECONOCIÓ SU CANONICIDAD PREVIAMENTE ESTABLECIDA.



    Y los dictámanes del Sínodo de Hipona fueron vueltos a promulgar, cuatro años después, en el Tercer Sínodo de Cartago.


    Desde entonces no ha habido una oposición seria a los veintisiete libros aceptados en el N.T., ni por católicos ni por protestantes.

  4. #4
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    Re: Serie: A Vueltas con la Fe Cristiana

    4ª Parte : LA CREDIBILIDAD DE LA BIBLIA. Confirmación por el Texto Histórico.





    LA CONFIABILIDAD Y VERACIDAD DE LA ESCRITURA.



    Vamos a tratar aquí la CONFIABILIDAD HISTÓRICA de la Escritura, no su inspiración divina.
    La confiabilidad histórica de la Escritura debe someterse al mismo criterio con que se han probado todos los documentos históricos.


    Según C. Sanders (Introduction to Research in English Literary History) lista y explica los tres principios básicos de la historiografía: Prueba Bibliográfica; Prueba de la Evidencia Interna; y Prueba de la Evidencia Externa.




    Prueba Bibliográfica de la CONFIABILIDAD del NUEVO TESTAMENTO.


    PRUEBA BIBLIOGRÁFICA:
    Es un examen de la transmisión textual por medio de la cual llegaron hasta nosotros los documentos. Es decir, careciendo de los documentos originales ¿Cuán confiables son las copias disponibles en relación con el número de manuscritos y el intervalo de tiempo entre el original y las copias exsitentes?


    Los Eruditos Testifican la Autoridad de los Manuscritos:
    Ezza Abbot, miembro del Comité de la Revisión Americana, escribió (Critical Essays): “el número de lecturas diferentes asusta a los profanos. Y es uno de los puntos más destacados en los escritos de los incrédulos más ignorantes: ¡150.000 diferencias de lectura!
    Acaso ¿no basta este elevado número para que todo el texto del N.T. sea incierto y se destruya el fundamento de la fe?
    En realidad de las 150.000 lecturas diferenes del texto griego del N.T. Pueden desecharse diecinueve vigésimas partes por ser de un carácter o apoyarse en una autoridad tan pequeña que ningún crítico les confiere el derecho a reclamar su aceptación.
    Ya se ha rebajado el número a unas 7.500 versiones. Al analizarlas se ve que de éstas, diecinueve vigésimas partes pueden desecharse porque sus pequeñas diferencias son tan leves que no afectan al sentido general. Son diferencias de ortografía, construcción gramatical, del orden de las palabras, y otras variaciones menores sin importancia real.
    Afectan únicamente a la forma de expresarse, no al significado esencial. Nuevamente el número elevado de 7.500 se reduce a unas 400 que sí implican una diferencia de significado aunque leve, o una omisión (o añadido) de algunas pocas palabras, lo que se considera suficiente para exponerlas a la curiosidad y el interés.
    Son muy pocas, unos casos excepcionales, entre ellas podrían considerarse relativamente importantes.
    Pero como las ayudas críticas son ahora tan abundantes, en la mayoría de los casos de divergencia de lectura podemos determinar cuál es el texto verdadero con un elevado grado de confianza.


    En todos los escritos antiguos existen pasajes en los que el texto no puede precisarse con seguridad, e igual sucede con la interpretación.


    Philip Schaff (Comparison to the Greek Testament and the English Version) concluye que solo unas 400 de las 150.000 implican alguna duda respecto del significado textual, y solamente 50 de éstas son de gran calado.
    De todas formas para Schaff ninguna de las variantes altera ningún artículo de fe o precepto que no esté abundantemente respaldado por otros pasajes de los que no hay duda o por el tenor completo de la enseñanza escritural.


    Benjamín Warfield (Introduction to Textual Criticism of the New Testament) coincide con Abbot respecto a los diecinueve vigésimos de las variantes diciendo: “tienen muy escasa base, aun cuando son lecturas diferentes; y diecinueve vigésimos del resto son de tan poca importancia que su adopción o rechazo no causaría diferencias apreciables en el sentido de los pasajes en que ocurren”.


    Geuisler y Nix puntualizan sobre cómo se cuentan las variantes textuales: “existe ambigüedad al decir que hay unas 200.000 variaciones en los escritos existentes del N.T. pues en realidad solo representan únicamente unos 10.000 lugares porque si una sola palabra está mal escrita en 3.000 manuscitos diferentes se cuentan como 3.000 variantes o lecturas distintas.


    Fenton John Anthony ha trabajado toda su vida con los manuscritos y es aceptado como un experto en ellos dice: “la proporción de las palabras que están virtualmente aceptadas como exentas de toda duda es muy grande, no menor a siete octavos del total. Es en ese octavo restante donde se concentra la atención de la crítica y se refiere a cambios de orden de las palabras y otras trivialidades comparativas ...
    Colocando a un lado las diferencias de ortografía, las palabras en duda son un dieciseisavo del total de palabras del N.T.
    En esta segunda estimación la proporción de variaciones comparativamente triviales es aún mayor que en la primera, de forma que lo que podría llamarse una variación substancial es una pequeña fracción de toda la variación restante que difílmente pasaría de una milésima del total del texto”.


    En resumen, del total del texto puede decirse que matemáticamente es puro en un 98,33%.


    Según Warfield los hechos demuestran que la mayor parte del N.T. nos ha sido transmitida sin (o casi sin) variaciones, e incluso considerando su forma más corrupta EL VERDADERO TEXTO DE LOS ESCRITORES SAGRADOS ES COMPLETAMENTE EXACTO NI UN PRECEPTO MORAL O ARTÍCULO DE FE HA SIDO PERVERTIDO O SE HA PERDIDO.


