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Tema: La opción benedictina

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    La opción benedictina

    El título del hilo es el mismo que el de un libro escrito por un periodista norteamericano, de contenido polémico, que plantea cómo los cristianos podrían afrontar las persecuciones que nos esperan con bastante probabilidad. Pero mejor que yo, en este artículo se expone el contenido de la propuesta de su autor:


    «La opción benedictina»: para que el mundo no convierta a los cristianos en meros paganos

    Pablo J. Ginés/ReL10 enero 2019

    Hay un runrún de fondo que comparten ya muchos analistas sociales. Pide reconocer que todo Occidente ha caído ya en manos de los bárbaros, paganos materialistas y hedonistas, y pide reconocer que los cristianos van a ser acosados y perseguidos para que se asimilen al nuevo poder.

    Los cristianos van a ser una minoría exótica y rarita y todo el mundo sabe que a las minorías exóticas y raritas se les usa como chivo expiatorio ante cualquier problema social, como lo fueron los judíos en muchas sociedades. Si intentan parecerse al mundo para dejar de ser considerados exóticos y raritos, ya no serán cristianos, se convertirán también ellos en bárbaros paganos. ¿De qué sirve una sal que no transmite sabor?

    Bajo el reinado de los nuevos bárbaros (nuevos hunos, nuevos vándalos, nuevos godos) las comunidades cristianas tendrán que decidir a qué dedican sus escasas fuerzas, como pagan su yizia o tributo humillante a los nuevos señores y cómo se reorganizan para, algún día, quizá en siglos futuros, reconducir el mundo (lo que quede de él) mediante el mensaje transformador de Jesucristo.

    El gran libro que trata este tema, ya en español, es La opción Benedictina (Ediciones Encuentro), del periodista y analista norteamericano Rod Dreher, que va a visitar España del 14 al 18 de enero, con presentaciones en Sevilla, Madrid, Valencia, Barcelona y Zaragoza. Es un libro de lectura ágil, periodístico, que combina la investigación sociológica, el testimonio propio y la experiencia de quien ha explorado el cambio social. Es un libro que mueve a la acción. Se centra mucho en la experiencia norteamericana, pero parece perfectamente aplicable al resto de Occidente.


    Diagnóstico: como los monasterios, cristianos entre bárbaros

    Rod Dreher tiene claro el diagnóstico: ha caído la cultura cristiana, vamos a vivir en una férrea cultura no indiferente, sino anticristiana, bárbara.


    Y ofrece una terapia: hay que crear comunidades cristianas fuertes de verdad, siguiendo el modelo de los monasterios que creó San Benito al hundirse el Imperio Romano. Las parroquias, las familias cristianas, las asociaciones cristianas, deben ser tan firmes y militantes, incluso en su vida cotidiana, como esos monasterios. La fe debe ser central en cada familia y asociación. Quien entienda la fe como algo que se hace solo el domingo, será asimilado por el mundo y sus hijos serán bárbaros paganos.

    Quizá para conservar la fe de tus hijos tengas que cambiarte de ciudad, buscando un colegio cristiano "de verdad" y una parroquia cristiana "de verdad" y vecinos cristianos "de verdad". No se trata de buscar a los "puros perfectos", pero sí de estar con los que quieren crecer en la exigencia de la vida cristiana, santa, benedictina. Rod Dreher y su familia se han mudado de ciudad por eso ya un par de veces.


    Rod Dreher con su familia; se han mudado un par de veces para ir donde encontrar una parroquia y comunidad cristiana verdaderamente viva y nutricia

    Señala el modelo de los judíos ortodoxos, que tienen que vivir a poca distancia de su sinagoga (en sabbath no se puede usar vehículo ni caminar mucho y hay que ir andando a la sinagoga). Eso permite crear barrios donde muchos tienen un mismo pensar y se ayudan. Hay que aprender de ellos: crear comunidades de gente que se conoce y apoya de verdad, se ven y hablan varias veces entre semana, comparten lazos de vecindad e identidad y priorizan la fe.

    Poder ver en tus vecinos la vida cristiana

    Los jóvenes cristianos, por ejemplo, han de poder conocer en persona, en su vida cotidiana, a vecinos que crean en un noviazgo casto, o que crean en casarse para toda la vida, o que les vayan a ayudar en embarazos complicados, o en crisis matrimoniales. Claro que sabrán que los paganos ya no se atreven a casarse, claro que rompen sus parejas, claro que educan a sus escasos niños en hogares sin padre o con una sucesión de parejas que entran y salen. Pero han de ver en su entorno que la alternativa cristiana es real y se puede vivir.



    Dreher repasa la Regla de San Benito del siglo VI y analiza cómo se puede aplicar a las familias cristianas hoy, y como la adaptan comunidades católicas, ortodoxas y protestantes que quieren vivir según Cristo. De la Regla de San Benito se aprende:

    - cómo vivir la oración: rezar, tratar a Dios, es lo realmente alternativo y transformador
    - como vivir el trabajo: al servicio de la persona, la vocación y Dios
    - como vivir el ascetismo: en un mundo ultraconsumista, el ayuno y la austeridad es lo más sano
    - cómo vivir la comunidad: ya no es lícito el individualismo o la micro-familia incomunicada
    - cómo vivir la hospitalidad: para evangelizar, hay que acoger al pagano, tratarse con él... pero sin dejar que cambie nuestra vida "benedictina"
    - cómo evitar desviaciones sectarias: se necesita un equilibrio entre distintos tipos de bien, queremos comunidades firmes, no sectas; hay que evitar rigorismos alocados y líderes posesivos...


    Otros que piden crear entornos protectores, de resistencia

    ¿Está Dreher solo en esta propuesta? No. Como decíamos, hay un runrún de fondo. En poco tiempo, en ReligionEnLibertad, hemos podido hablar con 4 analistas de Canadá, EEUU, España y Francia que, sin que se les mencione La opción benedictina, piden algo en la misma línea.

    Uno de ellos es el periodista e historiador José Javier Esparza: "Necesitamos una, dos, cien Covadongas", dijo Esparza en el encuentro de décimo aniversario de ReligionEnLibertad. Se refiere a espacios de resistencia que vivan de forma alternativa y no se dobleguen ante la cultura bárbara que ha conquistado el país y tiene a los cristianos pagando tributos y rindiéndole vasallaje. Hay que responder a la nueva tiranía creando Covadongas, pequeños reinos rebeldes, espacios que algún día lleven a una sociedad cristiana fuerte. "Hay que multiplicar las voces críticas", pedía. Pueden ser asociaciones, pueden ser autores, pueden ser colegios... Y especifica que la respuesta debe tener tres aplicaciones: la religiosa, la identitaria (la patria, la historia) y la comunitaria (comunidades vivas, reales). "Hay que dar vida a estos tres campos", insistió.

    En Canadá, el escritor Michael O'Brien, autor de las novela de El Padre Elías, comentaba recientemente que, ante "la oscuridad del mundo" "hay que formar y proteger, sin duda con prudencia, a nuestros hijos. Pero, al mismo tiempo, nuestros corazones deben estar abiertos para amar a cada persona, incluso a nuestros enemigos. Sin rebajarse, pero también sin miedo”.

    El historiador y periodista francés Jean Sévillia, entrevistado por ReL, explicaba: "Quizá nuestra época se parece a la Caída del Imperio Romano, el final de una época, grandes migraciones, un periodo de hundimiento, un cristianismo minoritario… en eso hemos vuelto al siglo V. Somos minorías cristianas ante mayorías paganas, hoy con un martirio menos cruel, un martirio moral, porque la moral del mundo contemporáneo va contra la moral cristiana. En este contexto, hemos de inventar nuevas formas de vida cristiana adaptada".



    También el historiador y periodista francés Jean Sevillia compara nuestra época con la caída del Imperio Romano y pide priorizar la familia, crear entornos para proteger a los jóvenes e inventar "nuevas formas de vida cristiana adaptada"

    ¿Qué proponía priorizar el historiador? "Reconstruir la familia es lo más importante. Además, entendamos que el individualismo no va a desaparecer de la noche a la mañana. Hay que vivir en esta cultura que nos ha tocado, pero reforzando la familia, creando asociaciones de jóvenes, creando entidades católicas. Hay que defender al hombre, con redes de apoyo, frente a esta sociedad tan dura".

    Algo similar decía la analista Jennifer Roback, del Ruth Institute de EEUU. ReL le preguntó: "¿Tiene sentido crear ambientes “protegidos” para nuestros hijos?"

    Y ella respondió: "Sí, esta cultura es demasiado tóxica, demasiado hostil. Antes podías dejar que un muchacho fuera creciendo en la cultura. Ahora no, es una cultura dañina y hay que protegerlos hasta que crezcan. Hay que seleccionar una buena catequesis y buenos programas de educación, también afectiva. Nada de educación sexual en la escuela: la hacen mal. Un padre o una madre se llevan aparte a su hijo o hija y hablan de sexo, adaptado a su caso personal. En cambio, en el colegio viene un desconocido, que no conoce ni ama a los chicos, y les suelta el mismo rollo a todos a la vez, sin intimidad, en público, ante los compañeros. No es bueno".



