Estimado Juan Vergara:
Concuerdo plenamente contigo en que lo más doloroso es ver convertida a la jerarquía eclesiástica no ya en masa indolente, sino en verdadero sanedrín contra el reducidísimo remanente del Cuerpo de Cristo.
Hemos de rezar por la conversión de los prelados infieles, no vaya a ser que más les haya valido no haber nacido.
Me despido en Cristo Rey y María Reina.
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