    Los expertos poseen tantas versiones y tantos manuscritos que NUNCA se precisa conjeturar respecto a los medios para eliminar erratas. La riqueza de testimonios es tan vasta que la verdadera lectura tiene que haber sido preservada, al menos por uno de los miles de testigos.


    En resumen NINGUNA de las doctrinas fundamentales de la fe cristiana descansa sobre una lectura en disputa. Puede afirmarse, con rotundidad, que, en substancia, el texto de la Biblia es veraz. Y esto es especialmente cierto en el Nuevo Testamento.

    Es tal el número de manuscritos del N.T., de antiguas traducciones del mismo, y de citas de él en los escritores más antiguos de la Iglesia, que es seguro que la lectura de cualquier pasaje dudoso se ha preservado en alguna de estas autoridades de la antigüedad y ESTO ES ALGO QUE NO PUEDE DECIRSE DE NINGÚN OTRO LIBRO ANTIGUO DEL MUNDO.


    Los eruditos están satisfechos de poseer substancialmente el texto verdadero de los principales escritores griegos y romanos cuyas obras han llegado hasta nosotros como Sófocles, Tucídides, Cicerón o Virgilio, sin embargo el conocimiento que tenemos de sus escrito depende de un puñado de manuscritos. Mientras que los manuscritos del Nuevo Testamento se cuentan por cientos y miles.


    Howard Vos (Can I Trust My Bible, Moody Press, 1963) declara que: “desde el punto de la evidencia literaria, la única conclusión lógica es que la confiabilidad del N.T. Es infinitamente mayor que la de cualquier otro registro de la antigüedad”.


    Etc. etc.


    Además de su enorme número los manuscritos del N.T. aventajan a los de los autores clásicos por el intervalo ta corto entre la composición del libro y la fecha del manuscrito más antiguo existente. Los libros del N.T. fueron escritos a finales del siglo I y los manuscritos más antiguos existentes (exceptuando fragmentos de menor importancia) son del siglo IV. Unos 250 a 300 años más tarde.
    Puede parecer un largo intervalo pero no es nada comparado con la mayoría de los más grandes autores clásicos y los más antiguos manuscritos de sus obras.
    En general se cree que poseemos, en lo esencial, un texto correcto de las siete obras existentes de Sófocles, pero el manuscrito substancial más antiguo que se conserva, sobre el que está basado, es de 1.400 años tras la muerte del poeta.


    Según Kenyon (The Bible and Archaeology) afirma que: “el intevalo entre las fechas de composición del original y la evidencia más antigua existente puede considerarse despreciable, así queda suprimido el último obstáculo sobre cualquier duda de que las Escrituras nos han llegado substancialmente como fueron escritas. TANTO LA AUTENTICIDAD COMO LA INTEGRIDAD DE LOS LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO DEBE CONSIDERARSE ESTABLECIDA DEFINITIVAMENTE”.


    Evidencia Manuscrita Comparada: N.T. ante Autores y Obras de la Antigüedad:
    Para las Guerras de las Galias de César (compuesta entre 58 y 50 adC) hay varios manuscritos existentes, pero solamente hay unos diez buenos. Además el más antiguo es unos 900 años posterior a César.


    De los 142 libros de la historia romana (Livio: 59 adC a 17 dC) solamente sobreviven 35 que nos han llegado mediante 20 manuscritos de alguna importancia de los cuales solamente uno de ellos (con fragmentos de los libros III y IV) tiene antigüedad que llega al siglo IV.


    De los 14 libros de las historias de Tácito (año 100) solamente sobreviven 4 y medio; de los 16 libros de sus Anales sobreviven sobreviven 10 completos y fragmentos de 2. El texto de estas porciones existentes de sus grandes obras históricas depende, enteramente, de dos manuscritos uno del siglo IX y otro del XI.


    Etc. etc. etc.




    CRONOLOGÍA DE LA AUTORIDAD DE LOS MANUSCRITOS DEL NUEVO TESTAMENTO:
    El procedimiento de fechado de un manuscrito se basa en varios apartados: materiales, tamaño y forma de la letra, puntuación, divisiones del texto, ornamentación, color de la tinta, textura y color del pergamino.


    Se conservan varios manuscritos y textos muy completos desde el año 130 en adelante.


    Los expertos confirman que no hay un texto de literatura antigua en el mundo que goce de tal riqueza de buena atestación textual como el Nuevo Testamento.
    El número de manuscritos que se poseen actualmente de N.T. Es abrumadoramente mayor que los que haya de cualquier otra pieza de literatura antigua y los más tempranos manuscritos del N.T. fueron escritos en fechas mucho más próximas del escrito original que cualquier otra obra de literatura antigua del mundo.


    Es tal la variedad y cantidad de evidencias sobre las que descansa el Nuevo Testamento que es un CASO EXCEPCIONAL y ventajosamente ÚNICO entre los escritos en prosa de la antigüedad.


    Las obras de varios autores antiguos han sido preservadas hasta hoy por finos hilos. Por ejemplo la historia compendiada de Roma (Valleius Paterculus) ha sobrevivido hasta los tiempos moderos solamente en un manuscrito incompleto del que se hizo la edición que poseemos, manuscrito único perdido en el XVII tras ser copiado por el beato Renano.
    Los anales del historiador Tácito (en sus primeros 6 libros) se conservan en un único manuscrito del siglo IX que se consumió en un incendio (Biblioteca Estrasburgo) en 1870.
    Etc. etc. etc.