    No hay que huir de la política... pero hay prioridades

    ¿Y la política? Dreher pide a los cristianos abandonar la superstición de que algún partido o político va a "arreglar las cosas". Pero su opción benedictina no es una huida del mundo, al contrario.

    "Que quede claro, los cristianos no nos podemos permitir esfumarnos del espacio público. La Iglesia no debe eludir la responsabilidad de rezar por los líderes políticos y de hablarles proféticamente. A los cristianos no solo nos incumbe la lucha contra el aborto y proteger la libertad religiosa y la familia tradicional", detalla. Pueden surgir alianzas con compañeros curiosos en muchos temas: apoyo al pequeño comercio, o para combatir el tráfico sexual, la pobreza, el sida...

    Pero "los cristianos no pueden actuar por inercia siguiendo los patrones que han aprendido durante los últimos 30 años. Estos tiempos exigen mucha más sutileza y reflexión a los creyentes que salten al cuadrilátero político", avisa.

    Una estrategia que propone es abrazar la política local, crear comunidades localmente fuertes y localmente influyentes o decisivas.

    Campo de batalla clave: la libertad religiosa y de expresión

    Otro tema clave, imprescindible, es dedicar recursos a defender la libertad de religión y de expresión. Los cristianos no pueden dejar que se les amordace legalmente, han de poder expresar sus ideas, y poder vivirlas, al menos, en sus comunidades. El tema del matrimonio LGTB ha demostrado que antiguos "aliados" de los cristianos en el mundo político están dispuestos a reducir e incluso eliminar la libertad religiosa (incluso la académica) con tal de consagrar la ideología LGTB como intocable, blindarla contra toda crítica, todo debate social, científico o de ideas. No pueden permitir el debate y lo impedirán con amenazas, querellas o gritos.

    Lance Kinzer, un político de Kansas que ha decidido especializarse en defender la libertad religiosa, tiene una serie de propuestas que Dreher cree que los cristianos deberían priorizar en este entorno postmoderno y hostil:

    - defender la libertad de las entidades cristianas: colegios, asociaciones, etc...
    - participar en la prensa local, debates, radios, televisiones locales, con la propuesta cristiana (en otros espacios será silenciada)
    - marcarse objetivos realistas y alcanzables, evitar desgastes innecesarios y luchas incendiarias
    - ser siempre educado y respetuoso, no dar excusas a las acusaciones de "fanatismo"
    - buscar aliados donde buenamente se pueda, sean de otras religiones, de izquierdas alternativas, gays pro-libertad, etc...


    Dreher cree que este tema es esencial y que "no nos podemos permitir el lujo de seguir luchando en guerras que perdimos hace mucho tiempo". La prioridad es poder formar a nuestros hijos en valores cristianos de verdad y protegerlos de la presión tóxica del adoctrinamiento del régimen postmoderno.


    El disidente católico checo Václav Benda con su familia; es un modelo e inspiración para Rod Dreher, con su propuesta de una polis paralela

    Crear una polis paralela: dar lo que el mundo no da

    Dreher habla también en su libro de cómo los disidentes bajo la tiranía comunista checa intentaban crear todo tipo de espacios alternativos. Recomienda el ejemplo del matemático y disidente católico Václav Benda, que intentaba crear una "polis paralela", fomentar viejas tradiciones populares y líneas de educación alternativa.

    Por ejemplo, hay que enseñar a los niños lo que no les enseñan en el colegio: para eso, los cristianos (y otras personas) han de fomentar sus propias instituciones. Eso incluye enseñar cosas sobre el amor, la familia, la felicidad, el sexo; también sobre los sentimientos, el perdón, todo lo espiritual. Y toda la tradición de grandes héroes, ejemplos e historias edificantes del pasado, que el poder bárbaro quiere ocultar y olvidar.

    Cómo crear "aldeas cristianas"

    De todas las instituciones, la que los cristianos debería priorizar hoy es la comunidad, la "pequeña aldea cristiana", que no vive según el modelo bárbaro, sino según el modelo benedictino. ¿Cómo se hace una "aldea" o "comunidad" cristiana, aunque sea en la gran ciudad? Dreher da ideas y pone ejemplos de comunidades que ya existen y funcionan en EEUU o en Europa.

    1. El hogar es como "un monasterio doméstico": hay jerarquía con amor, hay prioridades, se reza, se trabaja, se acoge...
    2. La familia es consciente de ir contracorriente y ser alternativa, inconformista...
    3. La familia es fuerte y valiosa, pero no cae en lo sectario ni la autoidoloatría
    4. Las familias cristianas viven cerca unas de otras, se ayudan, son amigas cotidianas
    5. Las familias cristianas establecen redes con recursos y apoyos, usando también su parroquia e iglesia
    6. Los cristianos serios de distintas confesiones (católicos, ortodoxos, protestantes) aprenden a trabajar juntos en temas comunes
    7. Hay que echar a caminar ya, construir con lo que se tiene: no dejar que el perfeccionismo paralice
    8. Hay que sacar a los hijos de la escuela pública y también de las escuelas falsamente cristianas; buscar o fundar escuelas "cristianas de verdad"
    9. Hay que apoyar a los comercios cristianos, a los profesionales cristianos, etc (si son competentes) aunque cueste más dinero
    10. Hay que prepararse para ser marginado y acosado... y para ayudar a los hermanos que así sufren


    La importancia del sexo

    Los cristianos tienen que servir a Dios en muchos temas, pero el debate sobre el sexo va a ser clave y no hay forma de evitarlo. Quien no defienda la visión cristiana tradicional sobre el sexo, la castidad, la familia y la vida, se convertirá enseguida (él o sus hijos) en un pagano más.

    "Lo queramos o no, toda la cultura contemporánea gira en torno al sexo y está rompiendo en pedazos la Iglesia. Es imposible escapar de la pelea: el frente ha llegado a tu iglesia y a tu propia familia. No tomar partido por ninguno de los bandos es decantarse por uno: por el contrario a la Biblia", escribe Dreher.

    El clero ha abandonado a las familias y los jóvenes y hace décadas que no predica sobre este tema. Dreher explica que en 20 años de asistir a misas católicas y ortodoxas por todo EEUU, sólo una vez escuchó a un sacerdote hacer una homilía correcta sobre tema sexual, y no muy profunda. "El silencio del púlpito, de los ministros de la iglesia y de los profesores nos transmite el mensaje de que el sexo y la sexualidad no tienen importancia y de que la Iglesia no tiene nada que aportar", denuncia Dreher. "El silencio del púlpito, de los ministros de la iglesia y de los profesores nos transmite el mensaje de que el sexo y la sexualidad no tienen importancia y de que la Iglesia no tiene nada que aportar".

    El libro dedica todo un capítulo a la sexualidad y otro completo a la novedad de nuestra generación: la tecnología que nos distrae y esclaviza, que nos convierte en consumidores y engranajes las 24 horas del día, a un clic de distancia en el bolsillo, junto a la cama.

    El libro finaliza con una advertencia: la "opción benedictina" es necesaria para nuestra vida, para salvar lo que queda de civilización cristiana y hacer que siga siendo fértil para transformar el mundo, pero esta opción debe abrazarse, insiste, por amor, y no por miedo. El amor a Cristo y los hermanos es, al final, lo que de verdad permitirá construir.


    https://www.religionenlibertad.com/n...edonistas.html

    En resumen, una propuesta de acción, de como afrontar los tiempos difíciles que nos están tocando y que seguirán así hasta la Segunda Venida, tal como se puede leer en el Evangelio.

    En esta propuesta hay algunos matices que quizás algunos puedan encontrar discutibles, yo mismo he visto alguno, pero en su conjunto no parece que sea una mala propuesta. Sin embargo, siempre tiene que haber disconformes, algo natural, pero si éstos se convierten en censores de lo que los demás cristianos, católicos aquí, podamos pensar, exponer y hasta discutir, la cosa se pone peor. Pero esto lo dejo para el siguiente post.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


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  2. #2
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    Re: La opción benedictina

    Y es que esa censura en forma agria y bastante sacada de contexto, como no, tenía que venir del ínclito Sr. de Prada que no tiene empacho en calificar esta propuesta de liberal, sólo por que viene de Estados Unidos cuando él es tan rusófilo, y así lo ha demostrado. Liberalismo disfrazado de tradicionalismo, y es que para este señor sólo son tradicionalistas los que piensan como él. Ya ayer yo aclaraba en otro hilo, y enrredado con el mismo personaje, que no es igual Tradición con mayúsculas, correspondiente a la Santa Tradición o Evangelios, que tradición con minúscula, que es la que se nos lega de nuestros mayores y que, obviamente, no son las mismas para los españoles que para los norteamericanos.

