Esto pareciera que es imposible.
Pero también lo era que se cumpliera con lo pedido por la Santísima Virgen en Fátima, que se consagrara a Rusia a su Corazón Inmaculado en comunión con
todos los obispos del mundo y esto increíblemente sucedió en este lamentable pontificado.
Dios quiera que ocurra otro tanto con nuestra reina Isabel la Católica, sería un verdadero milagro.
Recemos para que ello se concrete!