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Respuesta: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes"
Bueno, yo no creo que la CTC quiera conmemorar a Alfonso XIII, y la consagración en realidad no la hizo él, ya que no estaba ordenado, sino los obispos. Entiendo que ahora simplemente se trata de consagrar de nuevo a España al Sagrado Corazón, independientemente de quien lo haga, y por eso la CTC quiere ir. Parece que Juan Carlos de Babón ni piensa asistir, y por mí mejor que no vaya. Yo tampoco voy a estar allí. Pero sí, claro las cosas hay que hacerlas bien y no es la mejor manera ni las personas indicadas, aunque hoy haga más falta que nunca rezar por España y encomendarla y consagrarla al Señor.
Por cierto, no fue la primera vez que se consagró un país al Sagrado Corazón. Ya lo había hecho García Moreno en Ecuador, y hubo algún otro caso que ahora no recuerdo.
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Hyeronimus
Bueno, yo no creo que la CTC quiera conmemorar a Alfonso XIII, y la consagración en realidad no la hizo él, ya que no estaba ordenado, sino los obispos. Entiendo que ahora simplemente se trata de consagrar de nuevo a España al Sagrado Corazón, independientemente de quien lo haga, y por eso la CTC quiere ir. Parece que Juan Carlos de Babón ni piensa asistir, y por mí mejor que no vaya. Yo tampoco voy a estar allí. Pero sí, claro las cosas hay que hacerlas bien y no es la mejor manera ni las personas indicadas, aunque hoy haga más falta que nunca rezar por España y encomendarla y consagrarla al Señor.
Por cierto, no fue la primera vez que se consagró un país al Sagrado Corazón. Ya lo había hecho García Moreno en Ecuador, y hubo algún otro caso que ahora no recuerdo.
La CTC (Comunión Tradicionalista Carlista) es el Carlismo. No es en exclusiva ninguno de sus grupos, aunque alguno utilice ese nombre y esas siglas de forma partidista y, en ocasiones, lesiva para el buen nombre de la Comunión.
No ha habido en España ningún Alfonso XIII. En cuanto al usurpador Alfonso Puigmoltó Habsburgo-Lorena, sí fue él quien procedió a la falsa consagración de 1919. La consagración de unos reinos (o de un reino, como pretendían los liberales) la hace el rey, no los obispos. Es tan elemental que no me apetece ponerme a explicar por qué.
Ciertamente no fue la primera vez. Durante la III Guerra Carlista ya se procede a ello. Don Alfonso Carlos vuelve a hacerlo solemnemente, y designa Templo Expiatorio Nacional el del Tibidabo (no el Cerro de los Ángeles, ciertamente).
El indeseable Alfonso, llamado el XIII, procedió a aquella "consagración" que ahora conmemoran, pocos años después de la anticatólica Ley de Asociaciones Religiosas, cuando el tinglado político que le sostenía se tambaleaba claramente (en 1923 llegó la Dictadura de Primo de Rivera) y Alfonsito buscaba el apoyo del catolicismo militante, al cual detestaba y despreciaba (lo cual no dejaba de expresar privadamente).
No hay nada que conmemorar, ni lo que planean hacer ahora en el Cerro va a ser nada parecido a la consagración de España. Rouco ha destacado por defender la Constitución atea de 1978. ¿Con ella va a reinar Cristo? Rouco ha alabado por escrito a Juan Carlos y su parentela, llegando a ponerlos como ejemplo de católicos (mentir tan descaradamente le deja como el vil politicastro que es). ¿Él va a promover la vuelta del culto al Sagrado Corazón?
Lo dicho: para planear acudir a esa cosa en el Cerro, hace falta haber abdicado de toda inteligencia.
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No ha habido en España ningún Alfonso XIII. En cuanto al usurpador Alfonso Puigmoltó Habsburgo-Lorena, sí fue él quien procedió a la falsa consagración de 1919. La consagración de unos reinos (o de un reino, como pretendían los liberales) la hace el rey, no los obispos. Es tan elemental que no me apetece ponerme a explicar por qué.