    También se arranca el caballero con el ataque "ad hominen" contra tan osado gringo, y así repasa su C.V. religioso como si Dios no los quisiera convertidos, y hasta espantados ante el lamentable espectáculo que se nos está dando desde cierto sector de la todavía nominal Iglesia Católica Apostólica Romana. Por supuesto, el Sr. de Prada parece no haber leído el libro, tampoco haber escuchado a su autor en la visita que realizó a España a principios de este año y ni siquiera debe haber leído el artículo que trata sobre las propuestas de Dreher. Se pone, en cambio, a corregirlo recomendando la magnífica Epístola a Diogneto que yo mismo traje a este sitio hace unos meses y que parece haber pasado medio desapercibida. Sin embargo, no hay muchas contradicciones entre ambos contenidos, el de "la opción benedictina" y la exposición a Diogneto. Pero mejor pasemos a los enlaces de las críticas del Sr. de Prada, textos que no reproduzco pues parecen estar protegidos, y dividida en dos partes.

    https://www.xlsemanal.com/firmas/201...-de-prada.html

    https://www.xlsemanal.com/firmas/201...uel-prada.html


    Y a continuación, si se puede leer la respuesta que Rod Dreher ha dado a Juan Manuel de Prada.



    El autor de la opción "benedictina" responde a Juan Manuel de Prada: "Los reaccionarios del salón son inútiles"

    septiembre 18, 2019

    El escritor y periodista Juan Manuel de Prada ha escrito una serie de artículos en el XL Semanal contra el libro de Rod Dreher, "La opción benedictina". La religión confidencial tenía acceso a la siguiente respuesta de Dreher a Juan Manuel de Prada. Publicamos en su totalidad la carta enviada a Ediciones Encuentro.

    Respuesta a De Prada. Por Rod Dreher

    "Juan Manuel de Prada ha dedicado no uno sino dos Artículos para malinterpretar "La opción benedictina". Por eso sabemos que es un escritor profesional, supongo.

    En ninguno de sus pomposos artículos, el escritor enfrenta el corazón de la crisis: el colapso de la fe cristiana. Según el informe "Laicismo en cifras, 2018" de la Fundación Ferrer i Guardia, aproximadamente la mitad de los españoles entre 18 y 24 años no son creyentes. Otros estudios presentan estadísticas aún más inquietantes. El hecho alarmante es que el cristianismo en España, como otros lugares de Europa y América del Norte, está en pleno colapso demográfico.

    Las estrategias que propongo en "La opción benedictina" pueden no ser correctas, pero al menos trato de enfrentar el mundo tal como es. Los reaccionarios de salón como De Prada, que viven en un mundo de abstracciones, son inútiles para ayudar a los cristianos comunes a comprender este mundo postcristiano y actuar plenamente para preservar la fe. Es extraño que la crisis espiritual y religiosa que constituye abrumadoramente el propósito de mi libro no parezca preocupar a De Prada.

    De Prada me acusa de aconsejar a los cristianos que abandonen la política. Falso! Esto es calumnia, que puede ser refutada fácilmente leyendo mi libro.

    Lo cierto es que aconsejo a los cristianos que dejen de poner tanta esperanza en la política convencional. En mi país, los cristianos conservadores nos han hecho depender solamente de la protección política de la familia de la Iglesia. Votamos por el Partido Republicano durante cuarenta años, mientras que las creencias y prácticas religiosas disminuyeron rápidamente. Pero el aborto sigue siendo legal, los grupos LGBT salen victoriosos en todos los frentes y la libertad religiosa está en retirada.

    Y ahora, por no haber formado los corazones y las mentes de los jóvenes con fe, encontramos que la mayoría de ellos han pasado a las filas del laicismo y la política de izquierda.

    La política es posterior a la cultura y la cultura debe estar enraizada en la adoración (religión). ¿De dónde crees que vendrán los votantes procristianos? Los cristianos no pueden actuar como cristianos en el campo de la política si no conocen o practican la fe primero. ¿De verdad Prada piensa que las iglesias españolas se están vaciando de malas políticas?

    De Prada en sus artículos levanta su espada contra "La opción benedictina". Es muy hermoso, pero me parece que no es la primera vez que las palabras de un novelista español me llevan a un molino de viento romántico y delirante que ataca ".



    https://tucristo.com/blogs/%E2%96%B7...-son-inutiles/


    Efectivamente, el Sr. de Prada tiene cierta tendencia a sacar los pìes del tiesto, como lo hizo cuando en plena crisis catalana nos salió públicamente con que Cataluña es una nación y que dio lugar a una catarata de críticas, debates, donde dije "digo" dije Diego, incluido este mismo sitio para no ir más lejos. De este señor yo dije ayer mismo que puede escribir lo que le dé la gana, pero su opinión cuando afecta a cuestiones fundamentales debe ser bastante más comedida, pues cobra por exponerla, está dirigida a un lector de perfil muy concreto aunque en muchas ocasiones alimenta al enemigo y, desde luego, son opiniones, no dogmas. En este caso, además, en lugar de dejar lugar a la reflexión, avienta nieblas.

    Para leer la Epístola a Dognato, más el análisis completo de su contenido aquí:

    Epístola a Diogneto
    Última edición por Valmadian; 18/09/2019 a las 23:07
    ALACRAN dio el Víctor.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


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  3. #3
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    Re: La opción benedictina

    También se hicieron eco de la propuesta de Dreher en INFOVATICANA, y, además, anotada ( 83 notas) lo que mejora más la lectura del artículo que publicaron.

    https://infovaticana.com/blogs/crite...n-benedictina/
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

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  4. #4
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    Re: La opción benedictina

    Interesantímo, gracias por compartir.

  5. #5
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    Re: La opción benedictina

    Efectivamente, el Sr. de Prada tiene cierta tendencia a sacar los pìes del tiesto, como lo hizo cuando en plena crisis catalana nos salió públicamente con que Cataluña es una nación y que dio lugar a una catarata de críticas, debates, donde dije "digo" dije Diego, incluido este mismo sitio para no ir más lejos. De este señor yo dije ayer mismo que puede escribir lo que le dé la gana, pero su opinión cuando afecta a cuestiones fundamentales debe ser bastante más comedida, pues cobra por exponerla, está dirigida a un lector de perfil muy concreto aunque en muchas ocasiones alimenta al enemigo y, desde luego, son opiniones, no dogmas. En este caso, además, en lugar de dejar lugar a la reflexión, avienta nieblas
    .

    No hay que perder nunca de vista que De Prada pertenece al selecto club de opinadores remunerados a tanto por artículo publicado, y lo principal para ellos es tener la escopeta cargada contra todo lo que se mueva, lo que conlleva meterse en todos los charcos, mucho más que las razones que se aporten.
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

  6. #6
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    Re: La opción benedictina

    No hay que perder nunca de vista que De Prada pertenece al selecto club de opinadores remunerados a tanto por artículo publicado, y lo principal para ellos es tener la escopeta cargada contra todo lo que se mueva, lo que conlleva meterse en todos los charcos, mucho más que las razones que se aporten.
    Efectivamente, el Sr. de Prada tiene cierta tendencia a sacar los pìes del tiesto, como lo hizo cuando en plena crisis catalana nos salió públicamente con que Cataluña es una nación y que dio lugar a una catarata de críticas, debates, donde dije "digo" dije Diego, incluido este mismo sitio para no ir más lejos. De este señor yo dije ayer mismo que puede escribir lo que le dé la gana, pero su opinión cuando afecta a cuestiones fundamentales debe ser bastante más comedida, pues cobra por exponerla, está dirigida a un lector de perfil muy concreto aunque en muchas ocasiones alimenta al enemigo y, desde luego, son opiniones, no dogmas. En este caso, además, en lugar de dejar lugar a la reflexión, avienta nieblas.
    Estas cosas son ciertas sí; no obstante, tengo que decir que por lo que llevo leído, la "propuesta" del tal Dreher no deja de ser una americanada completamente inviable y estrambótica (por lo menos en España, o incluso en Europa). Esa ocurrencia de fundar "polis" cristiano-ecuménicas (opulenta palabra, en realidad serían una especie de "barrios cristiano-ecuménicos"), amén de retrotraernos directamente a "Little Italy" o a "Chinatown" nos convertiría sin remedio en otra minoría pintoresca más, como los judíos de Williamsburg (Brooklyn) o si se quiere, los negros de Harlem; para que no se diga que somos elitistas o racistas....

    En efecto, al autor se le nota mucho el sesgo norteamericano, lo que es algo lógico y disculpable; y además como ecumenista y liberal, poco puede tener de tradicional. No obstante, se agradece el esfuerzo de querer plantar cara, de alguna forma, a esta sociedad descristianizada.

    Pero nuestro sitio como católicos no está en güetos...."nuestro sitio está al aire libre, bajo la noche clara, fusil bajo el brazo[1] y en lo alto, las estrellas"; que diría aquél mártir.

    [1] Hablamos figuradamente, de momento.
    Última edición por DOBLE AGUILA; 20/09/2019 a las 15:00
    ALACRAN y Hyeronimus dieron el Víctor.

