Las Cuatro Bestias y la Gran Bestia (Daniel 7)
8 SEPTIEMBRE, 2015
La tipología (Catecismo 128) es cuando un acontecimiento que ya ha sucedido prefigura otro por suceder. San Agustín dice “Lo que fue es figura de lo que va a ser”. Eclesiastés 1,9 dice “lo que fue, eso será, lo que se hizo, eso se hará”, y allí se ven claramente el tipo y el anti-tipo. En Daniel, capítulo 7, aparecen cuatro bestias. La primera, un león, que representaba al imperio de Babilonia; la segunda, un Oso, que simbolizaba a los medos que suceden a los babilonios; la tercera, un leopardo con cuatro alas de ave y cuatro cabezas y al que se le dio poder, que simbolizaba al reino de los persas; y la cuarta, temiblemente fuerte, terrible, espantosa, con enormes dientes de hierro, que comía, trituraba y pisoteaba y tenía 10 cuernos es el reino de Alejandro Magno.
Ese es el tipo y ello sucedió. ¿Qué significan para hoy el aquí y el ahora? Noticias: • Alemania exporta el 7% a nivel mundial. • China exporta el 12%. • Invierno radical en EEUU – temperaturas de 30 grados bajo cero, se espera que le afecte la economía como el año pasado. Sigue Daniel 7 y Apocalipsis 13: Con la tipología y para hoy ¿Quiénes son esas cuatro bestias? “Lo que fue es figura de lo que va hacer”, dice San Agustín. En el sueño de Daniel aparece la primera bestia como un león con alas de águila, es la Gran Bretaña, en la heráldica de Inglaterra aparece este león con alas de águila. Le crecieron las alas, fue levantado en la tierra se incorpora en sus patas como un hombre y se le da un corazón de hombre. No me detendré sobre la imagen que merece un estudio, pero sin duda es la gran Bretaña con su vuelo imperialista raudal, su ferocidad de conquistador, y la masonería que nace allí con dos pastores evangélicos: Anderson y Desaguliers, -un inglés y un francés-, fundan lo que fue la más obscura y tenebrosa logia, la inglesa y luego la de Escocia.
A continuación la otra bestia, un oso, (Ursus) Rusia y la Unión Soviética levantada de un costado con tres costillas en sus fauces, entre los dientes y se le decía “Levántate, come mucha carne”. Y así fue Rusia y la Unión Soviética, masacraron, asesinaron más de cincuenta millones de personas. Y la tercera bestia, “un leopardo con cuatro alas de ave en su dorso, cuatro cabezas y se le dio poder”. Son los EEUU y sus cuatro aliados. El leopardo el animal más veloz del planeta, el inmenso poder de los norteamericanos y sus cuatro aliados. Hasta ahí esas bestias, que de nuevo aparecerán en el Apocalipsis de San Juan integrando ya la cuarta bestia.
De la cuarta bestia temible, espantosa, extraordinariamente fuerte, con dientes de hierro, que comía, trituraba y lo sobrante lo pisoteaba con las patas, pareciera ser Alejandro y el Imperio Griego, que dominó a casi todo el mundo conocido, pero algo no encaja pues dice que tenía diez cuernos y lo mismo dice San Juan en el Apocalipsis (capítulo13) del Anticristo. Pareciera que el Espíritu Santo, Eterno Dios, que ve todo en el pasado y en el futuro, traslada la profecía al tiempo de hoy, después de la reconstrucción de Israel, después del primer brote de la Higuera (Mt 24, 32). Es decir que la gran bestia o anticristo, la cuarta bestia de Daniel la más temible y feroz viene promovida por EEUU, Rusia y Gran Bretaña y la serpiente o el demonio les da su poder, trono, y gran poderío (Ap. 13,1-5).