Considerar lo de 1919 como “falsa consagración” ¿es de entonces? ¿o es de poco acá?
¿Creía el legítimo papa de Roma de entonces, Benedicto XV que aquello era una “falsa consagración”?
Lo que no queda claro nunca es por qué en este tipo de polémicas dinásticas no se acepta que la legítima jerarquía católica de entonces reconocía a Alfonso XIII. Porque si era tan malvado y tan pérfido... sería de justicia denunciar también a aquella jerarquía española cómplice con su falso reinado, empezando por aquellos papas (los Píos X, XI, XII) tan alabados en otros aspectos.
Debería reconocerse, en tal caso, que España tiene una jerarquía episcopal traidora al catolicismo desde 1833 (en tanto que transigieron con liberales españoles enemigos del catolicismo).
¿Por qué ese dato político-religioso, nunca se quiere reconocer y siempre se cargan las tintas en el dinástico-político?
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Gothico
Considerar lo de 1919 como “falsa consagración” ¿es de entonces? ¿o es de poco acá?
Es de entonces.
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Gothico
¿Creía el legítimo papa de Roma de entonces, Benedicto XV que aquello era una “falsa consagración”?
Lo que no queda claro nunca es por qué en este tipo de polémicas dinásticas no se acepta que la legítima jerarquía católica de entonces reconocía a Alfonso XIII. Porque si era tan malvado y tan pérfido... sería de justicia denunciar también a aquella jerarquía española cómplice con su falso reinado, empezando por aquellos papas (los Píos X, XI, XII) tan alabados en otros aspectos.
Hay mucho escrito sobre las relaciones entre la Santa Sede y los Reyes legítimos y las de la misma Santa Sede con los usurpadores. Recomiendo recurrir a los libros: no voy a escribir un tratadito en un foro.
La Realpolitik vaticana empezó muy pronto: con Pío VI y Napoleón, más o menos. Con el ánimo de evitar más persecuciones a la Iglesia y de no encontrar más impedimentos para el apostolado; así como con el asesoramiento de eclesiásticos bastante tenebrosos (véase en España la acción del Nuncio Rampolla, por ejemplo), tan pronto como los católicos de verdad, los legitimistas, parecían perder posibilidades de derribar los regímenes revolucionarios, y tan pronto como éstos adoptaban un perfil "moderado", la Santa Sede pactaba con ellos.
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Gothico
Debería reconocerse, en tal caso, que España tiene una jerarquía episcopal traidora al catolicismo desde 1833 (en tanto que transigieron con liberales españoles enemigos del catolicismo).
Los gobiernos y los antirreyes liberales se arrogaron el derecho de presentación, así que en gran medida elegían ellos a los obispos. Entre los cuales, sin embargo, hubo muchos ejemplos de santidad y recta doctrina, y unos cuantos más o menos abiertamente carlistas: cosas de la Iglesia de antes.
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Gothico
¿Por qué ese dato político-religioso, nunca se quiere reconocer y siempre se cargan las tintas en el dinástico-político?
Todo está en los libros, como decía más arriba. Sí se ha escrito sobre ello. En la última cena de Cristo Rey de los carlistas de Madrid, por cierto, uno de los discursos (debe estar en Audio Cristiandad) versaba precisamente sobre este asunto.
Aquella Realpolitik fue un desastre, pues debilitó a los buenos, fortaleció a los malos y dio a los tibios una buena excusa para no seguir en la lucha y apuntarse al régimen liberal. Hoy pagamos las consecuencias. La farsa que se planea este próximo fin de semana es el paroxismo de aquellos vicios.
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Chanza
Hay mucho escrito sobre las relaciones entre la Santa Sede y los Reyes legítimos y las de la misma Santa Sede con los usurpadores. Recomiendo recurrir a los libros: no voy a escribir un tratadito en un foro.
¿Tendría la bondad de dar los datos de los libros (título, autor, editorial) para poder ahondar en tan importante tema? Gracias.
