Hay diversas profecías que así lo anuncian, particularmente a partir de Fátima mucho se ha repetido este posible fenómeno, el de los tres días de oscuridad. Cuando se lee sobre ello no es fácil imaginar cómo, salvo a causa de una guerra termonuclear. Pero sucede que ante semejante cataclismo provocado por la miseria moral más rastrera del hombre, después de que se produjesen las explosiones tan devastadoras, el polvo en suspensión se mantendría durante años provocando un invierno nuclear, algo que no encaja con lo afirmado en las profecías puesto que en ellas se dice que después de los tres días de oscuridad el Sol volvería a brillar.
PADRE PÍO DE PIETRELCINA (1887-1968)
"Precedido de tormentas, vientos desencadenados y terribles terremotos, que abrirán la tierra y la harán temblar, yo vendré una noche, durante los fríos meses de invierno, a este mundo cargado de pecados: rayos y centellas, salidos de incandescentes nubes, encenderán y reducirán a cenizas todo lo que está contaminado por el pecado. La destrucción será total. El aire envenenado de gases sulfurosos y levantando asfixiantes humaredas, será llevado a grandes distancias por las ráfagas del viento. Las obras levantadas por el hombre con espíritu loco y atrevido de adoración a sí mismo, queriendo demostrar su ilimitado poder, serán aniquiladas. Entonces la raza humana comprenderá que hay una voluntad muy superior a la suya, que destruirá sus vacíos alardes de vanagloria. Rápidamente, cerrar vuestras puertas y ventanas, tapar toda vista del mundo exterior durante el más terrible de los acontecimientos; no profanéis vuestra vista con miradas curiosas porque santa, santa es la ira de dios. La tierra será purificada para vosotros, los restos del fiel rebaño".
"Encomendaos a la protección de mi santísima madre; no os desaniméis a pesar de lo que viereis y oyereis; es una ficción del infierno que no os podrá hacer ningún daño. Cobijaos en constantes oraciones bajo la protección de mi cruz e invocar a los ángeles de vuestras almas. Luchad con confianza en mi eterno amor y no dejéis que se levanten en vosotros dudas acerca de vuestra salvación. Cuanto más firme y perseverantemente permanezcáis en mi amor, tanto más seguramente os defenderé contra todo daño. Luchad por las almas amadas de mi corazón".
"Perseverad por una noche y un día y por una noche y un día, y a la siguiente noche se calmarán los terrores. . . Al amanecer del próximo día el sol brillará otra vez y su calor y su luz disiparán los horrores de la oscuridad. Aceptad la nueva vida con humilde gratitud. Vividla con sencillez y gratitud en paz y amor, según mi intención. Orad y sacrificaos para que vuestro sacrificio produzca abundantes frutos de bendición y para que florezca una raza nueva que alegre vuestros corazones . . . "
"El mundo os llamará fanáticos, locos y creaturas miserables; amenazarán haceros vacilar en vuestra constancia con su elocuencia engañosa. Y los tramposos intrigantes del infierno intentarán ganaros con sus astutos engaños. Luchad con humildad y silencio; combatir con las almas de las buenas obras; oración, sacrificios y con la convicción interior del deber. Buscad refugio en la madre de la gracia, para que el flagelo inevitable resulte una victoria sobre el infierno y para que mis ángeles puedan dar la bienvenida en las eternas venturas del padre a las ovejas penitentes . . . "
Mensaje tomado de su testamento y hecho distribuir por los sacerdotes franciscanos a todos los grupos de oración católicos en el mundo, ya desde la Navidad de 1990:
«La hora del castigo está próxima, pero yo manifestaré mi misericordia.
Nuestra época será testigo de un castigo terrible. Mis ángeles se encargarán de exterminar a todos los que se ríen de mí y no creen a mis profetas. Huracanes de fuego serán lanzados por las nubes y se extenderán sobre toda la tierra.
¿Temporales?, Tempestades, truenos, lluvias ininterrumpidas, terremotos cubrirán la tierra. Por espacio de tres días y tres noches la una lluvia ininterrumpida de fuego seguirá entonces, para demostrar que dios es el dueño de la creación.
Los que creen y esperan en mi palabra no tendrán nada que temer, porque yo no los abandonaré, lo mismo que os que escuchen mis mensajes. Ningún mal herirá a los que están en estado de gracia y buscan la protección de mi madre.
A vosotros, preparados a esta prueba, quiero dar señales y avisos. La noche será muy fría, surgirá el viento, se harán… Y truenos.
Cerrad todas las puertas y ventanas. No habléis con ninguna persona fuera de la casa. Arrodillaos ante vuestro crucifijo. Arrepentíos de vuestros pecados. Rogad a mi madre, para obtener su protección. No miréis hacia fuera mientras la tierra tiembla, porque el enojo de mi padre es santo. La vista de su ira no la podríais soportar vosotros.
Los que no presten atención a esta advertencia, serán abandonados e instantáneamente matados por el furor de la cólera divina.
El viento transportará gases envenenados que se difundirán por toda la tierra.
Los que sufran inocentemente serán mártires y entrarán en mi reino.
Después de los castigos, los ángeles bajarán del cielo y difundirán el espíritu de paz sobre la tierra.
Un sentimiento de inconmensurable gratitud se apoderará de los que sobrevivan a esta terrible prueba.
Rezad piadosamente el rosario, en lo posible en común o solos.