  7. #7
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    Re: La opción benedictina

    Cita Iniciado por DOBLE AGUILA Ver mensaje
    Estas cosas son ciertas sí; no obstante, tengo que decir que por lo que llevo leído, la "propuesta" del tal Dreher no deja de ser una americanada completamente inviable y estrambótica (por lo menos en España, o incluso en Europa). Esa ocurrencia de fundar "polis" cristiano-ecuménicas (opulenta palabra, en realidad serían una especie de "barrios cristiano-ecuménicos"), amén de retrotraernos directamente a "Little Italy" o a "Chinatown" nos convertiría sin remedio en otra minoría pintoresca más, como los judíos de Williamsburg (Brooklyn) o si se quiere, los negros de Harlem; para que no se diga que somos elitistas o racistas....

    En efecto, al autor se le nota mucho el sesgo norteamericano, lo que es algo lógico y disculpable; y además como ecumenista y liberal, poco puede tener de tradicional. No obstante, se agradece el esfuerzo de querer plantar cara, de alguna forma, a esta sociedad descristianizada.

    Pero nuestro sitio como católicos no está en güetos...."nuestro sitio está al aire libre, bajo la noche clara, fusil bajo el brazo[1] y en lo alto, las estrellas"; que diría aquél mártir.

    [1] Hablamos figuradamente, de momento.
    Si, muy americano y de estilo liberal, ciertamente, y que incluye algunas cuestiones que ya indiqué como discutibles: "En esta propuesta hay algunos matices que quizás algunos puedan encontrar discutibles, yo mismo he visto alguno...," al finalizar el # 1. También me parece bastante inviable en general, aunque quizás en la sociedad americana tenga más visos de poder llevar algo a cabo.

    Sin embargo, aquí en Hispanismo ya se habló de proponer algo así hace tiempo, aunque de naturaleza más política inicialmente pero que conllevaría también la dimensión religiosa. Eso lo puedes comprobar leyendo el siguiente hilo en el que, por cierto, yo no participé:

    Una zona para repoblar. Una zona para la creacion de un Estado Hispánico indpendiente


    Sin embargo, esperaba una cierta defensa o justificación de los términos contenidos en los artículos del Sr. de Prada para destacar algún añadido más. Reprocha el articulista a su colega de Prensa, Dreher, que a sus propuestas hay que oponer la Epístola a Dogneto que, de algún modo, también justifica al americano. Pero en lo que no cae el Sr. de Prada es que dicha "epístola" fue escrita en el Siglo II d. C. cuando la Iglesia estaba todavía en pañales y a los cristianos se les pedía evangelizar a una sociedad -la romana-, pagana en prácticamente toda su extensión. Es obvio que quedarse en casa no era la solución o alternativa y mucho menos respondía a los mandatos de Cristo de ir a predicar el Evangelio a todas las naciones metidos entre lobos.

    Pero hoy, la situación es justamente la opuesta a los tiempos de Dogneto. Hoy la que recula a ojos vista es la Iglesia Católica, esa misma que, en nombre de Cristo, llegó a evangelizar todo el orbe occidental. Hoy la que se está metiendo en casa y lo que es peor, casi ordenando a los católicos es eso precisamente, que pasemos al ámbito privado, en lugar de afrontar la ofensiva ateo-pagana generalizada a la que asistimos.

    Lo que hoy se nos debería pedir es que estemos ahí en el frente, unidos y no malavenidos, porque para resolver problemas ya llegará el momento. Por ahora hay un enemigo común a las órdenes del Maligno en todo el mundo, y no se puede andar poniendo palitos entre los radios de las ruedas de una bicicleta tambaleante. Ahí tenemos el ejemplo del Buda "madrileño" que la novia de Tutankamon nos quería endilgar con el dinero de todos los católicos madrileños. El alcalde local de la ciudad ha tirado por tierra el proyecto marxista megalómano, pero yo todavía estoy esperando una reacción de esos católicos y no la veo por ningún lado. Al Sr, de Prada todavía le doy un margen para que se explaye a gusto contra el "Gordo" de los "carmenitas", ya que él tiene que publicar en un medio en el que habrá un determinado orden, ya que no es un foro. Ya veremos, también, si en esta más que oportuna ocasión para lucirse, su pluma vuela tan ácida y certera, como ha pretendido hacerlo contra una propuesta perfectamente cristiana.
    Última edición por Valmadian; 20/09/2019 a las 17:38
    ALACRAN y DOBLE AGUILA dieron el Víctor.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


    Nada sin Dios

  8. #8
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    Re: La opción benedictina

    «La opción benedictina (I)» por Juan Manuel de Prada para el XLSEMANAL, artículo publicado el 26/08/2019.
    ______________________

    Aunque, tristemente, los debates del mundo católico hace mucho que dejaron de resultar relevantes para el común de las gentes, sospecho que entre las tres o cuatro lectoras que todavía me soportan sigue existiendo interés hacia estas cuestiones. No me resisto, por ello, a echar un cuarto a espadas en la polémica suscitada por el libro La opción benedictina, de Rod Dreher, publicado en España por Encuentro y saludado encomiásticamente por el catolicismo pompier. Creo, además, que este cuarto a espadas puede resultar también interesante para los detractores del catolicismo, que así descubrirán con pasmo que el enemigo está hecho unos zorros.

    La opción benedictina se subtitula elocuentemente Una estrategia para los cristianos en una sociedad postcristiana. Su autor es un periodista conservador estadounidense que, después de criarse como metodista, se hizo católico; para después, escandalizado por los abusos pedófilos de cierto clero católico, hacerse ortodoxo. Este baile de San Vito religioso ya nos presenta a Dreher como un converso saltimbanqui y con poco fundamento (amén de fácilmente impresionable); pero la lectura de su libro, de un estilo literario mazorral y una línea argumentativa simplona, nos confirma que la cultura católica se halla sumida en un estado de postración preocupante. Nada nos ha parecido, sin embargo, tan molesto en la lectura como el tufillo de falso chestertonismo con que el autor ha envuelto sus tesis, tan poco chestertonianas.

    Dreher propone como espejo o inspiración para los cristianos de nuestro tiempo las comunidades monacales instituidas por San Benito de Nursia, tan importantes en la cristianización de una Europa acechada por la barbarie. También los cristianos de nuestra época deberían, a su juicio, abandonar un mundo infestado por ideas y actitudes adversas y retirarse a los márgenes de la sociedad, fundando pequeñas comunidades desde las que sea posible la restauración del orden cristiano. Una restauración que debe abandonar cualquier esperanza de reconstruir ‘desde arriba’ (o sea, desde instancias políticas, en poder del enemigo), para centrarse en una restauración ‘desde abajo’.

    El primer error de Dreher se halla en la sublimación kitsch y típicamente yanqui de la encomiable labor realizada por San Benito de Nursia. Pues lo cierto es que la extensión de la forma de vida benedictina hubiese sido inconcebible si Carlomagno no la hubiese impuesto en todos los monasterios que se hallaban bajo su protección. Sin el amparo del poder político, la labor de San Benito no hubiese obtenido los resultados espectaculares de todos conocidos; y omitir este hecho denota (amén de una ignorancia notable) un pensamiento caótico típicamente moderno, construido con retazos de mitificaciones emotivistas que sólo conducen a visiones idealizadas (y, a la postre, delirantes) de la Historia. La época dorada de la Cristiandad, como señala León XIII en su encíclica Inmortale Dei, «fue un tiempo en que la filosofía del Evangelio gobernaba los Estados». Y para que esto ocurriera, tal filosofía tuvo que ser impulsada desde los palacios. Por lo demás, hubo otras muchas ‘opciones’, aun dentro de la vida religiosa, que hicieron posible la Cristiandad, aparte de la benedictina: hubo un clero secular que –con apoyo político– se encargó de construir las catedrales; hubo órdenes más ‘mundanas’, como la Compañía de Jesús, que se encargaron –con apoyo político– de evangelizar el Nuevo Mundo o de presentar batalla a Lutero y sus mariachis. Dreher, en fin, además de ignorar el apoyo político que recibió San Benito, atribuye a la ‘opción benedictina’ logros que corresponden a otras ‘opciones’ de vida religiosa, incurriendo en el llamado ‘arqueologismo’, un arbitrario y selectivo modo de mirar hacia el pasado, tomando lo que de él nos conviene para urdir un falso relato histórico y luego meterlo con calzador como argumento de autoridad en defensa de una tesis que se presenta disfrazada de tradicional, cuando en realidad es una tesis típicamente liberal, como veremos en el próximo artículo.

    Renunciar a la política, como propone Dreher, es siempre un dislate; pero además –como denuncia Carmelo López-Arias en una reseña sobre La opción benedictina publicada en la revista Verbo– equivale a sustraerse cobardemente de las obligaciones que tenemos contraídas con la comunidad a la que pertenecemos: «El hombre es un ser social porque nace vinculado a otros con lazos que no puede sustituir por otros de su elección, por elevadas que sean las motivaciones. Nuestro deber de contribuir al bien común persiste incluso en condiciones de disociedad».