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Respuesta: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes"
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Chanza
La Realpolitik vaticana empezó muy pronto: con Pío VI y Napoleón, más o menos. Con el ánimo de evitar más persecuciones a la Iglesia y de no encontrar más impedimentos para el apostolado; así como con el asesoramiento de eclesiásticos bastante tenebrosos (véase en España la acción del Nuncio Rampolla, por ejemplo), tan pronto como los católicos de verdad, los legitimistas, parecían perder posibilidades de derribar los regímenes revolucionarios, y tan pronto como éstos adoptaban un perfil "moderado", la Santa Sede pactaba con ellos.
No sabía que el masón Rampolla había sido nuncio en España. Pero eso explica muchas cosas.
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Respuesta: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes"
Yo soy crítico con el "aggiornamiento" de nuestros obispos, y con la nueva liturgia.
Y a pesar de todo estaré allí.
Hace muy bien la CTC con su convocatoria. Será un placer ver la Cruz de san Andrés al viento.
Por cierto, la Fraternidad ha convocado una marcha-peregrinación para el sábado desde Legazpi.
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Hyeronimus
¿Tendría la bondad de dar los datos de los libros (título, autor, editorial) para poder ahondar en tan importante tema? Gracias.
Estoy muy lejos de mi biblioteca, y en mi caso se trata de lecturas de hace años. En las dos últimas décadas aparecieron unas cuantas publicaciones que tocaban el asunto. Entre las antiguas, no tan fáciles de adquirir hoy pero que están en bastantes bibliotecas públicas, la Historia del Tradicionalismo Español de Melchor Ferrer cuenta muchas cosas, y el libro El Carlismo en el Vaticano de Romero Raizábal se dedica a este asunto.
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Rodericus
Yo soy crítico con el "aggiornamiento" de nuestros obispos, y con la nueva liturgia.
Y a pesar de todo estaré allí.
Hace muy bien la CTC con su convocatoria. Será un placer ver la Cruz de san Andrés al viento.
Pura racionalidad, ¿eh? No sé a usted, pero a mí escribir cosas en la línea de "¡Porque a mí me da la gana!" no me parece ejemplar.
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Rodericus
Por cierto, la Fraternidad ha convocado una marcha-peregrinación para el sábado desde Legazpi.
Todos los años un grupo de fieles de la Hermandad de San Pío X peregrinan a pie hasta el Sagrado Corazón del Cerro. Este año también. Pero el sábado, no el domingo: nada que ver con la "roucada".
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Respuesta: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes"
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Chanza
Todos los años un grupo de fieles de la Hermandad de San Pío X peregrinan a pie hasta el Sagrado Corazón del Cerro. Este año también. Pero el sábado, no el domingo: nada que ver con la "roucada".
Ahí estaré yo el sábado.
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Elemental Chanza, todo el que no comparte sus particulares criterios se mueve en el ámbito de la irracionalidad.
Va Vd "sembrao" Aristóteles.
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Respuesta: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes"
Desde luego no se puede dudar ni un momento de la "genuina condición carlista" de unos cuantos de los que por aquí nos movemos, y es que el trato es montaraz nada de "versallesco", seguimos en la misma línea que las partidas guerrilleras del XIX.:rolleyes:
Mientras, ¡Viva Cristo Rey!
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Rodericus
Elemental Chanza, todo el que no comparte sus particulares criterios se mueve en el ámbito de la irracionalidad.
Va Vd "sembrao" Aristóteles.
Como humilde seguidor del tomismo, venero la memoria del Estagirita. Así que gracias por lo de Aristóteles.
Se ha razonado, breve pero suficientemente, por qué la prevista "consagración" es un fraude; pero usted, erre que erre, porque sí. Eso es irracionalidad. Más aún cuando intenta opinar sobre la actitud de los carlistas, que evidentemente no entiende.
Le aseguro que mis criterios no en este caso particulares. Para muestra, un botón: la nueva entrada del CeTáCeo. Excesivamente violenta, seguro: pero el aspecto principal del asunto lo entiende bien:
Cor Iesu sacratissimum, miserere nobis el CeTáCeo
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[FARO] ¿Consagración de España al Sagrado Corazón?