    El poema épico de La Iliada es el documento antiguo que tiene más manuscritos (643) y como la Biblia se consideró sagrada, ambos textos sufrieron cambios textuales y la consiguiente crítica de sus manuscritos griegos.
    La Biblia tiene alrededor de 20.000 líneas. La Ilíada 15.600.
    Solamente 40 líneas (unas 400 palabras) del Nuevo Testamento están en duda, mientras que de La Ilíada están en cuestión 764 líneas, un 5% de corrupción en La Ilíada ante un 0,5% del Nuevo Testamento.
    El poema épico indio: Mahabharata aún está más corrompido, con sus 250.000 líneas (unas 8 veces La Ilíada y Odisea juntas) contiene un 10% (unas 26.000 líneas corruptas).


    La ventaja del gran número de copias del Nuevo Testamento es que es más fácil reconstruir el original (autógrafo).




    LA CONFIABILIDAD DE LOS MANUSCRITOS APOYADA POR LAS VERSIONES MÁS ANTIGUAS.
    Otro firme apoyo para la evidencia textual y la exactitud son las versiones antiguas. Generalmente la literatura antigua raramente era traducida a otros idiomas.
    El cristianismo ha sido una fe misionera desde su nacimiento y las más antiguas versiones del N.T. klas prepararon misioneros para ayudarse en la propagación de la fe entre pueblos de lenguas como el siríaco, el latín o el copto.
    Las versiones siríaca y latina, traducciones del N.T., se hicieron sobre el año 150 lo que las acerca mucho, temporalmente, a los originales.
    Del texto original (A) tenemos:
    · versión latina, unos 300 años después, hoy se conservan varias copias de estas versiones.
    · versión griega, se conservan actualmente varios manuscritos de unos 150 años después.
    · versión siríaca, hogaño se conservan varias copias de estas versiones de unos 200 años después.
    EN TOTAL SE CONSERVAN MÁS DE 9.000 COPIAS DE LAS VERSIONES ANTIGUAS. Es un dato extremadamente inusual por su cantidad, abrumadoramente mayor que cualquier otro libro antiguo.


    Versión SIRÍACA (arameo cristiano, es una variación del alfabeto arameo): su versión antigua contiene cuatro evangelios (sobre el siglo IV).
    Teodoro de Mopsuestia escribió: “ha sido traducida a la lengua de los sirios”.
    Siríaco preshita, fue la versión corriente sobre 150-250 años después, actualmente con más de 350 manuscritos
    Filojenia, (año 508), Policarpo tradujo un N.T. Siríaco para Filojenas, obispo de Mabug.
    Siríaco harkleiana, (año 616), por Tomás de Harkel.
    Siríaco palestina, año 400-450.


    Versión LATINA:
    Latina antigua hay testimonios abundantes desde el siglo IV al XIII de que en en Norte de África y Europa circulaba una versión antigua latina.
    Códice Babiense, año 400, dice Metzger que E.A. Lowe muestra pruebas paleográfias de haberse copiado de un papiro de siglo II.
    Códice Corbiense, contiene los cuatro Evangelios, años 400-500.
    Códice Vercellense, año 360.
    Códice Palatino, siglo V.
    Vulgata Latina, Jerónimo, secretario de Dámaso (obispo de Roma) cumplió una petición de éste respecto de hacer una versión, entre los años 366-384.


    Versiones Coptas o Egipcias:
    F.F. Bruce afirma que es probable que la primera versión egipcia haya sido traducida en los siglos III ó IV.
    Sahídica, a inicios del siglo III.
    Bahairica, siglo IV.
    Egipcio Medio, entre siglos IV y V.


    Otras Versiones:
    Armenia, año 400, traducida de una Biblia griega de Constantinopla.
    Georgiana.




    LA CONFIABILIDAD DE LOS MANUSCRITOS APOYADA POR LOS ERUDITOS DE LA IGLESIA PRIMITIVA:
    Según la Enciclopedia Británica: “cuando el erudito textual ha examinado los manuscritos y las versiones, todavía no ha agotado la evidencia en lo que al texto del N.T. se refiere. Los escritos de los Padres de la Iglesia primitiva reflejan, a menudo, una forma de texto que difiere de la que se encuentra en uno u otro de los manuscritos. En algunos casos estos manuscritos representan el único acceso a las tradiciones textuales que ya hace mucho tiempo que se perdieron; por consiguiente su testimonio con relación al texto, especialmente cuando corrobora las lecturas que vienen de otras fuentes, pertenecen a la clase de fuentes que los críticos textuales deben consultar antes de formar sus conclusiones”.

    Y según J. Harold Greenlee las citas de las Escrituras en las obras de los primitivos escritores cristianos son tan extensivas que el N.T. podría escribirse enteramente a partir de ellas prescindiendo de los manuscritos del N.T.

    Bruce Metzger es de la misma opinión. Las citas son tan numerosas y amplias que aún sin los manuscritos del N.T. éste podría reproducirse sin problemas solamente a partir de los escritos de los padres primitivos.


    Geisler y Nix ante la pregunta de si se ¿podrían reconstruir los textos del N.T. a partir de los escritos de los padres del segundo y tercer siglo, aunque se hubieran perdido el N.T. y todas sus copias?la respuesta es que ya lo habían hecho a excepción de once versículos.


    Además, Geisler y Nix, hicieron un breve inventario las citas del N.T. anteriores al Concilio de Nicea (año 325), obtuvieron unas 32.000, y no son exhaustivas y ni siquiera incluyen a los escritores del siglo IV. Si se añadiera otro escritor más: Eusebio, contemporáneo de Nicea, la cifra ya subiría a 36.000 citas.
    Y habría que añadir: Agustín, Amabio, Lactancio, Crisóstomo, Jerónimo, Gayo Romano, Atanasio, Ambrosio de Milá, Cirilo de Alejandría, Efraín el sirio, Hilario de Poitiers, etc. etc.