    (Continuará)

    https://www.xlsemanal.com/firmas/201...-de-prada.html

  9. #9
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    Re: La opción benedictina

    «La opción benedictina (y II)» por Juan Manuel de Prada para el XLSEMANAL, artículo publicado el 02/09/2019.
    ______________________

    Anunciábamos en un artículo anterior que la tesis que propone Dreher en La opción benedictina es típicamente liberal, bajo su disfraz tradicional. Su ‘comunitarismo’ presupone, en realidad, la atomización de la comunidad; lo que no es otra cosa sino la adaptación del individualismo liberal a pequeños grupos de individuos, congregados en torno al disfrute de su particular forma de vida. Para que este falso ‘comunitarismo’ (que, llevado hasta sus últimas consecuencias, descompondría la sociedad en un archipiélago de sectas) sea viable, Dreher reclama al Estado que garantice la libertad religiosa y se mantenga neutral ante las diferentes visiones del bien que existan dentro de la sociedad; es decir, pretende fundar una solución tradicional en tesis radicalmente liberales. Y a continuación, en un rasgo de maquiavelismo bastante taimado, añade que «los cristianos necesitamos hacernos con todos los aliados que podamos» y buscar «el apoyo de otras religiones» y «tender una mano amistosa a los gays y lesbianas que no están de acuerdo con nosotros pero luchan por la libertad religiosa y de pensamiento». Un cristiano debe, desde luego, tender una mano amistosa a todo el mundo; pero no buscando hipócritamente fines utilitarios en medio del zurriburri.

    Como señala Juan Retamar Server en Verbo, Dreher concibe la comunidad como una formación artificial derivada –al más puro estilo roussoniano– de la voluntad de un grupo de personas o familias. Y una comunidad que nace de un contrato, y no de las raíces vivas que la nutren, es siempre una sociedad liberal, por muy conservadora que se pretenda. Como buen liberal, Dreher es partidario de la «privatización de la verdad», entendiendo que los cristianos debemos ‘construir’ comunidades que protejan nuestra fe y la fe de nuestros hijos, con una falta de caridad hacia el resto de la sociedad que consiste, a la postre, en aferrarse egoístamente al bien particular, dimitiendo del bien común.

    Esta propuesta antipolítica de Dreher es el reverso de otra propuesta igualmente errónea que invita a los cristianos a allanarse ante las modas impuestas por el mundo. Ambas son radicalmente opuestas a la que nos propone la hermosísima y antiquísima Carta a Diogneto (siglo II), donde leemos: «[Los cristianos] viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en tierra extraña. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho. Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el Cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo. Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida. (…) Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo. La carne aborrece y combate al alma, sin haber recibido de ella agravio alguno, sólo porque le impide disfrutar de los placeres; también el mundo aborrece a los cristianos, sin haber recibido agravio de ellos, porque se oponen a sus placeres. El alma ama al cuerpo y a sus miembros, a pesar de que éste la aborrece; también los cristianos aman a los que los odian. El alma está encerrada en el cuerpo, pero es ella la que mantiene unido el cuerpo; también los cristianos se hallan retenidos en el mundo como en una cárcel, pero son los que mantienen la trabazón del mundo».

    La Carta a Diogneto nos hace una propuesta política valerosa y auténticamente cristiana. La opción benedictina de Dreher es una propuesta antipolítica para burgueses que disfrazan su cobardía con los oropeles del catolicismo pompier. Decía Chesterton que los burgueses se dividen en dos grupos: los pretenciosos y los mojigatos. «Los primeros –añadía– son los que quieren entrar en sociedad; los segundos, los que quieren salir de ella y entrar en asociaciones vegetarianas, colonias socialistas y cosas por el estilo». Las opciones benedictinas se hallan, sin duda, entre esas ‘cosas por el estilo’.

    https://www.xlsemanal.com/firmas/201...uel-prada.html

  10. #10
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    Re: La opción benedictina

    A destiempo la respuesta, ya que dado que se trata de una disputa entre dos periodistas, cuando se abrió el tema es cuando se tendría que haber reproducido el artículo que da pie a la oportuna respuesta de R. Dreher, y no ahora. Pero este destiempo sí que es útil a los efectos de saber, o tan sólo tener una noción o aproximación, del Sr. de Prada acerca de la línea de actuación, des-orientación y re-programación que está teniendo el Vaticano sobre el Dogma, la Tradición, y la Doctrina heredada de veinte siglos de Cristianismo, y que hoy se está pretendiendo re-inventar de nuevo, bien sea induciendo a su aceptación por ser voz de quien proviene, bien porque "esta" Iglesia, que parece ser que pretende enterrar a la de antes, busca por todos los medios integrarse en esta cosa in-moral que se pretende imponer a la Humanidad entera para su perdición. Dicho de otro modo, no me interesa que al Sr. de Prada le parezca mal que un liberal -sin duda carente de todo derecho espiritual-, proponga una vía, "U-NA", de escape de la que nos están preparando ante nuestras mismas narices y ante la que somos absolutamente incapaces de hacer nada, salvo piar porque otros hacen más o menos lo mismo, en vez de actuar sin miedo y con determinación. No sé si el Sr. de Prada tendrá algo que decir ante opiniones como la que sigue, estar de acuerdo total o parcialmente, o estar en desacuerdo, porque no se menciona la Iglesia, ni su papel de defensora de Dios y de la Humanidad frente a esta barbarie de Satanás que se nos pone delante como una obligación. Tal vez, se diga, que el Sr. de Prada ya ha venido contestando en distintos momentos, hasta se han puesto artículos suyos contra la farsa de Madrid y el paseo triunfal de la mesiánica Gretita. Pero yo estoy esperando un artículo, o veinte, que sea valiente denunciando la raíz del problema y no matando al mensajero, ni arremetiendo a quien sí denuncia con horror lo que se nos viene encima, aunque sea mediante medidas "liberales"



    La globalización ya tiene su credo: arrepentíos, pecadores


    Por INFOVATICANA | 15 diciembre, 2019

    Por José Javier Esparza

    Un anillo para gobernarlos a todos


    (Rebelión en la Granja)- No es política, no es ideología, mucho menos es una “cortina de humo”, no: lo que hoy estamos viendo imponerse es una especie de nueva religión secularizada, un credo universal de sustitución, una suerte de fe ciega que aspira a apoderarse de los cuerpos y las almas. Y lo está consiguiendo tanto por la persuasión como por el miedo. Violencia de género. Emergencia climática. Esos son, de momento, los nombres del credo nuevo. Arrepentíos, pecadores.

    Era lo que le faltaba al mundo global para tomar realmente cuerpo: una ideología global, una fe única, una “religión verdadera” que pudiera imponerse sobre las conciencias en nombre, por supuesto, de nuestra redención. Porque eso era lo que se precisaba, ¿no? Un nuevo horizonte apto para todos los pueblos, todas las naciones, todas las culturas. Una nueva referencia universal. La destrucción del viejo orden católico había dejado un vacío inmenso. En el siglo XX dos nuevas “ideologías universales”, como las llama Hannah Arendt, trataron de llenar el hueco: la lucha de razas, que terminó entre las ruinas de Berlín en 1945, y la lucha de clases, que terminó también en Berlín, pero bajo los cascotes de un muro, en 1989. ¿Qué otra ideología buscar? ¿El Mercado? Lo intentaron, pero es difícil construir una promesa de redención sobre el ideal del egoísmo. Así amaneció el mundo posmoderno: muertos todos los credos, afloraba un paisaje absolutamente fragmentario y caótico donde todo valía lo mismo, luego nada valía realmente nada. Resultaba divertido, sí, pero ¿cómo gobernar eso?

    Un anillo para gobernarlos a todos

    En efecto, ¿cómo construir un poder de ambición planetaria sobre una humanidad fragmentada de tal manera? ¿Cómo forjar un anillo para gobernarlos a todos? Y entonces alguien tuvo la idea de armar nuevas luchas universales que trascendieran las viejas y engorrosas fronteras de los Estados-nación y las identidades culturales, siempre tan molestas. No fue el pueblo quien las inventó, no: ha sido el poder el que ha definido estas nuevas guerras, tanto más universales y transversales cuanto más abstractas. Guerras válidas para todo el mundo porque no oponen a sujetos concretos en campos definidos por un interés material directo (franceses contra alemanes, ricos contra pobres, blancos contra negros, qué sé yo), sino que sitúan el antagonismo en conceptos ideales, indeterminados (el “hombre” y la “mujer”, el “clima”, etc.), cuyo dibujo material sólo aparece a posteriori. Conceptos tan universales, tanto, que en realidad carecen de significado material, pero justamente en eso reside su fuerza… emocional.