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Madrid, 19 junio 2009, festividad del Sagrado Corazón de Jesús. La Secretaría Política de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón ha hecho pública la nota siguiente.
La Comunión Tradicionalista y la Consagración de España
al Sagrado Corazón de Jesús
La devoción al Sagrado Corazón de Nuestro Redentor, tan rica en valor teológico y espiritual, no tiene sólo una dimensión individual, sino que su profunda verdad se desborda también en significación política. El augusto misterio del misericordioso Corazón humano del Verbo encarnado no encierra sólo el secreto de la felicidad individual, sino que, como no podía ser de otro modo, ese misterio confirma todo lo que la fe y la razón nos enseñan sobre la criatura humana: que ha sido creada libre y social al mismo tiempo y por lo tanto, no hay remedio, ni espiritual ni material, que beneficie verdaderamente al hombre singular que no tenga un alcance y una misión para toda la sociedad humana.
Así pues, como no hay verdadera esperanza para cada uno de los hombres fuera de las entrañas misericordiosas de Nuestro Señor Jesucristo, así tampoco hay esperanza ninguna para las sociedades que como tales no se someten y confían a los cuidados del Sagrado Corazón de Jesús.
Por lo cual, plugo al Cielo revelar progresivamente a su pueblo la necesidad de que las sociedades, las familias y los individuos se consagrasen al Sacratísimo Corazón del Salvador, primero para dar la gloria debida al Nombre de Dios y, además, como remedio indispensable para el bien de las almas y para el bien común temporal de los pueblos.
Durante la Edad Media, esta devoción se consolidó, y escogidas almas fueron providenciales para este desarrollo, tales como Santa Gertrudis, Santa Matilde o la Beata Ángela de Foliño. En el siglo XVII, Dios quiso dar un particular impulso a esta verdad salutífera con los mensajes a Santa Margarita María de Alacoque. En el siglo siguiente, el mismo Jesucristo manifestó a Bernardo Hoyos S.I.: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras partes".
La omnisciencia de la Santísima Trinidad conocía los derroteros de enfriamiento de la fe que esperaban a los reinos cristianos y, con providencia infinita, dispuso ofrecernos anticipadamente el remedio para los males que nos aguardaban.
El 16 de enero de 1875, Su Santidad Pío IX pidió a los gobernantes que se consagrase el universo cristiano al Sagrado Corazón de Jesús. En plena guerra, el Rey y el pueblo carlista cumplieron fielmente con los deseos del Romano Pontífice en varios lugares de España y, con particular solemnidad y con presencia del Rey Don Carlos VII, en Orduña.
Más adelante, su hermano, el Rey Don Alfonso Carlos, que incluso se había anticipado en 1873, cuando era aún Infante, en el Monasterio de Nuestra Señora de Montserrat, a hacer la consagración del Ejército de Cataluña y Aragón, en su Declaración de 3 de junio de 1932 dijo: "Yo, en mi firme voluntad, en este día en que la Iglesia celebra la fiesta del Deífico Corazón, prometo solemnemente que, si la Divina Providencia dispone que sea yo llamado a regir los destinos de España, será entronizado el Sagrado Corazón de Jesús en el escudo nacional, siendo colocado sobre las flores de lis de la Casa de Anjou y entre los cuarteles de Castilla y León, bajo la Corona Real".
Finalmente, el Rey Don Javier, en 1966 renovó en el Cerro de los Ángeles la Consagración de España al Sagrado Corazón, ante el nuevo monumento levantado tras la Cruzada de Liberación.
Cuarenta y cuatro años después de que el Rey Don Carlos VII ya hubiera consagrado oficialmente los reinos de las Españas al Sagrado Corazón, en 1919, el entonces ocupante material del trono, Alfonso, llamado XIII, realizó un acto de consagración de España al Sagrado Corazón ante el monumento erigido al efecto en el Cerro de los Ángeles. Precisamente en conmemoración de este acto la diócesis de Getafe ha convocado una "renovación de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús" para el domingo 21 de junio. Ante lo cual, esta Secretaría Política de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón se ve en la obligación de realizar algunas puntualizaciones:
- No puede dudarse la conveniencia y aun la obligatoriedad de aprovechar el remedio celeste de la consagración de los individuos, de las familias y de las sociedades al Sacratísimo Corazón de Jesús;
- En tal sentido, la Comunión Tradicionalista no puede sino compartir y aplaudir la piadosa intención del acto convocado para el próximo 21 de junio en el Cerro de los Ángeles;
- Eso no obstante, conviene recordar que si se quería conmemorar y renovar la Consagración de España al Sagrado Corazón, no ha sido feliz la fecha escogida como referencia.
