El Opus Dei y la mortificación corporal
¿Los miembros del Opus Dei usan el cilicio? ¿Ha inventado el Opus Dei el cilicio y la disciplina? ¿Por qué se hacen estas mortificaciones? El Código Da Vinci despertó la atención del público sobre la costumbre católica de la mortificación corporal. Michael Barrett, sacerdote del Opus Dei, responde a algunas preguntas.
18/05/2018
¿Es exacta la imagen que presenta El Código Da Vinci de la mortificación corporal?
Las descripciones sangrientas de la mortificación corporal que hay en El Código Da Vinci son exageraciones grotescas que no tienen nada que ver con la realidad. Evidentemente, la película busca impresionar, y el uso real que normalmente se hace del cilicio y las disciplinas hubiera resultado demasiado banal. La molestia que causan estos instrumentos es poca cosa: se puede comparar, por ejemplo, a la que comporta el ayuno. No producen sangre, ni heridas, ni nada que dañe a la salud personal o que resulte traumático. Si provocaran daño, la Iglesia no los permitiría.
¿Los miembros del Opus Dei usan el cilicio?
Algunos miembros célibes del Opus Dei usan el cilicio. Se trata de una pequeña cadena de metal ligero, con puntas, que se lleva alrededor del muslo. El cilicio es incómodo –si no lo fuera, no tendría razón de ser–, pero de ningún modo entorpece las normales actividades de una persona, ni mucho menos conlleva derramamiento de sangre.
¿Y qué nos dice de las disciplinas?
Lo mismo que del cilicio. Las usan algunos miembros célibes, generalmente una vez a la semana, durante un minuto o dos. Y no producen sangre, ni perjuicio para la salud, sino sólo una breve molestia. Lejos de lo que puede dar a entender la flagelación a dos manos del monje enajenado de El Código Da Vinci, las disciplinas reales son de algodón trenzado y pesan menos de cincuenta gramos. Cuando los miembros o los antiguos miembros del Opus Dei ven la película, no pueden evitar la risa al asistir a los ritos del monje: es de locos.
¿Ha inventado el Opus Dei el cilicio y la disciplina?
De ninguna manera. El cilicio y las disciplinas, igual que el ayuno y otras penitencias corporales, existen desde hace muchos siglos en la Iglesia Católica. Muchos de los santos más conocidos y estimados, como san Francisco de Asís, san Ignacio de Loyola y santa Teresita de Lisieux, los han usado. En el siglo XX también los han utilizado figuras como san Pío de Pietrelcina, la beata Teresa de Calcuta y el Papa Pablo VI. Algunas penitencias corporales como el ayuno y la abstinencia de la carne siguen siendo de precepto para todos los fieles católicos en determinados días de Cuaresma.
¿Por qué se hacen estas mortificaciones?
La penitencia y la mortificación son una parte pequeña pero esencial de la vida cristiana. Jesucristo ayunó durante cuarenta días en preparación de su ministerio público. La mortificación nos ayuda a resistir nuestra tendencia natural a la comodidad personal, que tantas veces nos impide responder a la llamada cristiana a amar a Dios y a servir al prójimo por amor de Dios. Además, esas molestias voluntariamente aceptadas unen al cristiano con Jesucristo y con los sufrimientos que él voluntariamente aceptó para redimirnos del pecado. El monje masoquista de El Código Da Vinci, que quiere el dolor en sí mismo, no tiene nada que ver con la mortificación cristiana.
¿Qué importancia tiene la mortificación para los miembros del Opus Dei?
A pesar de la morbosa atención de El Código Da Vinci a la mortificación, el papel que ésta juega en la vida de los miembros del Opus Dei es muy secundario. Lo primero, para cualquier católico, es amar a Dios y al prójimo. En coherencia con su propósito de integrar la fe y la vida secular, el Opus Dei enfatiza los pequeños sacrificios, más que los grandes: seguir trabajando cuando uno está cansado, ser puntual, prescindir de algo que a uno le gusta en la comida o en la bebida, no quejarse.
