Gracias por añadir más, Toronjo. Me pareció interesante esa anécdota que no se suele incluir al hablar de él, aunque sean tan detalladas como esa que acabas de postear. Todo un ejemplo para tantos obispos blandengues actuales. Como dice más abajo en el posteo que puse, no se trata de partirle la cara a nadie, pero sí de tener convicción y defender la fe. Para que se vea que santidad no siempre es sinónimo de poner la otra mejilla (bueno, si me atacan yo puedo poner mi otra mejilla, pero si atacan a Dios no me voy a quedar cruzado de brazos, y S. Nicolás tampoco se quedó impasible y defendió a Dios y la sana doctrina). ¡Cuántos sannicolases hacen falta hoy en día que tantas herejías se difunden y tanto se consiente!