- El acto de 30 de mayo de 1919, en el que el entonces Jefe del Estado, Alfonso, leyó una solemne declaración a los pies de la imagen del Sagrado Corazón, fue un acto cuanto menos equívoco. Mientras el régimen político por él encabezado, en su política interior y exterior, se desentendía de los derechos exclusivos de Nuestro Señor Jesucristo en el orden político, dicho Jefe del Estado se aprestaba a realizar un gravísimo acto delante de Dios que le exigía conformar sus acciones a sus palabras. Sin embargo, si la consagración se hizo, la política de Alfonso no varió, sirviendo --forzoso aunque doloroso es decirlo-- ese acto de consagración como cebo con el que engañar a muchos católicos incautos.
- Por todo lo cual, no se puede dudar que aquel acto de 1919, en cuanto a la intención de la mayoría, fue un verdadero acto de religión, pero en su naturaleza objetiva fue un grave sarcasmo. Como el mismo Redentor nos enseñó, es posible mostrar piedad con los labios y traicionar real y objetivamente la voluntad de Dios (cfr. Mt. 7, 21).
- Por último, la Comunión Tradicionalista reitera su unión con todos los católicos españoles que desean que España vuelva a ser consagrada al Sagrado Corazón de Jesús, para mayor gloria de Él y salud nuestra. Por esa misma razón nos preocupa que un acto tan necesario se vea desvirtuado. Recordamos que la consagración de España es un acto plenamente político, aun cuando su finalidad sea el cumplimiento de un deber social de religión. Además, su efecto secundario, el bien común temporal, es de naturaleza también netamente política. Por todo ello, toda la buena voluntad de los obispos y particulares que se encuentren en el Cerro de los Ángeles el día 21 no puede subsanar el defecto de la ausencia de un gobernante político capaz de realizar esa ofrenda. Ni todos los obispos juntos, ni mucho menos un pequeño grupo de ellos están capacitados para consagrar España a Dios, tarea que sólo pertenece a quien con un mínimo de legitimidad ostente el gobierno de la patria. Finalmente, la referencia doctrinal, que en todo caso no debiera ser sino a la Realeza Social de Nuestro Señor Jesucristo, parece ausente mientras se desenvuelve --a juzgar por las convocatorias y declaraciones hasta ahora hechas públicas-- en los parámetros, cuanto menos equívocos, de la laicidad, aunque venga apodada de positiva, que remiten paradójicamente al liberalismo, precisamente la contrafigura de lo que representa la espiritualidad del Sagrado Corazón.
En virtud de todas las consideraciones precedentes, la Comunión Tradicionalista declara que se adhiere a la intención y a las aspiraciones de los convocantes de poner nuestra patria en el refugio del Sagrado Corazón, pero advierte de la imposibilidad de que ese acto tenga la virtualidad propia de una consagración, menos aún a la vista de algunas de las claves doctrinales que se vislumbran, y por lo tanto pide a sus miembros que se consagren personal y familiarmente al Sagrado Corazón, pero que no participen físicamente en el acto del 21 de junio para evitar una confusión más que probable. De igual modo recuerda a todos los que considerándose carlistas se han apresurado a adherirse incondicionalmente a la mencionada convocatoria, que los puntos doctrinales aquí referidos son ineludibles y no deben comprometerse.
Quiera Dios bendecir nuestros esfuerzos en aras a la restauración de un poder político legítimo en las Españas, paso previo necesario para renovar esa tan necesaria consagración. A todos los españoles, pues, que ven el remedio para los males de la patria exclusivamente en el dulce Corazón de Jesús, les intimamos a compartir nuestro empeño y a luchar por la instauración de un orden social cristiano.
