MENSAJES DE LA VIRGEN MARÍA A SUS HIJOS
Nuestra Señora de La Salette
Abajo: la masacre de Paracuellos, perpetrada por los secuaces del marxismo.
TIEMPO DE PROFECÍAS
Consideremos los mensajes que Nuestra Señora la Virgen María nos ha revelado. Su solicitud de Madre, sus desvelos por nuestra salvación, nos han acompañado desde su Asunción en cuerpo y alma a los Cielos. Ya en vida terrena se le apareció a Santiago, para reconfortarlo en Zaragoza. Pero Ella vuelve, una vez y otra, para prevenirnos, avisarnos y aconsejarnos amorosamente. Muchos prefieren desoírla, pero la actualidad de sus amantísimas palabras no pueden dejar indiferentes a los que, sin mérito alguno, buscamos su amparo y su protección.
Nuestra Señora en París, a Santa Catalina Labouré, año 1830:
“Los tiempos son muy malos; calamidades vendrán a precipitarse sobre Francia. El trono será derrumbado. El mundo entero será trastornado por males de todo orden. (Al decir esto, la Santísima Virgen tenía un aire muy apenado). Pero venid al pie de este altar. Aquí las gracias serán derramadas... sobre todas las personas, grandes y pequeñas, particularmente sobre aquellas que las pidan. El peligro será grande; sin embargo, no temáis, el buen Dios y San Vicente protegerán la comunidad.”
Nuestra Señora en La Salette, año 1846:
“Todo se creerá perdido y no se verán más que homicidios; no se sentirán más que rumores de armas y blasfemias. Los justos sufrirán mucho. La Tierra será golpeada por todo tipo de plagas; habrá guerras, hasta que vendrá la última que será deseada por los diez Reyes del Anticristo. Estos Reyes tendrán todos un mismo fin y serán los únicos que gobernarán el mundo... Antes de que esto ocurra, habrá una falsa paz, no se pensará más que en divertirse... La naturaleza reclama venganza contra los hombres y tiembla de espanto por lo que deberá acaecer en la Tierra. ¡Tiembla Tierra! Y temblad vosotros que profesáis servir a Jesús-Cristo.”
Nuestra Señora en Fátima, año 1917:
“La Primera Guerra mundial terminará pronto. Sin embargo, si la humanidad no deja de ofender a Dios, otra guerra peor surgirá en el Reino del Papa Pío XI. Cuando ustedes vean una noche iluminada por una luz desconocida, sepan que éste es el gran signo que Dios les da, porque Él va a castigar el mundo por sus crímenes a través de las guerras, el hambre, la persecución de la Iglesia y del Santo Padre. Para impedir esto, Yo vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión de reparación de los Primeros Sábados.Si mi petición es acatada, Rusia se convertirá, y habrá paz. Si no, Rusia transmitirá sus errores a través del mundo, promoviendo guerras y la persecución de la Iglesia; los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas; al final mi Inmaculado Corazón triunfará. El santo Padre consagrará Rusia a mí la cual se convertirá, y algún tiempo de paz se le dará al mundo.”
Persecución y destrucción, muerte y dolor, sembrados por el padre de la mentira, y cosechado por los hombres que, en su soberbia, siguieron y siguen los errores del liberalismo y del marxismo, del capitalismo y del socialismo (marxista o nacional).
Sufrimiento y desolación, exterminio y pena, sembrados por Satán, el portavoz de la falsa paz y el instigador de las guerras, y cosechado por los hombres y las mujeres que siguieron la estela de los placeres y la diversión, dando la espalda a la virtud, a la oración y a la santificación.
Y, después, todavía tendremos que ver las caras perplejas de muchos que dirán que no se nos avisó. Las estamos viendo ya. Las veremos en el Juicio Final. Rogemos a Dios que no seamos de ese número de sorprendidos. Pongamos en práctica la única solución: implantar el Reino de Cristo, a través del Reino de María.
Maestro Gelimer
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