* Entrevista publicada en el año 2006.
https://opusdei.org/es-es/article/el...cion-corporal/
Última edición por ALACRAN; 09/10/2020 a las 19:38
"... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)
El Opus Dei seguirá predicando a favor de la mortificación corporal
El empleo de herramientas como el cilicio y las disciplinas por los célibes aún sigue estando presente en los centros donde habitan permanentemente.
El Opus Dei es conocido por defender una serie de ideas que a muchos no se le pasarían por la cabeza practicar, entre ellas el uso de herramientas que provoquen dolor humano, pues según esta institución, el dolor al que Jesús tuvo que hacer frente debe ser propagado a los fieles para no caer en los placeres y las tentaciones de la banalidad humana. La situación se volvió a constatar tras unos estudios realizados por la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, cuyos docentes han apelado a los sacrificios que los fieles realizaron incondicionalmente en la memoria del predicador, su manera de mostrar el amor que sentían por él.
Tanto es así, que a pesar de no pertenecer al Opus, el Obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha constatado en su programa de radio, en respuesta a uno de sus oyentes, que pese a que la iglesia no se va a posicionar radicalmente hacia una única postura afirmando el uso y defensa de este tipo de prácticas, sí que criticó directamente a los que usan el cilicio "con el aire acondicionado puesto". El Opus Dei también sigue defendiéndolo y parece que no esperan cambiar su postura. Por otro lado, las enseñanzas del Opus no contemplan el placer humano en la aplicación de estos instrumentos, ya que "el masoquismo es contrario a la doctrina de Jesús".
El cilicio, según reza la RAE, es un accesorio corporal de metal que se adhiere al muslo, aunque tradicionalmente correspondía a una camisa o túnica áspera, que aunque no provoca sangrado, enrojece fuertemente la piel del que lo porta.
El amor pleno a Jesús a través de sufrimiento y dolor
Además de esta herramienta de mortificación corporal, los célibes congregados en los centros del Opus Dei también defienden y hacen uso de las "disciplinas", algo que se han encargado de difundir a través de sus herramientas y canales oficiales de comunicación. Las "disciplinas", que usan para hacer sufrir al cuerpo humano a través de latigazos, así como el cilicio, son normalmente aplicadas una o dos veces por semana durante un minuto o dos, según rezan los numerarios de la conocida jurisdicción. Pese a esta inquietante circunstancia, el doctor Javier Sesé de la Universidad de Navarra aclara que a los feligreses "nunca se les ocurriría poner en peligro su vida y salud llevando al extremo estas mortificaciones, son solo un medio, camino y no un fin, que llevarán a este sacrificio hacia un amor pleno sin dolor o tristeza, sino todo lo contrario".
No es nuevo ni reciente, ya que su fundador Josemaría Escrivá de Balaguer ya fue interceptado en los años 30 con herramientas mortificantes ensangrentadas guardadas en un cajón de su vivienda, justo en los tiempos en los que el Opus acababa de conformarse.
Por otro lado, el teólogo Pablo Marti del Moral atiende a la propia autodeterminación de uno mismo para tomar, por propia voluntad, la decisión de usar los utensilios de mortificación, que además responde a dos motivaciones: "el autocontrol o dominio de sí mismo y el embellecimiento de la persona en un acto libre".
"El deseo de satisfacción y de goce, desordenado por el pecado, lleva a cosas que, si las hiciéramos, nos apartarían de la paz interior y de la comunión con Dios", afirma. Sobre esta práctica, Marti del Moral relaciona el uso de las disciplinas y cilicios "con el adorno del cuerpo de manera espiritual con los sufrimientos y las llagas de Cristo, compartiendo en nuestro cuerpo los dolores de Jesús".
https://www.losreplicantes.com/articulos/opus-dei-favor-mortificacion-corporal-miembros/
Última edición por ALACRAN; 09/10/2020 a las 19:54
"... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)
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