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Agencia FARO
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Respuesta: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes"
Y ahí va la fórmula que se va a emplear, de modernismo infectada hasta el tuétano. Lo dije y lo vuelvo a repetir, para esto mejor haberse quedado sin hacer nada:
Hijo eterno de Dios y Redentor del mundo, Jesús bueno, tú que al hacerte hombre te has unido en cierto modo a todo hombre y nos has amado con tu corazón humano, míranos postrados ante tu altar; tuyos somos y tuyos queremos ser y, para vivir más estrechamente unidos a ti, todos y cada uno nos consagramos hoy a tu Sagrado Corazón.
De tu corazón traspasado brota el Amor de Dios, hecho allí visible para nosotros y revelado para suscitar nuestro amor. Ante la generación del nuevo milenio, tan esperanzada y tan temerosa al mismo tiempo, la Iglesia datestimonio de la misericordia encarnada de Dios dirigiéndose a tu Corazón.
Muchos, por desgracia, nunca te han conocido; muchos, despreciando tus mandamientos te han abandonado. Jesús misericordioso, compadécete de todos yatráelos a tu Corazón.
Señor, sé rey no sólo de los hijos fieles, que jamás se han alejado de ti, sinotambién de los hijos pródigos que te han dejado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria. Sé rey de aquéllos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de ti: devuélvelos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que pronto se forme un solo rebaño de un solo pastor.
Concede, Señor libertad a tu Iglesia; otorga a todos pueblos y, en particular, a España la paz y la justicia; que del uno al extremo de la tierra no resuene sino esta voz; bendito sea el Corazón divino, causa de nuestra salvación; a él la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén
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Respuesta: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes"
¿Contaminada hasta el tuétano de modernismo?
Tan sólo veo una expresión equívoca. El resto es impecable.
Eso sí: la principal pega es que en sí el texto no es una Consagración de España.
El comunicado de D. Sixto lo comparto, y desde luego, es bastante más afortunado que algunos radicales comentarios que aquí se han hecho.
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Respuesta: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes"
En efecto, comprendo a Don Sixto. Por lo menos uniros a la oración el día del Señor, el domingo, ya que todos comulgamos la misma Fe.
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Respuesta: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes"
Espero que nos digan algo los asistentes sobre el acto en cuestión, a lo mejor los comentarios radicales se han convertido en realidades.
Por otro lado, el comunicado no es de S.A.R. D. Sixto, sino de su Secretaría Política.
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Respuesta: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes"
Parece ser que la organización obligó a retirar las banderas de España con el Sagrado Corazón. Es decir, una consagración de España al Sagrado Corazón, pero sin España ni Sagrado Corazón. Con escasísima resistencia entre los asistentes a hacerlo. Ellos sabrán.
Y por lo que he leído de otras cosas, me alegro de no haber ido. Me habría enfadado mucho.
Copio un testimonio:
LA BANDERA DE ESPAÑA NO SE ARRÍA
Uno de los actos más recios y sublimes que hay es la izada del pabellón patrio por parte de una escuadra militante. La enseña ondea al viento, alegre y victoriosa, mientras sus soldados rinden el homenaje de sus erguidas figuras, renovando el juramento que allí les congrega, apostando la propia sangre en su defensa.
El acto sublime y recio cobra transcendencia cuando, una vez izada la bandera, ésta tributa el honor debido al Dios de los Ejércitos y de las Naciones. Es todo un pueblo quién, bajo los colores de su estandarte, ofrece pleitesía a la Verdad, implorando la entronización de Cristo Rey en el trono sagrado de la Patria.