    LA CONFIABILIDAD DE LOS MANUSCRITOS APOYADA POR LOS LECCIONARIOS.
    Suele ser un aspecto descuidado pese a que el segundo volumen de manuscritos del N.T. Son leccionarios.


    Bruce Metzger muestra el fondo de los leccionarios: “siguiendo la costumbre de la sinagoga, de acuerdo con la cual se leían porciones de La Ley y de los Profetas en el servicio de cada sábado, la Iglesia cristiana adoptó la práctica de leer pasajes del N.T. en sus servicios. Así se desarrolló un sistema regular de lecciones de los Evangelios y las Epístolas y se inició la costumbre de disponerlos según un orden fijo de domingos y otras festividades del año cristiano”.
    Se han catalogado unos 2.135 aunque la mayoría están a la espera del análisis crítico.
    Los leccionarios eran más bien conservadores y siempre usaban los textos más antiguos lo que los hace muy valiosos para la crítica textual.




    LA CONFIABILIDAD DE LAS ESCRITURAS SEGÚN LA PRUEBA INTERNA.

    El Beneficio de la Duda:
    Los críticos literarios aún siguen la regla aristotélica: “el beneficio de la duda es del documento, el crítico no debe atribuírsela para sí”. Hay que escuchar el clamor del document y no puede desautorizarse por el crítico ni suponerse fraude o error salvo que el autor se descalifique a sí mismo (contradicciones, imprecisiones, etc.).


    Y hay que tener en cuenta que las “dificultades” no constituyen “objecciones” y los problemas sin resolver no son necesariamente errores. Las dificultades retienen al erudito y los problemas hacen buscar con mayor claridad hasta el momento en que se tiene claridad total y final sobre cualquier asunto no se está en condiciones de declarar “aquí hay un error comprobado”. Innumerables objecciones y problemas se han resuelto plenamente y a satisfacción, en el último siglo.


    Valor de la Fuente Primaria:
    Los autores del N.T. escribieron en su condición de TESTIGOS PRESENCIALES DE LOS HECHOS. Cuando escribieron los Evangelios sus adversarios y críticos eran contemporáneos que también conocían los hechos y fácilmente pudieron refutarlos de no ser ciertos.
    Además los cristianos primitivos eran muy puntillosos sobre lo que había dicho Jesús y sus propias declaraciones y juicios (ejemplo Pablo al discutir sobre el matrimonio en 1 Corintios 7 tiene gran cuidado en mencionar la distinción entre su propio consejo y la reglamentación decisiva del Señorno yo sino el Señor” y luego “yo digo, no el Señor”).


    Fuente Primaria Competente:
    El N.T. es considerado por los eruditos fuente Primaria Competente desde el primer siglo: Cartas de Pablo (años 51 a 62); Marcos (años 64 a 70); Mateo (años 80 a 85); Lucas (años 80 a 85); Hechos (años 85); Juan (antes del siglo I).

    El más destacado arqueólogo bíblico del mundo: Nelson Glueck dijo: “puede afirmarse, enfáticamente, que no hay base sólida para atribuir una fecha posterior al año 80 para ningún libro del Nuevo Testamento …
    En mi opinión cada libro del Nuevo Testamento fue escrito por un judío bautizado entre los años 40 y 80 del primer siglo, en algunos casos entre el 50 y el 75




    LA CONFIABILIDAD DE LAS ESCRITURAS SEGÚN LAS EVIDENCIAS EXTERNAS.

    Autenticidad Comprobativa:
    ¿Otros materiales históricos, confirman o contradicen, el testimonio?
    ¿Hay otras fuentes, aparte de la literatura bajo análisis, que confirmen su precisión, confiabilidad y autenticidad?

    Autores Extrabíblicos:
    Eusebio (en su obra Historia Eclesiástica) preserva los escritos de Papías, año 130 (obispo de Hierápolis), que
    éste consiguió del Anciano (apóstol Juan).
    El Anciano acostumbraba a decir que: “Marcos había sido el intérprete de Pedro y escribió con precisión todo cuanto Pedro mencionaba, ya fueran dichos o hechos de Cristo, aunque no precisamente en orden. Aunque él no fue ni oyente ni compañero del Señor pero acompañó a Pedro copiando lo que narraba
    Papías también comentaba respecto del Evangelio de Mateo: “registró los oráculos en hebreo (arameo).


    Ireneo (obispo de Lyons, año 180) discípulo de Policarpo (obispo de Esmirna y martirizado a los 86 años) quien fue discípulo de Juan el Apóstol.


    Ignacio (mártir obispo de Antioquía, años 70 a 110) conoció personalmente a todos los apóstoles y fue discípulo de Policarpo (a su vez discípulo directo del apóstol Juan). Ignacio prefirió la muerte por dar crédito a las Escrituras que conocía bien y tenía abundante material para encontrar errores, artificios, engaños, etc. en ellas. Elegir la muerte antes que renunciar a su verdad sella su ciega creencia en la exactitud de las mismas.


    Josefo (historiador judío). Etc. etc.




    LA ARQUEOLOGÍA.

    EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS:
    Nelson Glueck (el afamado arqueólogo judío) escribió: “puede declararse categóricamente que NINGÚN DESCUBRIMIENTO ARQUEOLÓGICO HA CONTRADICHO NI UNA SOLA REFERENCIA BÍBLICA. La Biblia tiene una increíble precisión histórica, siendo sumamente verza al estar respaldada por los hechos arqueológicos”.


