Esa pregunta se la hizo el Primado de Inglaterra con motivo de los atentados de París. ¿Se la haría con los atentados de Madrid? Pero la cuestión no es preguntar dónde está Dios, sino preguntarte "dónde estás tú" en relación a Dios.
La pregunta del Primado es propia de los dudosos, de los que tienen una fe débil, o de los que no creen y buscan justificarse de algún modo. Pero en este caso todavía es más grave por la posición que ocupa en su sociedad. Es cuestión diferente observar que un posible ataque generalizado no va a traer soluciones, pero ¿dudar de la existencia de Dios por la maldad de los hombres? me pregunto si este caballero cree en la existencia de Satanás, Príncipe de este mundo, tal como es calificado.
Así, pues, mejor es preguntarte donde estás tú, ya que es hacerlo sobre tu fe, sobre tu conducta y tu papel, en nuestro caso dentro de la Única y Verdadera Iglesia fundada por Cristo, no en cualquier otra escindida, y en relación a este mundo cada día más desquiciado que se encamina en todos los órdenes hacia el abismo.
El primado anglicano dice que los atentados de París le hicieron dudar de Dios
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, admitió que los recientes atentados terroristas cometidos en París por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) le hicieron «dudar» de Dios, en declaraciones publicadas el pasado fin de semana por «The Sunday Telegraph». «La religión es tan poderosa en la manera en que se comportan los humanos que siempre ha sido un instrumento empleado por los malvados para retorcer a las personas y persuadirles de hacer lo que ellos quieren que hagan», señaló.
23/11/15 7:58 AM |
(Agencias) Welby, máxima autoridad de la Iglesia de Inglaterra, reconoció que los ataques simultáneos cometidos el 13 de noviembre en varios puntos de la capital francesa, que se saldaron con 130 muertos, le dejaron preguntándose dónde estaba Dios en un «momento de necesidad» de las víctimas francesas.
El primado de la Iglesia Anglicana reaccionó con «profunda tristeza» a los ataques, principalmente porque junto con su esposa vivió en París durante cinco años, según contó el citado dominical.
Preguntado por la campaña para bombardear objetivos del EI en Siria, que comenzó tras los ataques en Francia, el arzobispo advirtió contra los peligros que pueden tener las reacciones a los acontecimientos.
«Dos injusticias no hacen justicia. Si comenzamos a matar aleatoriamente a aquellos que no han hecho nada malo, eso no va a proporcionar soluciones. Así que los gobiernos deben ser los instrumentos de la justicia», opinó.
El religioso dijo que la forma en la que los terroristas del EI han distorsionado su fe hasta el punto en que creen que glorifican a su dios es «uno de los aspectos más desesperados de nuestro mundo hoy».
«La religión es tan poderosa en la manera en que se comportan los humanos que siempre ha sido un instrumento empleado por los malvados para retorcer a las personas y persuadirles de hacer lo que ellos quieren que hagan», señaló.
El primado anglicano dice que los atentados de París le hicieron dudar de Dios
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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