España, en su roja franja del pendón, no disimula la herencia martirial y heroica de aquellos paladines de la Fe que testificaron la Cruz y el Imperio con sus vidas. El Hijo del Trueno, Santiago el Apóstol, que regó nuestra tierra, ahora santificada, con su generosa sangre, tomando para siempre la comandancia hispánica. San Hermenegildo, la máxima expresión de fidelidad a la Fe Católica, que le llevó al enfrentamiento con su padre hasta la muerte por no pactar y negociar la rendición de la Verdadera Doctrina. Los cruzados en Jerusalén, en Lepanto y los encuadrados en los Tercios de Flandes. Las aspas de san Andrés paseando triunfantes en sus conquistas y amortajando los cuerpos de los que nunca regresaron. Las partidas carlistas del XIX y los falangistas, requetés y soldados del 36. Todo ello visible y contenido en el flamear victorioso de la roja y gualda sobre las ruinas del invicto Alcázar toledano.
El gualda nos recuerda la grandeza de España hasta las confines del orbe, evangelizando, conquistando y civilizando los pueblos y las gentes de medio mundo. España, la Católica España, iluminando de teología los Concilios toledanos o impartiendo claridad en Trento. La luz del pensamiento y la doctrina, el albor del Imperio anudado a la Iglesia, la reyecía católica de sus monarcas y las miles de ermitas marianas levantadas con el sudor de los españoles en todos y cada uno de los rincones de la Patria.
La Organización de los actos conmemorativos de la renovación de la consagración de España al Sagrado Corazón había dispuesto la retirada de todas las banderas de España. Y así lo hicieron, una a una, de entre las veinte mil personas allí congregadas, dentro de la explanada que sirve de base al magnífico monumento del Cerro de los Ángeles. La orden era clara y rotunda. Rechazar la España antes descrita y representada en los colores de su Enseña Nacional. Es la renuncia expresa al catolicismo en España, a su unidad religiosa, a su historia, sus mártires y sus santos. Por enemistad, cobardía o complejo se quisieron arriar las banderas.
Se nos insistió hasta la saciedad que retirásemos la bandera que nosotros portábamos con el Sagrado Corazón en el centro. Nos negamos a ello a pesar de habernos quedado solos en la resistencia. El resto de banderas que ondeaban fueron rendidas incluso por orden de aquellos jefes cuyos antecesores las habían custodiado, a sangre y fuego, en las calles, las plazas y los montes de España. Al ultraje se unía la traición, salvo aquellos que tomaron su bandera y se marcharon a escuchar la Santa Misa donde no fueran rechazados, cumpliendo con la consigna aprendida de ser incapaces de pactar con sacrificio del Ideal.
Ayer, hincado de rodillas a los pies del Sagrado Corazón, pedí por la olvidada Unidad Católica de España. Supliqué por el manipulado pueblo español. Rogué por los desorientados que allí se congregaron y por los que deben orientarlos. Recé en reparación por nuestros pecados, nuestras faltas, nuestras infidelidades. Imploré por nuestra perseverancia y la de los cofrades de Pamplona que mantuvieron en alto el pabellón navarro con la laureada de San Fernando.
Y agradecí profundamente a Cristo Rey que, ante el ataque y la embestida oficial, permanecieron en alto nuestras banderas. Porque antes que la disciplina está el honor. Queda dicho y advertido para futuras ocasiones: La Bandera de España es innegociable.
Miguel Menéndez Piñar
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Respuesta: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes"
Sencillamente, no es cierto.
No se retiraron banderas. Sólo se pidió que no se ondearan durante la celebración de la Santa Misa por razones obvias.
A nadie se le quitó la bandera.
Había banderas que por las dimensiones de sus mástiles sólo podían tenerse ondeando y esas sí quedaron en la parte posterior de la explanada.
Recuerdo que junto al altar mayor había una bandera de España presidiendo, y en el convento de las carmelitas varias baderas de España puestas.
¿Qué más queremos?
Y la bandera del Sr. Menéndez Piñar no tenía el Aguila de San Juan precisamente, así que menos lobos.
Y por favor, que alguien le explique que el rojo de la bandera no es de los mártires sino un color elegido por Carlos III para distinguirnos de los barcos ingleses.
Curiosamente los fachas de bandera no estuvieron ni en la vigilia (estuvo toda la noche el Stmo. expuesto) ni en los laudes.
¿A qué vamos? ¿A rezar o a dar la nota?