    El reputado arqueólogo William F. Albright declara: “no puede quedar duda de que la arqueología ha confirmado la substancial historicidad de la tradición del A.T. …
    El excesivo escepticismo hacia la Biblia manifestado por importantes escuelas históricas de los siglos XVIII y XIX ha sido progresivamente desacreditado. Descubrimiento tras descubrimiento se han establecido la exactitud de numerosos detalles y han hecho crecer el valor de la Biblia como fuente histórica”.


    Según Tomás Drobena (investigador del Instituto Americano de Estudios de Tierra Santa) “cuando la arqueología y la Biblia entran en tensión el asunto siempre se relaciona con una cuestión de fechas, el punto más débil de la arqueología corriente en la cual a menudo los científicos reemplazan el sólido análisis empírico por razonamientos apriorísticos y circulares”.


    El profesor H.H. Rowley “el que los eruditos actuales tengan un respeto mucho mayor por las historias patriarcales que sus antecesores no es a causa de que los eruditos actuales comiencen con presuposiciones más conservadoras que sus los anteriores sino porque LA EVIDENCIA LO GARANTIZA”.


    Millar Burrows (Yale): “la arqueología ha refutado en muchos casos los puntos de vista de los críticos modernos, demostrando con frecuencia que dichos puntos de vista se basan en falsas y/o irreales suposiciones con esquemas de desarrollo histórico artificiales”.


    Merrill Unger resume: “la arqueología del A. T. ha redescubierto naciones enteras, ha resucitado pueblos importantes, y ha llenado, de forma asombrosa, lagunas históricas enteras haciendo inmesurables añadiduras al conocimiento de los contextos bíblicos”.


    Como resume Burrows “la causa de una excesiva incredulidad se debe más al EXCESIVO ESCEPTICISMO DE MUCHOS TEÓLOGOS LIBERALES, DERIVADO NO DE UNA CUIDADOSA EVALUACIÓN DE LOS DATOS DISPONIBLES, SINO DE SU ENORME PREDISPOSICIÓN CONTRA LO SOBRENATURAL
    En conjunto, no obstante, el trabajo arqueológico ha fortalecido la veracidad del registro escritural. Varios arqueólogos aumentaron su respeto por la Biblia tras excavar en Palestina.




    CONCLUSIÓN:
    Tras miles de análisis, estudios, tesis, y demás tratando de desbaratar la HISTORICIDAD Y VERACIDAD de la Biblia la única conclusión es que es históricamente digna de confianza.


    Si con los datos y pruebas existentes se desechara la Biblia por poco digna de confianza habría que descartar prácticamente TODA la literatura antigua que goza de muchísimos menos testimonios y pruebas favorables.
    Recordemos que las clases de pruebas y criterios que se aplican a la Biblia son los mismos que los que se hacen a cualquier texto antiguo sea secular o religioso.


    LA BIBLIA ES VERAZ E HISTÓRICAMENTE DIGNA DE CONFIANZA.

  5. #5
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    Re: Serie: A Vueltas con la Fe Cristiana

    5ª Parte : JESÚS UN HOMBRE HISTÓRICO.




    A veces pueden oírse afirmaciones como: “los historiadores actuales han rechazado toda idea de que Jesús fuera una persona histórica ...

    Ciertamente (especialmente los marxistas) suelen hacer aseveraciones similares, pero generalmente no son historiadores más bien son unos pocos economistas los que propagan la especie Cristomítica de Jesús.


    Según reputados historiadores (como F.F. Bruce, profesor de crítica bíblica y exégesis de la Univ. Manchester): “algunos escritores esparcen la fantasía de un mito-Cristo, pero no lo hacen sobre una base de evidencia histórica.
    La historicidad de Cristo es tan axiomática para un historiador sin prejuicios como la de Julio César.


    No son los historiadores quienes propagan la especie del mito-Cristo. NINGÚN HISTORIADOR SERIO SE HA ATREVIDO A POSTULAR LA NO HISTORICIDAD DE JESÚS.




    FUENTES CRISTIANAS DE LA HISTORICIDAD DE JESÚS.
    Hay veintisiete documentos diferentes en el N.T.
    Según John Montgomery (History and Christianity) ¿Qué es lo que conoce un historiador respecto de Jesucristo?
    Lo primero, y más importante, que puede confiar en que los documentos del N.T. le pueden proporcionar un buen cuadro de Él. Cuadro que NO puede ser rechazado por razonamientos ni esfuerzos mentales, ni por presuposicines filosóficas, ni por maniobras literarias.


    Padres de la Iglesia:
    Policarpo, Eusebio, Ireneo, Ignacio, Justino, Orígenes, etc. etc. etc.




    FUENTES NO BÍBLICAS DE LA HISTORICIDAD DE JESÚS:
    Cornelio Tácito, (nacido en el año 52), historiador romano que también fue gobernador de Asia, yerno de Julio Agrícola (gobernador de Bretaña).
    Al escribir sobre el reinado de Nerón, Tácito alude a la muerte de Jesús y la existencia de cristianos en Roma.
    También hace una referencia más amplia sobre los cristianos en un fragmento de sus Historias en relación con el incendio del Templo de Jerusalén (año 70) preservado por Sulpicio Severo (Cron. II, 30.6).


    Luciano, satírico del siglo II, que habló con desdén de Cristo y los cristianos. Los vinculó con las sinagogas de Palestina y aludió a Cristo de este modo: “... el hombre que fue crucificado en Palestina por haber introducido este nuevo culto en el mundo … Aún más, el primer legislador que ellos tuvieron les persuadió de que todos ellos eran hermanos unos de otros, después de haber transgredido de una vez por todas negando los dioses griegos y adorando a aquel sofista crucificado y viviendo bajo sus leyes” (The Passing Peregruis).