    Primera guerra universal y transversal: la de los hombres contra las mujeres. ¿Acaso no hay en todas partes algunos hombres que matan a algunas mujeres? Pocas cosas más fáciles de visualizar. La izquierda andaba buscando desesperadamente nuevos sujetos revolucionarios desde la desaparición del proletariado. Lo intentó con las minorías étnicas y con los pueblos oprimidos, pero estos sujetos tienen el inconveniente de que la revolución termina y lo que sale de ahí pocas veces es edificante. Por el contrario, la guerra de sexos no terminará nunca, pues siempre habrá contendientes a los que enfrentar, personajes para un construir un relato interminable, infinito, que siembre la semilla de la discordia en el corazón del género humano. La juez Pilar Llop, hoy presidenta del Senado en España, lo ha expresado con un candor inigualable: “Una democracia en la que la mitad de la sociedad (los hombres) vierte violencia sobre la otra mitad (las mujeres) no es una democracia”. Se lo dijo al diario “El País” en una entrevista de diciembre de 2018. Ahí, en esa fórmula, está todo: dos sujetos indeterminados de extensión universal se hallan en guerra eterna. Por supuesto, la objeción de principio es evidente: salga usted a la calle y dígame dónde ve esa violencia derramada, al margen de un número determinado de casos concretos que, proporcionalmente, no dejan de ser minoritarios. Pero esto es lo de menos: lo que importa es la construcción de un relato capaz de movilizar conciencias en un tiempo de conciencias dormidas.

    Segunda guerra universal y transversal: la de la humanidad contra el clima. ¿Acaso no es cierto que vivimos un periodo de calentamiento? ¿Acaso no es cierto también que estamos ensuciando el mundo hasta más allá de lo razonable? Helo aquí: luchemos todos juntos -y en unión- por un gigantesco cambio de las condiciones de producción, de tal modo que detengamos la marcha del cosmos hacia el Apocalipsis. El capitalismo global buscaba desde mucho tiempo atrás un argumento que le permitiera obrar ese prodigio: una gigantesca acumulación de capital como no se veía desde los tiempos de la posguerra para afrontar una nueva revolución industrial. Aquí lo ha encontrado. Y apenas nadie osará levantar la voz, porque la ira del dios Clima será terrible.

    Más allá de todo debate racional, la “Calentología” se ha convertido en una especie de Iglesia. Su profeta: el ex vicepresidente americano Al Gore. Sus Escrituras: los informes del Panel Internacional de la ONU. Sus doctores: los científicos y técnicos de ese Panel. Sus predicadores: los medios de comunicación que transmiten, frecuentemente exagerándolas, las predicciones del apocalipsis climático. Su mesías: la santa niña Greta, que camina sobre las aguas a bordo de un catamarán señalando el camino de la redención y amenazando a los pecadores. Sus penitentes y flagelantes: los “activistas” que se manifiestan por las calles asaltando tiendas, imbuidos de un poderoso sentimiento de superioridad moral, y llamando a la universal conversión. El Paraíso prometido: la Tierra, nada menos. “Seguidme y heredaréis la Tierra, que de otro modo perecerá”. Eso es estrictamente lo que nos están diciendo. Es un fenómeno impresionante: una religión para los tiempos de la muerte de la religión.

    La destrucción del mundo racional

    Lo que hace de estos nuevos dogmas una religión, más que una ideología, es su estructura. Para empezar, se presentan como axiomas más allá de toda duda: como son afirmaciones cargadas de contenido moral (“defender a las mujeres”, “salvar a la humanidad”), no es posible plantear el menor debate sin convertirse inmediatamente en sospechoso. “Sólo un puñado de fanáticos sigue negando la evidencia”, decía hace poco Pedro Sánchez a propósito de la emergencia climática. Pero, ¿qué evidencia? El procedimiento racional convencional se basa en someter una hipótesis a prueba para verificarla o refutarla, pero aquí no cabe eso: la mera petición de un debate contradictorio ya es causa de expulsión a los infiernos, como le sucedió al meteorólogo jefe de France Télévisions, Philippe Verdier, cuyo libro Climat investigation le valió (octubre de 2015) que le echaran del trabajo. Porque esto no es ciencia. Es otra cosa. ¿En qué campo está realmente el fanatismo?

    Segundo elemento estructural que hace de todo esto una religión: la obligación de acatar el credo completo, en todas sus partes, sin opción de análisis parcial. Por ejemplo, si estuviéramos ante una discusión puramente racional, uno podría perfectamente condenar la violencia contra las mujeres pero, al mismo tiempo, discutir que se trate de “violencia de género”, es decir, una violencia ejercida sobre las mujeres por el mero hecho de ser mujeres. También por ejemplo, en un plano puramente analítico, uno podría estar de acuerdo en que las emisiones de CO2 son esencialmente nocivas pero, al mismo tiempo, discutir la validez universal de los modelos de simulación informática empleados para predecir el apocalipsis climático. Pero aquí no cabe nada de eso: hay que coger el credo completo, del mismo modo que nadie podría seguir llamándose cristiano si rehusara acatar, por ejemplo, tres de los diez mandamientos. Integrismo climático, integrismo de género.

    El tercer elemento es, por supuesto, el pecado y el pecador. Dado que estamos ante axiomas que hay que aceptar más allá de toda duda, dado que son afirmaciones cargadas de contenido moral y dado que la Verdad hay que aceptarla en su conjunto, toda disidencia queda necesariamente convertida en mancha moral, en transgresión, en culpa. Discrepar no es un error, es un pecado. El descreído no es alguien que esté equivocado, es un infiel, un apóstata que debe ser excluido de la comunidad. En efecto, la potencia emocional de la Verdad revelada es tan intensa que sólo una mala persona –machista, racista, etc.- puede hurtarse a sus bondades. Hay miles de científicos que discrepan de los análisis del Panel de la ONU sobre cambio climático, pero de inmediato se les retira tal condición, porque ¿cómo puede seguir llamándose científico alguien que no reconoce la Verdad revelada por “la ciencia”? Hay miles de juristas que consideran que la ley española de violencia de género es sustancialmente injusta, pero de inmediato su estatuto de jurista queda sepultado por esa mancha moral, pues ¿cómo puede seguir llamándose jurista alguien que discute la “Justicia” por antonomasia?

    Los nuevos doctores de la ley, los alfaquíes de la nueva religión, han inventado un término para estos pecadores: “negacionista”, concepto extraído de la polémica sobre el genocidio judío y que ahora se aplica a quienes disienten del credo ortodoxo. Es, una vez más, un concepto cargado de fondo moral: Mefistófeles, el demonio del Fausto, es “el espíritu que todo lo niega”. Negar la verdad suprema del clima o del género es una actitud propiamente diabólica, merecedora de las más severas condenas: el silencio, la exclusión, el linchamiento público. Ha nacido una nueva Inquisición.

    Y así murió la izquierda

    Hay comentaristas que dicen que en realidad estamos ante un nuevo disfraz de la vieja izquierda para alcanzar sus sueños revolucionarios. Como la izquierda ha sido la primera en subirse al carro de la violencia de género y la emergencia climática, la vinculación parece transparente. ¿Acaso la santa niña Greta no ha hecho girar su discurso hacia la fusión de todas estas cosas? “Los sistemas coloniales, racistas y patriarcales de opresión han creado y alimentado la crisis climática. Necesitamos desmantelarlos a todos”, escribía Greta con las activistas Luisa Neubauer y Ángela Valenzuela (Project Syndicate, 29.11.2019). El planteamiento es falso (de hecho, el primer contaminador mundial sigue siendo, y con diferencia, China), pero eso ya da igual: he aquí un banderín de enganche emocional para que todas las reivindicaciones de género, de etnia y de lo que sea, se unan frente al demonio, por supuesto macho y blanco, bajo la bandera común de la fe climática.

    Izquierda, pues. Pero, en realidad, ¿de qué izquierda estamos hablando?

    Lenin dijo aquello de que “los burgueses nos venderán la soga con la que los ahorcaremos”. Hoy el capitalismo transnacional podría decir lo mismo respecto a la izquierda, porque todas estas nuevas religiones políticas sólo benefician, en realidad, al orden económico vigente. Cambiarán sin duda los medios de producción y el perfil de la producción, pero la propiedad no cambiará de manos, al revés. En rigor, todas estas reivindicaciones de corte feminista, climático, etc., sólo benefician al orden económico mundial. Un solo ejemplo: para el sistema de producción y consumo, seis “singles” son mucho más rentables que una familia tradicional de seis miembros, al menos a corto plazo, porque producen más y consumen más. Desde el punto de vista de la izquierda tradicional, cuyo horizonte teórico ha sido siempre la protección de las clases desfavorecidas frente al poder, las reivindicaciones climáticas o “de género” tienen una significación muy limitada. Pero esa izquierda, al parecer, ya ha muerto definitivamente. Lo que ahora tenemos en esa orilla es un millonario que mira despectivo al pueblo y le llama “fascista” desde lo alto de sus privilegios.

    ¿De verdad alguien cree que estamos ante un movimiento de resistencia frente al poder, ante una nueva versión de los “parias de la tierra” (hoy, parias del clima) insurrectos frente a la explotación? Basta ver quién financia la European Climate Foundation, organización (por supuesto, “no gubernamental”) clave en esta guerra y fábrica del fenómeno Greta Thunberg. Son Bloomberg Philantropies, del magnate norteamericano Michael Bloomberg, la Rockefeller Brothers Found, el fondo británico TCI (The Children’s Investiment Fund Management), las fundaciones Hewlett y Packard (del gigante de la electrónica Hewlett-Packard), el Fondo de Arcadia Capital Partners, etc. O sea, los parias de la tierra.

