Archivo Secreto Vaticano: Juicio contra los Templarios
Ciudad del Vaticano, 4 OCT 2007 (VIS).
El próximo 25 de octubre se presentará en la antigua Aula del Sínodo, en el Vaticano, Processus contra Templarios, una obra del Archivo Secreto Vaticano dedicada a los Templarios, la Orden medieval de carácter religioso y militar, fundada en Jerusalén en 1118 y suprimida por el pontífice Clemente V en 1312.
Según un comunicado hecho público ayer por la tarde, se trata de «una edición inédita y exclusiva de las actas integrales del antiguo proceso a los Caballeros del Templo. Este proyecto, único en el mundo, es una edición limitada a 799 ejemplares, que contiene la reproducción fiel de los originales en pergamino que se conservan en el Archivo Secreto Vaticano».
La obra, concluye la nota, «se enmarca en la serie Exemplaria Praetiosa, es decir, la publicación más valiosa realizada hasta ahora por el archivo pontificio».
Participarán en la presentación el arzobispo Raffaele Farina, S.D.B., Archivero y Bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, el obispo Sergio Pagano, prefecto del Archivo Secreto Vaticano, y expertos como el historiador Franco Cardini y el arqueólogo y escritor Valerio Massimo Manfredi.
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Pergamino de Chinon - Absolución del Papa Clemente V para los Jefes de la Orden Templaria [para visualizar el documento pulse aquí]
Chinon, diócesis de Tours, 17-20 de agosto de 1308
Formato original de un único pergamino de grandes dimensiones (700 x 580 mm.), originariamente con sellos pendientes de los tres legados apostólicos que formaban la Comisión especial apostólica ad inquirendum nombrada por Clemente V: Bérenguer Frédol, cardenal sacerdote del título de los santos Nereo y Achilleo y sobrino del papa, Étienne de Suisy, cardenal sacerdote de San Ciriaco in Therminis, y Landolfo Brancacci, cardenal diácono de San Angelo. Su estado de conservación es discreto, aunque tiene vistosas manchas violáceas debidas al ataque de las bacterias. El original estaba acompañado por una copia auténtica que todavía se conserva en el Archivo Secreto Vaticano con la signatura Archivum Arcis, Armarium D 218. ASV, Archivum Arcis, Arm. D 217 .
El documento contiene la absolución impartida por Clemente V al último Gran Maestro del Templo, el fraile Jacques de Molay, y a los demás jefes de la Orden después de que estos últimos hicieran acto de penitencia y solicitaran el perdón de la Iglesia; tras la abjuración formal, obligatoria para todos aquellos sobre los que recayera la sospecha de herejía, los miembros del Estado Mayor templario son reintegrados en la comunión católica y readmitidos para recibir los sacramentos. Perteneciente a la primera fase del juicio contra los Templarios, cuando Clemente V todavía estaba convencido de poder garantizar la supervivencia de la Orden religiosa y militar, el documento responde a la necesidad apostólica de eliminar de entre los frailes guerreros la infamia de la excomunión en la que se habían enredado solos al admitir que habían renegado de Jesucristo bajo las torturas del inquisidor francés.
Como confirman distintas fuentes de la época, el Papa comprobó que entre los Templarios se habían insinuado graves formas de malas costumbres y planificó una reforma radical de la Orden para después fundirla en una única institución con otra gran Orden religiosa-militar, la de los Hospitalarios. El acto de Chinon, que no disuelve a los Templarios sino que los absuelve, era la base necesaria para la reforma, pero se quedó en papel mojado. La monarquía francesa reaccionó desencadenando un auténtico mecanismo de chantaje que obligaría posteriormente a Clemente V al ambiguo compromiso aprobado en 1312 durante el Concilio de Vienne: al no poder oponerse a la voluntad del rey de Francia Felipe el Hermoso que imponía la eliminación de los Templarios, el Papa eliminó la Orden de la realidad de la época sin condenarla ni abolirla, sino más bien aislándola en una especie de “hibernación” gracias a un hábil artificio del derecho canónico. Tras haber declarado expresamente que el proceso no había probado la acusación de herejía, Clemente V suspendería la Orden de los Templarios mediante una sentencia no definitiva dictada por la necesidad superior de evitar un gran peligro para la Iglesia, con la prohibición bajo pena de excomunión de continuar usando el nombre y los signos distintivos.
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Repetido:
De Templarios
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
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