Al Padre Stefano Gobbi, el 3 de junio de 1989, la Virgen María le dice “en esta terrible lucha sube del mar, en ayuda del dragón, una bestia semejante a una pantera”. Si el dragón rojo es el ateísmo Marxista, la bestia negra es la masonería. “Porque en estos tiempos de la apostasía, de la purificación y de la gran tribulación, mi Corazón Inmaculado es el único refugio y el camino que os conduce al Dios de la salvación y de la paz. Sobre todo, mi Corazón Inmaculado se vuelve hoy el signo de mi segura victoria en la gran lucha que se combate entre los seguidores del enorme Dragón Rojo y los seguidores de la Mujer vestida del Sol." En esta terrible lucha sube del mar, en ayuda del Dragón, “una bestia semejante a una pantera”. Si el Dragón Rojo es el ateísmo marxista, la bestia negra es la Masonería.
El Dragón se manifiesta en el vigor de su potencia; la bestia negra, en cambio, obra en la sombra, se esconde, se oculta, para introducirse por este medio en todas partes. Tiene las garras de oso y la boca de un león, porque obra por doquier con la astucia y con los medios de comunicación social, es decir, con la propaganda. Las siete cabezas indican las varias logias masónicas que obran en todas partes de una manera solapada y peligrosa. Esta bestia negra tiene diez cuernos y sobre los cuernos diez diademas, que son dignos de dominio y de realeza. La masonería domina y gobierna en todo el mundo por medio de los diez cuernos. El cuerno, en el mundo bíblico, siempre ha sido un instrumento de amplificación, un modo de hacer escuchar más fuertemente la propia voz, un importante medio de comunicación. Por eso Dios ha comunicado a su pueblo su Voluntad por medio de diez cuernos que han hecho conocer su Ley: los diez mandamientos. Quien los acoge y los observa anda en la vida por el camino de la Divina Voluntad, de la alegría y de la paz. Quien hace la Voluntad del Padre, acoge la Palabra de su Hijo y participa en la Redención llevada a cabo por Él. Jesús da a las almas la misma vida divina, a través de la Gracia, que Él ha merecido con su Sacrificio realizado en el Calvario. La Gracia de la Redención es comunicada por medio de los Siete Sacramentos. Con la gracia se insertan en el alma gérmenes de vida sobrenatural que son las virtudes. Entre ellas las más importantes son las tres virtudes teologales y las cuatro cardinales: fe, esperanza y caridad; prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Al Sol divino de los siete Dones del Espíritu Santo, estas virtudes germinan, crecen, se desarrollan cada vez más y así conducen a las almas por el camino luminoso del amor y de la santidad.
Objetivo de la bestia negra, es decir, de la masonería, es el de combatir de una manera disimulada, pero tenaz, para impedir a las almas recorrer este camino, indicado por el Padre y por el Hijo e iluminado por los dones del Espíritu. En efecto, si el Dragón Rojo obra para llevar a toda la humanidad a prescindir de Dios, a la negación de Dios y para ello difunde el error del ateísmo, el objetivo de la masonería no es el de negar a Dios, sino el de blasfemarlo. La bestia abre la boca para proferir blasfemias contra Dios, para blasfemar su Nombre y su morada, contra todos aquellos que habitan en el Cielo. La mayor de las blasfemias es la de negar el culto debido sólo a Dios para darlo a las criaturas y al mismo Satanás. He aquí por qué en estos tiempos, tras la perversa acción de la masonería se difunden por doquier las misas negras y el culto satánico.”