    Por otro lado, ambas guerras universales, la de género y la climática coinciden en una cosa: sólo el poder es capaz de resolver el problema. Y además, ha de ser un poder global, transnacional, muy por encima del alcance de las viejas democracias nacionales. Son guerras de carácter tan extenso, tan enorme, tan inabarcable en su dimensión planetaria, que por naturaleza exigen la intervención de un poder omnímodo y cuanto más transnacional y coercitivo, mejor; la única opción de la persona singular es bajar la cerviz y someterse a lo que diga el mando invisible del mundo globalizado. De nada sirve la oposición individual, la resistencia personal, la objeción de conciencia: la magnitud del desafío es tan poderosa que sólo cabe el acatamiento, y lo que está en juego es tan alto –la humanidad, nada menos- que cualquier disidente queda de inmediato condenado como blasfemo, como apóstata, bajo el infamante sambenito de “negacionista”. Es, cabalmente hablando, un nuevo totalitarismo.

    Al final, en esto como en otras cosas del mundo global, la única instancia eficaz de resistencia, el último baluarte frente a esta especie de Moloch abstracto, es la apelación a las realidades concretas, a los espacios donde es posible decidir al margen del poder mundial: las personas, las familias, las identidades culturales, las naciones, los espacios políticos visibles y gobernables, donde todavía puede hacerse realidad la voluntad ciudadana sobre una idea racional del bien común. “Racional” es, en este contexto, la palabra clave: frente al magma emocional de las religiones globales, alzar esa vieja razón europea que analiza y disecciona. Si no, estamos perdidos.

    Publicado en Rebelión en la Granja



    https://infovaticana.com/2019/12/15/...ios-pecadores/
    ALACRAN dio el Víctor.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


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    Re: La opción benedictina

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    Y siguiendo con la misma línea argumental, también en INFOVATICANA se hacen eco de más "noticias", cada vez más alarmantes, de cómo está el asunto en el Vaticano, por lo que no me sorprende nada que finalmente R. Dreher terminase en la Iglesia Ortodoxa.


    Secretario General de la ONU: “El Papa contribuye a la consecución de muchos de nuestros objetivos”

    Por INFOVATICANA | 16 diciembre, 2019

    Paolo Mastrolilli ha entrevistado para Vatican News, en colaboración con La Stampa, al Secretario General de la ONU, en vísperas de la visita que realizará al Vaticano para reunirse con el Papa Francisco.


    Secretario General, Antonio Guterres, usted se reunirá en Roma con el Papa Francisco, que siempre ha sido una voz fuerte en apoyo del multilateralismo y de los esfuerzos humanitarios. A menudo ha dicho que debemos construir puentes en lugar de muros. ¿De qué va a conversar con él y cómo podría contribuir a los objetivos de las Naciones Unidas?

    Quería reunirme con el Santo Padre para expresar mi aprecio por su trabajo. Es una voz fuerte sobre la crisis climática, la pobreza y la desigualdad, el multilateralismo, la protección de los refugiados y los migrantes, el desarme y muchas otras cuestiones importantes. A través de su trabajo, el Papa contribuye a la consecución de muchos de nuestros objetivos, incluidos los del desarrollo sostenible, la lucha contra el cambio climático y la promoción de una cultura de paz. Construir puentes es una buena analogía y, mientras hablemos de los temas que acabo de mencionar, espero explorar cómo podemos aumentar nuestra colaboración para hacer precisamente esto: construir puentes para lograr más resultados para las personas que más lo necesitan.

    La libertad religiosa está amenazada en todo el mundo: ¿cuáles son los impactos negativos de esta amenaza y cómo debería abordarse?


    La libertad de religión es otro tema que espero tratar con el Papa Francisco. Me preocupa profundamente el aumento de la intolerancia, que incluye ataques directos contra las personas basados únicamente en sus creencias o afiliaciones religiosas. Los ataques mortales contra mezquitas en Nueva Zelandia, sinagogas en los Estados Unidos y el bombardeo en Pascua de iglesias en Sri Lanka demuestran la urgencia de actuar para que todos, independientemente de sus creencias religiosas, puedan disfrutar plenamente de sus derechos humanos. La diversidad es una riqueza, no una amenaza. Me rompe el corazón ver cómo un número cada vez mayor de personas son humilladas, acosadas y atacadas públicamente simplemente por su religión o fe. Los judíos han sido asesinados en sinagogas, sus lápidas desfiguradas por esvásticas; los musulmanes están siendo asesinados en mezquitas, sus lugares de culto vandalizados; los cristianos están siendo asesinados durante su oración, sus iglesias quemadas. En los últimos meses, he lanzado dos iniciativas: un plan de acción para apoyar los esfuerzos para salvaguardar los lugares religiosos y defender el derecho a la libertad religiosa; y una estrategia a nivel del sistema de las Naciones Unidas para abordar la cuestión del odio. En colaboración con mi Alto Representante para la Alianza de Civilizaciones, el plan de acción tiene por objeto ayudar a los Estados miembros a garantizar que los fieles puedan observar sus ritos en paz. Las casas de culto en todo el mundo deben ser refugios seguros para la reflexión y la paz, no lugares de derramamiento de sangre y terror. También necesitamos una fuerte inversión en cohesión social para garantizar que las diferentes comunidades sientan que se respeta su identidad, que hagan lo mismo por los demás a cambio y que tengan un interés en la sociedad en su conjunto. La reciente declaración de Su Santidad el Papa Francisco y el Gran Imán de al-Azhar, Profesor Dr. Ahmed Mohamed Ahmed Ahmed el-Tayeb, fue una contribución extremadamente importante a la coexistencia pacífica, el respeto mutuo y el entendimiento entre las diferentes comunidades religiosas del mundo. La educación debe ser un elemento clave de nuestros esfuerzos por combatir la propagación del odio. Tengo la intención de convocar una conferencia sobre la función de la educación para abordar este fenómeno y aumentar la resiliencia frente a él.

    Las migraciones globales son una cuestión importante en el Mediterráneo y en todo el mundo. Usted está muy familiarizado con el problema, ya que era el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. ¿Qué debería hacer la Unión Europea para ayudar a los países de primera línea a abordar la cuestión de la migración?

    Mientras hablamos, más de 70 millones de personas están siendo desplazadas, el doble que hace 20 años, y 2,3 millones más que hace un año. Es un número impactante y desgarrador. Los conflictos se han vuelto más complejos y, combinados con tendencias como el cambio climático, el crecimiento demográfico, la rápida urbanización y la inseguridad alimentaria, lamentablemente podemos predecir que el desplazamiento forzado y las necesidades humanitarias seguirán aumentando. El número de personas desplazadas ha crecido más rápido que nuestra capacidad para encontrar soluciones duraderas. El 17 de diciembre, los dirigentes mundiales se reúnen en Ginebra para celebrar el primer Foro Mundial de Refugiados, organizado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, con el fin de examinar formas de abordar mejor las realidades actuales y prepararse para los retos futuros.

    Creo que debemos cumplir las promesas de responsabilidad compartida establecidas en el Pacto Mundial sobre Refugiados. Debemos restablecer la integridad del régimen internacional de protección de los refugiados. Y debemos trabajar juntos para combatir a los traficantes y delincuentes que se enriquecen a costa de las personas vulnerables. Los naufragios mortales no pueden convertirse en la nueva norma. Las soluciones también deben abordar las causas profundas de estos viajes peligrosos. Mientras persistan los conflictos y los problemas de desarrollo, las personas seguirán buscando un futuro más seguro y auspicioso para sí mismas y sus familias. La cooperación y la solidaridad internacionales son esenciales para proporcionar soluciones sostenibles a los hombres, las mujeres y los niños afectados. También necesitamos un compromiso real de compartir la responsabilidad entre los Estados miembros. En este contexto, acojo con satisfacción las nuevas políticas del Gobierno italiano y reitero lo que dije muchas veces en mi anterior calidad de Alto Comisionado para los Refugiados: debe existir una solidaridad europea efectiva con países de primera línea como Italia y Grecia.

    En vísperas de la COP25 en Madrid, usted dijo que estamos cerca del “punto de no retorno” en el tema del cambio climático, pero los grandes actores globales como Estados Unidos ni siquiera reconocen la emergencia, y la conferencia terminó sin un acuerdo. ¿Cuál es su plan para superar esta oposición y convencer a todos los países de que hagan más de lo que se acordó en París en 2015?