    Flavio Josefo, historiador judío que llegó a ser fariseo a la temprana edad de 19 años y en el año 66 era el comandante de las fuerzas judías en Galilea. Tras su captura fue anexado al cuartel general romano y dice en una cita (objeto de mucho debate): “ahora, había alrededor de este tiempo un hombre sabio, Jesús, si es que es lícito llamarlo hombre, pues era un hacedor de maravillas, un maestro tal que los hombres recibían con agrado la verdad que enseñaba. Atrajo así a muchos judíos y gentiles. El era Cristo y cuando Pilato, a sugerencia de los principales entre nosotros, le condenó a ser crucificado, aquellos que le amaban desde un principio no le olvidaron, pues se volvió a aparecer vivo ante ellos al tercer día; exactamente como los profetas lo habían anticipado y cumpliendo otras diez mil cosas maravillosas respecto de su persona que también habían sido preanunciadas. Y la tribu de cristianos, llamados de este modo por su causa, no ha sido extinguida hasta el presente” (Antiguedades XVIII.33).


    Suetonio, (año 120), otro historiador romano, oficial de la corte de Adriano y escritor de los anales de la Casa Imperial, escribe: “como los judíos estaban provocando continuos disturbios bajo la instigación de Chrestus, (una forma de deletrear Cristo), los expulsó de Roma” (Vida de Claudio 25.4).
    Y también escribió: “el castigo ordenado por Nerón recayó sobre los cristianos, una clase de hombres entregados a una superstición nueva y perjudicial” (Vida de los césares 26.2).


    Plinio Segundo, Plinio el Menor: Gobernador de Bitinia (Asia Menor, año 112), escribió al Emperador Trajano pidiéndole consejo respecto de cómo tratar a los cristianos.
    Tertuliano: jurista-teólogo de Cartago, en una defensa del cristianismo ante las autoridades romanas en África (año 197) menciona el intercambio epistolar entre Tiberio y Poncio Pilato: “según Tiberio en aquellos días el nombre cristiano hizo su entrada en el mundo, habiéndose llegado a convencer él de la verdad de la divinidad de Cristo, presentó el asunto ante el senado, con su propia decisión a favor de Cristo”.


    Talo: historiador samaritano, uno de los primeros escritores gentiles en nombras a Cristo (año 52). Sus escritos han desaparecido y solo tenemos conocimiento de ellos a través de fragmentos citados por otros autores. Uno de ellos es Julio el Africano (escritor cristiano, año 221). Talo, en el tercer libro de sus historias, explica la oscuridad como un eclipse de sol (sin razón alguna) pues un eclipse no tendría lugar durante la luna llena y fue durante la luna llena pascual que murió Cristo.
    Así, partiendo de esta referencia podemos ver que el relato del Evangelio sobre la oscuridad que cayó sobre la Tierra durante la crucifixión de Cristo era bien conocida y los incrédulos que lo presenciaron buscaban una explicación natural al fenómeno.


    Carta de Mara Bar-Serapio (carta del año 73).


    Justino, mártir, año 150. Presentando su defensa del cristianismo ante el Emperador Antonino Pío le hizo mención del informe de Pilato que Justino suponía en posesión de los archivos imperiales.


    Talmudes judíos


    Enciclopedia Británica: su edición más reciente usa unas 20.000 palabras para describir la persona de Jesús. Su descripción ocupa más espacio que el de Aristóteles, Cicerón, Alejandro, Julio César, Buda, Confucio, Mahoma, o Napoleón Bonaparte.

  6. #6
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    Re: Serie: A Vueltas con la Fe Cristiana

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    6ª Parte: JESÚS HIJO DE DIOS.



    ASEVERACIONES PROPIAS:



    Lo que Cristo es, es tan importante como lo que Cristo hizo. Así pues ¿Quién es Cristo? ¿Qué tipo de persona es?



    Cristo no cuadra en el molde de otros líderes religiosos. Como dice Tomás Schultz: “ningún otro líder religioso reconocido: ni Buda, ni Confucio, ni Moisés, ni Pablo, ni Mahoma, afirmaron sobre sí mismos ser Dios. Sólo Cristo lo ha hecho logrando convencer a una gran porción de la humanidad de que Él, efectivamente, es Dios.


    ¿Cómo podría hacer un hombre que otros hombres pensaran de Él que es Dios?
    Como dice F.J. Meldau (101 Proofs ot the Deity of Jesus Christ from the Gospels): “sus enseñanzas eran la última palabra, finales -por encima de las de Moisés y los Profetas-. Nunca añadió mejoras o revisiones a sus pensamientos, nunca se retractó o cambió. Nunca se permitió adivinar, suponer, o hablar con algún grado de incertidumbre. Y esto es algo único y absolutamente contrario a los maestros humanos y sus enseñanzas


    Según Foster: “la razón que oscurece a todas las demás, la que condujo a su ignominiosa ejecución fue su increíble afirmación de que Él, aparentemente un humilde hijo de un carpintero, era en realidad el Dios encarnado.


    Muchos dirán que “por supuesto Jesús está bien presentado en La Biblia pues fue escrita por sus seguidores que deseaban dejar un recuerdo imperecedero y el mejor posible”. Pero rechazar la Biblia no permite, empero, rechazar toda la EVIDENCIA de los registros históricos (4ª Parte: La Credibilidad de La Biblia).


    William Robinson (Our Lord) declara: “si uno toma una posición histórica objetiva descubre que aún la historia secular afirma que Jesús vivió en la tierra y fue adorado como Dios. Fundó una Iglesia que le ha adorado durante 2.000 años y cambió el curso de la Historia del mundo”.




    EL JUICIO:
    Marcos 14:61-64: “más Él callaba y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿eres tú el Cristo, el hijo del Bendito? Y Jesús dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios y viniendo en las nubes del cielo ...”.


