Mientras ingenieros rusos tratan de poder a punto la nave Soyuz, la NASA analiza los últimos datos que llegan de la Estación Espacial Internacional (ISS) y los astronautas elegidos se preparan para el viaje, un gabinete de crisis formado por clérigos islámicos trabaja contrarrelog en los aspectos más espirituales de la misión STS-51G. ¿Cómo conseguir que el astronauta musulmán Muszaphar Shukor localice la Meca cuando se encuentre orbitando la Tierra a 27.000 kilómetros de velocidad? ¿Le permitirá la gravedad ponerse de rodillas cinco veces al día para rezar como manda el Corán?

La de Shukor promete ser la misión espacial más complicada en mucho tiempo. Devoto musulmán y orgullo de la República Islámica de Malasia, el astronauta tiene previsto llegar a la ISS el próximo 15 de Octubre, coincidiendo con el mes de Ramadán. El Gobierno y las autoridades religiosas del país asiático han aceptado que participe en el proyecto bajo la condición de que no incumplirá los principales preceptos islámicos. "El hecho de que las condiciones en la ISS sean diferentes no puede ser un obstáculo para que un astronauta musulmán cumpla con sus obligaciones", ha asegurado tajante Mustafá Abdul Rahman, presidente del Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia.

Shukor partirá pues acompañado de un manual que incluye las instrucciones a seguir durante la semana que permanecerá en el espacio. Su primer problema será cómo rezar en dirección a la Meca cuando se encuentre orbitando la Tierra a un ritmo de 16 veces al día. Teniendo en cuenta que Shukor deberá rezar cinco veces por jornada en horarios que están ligados al amanecer y el ocaso, el cumplimiento estricto de las normas le tendría rezando 80 veces cada 24 horas. Para evitarlo, científicos malayos han diseñado un aparato que le ayudará a posicionar la Meca en todo momento y un consejo de escolares ha decidido que podrá rezar sin posar las rodillas en el suelo, una postura imposible, porque en la ISS la gravedad es 10.000 veces menor que en la Tierra y los astronautas permanecen suspendidos. El ritual de lavarse con agua antes de los rezos se solventará con toallas húmedas y los clérigos han mostrado cierta flexibilidad con el ayuno obligado durante el Ramadán, permitiendo a Shukor romperlo en caso de urgente necesidad, siempre que recupere los días perdidos una vez regrese a la Tierra.

Shukor se ha convertido en un héroe nacional en su país después de una rápida e improbable carrera como astronauta. En el año 2003, mientras se encontraba ejerciendo la medicina en un hospital de Kuala Lumpur, se presentó a las pruebas para la selección de los tres primeros astronautas malayos. Una vez que consiguió ser elegido, cumpliendo el gran sueño de su niñez, fue enviado a Rusia, donde completó 18 meses de entrenamiento antes de ser elegido para la misión cuyo lanzamiento está previsto para el próximo 10 de Octubre. Shukor formará parte de la Expedición 16 a la Estación Espacial Internacional junto a la estadounidense Peggy Whitson y el ruso Yuri Malenchenko. Para el Gobierno malayo, la misión de su primer astronauta es una oportunidad de romper los estereotipos que a menudo vinculan el islam con el terrorismo y la pobreza, un objetivo que el propio Shukor dice compartir. "Me gustaría despertar el interés de los niños en los colegios. Espero que este viaje espacial transforme Malasia y le haga mirar hacia delante para convertirse en un país mejor", ha asegurado el hijo predilecto de Kuala Lumpur.

Puede que a los ojos de la NASA el éxito de la misión dependa de que los astronautas regresen sanos y salvos a la Tierra. Los malayos, además, quieren que su nueva estrella vuelva tan puro como se marchó.