Amén de otras puntualizaciones, no sé cómo se atreve a decir que desde el Carlismo actual no se ha hablado ni del Concordato, ni de la Ley de Principios del Movimiento Nacional le añado yo, supongo que es debido al desconocimiento que tanto de la dotrina como del "mundo" carlista tiene usted. Más atrevimiento me parece su enjuciciamiento de la intención al acusar de mala fe, pero bueno, lo acharemos a la misma base de desconocimiento.
Puede usted, amigo Alacrán, hincar el aguijón en los siguientes enlaces:
CARLISMO.ES - El Carlismo y la Unidad Católica
CARLISMO.ES - El postconcilio y la descristianización de España
Si usted no ve reconocimiento actual a lo que verdaderamente hay que reconocer, no seré yo quien le juzgue ni quien le acuse de la mala fe, quizás a lo mejor, en no saber leer.
El que mejor entendió la sangre que circulaba por las venas carlistas fue un personaje, quizás a uted le suene de algo, que de no ser por su agnosticismo vital quizás hubiera formado parte dellas como fue Ramiro Ledesma Ramos. Basta leer sus comentarios a lo carlista para darse cuenta que sus prejuicios no le frenaban un ápice la admiración hacia las huestes de la Tradición. Ya que usted utiliza un símbolo tan jonsista como el brazo en alto, debería saberlo y, por lo menos, inducirle al análisis de la fuente de ese respeto. Podía continuar más sobre esto hasta llegar a la preparación del Decreto de Unificación que siendo obra, la redacción, de un jonsista como Giménez Caballero sorprende que tuviera tan mala acogida por los "falangistas" de Hedilla procedentes del ala de la reacción (liberal ¿?) más que de la verdadera revolución hispánica preconizada por los chicos de las JONS. Una historia que siempre se ha presentado como idílica y que en realidad no lo fue tanto. Quiero decir con esto que a lo mejor Franco fue más jefe para Falange que lo que le necesitaba el Carlismo, y me parece, ahí están las fuentes, que los ataques más enconados al Caudillo y sus políticas de principios vienen más por ese ala que, al tenor de su firma, está más cerca de sus posiciones. Porque, al fin y al cabo los carlistas no llevaron nunca coronas a la tumba de Franco, por lo que no tenían que dejar de hacerlo, cosa que Diego Márquez sí. En fin, podríamos extraer mucha mala fe, pero creo que se trata de hechos y con los enlaces de arriba basta, este final ha sido un poco retórico, lo sé.
Sin acritud, ninguna.
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