    El juicio de Cristo no es un juicio ordinario. Entre los juicios criminales este es único en el sentido de que no son los actos, sino la identidad del acusado el asunto del juicio. El cargo criminial esgrimido contra Jesús es la confesión, testimonio, en base al que se declara reo.
    La interrogación por el gobernador romano y la inscripción y proclamación sobre la cruz en el momento de la ejecución está todo conectado con la pregunta relativa a la VERDADERA IDENTIDAD Y DIGNIDAD DE CRISTO.
    Jesús es condenado a muerte no por los cargos que presentan sus acusadores sino por una confesión obtenida bajo juramento.
    Así el Salvador confesó su verdadera divinidad ante sus jueces sabiendo que le costaría la vida.


    Si bien las respuesta de Jesús ante sus jueces parecen distintas todas tienen el mismo significado. Las fórmulas: “tu lo has dicho”, o “vosotros decís que lo soy” que hogaño parecen sonar a evasivas no tenían ese significado en aquella época en que “vos decís” era la forma tradicional judía de responder a una pregunta de carácter grave o triste. La cortesía impedía usar un directo sí o no.
    Y lo anterior se confirma analizando las declaraciones de Jesús tras confesar su divinidad. Sus dos expresiones “Hijo del Hombre” y “a la diestra del poder” (expresión hebrea para designar la deidad) muestran que la respuesta está en armonía con el espíritu y forma de hablar de Jesús.


    Jesús fue crucificado por ser lo que era: Hijo de Dios. Y se puede demostrar analizando su testimonio que afirmaba:
    · el era el Hijo del Bendito.
    · el se sentaría a la diestra del Poder.
    · el era el Hijo del Hombre, que vendría en las nubes del cielo.
    Cada una de estas tres afirmaciones es mesiánica y su efecto mesiánico acumulativo es sorprendentemente significativo.


    Herschel Hobbs (An Exposition ot the Gospel of Luke) reitera que: “el sanhedrím reunió los tres puntos en una pregunta: ¿Eres tú el Hijo de Dios?
    La pregunta requería una respuesta afirmativa. Equivalía a una declaración afirmativa por parte de ellos, y Jesús sólo replicó: “vosotros decís que lo soy”, así hizo que admitieran su identidad antes de que le encontraran, formalmente, reo de muerte. Fue una hábil estratagema de Jesús que no habría de morir simplemente por su propia admisión de deidad, sino también porque ellos lo habían hecho.
    Para ellos no había necesidad de otro testimonio, ellos mismos lo habían oído y le condenaron por “las palabras de su boca”, pero también por la de ellos mismos. No podían alegar que no habían declarado reo de muerte al Hijo de Dios.


    Etc. etc.


    CONCLUSIÓN Jesús reclamaba deidad para sí mismo de forma clara para todos. Estas aseveraciones fueron consideradas blasfemias por los lídres religiosos y resultaron en su crucifixión porque “se hizo a sí mismo Hijo de Dios” (Juan 19:7).




    OTRAS ASEVERACIONES DE JESÚS.



    IGUALDAD CON EL PADRE. YO SOY.

    A.G. Campbell basándose en referencias del A.T. (Éxodo 3:14; Deut. 32:39, Isaías 43:10) halla que Jesús no está presentando una idea nueva. Los judíos estaban familiarizados con que el Jeová del A.T. es el Eterno. Lo nuevo para los judíos es la identificación de Jesús con esa designación. Y por las reacciones de los judíos sabemos que ellos comprendieron esa declaración como una reclamación absoluta de deidad y reaccionaron intentando cumplir la ley de Moisés referente a la blasfemia: apedrearle.
    Según Campbell, para los no judíos, también deben entender la expresión “Yo soy” (eimi) tenía por finalidad declarar la absoluta deidad de Cristo por el hecho de que no intentó dar explicaciones. No procuró convencer a los judíos de que le habían entendido mal, al contrario, repitió la afirmación en varias ocasiones.


    JESÚS MERECE EL MISMO HONOR QUE EL QUE SE DA A DIOS.
    Juan 5:23-24: “para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que le envió. De verdad, de verdad os digo: el que oye mi palabra, y cree que Él me envió, tendrá vida eterna y no será condenado sino que ha pasado de la muerte a la vida
    Jesús lanza una advertencia a los que le acusan de blasfemia. Jesús establece que desonrarle a Él es deshonrar a Dios.


    CONOCERME.
    (Juan 8:19).


    CREED EN MÍ.
    (Juan 14:1)

    EL QUE ME HA VISTO.
    (Juan 14:9)


    SOLICITÓ Y ACEPTÓ ADORACIÓN COMO DIOS.
    Entre otras la de Pedro (Mateo 16:15-17): “El les dijo y ¿vosotros quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente ...”
    Y Jesús no le reprende por imprudente (como haría un profeta o un dirigente religioso) y además lo felicita por su profesión de fe.




    AFIRMACIONES INDIRECTAS.
    Aseveró poder perdonar los pecados (Marcos 2:5 y Lucas 7:48).
    Reclamó ser Vida.
    Tiene autoridad.


    TÍTULOS:
    YHWH (Señor). La traducción más literal es Yahwe (que la mayoría pronuncia Jehová). Originalmente carecía de vocales y los judíos lo consideraban demasiado sagrado para pronunciarlo.


    CRISTO HABLÓ DE SÍ MISMO COMO JEHOVÁ:
    Según Scotchmer “la identificación de nuestro Señor Jesucristo con el Señor del A.T. resulta en una doctrina explícita de deidad”.
    Yahwe significa (el que es, o soy el que soy) y declara la divina auto existencia.



