Ruego a los administradores que me perdonen si no incluyo este nuevo tema en el lugar adecauado. Veo que se tratan y han tratado en el foro temas similares por lo que comprenderé si mi contribución es cambiada de sitio.
Debido a mi trabajo llevo cosa de un lustro en Inglaterra. Vivo en un área urbana de tamaño mediano que cuenta con una sola parroquia católica a la que acudo diariamente al salir de la oficina.
Junto a la puerta de la iglesia hay un tablón de anuncios y una mesa con libros de oraciones, revistas, etc.
Me ha tocado en varias ocasiones tener que pasar por el bochorno de reprender al parroco acerca de los carteles que promociona en su iglesia, muchos de ellos de sectas protestantes y cosas como yoga, mindfulness, conciertos, charlas y todo tipo de actividades ajenas a la santa Iglesia que se llevan a cabo en las instalaciones parroquiales.
Me llevaría muchísimo tiempo mencionar todo lo que he visto aquí, pero digamos que el cura no hace ningún tipo de discriminación entre material Católico y protestante (por no hablar de los temas New Age). Hoy me he encontrado en el tablón de anuncios, entre otras cosas, lo siguiente:
–Un anuncio de un ciclo de conferencias acerca de cómo soportar la enfermedad y muerte de seres queridos, ofrecida en uno de los templos anglicanos de la localidad.
–Anuncios y panfletos a todo color de otra secta protestante que ofrece una exposición sobre la construcción del arca de Noé (podéis buscarlo en internet: creation.com).
–Anuncio sobre conferencia del reverendo Mike Pilavachi con música, alabanza y oración, que tendrá lugar próximamente en nuestra misma parroquia.
–Anuncio a gran tamaño (mas desplegable junto al órgano de la iglesia) y carteles por doquier de una jornada de actividades para niños patrocinada por “Churches Together” (“Iglesias reunidas”: una asociación de todas las sectas cristianas de la zona a las que se ha unido nuestro párroco –y por consiguiente, nuestra parroquia– lo que considero un abuso insoportable y aberrante). Figuran, entre otras, el ejército de salvación, los anglicanos de la reina de Inglaterra y los baptistas. En la esquina superior derecha del cartel encontramos que “el evento será Inaugurado por la muy Reverenda Rachel Treweek, obispo de Gloucester”
Hoy, después de confesarme, he tenido la siguiente conversación (muy resumida y, obviamente, traducida) con el párroco:
–Padre, a propósito de esto (saco uno de los panfletos que anuncian la jornada de actividades infantiles)...
–Ah, ya... Eso no te gusta, ¿verdad?
–Pues no, no es apropiado. Mire, padre: este acto no solo está patrocinado por el Ejército de Salvación y otras sectas protestantes, sino que va a ser presidido por esa obispa Rachel (en inglés no se distingue el género). Es inaceptable promocionar esto en una iglesia católica.
–Bueno... no estoy de acuerdo, nosotro somos ecuménicos y queremos que todos los cristianos se reunan en una sola iglesia.
–No exactamente –le interrumpo–: queremos que se conviertan y vuelvan a la única Iglesia, que es la católica, pero no podemos promocionar sus aberraciones... Estas cosas provocan confusión en los fieles que acaban pensando que todo vale. Deberíamos rezar por su conversión, eso es todo, ¿no cree?
–La gente de aquí ya sabe quien es Rachel Treweek y no se escandalizan –me suelta el cura–, es la primera obispo que tenemos (dice tenemos, literalmente) en Inglaterra. Que la iglesia anglicana ordena mujeres es de todos bien conocido y nadie se escandaliza (!!)
Esto último lo dice con sorna y sin darme tiempo a contestar, como hace siempre que se siente molesto y no quiere seguir hablando. Entonces se levanta y dice:
–Esto da para una charla en otra ocasión –sale del confesionario y plantándose delante del altar dice: mmm, huele a bacon (ha habido barbacoa frente a la parroquia, antes durante y después de la celebración de la misa).
Hace un amago de reverencia y se larga.
Espero no haberme extendido demasiado, pero creo que todo esto viene al caso para ilustrar el ambiente en el que me muevo, ya que estoy muy preocupado por la validez de los sacramentos que recibo de este sacerdote y que tanta falta me hacen. Tengo una amiga que siempre me dice que cambie de parroquia, que necesito ir a otro sitio, pero mientras que ella puede disponer de las opciones que ofrece una gran ciudad, yo, de momento, debo quedarme aquí por motivos profesionales y solo algún domingo puedo conducir hasta una abadía en la que la misa es algo mejor.
Y por supuesto que la misa es irreverente, con aplausos y mujeres que suben al púlpito anunciando ferias, tómbolas y otras actividades benéficas de la parroquia... estas mismas mujeres reparten la comunión bajo las dos especies, mientras el diácono se queda en una esquina (y no entiendo por qué); en esta misa se entonan cánticos de origen anglicano (incluyendo el Jerusalem de Blake) y muchos otros abusos de los que hablaré más adelante si a alguien le interesa saber, aunque no creo que nadie se sorprenda ya.
Aquí asisto a misa tres veces por semana, me confieso y recibo la Santa Eucaristía. Creo que, según el Concilio de Trento, los sacramentos recibidos de todo sacerdote ordenado son válidos, pero cada vez tengo más dudas. Nací en el mundo postconciliar –en los años 70– no he tenido ninguna educación religiosa relevante y puedo decir que mi reciente conversión la debo a una gracia inmerecida; soy un gran pecador que necesita de frecuentes confesiones y por eso razón me preocupa no estar debidamente atendido espiritualmente. Cualquier sugerencia, opinión o consejo será bien recibido.
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