    Seamos claros. Me decepcionan los resultados de la 25ª Conferencia de las Partes que acaba de concluir en Madrid. La comunidad internacional ha perdido una importante oportunidad de afirmar una ambición más firme en materia de mitigación, adaptación y financiación para combatir la crisis climática. Pero no debemos rendirnos, y yo no me rindo. Estoy más decidido que nunca a trabajar para que 2020 sea el año en el que todos los países se comprometan a hacer lo que la ciencia cree que es necesario para lograr la neutralidad de carbono para 2050 y no para aumentar la temperatura en más de 1,5 grados. La crisis climática es una carrera contra el tiempo para la supervivencia de nuestra civilización. Desafortunadamente, es una carrera que estamos perdiendo. Mientras que muchos ya se enfrentan a las terribles consecuencias de la crisis climática, la realidad de un medio ambiente que se está volviendo inhabitable no es todavía obvia para todos. Pero aun podemos revertir la tendencia. Existen soluciones. Tenemos a la ciencia de nuestro lado, tenemos nuevos modelos de cooperación y también un creciente impulso para el cambio. El año que viene debemos proporcionar lo que la comunidad científica ha llamado un deber, una obligación. Todos los países deben comprometerse a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 45% para 2030 en comparación con los niveles de 2010, y a alcanzar cero emisiones netas de CO2 para 2050. En este sentido, acojo con satisfacción el compromiso de la Unión Europea con la neutralidad de carbono para 2050 e insto a todos los países a que sigan este ejemplo de acción climática. Por lo tanto, en los cruciales 12 meses venideros, será esencial garantizar compromisos más ambiciosos a nivel nacional, en particular por parte de los principales contaminadores, para empezar a reducir inmediatamente las emisiones de gases de efecto invernadero a un ritmo compatible con el logro de la neutralidad de carbono para 2050.

    Tras el abandono del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio y otras medidas internacionales de control de armamentos, parece que se está gestando una nueva carrera armamentista. ¿Ve usted el riesgo de una nueva carrera armamentista y cómo podría evitarse?

    Durante la Guerra Fría se crearon mecanismos para limitar el riesgo de confrontación nuclear y se estableció un marco de desarme. Estos mecanismos funcionaron, lo que dio lugar a una reducción significativa de los arsenales nucleares y a la prevención de la propagación de las armas nucleares. Estoy muy preocupado porque este marco, que es esencial para nuestra seguridad colectiva, está dando pasos atrás. Algunos de los acuerdos muy importantes establecidos durante la Guerra Fría se han erosionado. La dimensión nuclear de las tensiones regionales es cada vez más peligrosa, como podemos ver en el Asia nororiental y en Medio Oriente. Es absolutamente esencial que el desarme nuclear vuelva a ocupar un lugar central en la agenda internacional. También es esencial garantizar que el Tratado de No Proliferación Nuclear mantenga su condición de pilar fundamental del orden mundial. Como indiqué en mi visión del desarme, redoblaré mis esfuerzos para ayudar a los Estados Miembros a volver a una visión y un camino comunes que conduzcan a la eliminación total de las armas nucleares. Los avances tecnológicos también son preocupantes. La creciente frecuencia y gravedad de los ciberataques están socavando la confianza y alentando a los Estados a adoptar posturas ofensivas para el uso hostil del ciberespacio. Temo que los ataques cibernéticos puedan desencadenar nuevos conflictos. Las armas autónomas, que podrían tener el poder de matar sin intervención humana, son políticamente inaceptables y moralmente despreciables. Creo firmemente que deberían prohibirse, pero en este momento no hay consenso en el mundo sobre cómo regular estos nuevos avances tecnológicos. Se trata de un reto que debemos abordar con carácter de urgencia.

    Las tensiones entre China y Estados Unidos no se limitan al comercio, muchos analistas temen una Segunda Guerra Fría. ¿Comparte usted esta preocupación y qué podría hacer las Naciones Unidas para evitar una Segunda Guerra Fría?


    Por un lado, vemos un mundo cada vez más interconectado con beneficios positivos para millones de personas. Por otro lado, vemos mayores riesgos de fracturas: sociales, políticas, económicas y tecnológicas. También me preocupa la posibilidad de lo que yo llamo “la gran fractura”. Si las dos principales economías del mundo se dividen en sectores como el comercio y la tecnología, por ejemplo, corremos el riesgo de crear dos submundos separados. Cada uno con sus propias normas comerciales y financieras, su propia Internet, su propia estrategia de inteligencia artificial y sus propios desarrollos geoestratégicos y militares. Esto es algo que debemos evitar. Para garantizar la paz y la seguridad, debemos trabajar por un mundo con un único conjunto de normas mundiales que todos acepten y garanticen. Necesitamos un mundo multipolar fuerte con instituciones multilaterales fuertes.

    El próximo año se celebrará el 75º aniversario de las Naciones Unidas. Algunos países no pagan sus cuotas en las Naciones Unidas. ¿Cuál es su respuesta a los críticos del multilateralismo?

    Las Naciones Unidas se fundaron en 1945 para apoyar la acción colectiva a fin de lograr la paz, el desarrollo y los derechos humanos para todos. Mientras que algunos desafíos persisten, otros, como la crisis climática, están empeorando y surgen nuevos problemas, como la forma en que utilizamos la tecnología como una fuerza para el bien. Conmemoraremos el 75º aniversario de las Naciones Unidas con una serie de conversaciones mundiales. Deseo que las Naciones Unidas escuchen las preocupaciones, aspiraciones e ideas de personas de todos los ámbitos de la vida, de todo el mundo, sobre cómo deberían ser las Naciones Unidas con motivo de nuestro centenario. Esta iniciativa llegará a todos los segmentos de la sociedad -desde las aulas escolares hasta las salas de juntas de las empresas, desde los parlamentos hasta los ayuntamientos- y hará especial hincapié en los jóvenes y en aquellos cuyas voces se ven con demasiada frecuencia marginadas o no se escuchan en los asuntos mundiales. ¿Cómo ven que su mundo evoluciona? ¿Cómo pueden las Naciones Unidas ayudarles mejor a construir el futuro que queremos? Espero que el pueblo italiano se una a esta conversación. Contrariamente a lo que se dice a menudo, necesitamos más solidaridad internacional y más multilateralismo. Debemos trabajar juntos para abordar las cuestiones de la paz y la seguridad, promover el desarrollo sostenible, promover los derechos humanos, reducir las desigualdades y evitar una catástrofe climática. Necesitamos un sistema universal que respete el derecho internacional y que esté organizado en torno a instituciones multilaterales fuertes. Pero este multilateralismo debe adaptarse a los desafíos de hoy y de mañana. Esta visión estará en el centro de la reflexión del próximo año con motivo del 75º aniversario de las Naciones Unidas. Los resultados se presentarán a los dirigentes mundiales en el septuagésimo quinto período de sesiones de la Asamblea General y espero con interés aprovechar los resultados de esta conversación.

    ¿Cree que el Consejo de Seguridad debería reformarse para representar mejor al mundo y cómo?

    Estoy totalmente de acuerdo con Kofi Annan cuando dijo que no habría una reforma completa de las Naciones Unidas sin una reforma del Consejo de Seguridad. Este Consejo sigue reflejando el mundo de 1945. Dicho esto, la Carta de las Naciones Unidas es clara: corresponde a los Estados miembros determinar cómo se va a reformar el Consejo de Seguridad, y espero que lo hagan.

    Publicada en Vatican News.



    https://infovaticana.com/2019/12/16/...ros-objetivos/


    Cuanto al tiempo y a las circunstancias no hay, hermanos, por qué escribir. Sabéis bien que el día del Señor llegará como ladrón en la noche. Cuando se dicen: <<Paz y seguridad>>, entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina como los dolores del parto a la preñada y no escaparán.

    Tesalonicenses 5, 1-3


    Los términos PAZ y SEGURIDAD, contenidos en la entrevista, son los mismos que aquellos de los que nos previene San Pablo en el Nuevo Testamento, exactamente igual. Y para evitar suspicacias de algún listillo, la transcripción que hago, está sacada de un NT Nácar-Colunga publicado en 1964, 7ª edición, y cuyo Nihil Obstat e Imprimatur se concedieron el 9 de mayo de 1953, es decir, hace 66 años. Dado que no dispongo de una edición más antigua, consideraría muy positivamente que alguien que dispusiese de textos muy anteriores, reproduzcan el mismo pasaje, escrito hace más de 2.000 años.

    No deja de ser esperanzador, pero también muy preocupante, porque para los católicos sabemos que el tiempo se acorta, pero ignoramos cómo y en qué términos se va a producir esa ruina de improviso, repentina, y porqué no escaparán.

    Ignoro sí el Sr. de Prada ha escrito algo al respecto, pero insisto en que el problema no se resuelve atacando a los resultados y quienes así los denuncian buscando alguna fórmula que nos libre de la hecatombe, creo que la llaman Apocalípsis, pero caso de haberlo hecho sería interesante conocer en qué términos.

    Tampoco se me escapa la idea de que el Papa Francisco ha de ser conocedor, sí o sí, de éste pasaje y otros varios, mientras que contribuye a esa PAZ Y SEGURIDAD de la que habla el NT como advertencia o aviso, en base a lo que dicen sus "amigos", en lugar de advertir él a tales de la que se les viene encima.
    Última edición por Valmadian; 16/12/2019 a las 17:25
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


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