El día siguiente al de la “celebración” de la Toma de Granada, leía la prensa granaina buscando las crónicas del acto cuando me causó sorpresa el espacio que le dedicaban a la “heroica” acción de un militar que saltándose el protocolo establecido para el desfile se acercó al sector de la plaza donde nos ubicábamos los andaluces que protestábamos contra un acto que considerábamos fascista, racista y españolista. Me enteré por esta “prensa del Movimiento” que se trataba del Teniente General Francisco Puentes, del Mando de Adiestramiento y Doctrina (Madoc).
Este “valiente” soldado español, armado de pistola y protegido por otros pistoleros que llenaban la plaza, se dirigió “valientemente” contra unos peligrosos jóvenes, armados de voces que lanzaban peligrosos gritos como “2 de Enero, nada que celebrar” o “no eran moros, eran granainos”, recriminándoles de forma ostentosa para que pudiera ser visto por todo el “facherio granaino” y “español” que llenaba la plaza. Los jóvenes andaluces no se amilanaron ante el deslumbrante relucir de una casaca militar llena de “chapas” y siguieron llamándole lo que minutos antes desató la ira del “glorioso” militar forjado en mil batallas en defensa del honor de la Patria: ¡Fascista!.
Me encontraba muy cerca de los jóvenes andaluces y me acerqué para ver que sucedía, encontrándome con que el susodicho “salvapatrias” seguía increpando a mis compañeros, no pudiéndome contener la rabia por la actitud fascista de un fascista y dirigiéndome hacia él le grité ¡fascista! a lo que él, echándose el dedo índice a una de sus “chapas”, voz en grito me contestó: “yo he defendido a los musulmanes en Bosnia y no permito que me llamen fascista”, a lo que yo, con el dedo índice en su cara le contesté: ¡Mentira!. Acto seguido interviene la Policía Nacional (española) y cogiéndome del brazo me retira del lugar, recriminándome que a un Teniente General no se le puede poner el dedo en la cara.
Como sé que esta web es muy seguida por los servicios de inteligencia militar -ya sé que es un contrasentido poner estas dos palabras (inteligencia y militar) en la misma frase, pero es así como ellos le llaman- y por los muchachos de Rubalcaba, les quiero explicar los motivos de mis palabras hacia su glorioso ejército y su representante, el “valiente” Teniente General del Mando de Adiestramiento y Doctrina (Madoc), D. Francisco Puentes, no vayan a creer que mis calificativos son gratuitos y faltos de argumentación:
En primer lugar, al igual que el centenar de andaluces que nos encontrábamos en la plaza, le llamé a él y a su ejército ¡Fascista!. !. Por favor, no se tomen este adjetivo como un insulto, porque no era esa mi intención ni la de mis compañeros. Tratábamos de advertir a los congregados en la plaza, a los medios de comunicación asistentes y a todos los andaluces, de forma objetiva, una de las principales cualidades del ejército español y de sus componentes: ¡Fascistas!.
Y nos reafirmamos en este calificativo porque quién asiste a un acto fascista, siendo protagonista del mismo es un ¡Fascista!, quién es vitoreado por un grupo ataviado de estética y simbología ¡Fascista!, no puede se otra cosa que un ¡Fascista! Y porque quién celebra un genocidio, el exterminio cultural de un pueblo, la imposición de una cultura, de una religión, de una lengua y de un Estado, es un ¡FASCISTA!.
Si a esto le unimos la intención de acallar los gritos del centenar de andaluces mediante la intimidación que pensaba se produciría al ser increpados por todo un Teniente General del “glorioso” ejército español, no tenemos más remedio que repetirle el calificativo que por los motivos anteriores le obsequiamos: ¡Fascista!.
Mi indignación se disparó cuando este “mentiroso” gritaba sobre su defensa de los musulmanes en Bosnia. Le dije en toda su cara mentiroso y se lo repito en estas lineas.
Este Teniente General al mando de la unidad de “adoctrinamiento”, podrá engañar a los incultos sin escrúpulos alistados en su ejercito fascista, pero no a ciudadanos bien informados
La actuación del ejercito español en Bosnia fue una actuación “casi” criminal y sus mandos, si realmente existiera la justicia internacional, posiblemente serian juzgados por crimines de guerra. Fueron cómplices de las matanzas del ejército croata, por omisión, por no intervenir, por no prestar apoyo a una población civil que estaba siendo aniquilada por un ejército criminal. Nada hizo el “glorioso” ejercito español por la población bosnia. Eso sí, a los pocos sobrevivientes les llevaron agua y electricidad.
Otras matanzas sobre la población civil bosnia las perpetró el ejército serbio, “amigo” del español y al que este le permitió toda clase de abusos y crímenes sobre la población civil bosnia. Despues de las matanzas les montaron hospitales y les llevaron viveres, les construyeron puentes y les repartieron chocolatinas.
Esta es la ayuda que los musulmanes de bosnia recibieron del ejército de España. Que les pregunten a algunos de los supervivientes su opinión sobre el ejercito español. Muchos de ellos le hablarán de unos militares cobardes y colaboracionistas con los asesinos.
Y es que todos los cobardes son mentirosos, como este Teniente General al que con mucho gusto el próximo año volveré a llamarle fascista y mentiroso en Granada.
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