    HIJO DE DIOS: HIJO DEL HOMBRE:

    Jesús lo usa de tres formas distintas:
    · cuando predice su pasión.
    · para referirse a su ministerio terrenal.
    · en la enseñanza de la parusía (segunda venida).




    LA CUESTIÓN ¿QUIÉN ES JESUCRISTO?
    Jesús consideró que la opinión que los hombres tenían de Él era fundamental. C.S. Lewis (agnóstico la mayor parte de su vida y profesor en Cambridge) escribió: “prevengo contra la NECEDAD que dicen algunos respecto a Él: estoy dispuesto a aceptar a Jesús como un gran maestro de moral, pero no acepto sus aseveraciones de ser Dios.
    Eso es lo que NO debe decirse. Un hombre que fuera meramente hombre y dijera las cosas que Jesús dijo, no podría ser un gran maestro de moral. Podría ser un lunático (como el hombre que dijera que es un huevo revuelto), o podría ser un demonio infernal, o podría ser realmente lo que dijo. Cada uno debe hacer su elección. Si ese hombre fué y es el Hijo de Dios; o si es un demente o algo mucho peor.
    Podemos encerrarle por loco, escupirle y darle muerte por demonio o arrojarse a sus pies llamándole Señor y Dios”. Pero no nos presentemos con la necedad de una arrogante condescendencia de que Él es un gran maestro humano. Él NO dejó abierta esa posibilidad, ni siquiera lo intentó.


    Según el gran historiador del cristianismo de la Universidad de Yale: Kenneth Scott Latourette (The History of Christianity): “no son sus enseñanzas las que hacen que Jesśus sea tan notable aunque estas sean suficientes para concederle distinción, sino la COMBINACIÓN DE SUS PALABRAS CON EL HOMBRE MISMO. No puede separárseles”.


    Ante el hecho de que Jesús asevera ser Dios hay dos opciones: es FALSO o es CIERTO.
    Si es FALSO hay dos opciones: sabía que era Falso o NO lo sabía.
    Si sabía que era falso representó una comedia engañosa: fue un mentiroso, un hipócrita → un demonio y un necio pues murió y padeció por ello.
    Si NO sabía que era Falso estaba sinceramente engañado y era un Lunático.


    Si es CIERTO es y era el SEÑOR, hay dos opciones: Podemos aceptarle o rechazarle.




    JESUCRISTO ¿ES DIOS?:
    Jesús así lo afirmó. No dejó otra opción. Su afirmación sobre el hecho debe ser verdadera o falsa. Es un tema trascendental y la pregunta que les hizo a sus discípulos se nos traslada hoy a nosotros: ¿Y vosotros quién decís que soy?
    Si su aseveración es cierta Él es el Señor y debemos aceptarle o rechazar su señorío. No hay excusa.


    Si su aseveración era falsa hay dos opciones. Era un Mentiroso o un Lunático.


    ¿ERA UN MENTIROSO?
    Si cuando Jesús hace sus afirmaciones sabía que no era Dios estaba mintiendo entonces era un mentiroso y un hipócrita pues decía a los demás que fueran honestos a cualquier costo mientras enseñaba y vivía una colosal mentira.
    Más aún, era un demonio pues decía a todos que confiaran en él para su destino eterno. Si no podía respaldar sus aseveraciones y lo sabía era extremedamente perverso. Y un necio pues sus afirmaciones le condujeron a morir por ello.
    Pero alguien que vivió, enseñó y murió como Jesús no puede haber sido un mentiroso ¿Qué alternativas hay?


    ¿ERA UN LUNÁTICO?
    De los hechos, dichos y vida de Jesús se desprende como inconcebible que fuera un mentiroso y un hipócrita, pero ¿pudo pensar realmente que era Dios y engañarse (engañarnos) siendo sincero?
    Alguien que crea ser Dios en una cultura tan fuertemente monoteísta como en la que vivió Jesús y que cuente a otros que su destino eterno depende de que crean en él no tiene un velo de fantasía sino que es un lunático profundo.
    ¿Era Jesús un loco profundo?
    Según C.S. Lewis “la dificultad histórica para explicar la vida, hechos, enseñanzas e influencia de Jesús que no sea más dura que la explicación cristiana es muy grande por la enorme discrepancia entre la profundidad y sensatez de su enseñanza moral y la excesiva megalomanía que habría tras su enseñanza teológica salvo que realmente fuera Dios nunca ha sido satisfactoriamente explicada”.


    Napoleón, un genio comprendiendo a los hombres, dijo: “conozco a los hombres; y puedo decir que Jesucritsto no lo es. Las mentes superficiales ven un parecido entre Cristo y los fundadores de imperios y dioses de otras religiones. Ese parecido no existe, entre le cristianismo y cualquier otra religión hay una distancia infinita … todo lo referente a Cristo me asombra. Su espíritu me anonada y su voluntad me confunde. Entre él y cualquier otro personaje del mundo no hay término posible de comparación. Él es un ser único. Sus ideas y sentimientos, la verdad que anuncia, su manera de convencer, no son explicadas por ninguna organización humana ni por la naturaleza de las cosas ...”.


    Evidentemente en el carácter, voluntad, sentido, enseñanzas, hechos y comportamiento, palabras de Jesús no hay ninguna que indique la más mínima posibilidad de que fuera un lunático.




    ¡¡SEÑOR!!:
    La elección respecto de quien decidamos quién es Jesús no es un ejercicio intelectual frívolo.
    No podemos ponerlo en el pedestal de un gran maestro de moral, es una decisión no válida.
    O es un mentiroso, o un lunático o el Señor.
    Tenemos que elegir una de esas tres opciones.
    Aunque las evidencias son abrumadoras hacia que Él es el SEÑOR, algunos rechazan la clara evidencia porque la elección conlleva implicaciones morales.

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