Durante estos tres días y tres noches de tinieblas, podrán ser encendidas sólo las velas bendecidas el día de la candelaria (2 de febrero) y darán luz sin consumirse.»
Sin embargo, podría ocurrir algo muy distinto e igualmente cataclísmico, algo con lo que nadie cuenta, más aún, ni siquiera lo cree la mayoría cuando es perfectamente posible porque ya ha sucedido en tiempo pre-tecnológico y por ello no se notó, también en buena medida porque la intensidad no fue tan alta como lo que si podría suceder.
El Sol es capaz de emitir una llamarada que arrase la Tierra
Investigadores dicen que otras estrellas con un campo magnético similar al de la nuestra ya han lanzado superdestellos
EPMadrid - 29/03/2016 a las 12:37:11h. - Act. a las 13:02:43h.
Guardado en: Ciencia - Temas: NASA , Fin del mundo , Ciencia , Tormenta solar , Observatorios astronómicos , Geofísica
El Sol produce erupciones capaces de desbaratar las comunicaciones por radio y las fuentes de energía en la Tierra. Pero ¿podría emitir superllamaradas devastadoras como sí lo hacen otras estrellas, tan potentes como para causar grandes daños en nuestro planeta? Un equipo internacional de investigadores dirigido por Christoffer Karoff, de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, cree que un evento tan extremo es poco probable, pero no imposible. Su estudio se publica en «Nature Communications».
La mayor erupción solar observada se llevó a cabo en septiembre de 1859, cuando cantidades gigantescas de plasma caliente de nuestra estrella vecina golpearon la Tierra. El 1 de septiembre de ese año, los astrónomos observaron cómo una de las manchas oscuras en la superficie del Sol se iluminó de pronto y brilló sobre la superficie solar. Este fenómeno no se había observado antes y nadie sabía lo que estaba por venir. En la mañana del 2 de septiembre, las primeras partículas de lo que ahora sabemos fue una enorme erupción en el Sol alcanzaron la Tierra.
La tormenta solar de 1859 es también conocido como el «Evento Carrington». Auroras asociadas con este evento se pudieron ver hasta el sur de Cuba y Hawái, el sistema de telégrafo en todo el mundo se volvió loco y registros de los núcleos de hielo de Groenlandia indican que la capa de ozono protectora de la Tierra fue dañada por las partículas energéticas de la tormenta solar.
El cosmos, sin embargo, contiene otras estrellas y algunas de ellas experimentan periódicamente erupciones que pueden ser hasta 10.000 veces más grandes que el evento Carrington.
Las erupciones solares se producen cuando grandes campos magnéticos se colapsan en la superficie del Sol. Cuando eso sucede, enormes cantidades de energía magnética se liberan. Christoffer Karoff y su equipo utilizaron las observaciones de los campos magnéticos en la superficie de casi 100.000 estrellas, hechas con el nuevo telescopio Guo Shou Jing en China, para demostrar que estos superdestellos se formaron probablemente a través del mismo mecanismo que las erupciones solares.
«Los campos magnéticos en la superficie de las estrellas con súperllamaradas son generalmente más fuertes que los campos magnéticos en la superficie del Sol, esto es exactamente lo que cabría esperar si los súperdestellos se forman de la misma manera que las erupciones solares», explica Christoffer Karoff.
No es imposible
Por lo tanto, no parece probable que el Sol sea capaz de crear una superllamarada de tal magnitud, porque su campo magnético es simplemente más débil. Sin embargo, de todas las estrellas con superdestellos que analizaron Christoffer Karoff y su equipo, alrededor del 10% tenían un campo magnético con una fuerza similar o más débil que el campo magnético del Sol. Por lo tanto, a pesar de que no es muy probable, no es imposible que el Sol podría producir una súperllamarada.
«Ciertamente no esperábamos encontrar estrellas con superllamaradas con campos magnéticos tan débiles como los campos magnéticos en el Sol. Esto abre la posibilidad de que el Sol podría generar una superllamarada, un pensamiento muy alarmante», estima Christoffer Karoff.
Si una erupción de este tamaño atacase la Tierra hoy, tendría consecuencias devastadoras. No sólo para todos los equipos electrónicos que utiliza la humanidad, sino también para nuestra atmósfera y, por lo tanto, para la capacidad de nuestro planeta para sustentar la vida.
La evidencia de los archivos geológicos ha demostrado que el Sol podría haber producido una pequeña superllamarada en el año 775 de nuestra era. Anillos de los árboles muestran que anormalmente grandes cantidades del isótopo radiactivo 14C se formaron en la atmósfera de la Tierra. El 14C se forma cuando las partículas de rayos cósmicos de nuestra galaxia, la Vía Láctea, o protones energéticos, especialmente desde el Sol, formados en relación con las grandes erupciones solares, entran en la atmósfera de la Tierra.
Los estudios realizados con el telescopio Guo Shou Jing apoyan la noción de que el evento en el año 775 era de hecho una pequeña superllamarada, es decir, una erupción solar de 10 a 100 veces más grande que la mayor erupción solar observada durante la era espacial.
El telescopio Guo Shou Jing, o LAMOST como también se le llama, está optimizado para obtener espectros de hasta 4.000 estrellas simultáneamente, ya que 4.000 fibras ópticas están conectadas al telescopio. Esto hace que sea posible la observación de 100.000 estrellas en sólo unas pocas semanas y es esta capacidad especial la que ha hecho posible la generación de los nuevos resultados.
El Sol es capaz de emitir una llamarada que arrase la Tierra
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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