La masonería que aparece con el leopardo y león con alas de águila, y aparece en la pirámide del dólar, símbolo de la masonería, y con su lema en Latín “Novus ordus seclorum” (Nuevo orden Secular o Nuevo Orden Mundial), apoya al dragón el comunismo Marxista y con el gran poderío satánico de la bestia implantará el Gobierno mundial. “El objetivo de las logias masónicas, hoy, es el de actuar con gran astucia, para llevar a la humanidad en todas partes a despreciar la santa Ley de Dios, a obrar en abierta oposición a los diez Mandamientos, a sustraer el culto debido al único Dios para darlo a los falsos ídolos, que son exaltados y adorados por un número creciente de hombres: la razón, la carne, el dinero, la discordia, el dominio, la violencia, el placer. De esta manera las almas son precipitadas en la tenebrosa esclavitud del mal, del vicio y del pecado, y, en el momento de la muerte y del juicio de Dios, en el estanque de fuego eterno que es el infierno. Si el objetivo de la masonería es el de conducir a las almas a la perdición, llevándolas al culto de falsas divinidades, el fin de la masonería eclesiástica, en cambio, es el de destruir a Cristo y a su Iglesia, construyendo un nuevo ídolo, es decir, un falso Cristo y una falsa Iglesia. Entonces la masonería eclesiástica obra para obscurecer su Divina Palabra, por medio de interpretaciones naturales y racionales y, con el pretexto de volverla más comprensiva y aceptada, la vacía de todo contenido sobrenatural. Así es como se difunden los errores por todas partes dentro de la misma Iglesia Católica. A causa de la difusión de estos errores, hoy muchos se alejan de la verdadera fe, volviendo realidad la profecía que os ha sido hecha por Mí en Fátima: –Vendrán tiempos en los que muchos perderán la verdadera fe. –La pérdida de la fe es apostasía. La masonería eclesiástica actúa de una manera astuta y diabólica, para conducir a todos a la apostasía. Jesús es Vida porque da la Gracia. La masonería eclesiástica tiene como propósito justificar el pecado, presentarlo no ya como un mal, sino como un valor y un bien. La masonería eclesiástica favorece la exégesis que dan de él interpretaciones racionalistas y naturales, por medio de la aplicación de los varios géneros literarios, de manera que el mismo queda lacerado en todas sus partes. Al final se llega a negar la realidad histórica de los milagros y de Su resurrección y se pone en duda la divinidad misma de Jesús y su Misión Salvífica. –Después de haber destruido al Cristo histórico, la bestia con dos cuernos, semejante a un cordero, trata de destruir al Cristo Místico que es la Iglesia. La Iglesia instituida por Cristo es una sola: la Santa, Católica, Apostólica, Una, fundada sobre Pedro. –La Iglesia es verdad porque a Ella sola Jesús ha confiado la custodia, en su integridad, de todo el depósito de la Fe. Lo ha confiado a la Iglesia Jerárquica, es decir, al Papa y a los Obispos unidos a Él. La masonería eclesiástica trata de destruir esta realidad con el falso ecumenismo, que lleva a la aceptación de todas las Iglesias cristianas, afirmando que cada una de ellas posee una parte de la verdad. Cultiva el designio de fundar una Iglesia ecuménica universal formada por la fusión de todas las confesiones cristianas, entre las cuales estaría la Iglesia Católica. –La Iglesia es vida porque da la Gracia y Ella sola posee los medios eficaces de la Gracia, que son los siete Sacramentos. Es vida especialmente porque a Ella sola ha sido dado el poder de generar la Eucaristía, por medio del Sacerdocio Ministerial y Jerárquico. En la Eucaristía Jesucristo está realmente presente con su Cuerpo Glorioso y su Divinidad. Entonces la masonería eclesiástica trata de atacar, de muchas maneras engañosas, la piedad eclesial hacia el Sacramento de la Eucaristía. De ésta, sólo valoriza el aspecto de la Cena, tiende a minimizar su valor sacrificial, trata de negar la presencia personal y real de Jesús en las Hostias Consagradas. Por esto se han ido suprimiendo gradualmente todos los signos externos que son indicativos de la fe en la presencia real de Jesús en la Eucaristía, como las genuflexiones, las horas de adoración pública, la santa costumbre de rodear el tabernáculo con luces y flores. Entonces la masonería eclesiástica trata de destruir el fundamento de la unidad de la Iglesia con el ataque astuto e insidioso contra el Papa. Ella urde las tramas del disentimiento y de la contestación al Papa; sostiene y premia a aquellos que lo vilipendian y lo desobedecen; propaga las críticas y las oposiciones de Obispos y teólogos. De esta manera se demuele el fundamento mismo de su unidad y así la Iglesia es cada vez más lacerada y dividida.”
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"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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